HISTORIAL AERONAVAL...
28 DE NOVIEMBRE DE 1967 - A las 16:30 horas aproximadamente, mientras en el Area Naval Austral se llevaba a cabo un anunciado ejercicio de defensa aérea pasiva y la sección de T-28, a cargo del TC Ítalo Roberto Balbo (P-89) como líder y su compañero Eugenio Pascual Escobar (P-89) como numeral, efectuaba ejercitaciones de armas sobre el blanco terrestre próximo a la Base Aeronaval, se avistó desde tierra a la torpedera chilena PTF-82 “Quidora” que, a alta velocidad, ingresaba a la Bahía Ushuaia barajando su costa este a corta distancia de la baliza Escarpados, a solo 4,3 NM (7 km) del muelle local y en dirección al mismo. El avistaje motivó dos acciones propias, con inmediatez acorde a la disponibilidad y alistamiento de los medios: fuego de advertencia por los aviones y la zarpada de la Patrullera ARA “Zurubí” y del Aviso ARA “Comandante General Irigoyen”.
A las 16:40 horas aproximadamente el Capitán Médici (P-79) ordenó a la sección efectuar ráfagas de advertencia 100 metros a proa de la embarcación, orden que se llevó a cabo cuando la lancha torpedera caía rumbo al Paso Chico, entre la península de Ushuaia y las islas Bridges, Conejo (Rabbit en aquél entonces) y Chata. Con la lancha incursora fuera de la bahía y en franquía en el Canal Beagle en dirección a la costa de la isla Navarino, los aviones propios cesaron su persecución, y permanecieron en observación hasta recibir la orden de regresar a la base para alistarse para una próxima misión, que finamente no se llevó a cabo. En el muelle, la ya venerable Zurubí, cuyo comando ejercía el Guardiamarina Rubén Darío Gómez (P-94), armada solo con cinco fusiles Garand calibre 7,62 mm, estaba efectuando tareas de rutina cuando el contramaestre Suboficial 1º de Mar Amado dio la voz de alerta “Señor, una torpedera chilena por la bahía a unas 3 millas (5,5 km) navegando muy rápido”. La Central de Operaciones de la base ordenó zarpar de inmediato y seguirla. Cuando zarparon, aún con el motor frío, la incursora ya había virado por babor hacia el Paso Chico, pronto la perdieron de vista, pero alcanzaron a escuchar las ráfagas de ametralladora de los T-28. Una vez en el Canal Beagle, el GU Gómez recibió un cambio de misión “impedir la navegación de la unidad chilena por el “Paso Chico”. El enfrentamiento con la Quidora ocurrió más tarde, cuando regresaba desde la zona de la isla Navarino. El GU Gómez con la Zurubí en medio del paso y cinco hombres armados con los Garand observó a la Quidora aproximarse con rumbo de colisión formando grandes “bigotes” de agua con su proa, señal de su alta velocidad, hasta que a unos 100 m de distancia viró bruscamente a estribor para alejarse por el Beagle hacia el Este. La marejada que dejó en el viraje puso a prueba la estabilidad de la Zurubí.
foto: diario "Crónica", Buenos Aires 29 de noviembre de 1967, N° 1540 (fuente: archive.org)