El 8 de octubre de 1945, la Dirección General del Cuerpo de Artillería de Costas solicitó la creación de un Batallón para cumplir los servicios de vigilancia y seguridad de la Base Naval Puerto Belgrano.
El Comando de la Base Naval realizó esta propuesta teniendo en cuenta que el Regimiento de Artillería Antiaérea N°1 –que prestaba servicios en su ámbito– se trasladaría a fines de 1945 a sus nuevos cuarteles.
El 23 de octubre de ese año fue aprobado el proyecto y se creó formalmente el Batallón de Vigilancia y Seguridad. Su misión era cubrir los servicios de guardia y vigilancia de la Base Naval Puerto Belgrano, siendo su primer asiento las instalaciones del actual Cuartel Base.
La organización definitiva fue aprobada en 1946 y estaba conformada por tres Compañías de Tiradores, una de conscriptos clase 1924 y las restantes con conscriptos clase 1925.
Con el paso del tiempo, debido a la cantidad de efectivos que alojaban en sus dependencias y al material que disponían, se hizo necesaria la construcción de un edificio apropiado.
En 1951, los Destacamentos de Seguridad fueron reorganizados en Batallones de Infantería de Marina dependientes de las Zonas Navales, sin dejar de cumplir las funciones de vigilancia y seguridad. Esto implicó la reestructuración del Batallón de Infantería de Marina N°1, que quedó conformado por los ex Destacamentos de Vigilancia y Seguridad de la Base Naval Puerto Belgrano y de la Base Aeronaval Comandante Espora.
El Batallón de Infantería de Marina N°1 pasó a cumplir así funciones de vigilancia y seguridad y se formó un Batallón de Marinería y una Compañía de Servicios Generales, que constituyó la Fuerza de Defensa Terrestre de la Base, bajo la autoridad del Jefe de la División Personal Militar.
A partir del 13 de noviembre de 1974 la unidad cambió su denominación por la que lleva hasta nuestros días: Batallón de Seguridad de la Base Naval Puerto Belgrano (BISP), bajo la dependencia orgánica del Jefe de la Base Naval Puerto Belgrano y ocupando las actuales instalaciones, con su entrada principal frente al puesto de acceso N° 1 de la Base Naval Puerto Belgrano.
Nuevas capacidades
Los contextos modernos llevaron al Batallón a adquirir otras capacidades como por ejemplo la creación de la Agrupación Perros de Guerra, en 1965, bajo el concepto del empleo del perro Ovejero Alemán para tareas de vigilancia y seguridad.
En tal sentido, actualmente cuentan con canes especializados no solo en seguridad, sino también en detección de explosivos, rastreo específico de sustancias, búsqueda de personas en estructuras colapsadas y grandes áreas rurales, contando con canes con capacidad K-SAR (búsqueda y rescate con perros), certificados por la Organización Internacional de Perros de Rescate (IRO), lo que les permite cumplir funciones a nivel nacional e internacional.
Por otro lado, es importante enfatizar las diferentes tareas subsidiarias que realiza el Batallón, contribuyentes a brindar seguridad a la Base Naval Puerto Belgrano, como durante la ejecución de eventos masivos en fechas patrias o en jornadas de puertas abiertas; patrullas con Policía Militar; funciones de heliguía (guías y maniobras varias en operaciones con helicópteros y, en especial, con carga externa), y ejercicios y campañas en apoyo a unidades de Infantería de Marina o institutos de formación
También sus integrantes forman parte de la Guardia de Honor para el izado y arriado de pabellón en la BNPB y en el marco de visitas de autoridades navales y buques militares; además del refuerzo en los accesos a Zona Reservada en horas de gran circulación de vehículos y la custodia de material y altas autoridades navales.
El Batallón de Seguridad de la Base Naval Puerto Belgrano tiene una rica historia y se actualiza de manera permanente. A la vez que mantiene sus iniciales funciones de seguridad, demuestra su flexibilidad para afrontar los desafíos que se le presentan en los contextos actuales, operando de manera ininterrumpida desde hace 78 años.
La participación en la Guerra de Malvinas
Desde el 20 de abril hasta el 2 de julio de 1982 la unidad se alistó y adiestró como BIM6, para lo que se recibieron refuerzos de personal, material y medios efectuando un adiestramiento que incluyó marchas con encolumnamiento táctico, tiros de combate en el ataque a nivel Compañía, campañas en la zona de Baterías, ejercicios nocturnos en el terreno y ejercicios de cuadros en gabinete.
Para ese entonces, el 5 de abril de 1982, el Comandante del BISP había recibido la orden de alistar una Sección de Perros de Guerra en 48 horas con la misión de brindar seguridad en instalaciones de Puerto Argentino.
Perros y guías permanecieron en Malvinas hasta el último día, cumpliendo cada misión asignada; desde tareas de seguridad en diversos galpones logísticos de la Armada, patrullaje de la ciudad, control de la población civil y de los prisioneros, hasta acompañar en la descarga de buques que llegaban a Puerto Argentino y en la búsqueda de los abastecimientos que traían los aviones al aeropuerto. Además, la Sección brindó apoyo logístico a las tropas de primera línea; también el médico veterinario del batallón ofició de contralor del ganado ovino y la administración del Correo Postal.
Párrafo aparte merece la cita de los acontecimientos vividos entre el 12 y el 14 de junio, cuando comenzaron los más cruentos combates. En dicha oportunidad se enviaron cinco guías con sus correspondientes canes, Vogel, Ñaro, Negro, Xuavia y Warner, para evitar posibles infiltraciones enemigas al sistema defensivo argentino en proximidades de Sapper Hill.
La noche del 13 al 14 de junio, y bajo una intensa lluvia de artillería enemiga, se les ordenó a los guías replegarse a Puerto Argentino. En dicha circunstancia, en pleno fragor del combate, los canes Negro y Ñaro se distanciaron de sus guías, no sabiendo más de su existencia. Por su parte Xuavia, quien también se había distanciado, fue encontrada brindándole calor a un soldado herido en un pozo de zorro y luego de que éste fuera socorrido volvió, por instinto propio, a reunirse con la Sección.
Fueron historias de valor y camaradería que permanecen imborrables en la unidad. Por su destacada participación en el Conflicto del Atlántico Sur, el BISP recibió la medalla y diploma «Operaciones de Combate» otorgada por la Nación.
Créditos: Gaceta Marinera Digital