g lock
Colaborador
HANS ULRICH RUDEL – “PILOTO DE STUKA”
Les presento esta pequeña recopilación que he realizado de este gran piloto alemán, cuyo libro biográfico leí cuando era chico y marcó profundamente mi vocación, por el grado de profesionalismo y entrega al cumplimiento de su Deber.
El siguiente relato profundiza, muy brevemente, la trayectoria de Rudel y su Stukageschwader 2 “Immelmann”.
Espero que sea de vuestro agrado.
Rudel y el Emblema Oficial del 3º Gruppe, StG2 "Immelmann", detrás, Stukas alineados, listos para la acción.
Hans Ulrich Rudel nació el 2 de Mayo de 1916 en Silesia. Estaba abocado a ser el más destacado piloto de ataque aire – tierra de la II Guerra Mundial. En 1938, dos años después de su ingreso a la Luftwaffe, fue destinado a la Geschwader 168. Por extraño que parezca, Rudel fue considerado un piloto mediocre, vuelto a desempeñar misiones de reconocimiento, y posteriormente, en función de observador/ametrallador de los Ju 87.
Tomó parte en la campaña de Polonia y en ella se hizo merecedor de la Cruz de Hierro de Segunda Clase. En 1940 regresó con los Stukas aunque persistían las dudas sobre su habilidad y no entró en acción hasta la invasión de Rusia en 1941.
En Junio de 1941 Hitler se volvió contra la Unión Soviética, desencadenando una furiosa Blitzkrieg sobre el Ejército Rojo con los bombarderos en picado de la StG 2.
A las 3,15 horas del 22 de Junio de 1941 todo el poder de la Wehrmacht se abatió sobre la Unión Soviética. Mientras las columnas Acorazadas y la Infantería avanzaban hacia sus primeros objetivos, el aire se llenaba con el estremecedor aullido de los bombarderos Junkers Ju 87B Stuka picando sobre sus flancos. La Luftwaffe había reunido 334 Stuka para la operación Barbarossa, el nombre clave de la Blitzkrieg de Hitler sobre el este. Su misión era pulverizar los puntos fuertes del enemigo y aplastar las concentraciones de tropas.
Detalle de las diferentes cargas sublabares del Stuka
Detalle de la bahía de armamento alar de la MG 17 de 7.92 mm
La principal fuerza de bombardeo en picado era la Stukageschwader 2 (STG 2) “Immelmann”. Bautizada con el nombre de Max Immelmann, un héroe de la Primera Guerra Mundial, contaba con los mejores pilotos de la Luftwaffe en ataques aire – tierra. El virtuoso protagonista de la Geschwader, llamado a destruir más de 500 tanques antes de terminar la guerra, era Hans – Ulrich Rudel.
Fue al iniciarse la lucha en el frente oriental que el Stuka Ju 87 volvió a ser el mismo, después de las durísimas pérdidas sufridas a manos de la RAF. La oposición de los cazas soviéticos fue mínima y el desarrollo de las operaciones recupero el ritmo febril de las primeras campañas, con los pilotos realizando cuatro o más salidas diarias.
Una formación de Ju 87 D-1 del StG 2 rumbo a su objetivo.
En un ataque a la base naval soviética de la isla de Kronshtadt, en Leningrado (San Petersburgo), volando como Oficial Técnico, Rudel alcanzó al viejo acorazado soviético Marat provocando su parcial hundimiento; en posteriores ataques a la misma base hundió también un crucero y un destructor. Poco después fue condecorado con la “Copa de Honor” y la “Cruz de Oro Alemana”.
Pero la principal actividad del Gruppe era la destrucción de medios terrestres: Rudel, por entonces Oberleutnant en la STG 2, lo recordaba con estas palabras:
“Nuestros blancos eran siempre los mismos. Carros de combate, vehículos de motor, puentes, obras de campaña y emplazamientos de la artillería antiaérea. En ocasiones lo eran también las comunicaciones ferroviarias del enemigo o sus trenes blindados, cuando los usaban para apoyo de la artillería. Cualquier resistencia que se opusiese a nuestras puntas de lanza debía ser destruida para incrementar la velocidad y el ímpetu de nuestro avance.”
