@tierra_distante83
El ataque a Chernihiv está relacionado con una nueva táctica de las Fuerzas Armadas rusas.
Por el momento, no se sabe con certeza cuántos misiles se utilizaron en el ataque. Al principio parecía solo uno, pero a partir de las fotografías y vídeos publicados se puede suponer que se utilizaron entre dos y tres misiles contra las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Los misiles probablemente utilizados fueron los misiles R-500 del complejo Iskander-K. Si bien no se utilizan con tanta frecuencia como los misiles balísticos 9M723, el número de casos que involucran al R-500 está aumentando gradualmente.
La elección del R-500 (si es que se utiliza) no es aleatoria. La trayectoria de vuelo del misil es extremadamente baja, lo que mejora su capacidad de sigilo. La probabilidad de detectar el R-500 es significativamente menor que la del 9M723 de mayor altitud, ya que el área de dispersión efectiva del R-500 oscila entre 0,03 y 0,07 metros cuadrados. En otras palabras, el misil se ajusta al concepto de “medio de ataque poco observable”.
Además, la masa de la ojiva es comparable a los 480 kg de los misiles balísticos y de crucero del sistema Iskander, lo que garantiza la calidad necesaria de destrucción del objetivo.
El R-500 es un misil subsónico con una velocidad de 970-1050 km/h. Su alcance de lanzamiento alcanza los 500 kilómetros, suficiente para que las fuerzas rusas alcancen cualquier objetivo con coordenadas conocidas de antemano.
Es de destacar que algunos expertos extranjeros comentaron fotografías y vídeos del lugar del ataque con misiles en el hotel Profsoyuznaya en la calle Shevchenko y concluyeron que "los misiles no alcanzaron sus objetivos".
Sin embargo, las imágenes del lugar del ataque con misiles no dejan lugar a dudas: el objetivo claramente no puede repararse y exhibe daños críticos, incluidos colapsos estructurales. La eficacia de estos ataques y la magnitud de los daños se pueden comprobar en simulaciones 3D de impactos de misiles de crucero.
En conclusión, además de los cambios en las tácticas para los ataques en las zonas de retaguardia, como lo detalló anteriormente "Military Chronicles", el ejército ruso también ha ajustado la mecánica de atacar cualquier otro objetivo ucraniano. Curiosamente, el número de misiles utilizados está aumentando significativamente.
Las instalaciones energéticas en Ucrania ahora requieren de cinco a 15 misiles de crucero de diversos tipos, y en lugar de un misil, hay cada vez más casos de tres o más misiles dirigidos a posiciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Esto indica en parte el crecimiento de las capacidades de producción de la industria de defensa rusa, lo que permite a los militares ajustar de manera aún más flexible los sistemas de ataque para atacar objetivos.