Pero muy pronto se hizo evidente para los pilotos del STG 2 que los carros de combate rusos eran un blanco difícil de alcanzar desde el aire. El 25 de Junio los tres Gruppen atacaron una concentración de carros al sur de Grodno y, pese a la intensidad del ataque, se pudo comprobar más tarde que sólo uno de ellos había resultado destruido. La necesidad de un armamento especial para perforar la coraza de los carros se tradujo en la aparición de algunos adelantos: cañones de 30, 37 y 75 mm que disparaban proyectiles perforantes de carga hueca, lanzadores de “racimos” de bombas SD-4 también de carga hueca y, en la última fase de la guerra, proyectiles cohetes. El Ju 87G, la versión anticarro del Stuka, estaba armado con el cañón Flak 18 o BK 37 de 37 mm. Dos de estos cañones estaban montados bajo las alas, fuera del aparato de aterrizaje. Cada uno estaba alimentado con peines de seis proyectiles perforantes de 1,36 Kg de peso y un núcleo de wolframio. La capacidad de munición de cada cañón era de sólo 12 disparos, en dos peines, uno a cada lado del cañón, en una "caja" adosada al montaje.
Carga de un peine de seis disparos en el cañón
Flak 18 de 37 mm, también conocido como
Bord Kanone 37 de 3.7 Cms
Detalle de las cabinas, correspondientes
a la versión D/G
En Enero de 1942, luego de haber completado más de 400 misiones de combate, Rudel recibió la “Cruz de Caballero”, para luego sumarse a un nuevo proyecto.
Con el fin de poner a prueba las condiciones del Ju 87G y de otros aviones destinados a la lucha anti-carro se creó en Febrero de 1942, en Bryansk, la Versucksverband fur Pazerkampfung (Unidad experimental de lucha contra carro) bajo el mando del Obersleutnant Otto Weiss. Muchos de los pilotos concentrados en Bryansk se sentían escépticos con respecto a la capacidad del Flak 18 para enfrentarse a la coraza frontal de 45 mm del T-34 soviético y contra los 75 mm del KV-1. Sin embargo, el Capitán Rudel, que representaba al STG 2, si vio en las excelentes características del nuevo cañón un medio útil para combatir contra los carros rusos. Así pensaba Rudel:
“Lo que más me sugestionaba era la posibilidad de disparar con una precisión de 20 o 30 cm. De conseguirlo, se podían alcanzar las partes más vulnerables del carro siempre, claro está, que uno pudiera acercarse a la distancia necesaria. Esta era mi convicción. Aprendimos a identificar los diversos tipos de carros rusos, y a conocer dónde estaban sus puntos débiles: el motor, el depósito de carburante y la cámara de municiones.”
Calibración de los Cañones Bk 37 en campaña
El Junkers Ju 87 G-1 de Hans Rudel
El destructor de carros Ju 87G tuvo su primera experiencia real de combate el 18 de Marzo de 1943, volando desde Bryansk. En Mayo del mismo año Rudel se trasladó hacia el sur, a Crimen, con el fin de poner a prueba el avión en el sector de Kuban. En seguida se pudo comprobar que tanto la aviación de caza enemiga como sus defensas antiaéreas constituían una seria amenaza para el Ju 87D. Rudel se enfrentó por primera vez con el Spitfire soviético Mark V sobre Krymskaya, comprobando entonces las mejoras técnicas que había alcanzado la aviación de caza adversaria. Para empeorar las cosas, las unidades de caza rusas estaban entonces recibiendo en número creciente los aviones La SFN, y Yakovlev a.C. 9. No obstante, el entrenamiento de los pilotos soviéticos seguía siendo bastante deficiente y, como decía Rudel, “su moral era baja en general; sólo algunas unidades especiales eran la excepción de esta regla”. El fuego antiaéreo era otra cuestión. Rudel consideraba imprescindible que los Ju 87G fuesen acompañados por bombarderos en picado Ju 87G para atacar sus emplazamientos.
Una vez concluidas satisfactoriamente estas pruebas, el nuevo aparato estaba ya en condiciones para ocupar su puesto en el despliegue de la Luftwaffe en víspera de la operación Zitadelle, la gran ofensiva alemana contra el saliente ruso de Kursk. Tres Stukageschwader, dotados con los Ju 87G, fueron reunidos para esta batalla; a saber, las StG 1, StG 2 y StG 77, haciendo un total de nueve Gruppen. Los Ju 87 G fueron agrupados en dos Panzerjäger Staffeln y asignados a la StG 1 y a la StG 2. Con este avión, Rudel destruyó unos 70 medios de desembarco soviéticos en las operaciones sobre la cabeza de puente de Kuba.
Detalle del montaje del Cañón Flak 18 de 37 mm.
Aunque la ametralladora se retiaba y su montaje se anulaba,
algunos aparatos la conservaban, utilizándola como ayuda para
efectuar la puntería de los Cañones.
Más adelante, durante el mismo año, la aviación anti carro fue reunida en un décimo Staffel agregado a cada una de las Stukageschwader. El Staffel de aviones Stuka asignado al Geschwader “Immelmann” era el 10 (Pz) StG 2.
La formación básica de vuelo adoptada por las tres unidades de Stuka fue la “V” de tres aparatos, llamada la “Kette”. Un Staffel estaba compuesto de nueve o doce Ju 87 y un Gruppe comprendía tres Staffeln además de una plana mayor de vuelo constituida por el Gruppenkommander y sus auxiliares. El Kommodore del StG 2 era el Obersleutnant de 36 años Dr. Ernst Kupfer.
La Luftwaffe había concentrado unos 1800 aparatos para la que iba a ser su mayor ofensiva en el frente del este. Además de los grandes contingentes de bombarderos de caza, el elemento de ataque aire-tierra estaba formado por tres Stukageschwader, el Schlachgeschwader 1 –dotado con aviones de lucha contracarro Focke Wulf 190 y Henschel Hs 129- cuatro Staffeln de Hs 129 adicionales y un Panzerjäger Staffel de Messerschmidt Bf 110. Comprendiendo que el ejército soviético estaba firmemente establecido en el saliente de Kursk, el alto mando alemán confiaba en el poder aéreo para poder abrir el paso a los carros de combate a través de las unidades acorazadas enemigas y de sus fortificaciones de campaña. La aviación contra-carro actuaría en su misión específica, en tanto los Ju 87D atacarían las comunicaciones de la retaguardia soviética.
Según un testigo, el primer día de la batalla, en el sector de Belgorod, el 5 de Julio, “amaneció brillante y caluroso, un lánguido día de verano, típico de la Rusia central”. Los Stuka se emplearon a fondo desde el amanecer, volando cinco o seis veces a lo largo del día. Rudel, que mandaba el Panzerjäger Staffel StG 2, estaba impresionado:
“En el primer ataque cuatro tanques saltaron en pedazos bajo el martilleo de mi cañón y al atardecer, el total ascendía ya a doce, (todos del modelo T-34). Todos nos sentíamos presos por la pasión de la caza. Después del primer día los mecánicos trabajaban a tope pues mi avión había sido dañado seriamente por el fuego antiaéreo. La vida de un avión de esta clase es siempre muy corta.”
“La imagen se completaría en los días siguientes con nuevos éxitos. Mientras los aparatos dotados de cañones anti-carro atacaban a la s unidades acorazadas, parte de los aviones de bombardeo en picado se encargaba de anular la artillería antiaérea. El resto de la formación volaba en círculos a muy poca altura, como la gallina clueca sobre sus polluelos, para proteger a los atacantes de la aviación de caza enemiga. Poco a poco fui descubriendo todos los trucos de la lucha. Siempre se aprende de los errores. En ocasiones perdíamos aviones porque volábamos en medio de un duelo de artillería y comprendimos la necesidad de esquivar el espacio aéreo donde cruzaban las trayectorias de la artillería. Con el tiempo también los rusos aprendieron a enfrentarse con éxito a nuestros ataques, situando su artillería antiaérea con sus carros más avanzados.”
Comparación del ala del Ju 87 G-1
(proveniente de un D-5 modificado)
con la del G-2, construida ex profeso
para este avión caza tanques.
Aunque la aviación de caza soviética intentó intervenir en la batalla, no fue capaz de atravesar la pantalla de los cazas de la Luftwaffe. Hubo gigantescos combates en el cielo y sólo el 5 de Junio el Jagdgeshwader del III Fliegkorp pretendía haber obtenido 430 victorias en el aire. A causa de estas fuertes pérdidas, los ejércitos rusos se vieron forzados a confiar sólo en el fuego antiaéreo para hacer frente a las fuerzas de ataque aire-tierra alemanas. Este era con frecuencia muy eficaz pues los aviones alemanes actuaban a baja altura y dentro del alcance de las armas ligeras antiaéreas. El 8 de julio el jefe del Staffel 9 del StG 2, Bernard Wurke, fue alcanzado por el fuego de un tanque ruso y murió al estrellarse. Poco después en el mismo mes de Julio, el comandante del Staffel 7, el Oberstleutnant Willi Horner –recompensado dos veces con la cruz de caballero- fue derribado por la artillería antiaérea al noroeste de Orel.
Rudel, por su parte, recordaba así los ataques de la aviación soviética a las bases del StG2:
“La aviación soviética realizaba incursiones todas las noches sobre nuestro aeródromo en el sector de Orel. Teníamos unas trincheras situadas junto a nuestras tiendas y debíamos guarecernos en ellas tan pronto aparecían los atacantes. Sin embargo, algunos de nosotros continuábamos durmiendo. Un buen descanso nocturno era imprescindible si queríamos estar en condiciones de volar al día siguiente. En todo caso, los rusos solían prolongar sus bombardeos durante toda la noche”.
Estos incómodos raids de la aviación rusa eran llevados a cabo normalmente con anticuados biplanos de Policarpov U-2 volando a poca altura y utilizando bombas de fragmentación. Aun así, se apuntaron un buen tanto cuando el Kommandeur del III Gruppe del StG2, el Capitán Walter Krauss, resultó muerto durante un ataque nocturno el día 17 de Julio. Su puesto fue ocupado por Rudel, quien al mes siguiente cumplía su salida número 1200. Su operador de radio y artillero, el Oberfeldwebel Erwin Heutschell, - recompensado con la Cruz de Caballero al finalizar el año -, llegó a efectuar 1000 misiones de vuelo.
Hans Rudel (Izq) con su artillero,
Oberfeldwebel Erwin Heutschell
Pero para el 23 de Julio estaba claro que la ofensiva alemana en Kursk había fracasado y que la iniciativa había pasado a los rusos. Un mes más tarde las tropas soviéticas entraban en Kharkov. A partir de este momento la Wehrmatch sólo podría realizar en el frente oriental una serie de acciones retadoras. Para la Luftwaffe, por su parte, una de las lecciones de Kursk fue que las fuerzas aéreas de apoyo terrestre eran inapropiadas para las exigencias del teatro de la guerra rusa, aunque individualmente las unidades se habían comportado de manera aceptable. Más aun, la experiencia había demostrado que la mayor parte del tipo de aviones asignados a esta misión estaban obsoletos y necesitaban ser sustituidos.
Mantenimiento de un Ju G-1
Mantenimiento de uno de los Cañones de 37 mm.
En Octubre de 1943 la Stukageschwader cambió su denominación por la de Schlachtgeschwader y, para mediados de 1944, casi todos ellos habían sido dotados con el avión Fw 190. La excepción – aparte de unos pocos Panzerjäger Staffeln – a esta medida fue el II Gruppe del StG2, que siguió actuando con una mezcla de Stuka Ju 87D y Ju 87G, hasta la terminación de la guerra en Europa. Sin embargo, los Fw 190 del Gruppe II, mandados por el Comandante Kart Kennel, fueron llamados a menudo para proteger a los lentos y poco manejables Stuka. A finales de ese mes, el record personal de Rudel se situaba en torno a los 100 carros de combate destruidos, y a la condecoración de Hojas de Roble para su Cruz de Caballero, recibida a principios de ese año, el 25 de Noviembre se añadió la de espadas.
En algunas oportunidades, Rudel utilizaba
este G-1, identificable por la imagen de un
T-34 estilizado delante de la cabina
En Enero de 1944 participó en la batalla de Kirovograd, logrando personalmente la destrucción de numerosos carros de combate de la 67ª Brigada de Carros soviética. El 29 de Marzo fue condecorado con la adición de diamantes a su Cruz de Caballero (Hitler en persona diseño tal distinción para él, y fue el primer Oficial alemán en lucirla). A comienzos de Junio, cuando estaba operando en las cercanías de Yassy, en Rumania, el total de tanques enemigos destruidos acreditados a Rudel alcanzó el número 300, y superó las 2000 salidas de combate.
Hans U. Rudel con su uniforme de vuelo.
Arriba, un Ju 87 G-2 se lanza sobre su presa
Fue debido fundamentalmente a las preferencias personales de Rudel por el Ju 87, que el III Gruppe no se convirtiera en otra unidad del Focke Wolf 190. Rudel fue nombrado Geschwader Kommodore en Agosto de 1944, pasando el mando de su Gruppe al Capitán Kart Lan – un veterano de la campaña de Grecia en 1941 – pudiendo así pilotar tanto el Ju 87 como el Fw 190. La composición mixta de este geschwader fue, en cierta manera, una ventaja en algunas ocasiones. Durante la defensa de Budapest, a fines de 1944, la unidad de Rudel sirvió de “criada para todo” según su propia expresión: “éramos aviaciones de bombardeo, de ataque, de caza, e incluso de reconocimiento”.
Los últimos nueve meses de guerra se caracterizaron por breves estancias en hospitales para curar las heridas sufridas en combate (una señal más de la desventaja que significaba operar con un medio ya superado, como el Stuka). En Octubre de 1944 asumió el mando del StG2, con el grado de Oberstleunant y, tras ser herido por una bala en la pierna, huyó (a pesar de estar enyesado) de un hospital húngaro para alcanzar su Unidad. El 1 de enero de 1945 fue propuesto por el mismo Hitler para la excepcional recompensa de las Hojas de Roble de Oro en su cruz de Caballero (nuevamente, un “diseño exclusivo”, y fue el único Oficial alemán en lucirlo), al haber destruido, según se le acreditaba, 463 carros de combate soviéticos en el transcurso de 2400 misiones.
Pese a todo, Rudel conocía perfectamente las limitaciones del Stuka, como su relato de las operaciones sobre la cabeza de puente rusa en el Oder, en Febrero de 1945, pone bien de manifiesto:
“Antes de atacar procuraba elevarme hasta los 800 m ya que a esta altura el fuego antiaéreo no podía alcanzarme. Luego picaba en un descenso prolongado, con giros bruscos, hasta conseguir aproximarme al carro de combate. En ese momento enderezaba el avión durante un momento para hacer fuego y después me alejaba volando muy bajo, realizando la misma maniobra de evasión. Sólo me elevaba de nuevo cuando estaba fuera del alcance de las defensas antiaéreas. Por supuesto que esta forma de volar estaba vedada para mis compañeros, por la sencilla razón de que carecían de mi experiencia”.
Pero la realidad sacudiría la confianza del piloto alemán, ya que a pesar de su asumida experiencia, escapó por poco de la muerte el 8 de Febrero de 1945, cuando su Ju 87 fue alcanzado por un proyectil antiaéreo de 40 mm cerca de Lebus, aunque resultó herido en una pierna. Su ametrallador, Geschwaderarzt Dr. Ernst Gadermann, le salvó de la muerte por desangramiento, pero poco después fue necesario amputarle el pie derecho en un hospital de la SS. A pesar de ello, dando muestra de un temple y una decisión por encima de lo normal, con la herida aún abierta regresó a su Geschwader seis semanas después, realizándole sus mecánicos una modificación en el pedal del timón para encajar el muñón de su pierna. Reemprendió el combate destruyendo otros 26 tanques soviéticos antes del fin de la guerra, entregándose con los sobrevivientes de su StG2 a los norteamericanos.
Estos quedaron atónitos ante aquel Oficial que se les entregaba luego de “clavar” de nariz intencionalmente su avión. Su Hoja de Servicios le acreditaba, al final de 2530 misiones bélicas, un acorazado, un crucero, un destructor y 70 lanchones de desembarco hundidos, 519 tanques, 150 cañones autopropulsados, 800 vehículos varios, 4 trenes blindados y numerosas piezas de artillería destruidos, más nueve victorias en combates aéreos, y habiendo recibido cinco heridas en combate.
Tales logros lo colocaron entre los más grandes pilotos de combate de la historia.
Fuentes: Colección "Cuerpos de Élite" Fascículo 33
Colección "Máquinas de Guerra" Tomo 10
Colección "Squadron Signal Publications" Aircraft Nº 73
Un gran abrazo
Les presento esta pequeña recopilación que he realizado de este gran piloto alemán, cuyo libro biográfico leí cuando era chico y marcó profundamente mi vocación, por el grado de profesionalismo y entrega al cumplimiento de su Deber.
El siguiente relato profundiza, muy brevemente, la trayectoria de Rudel y su Stukageschwader 2 “Immelmann”.
Espero que sea de vuestro agrado.
Rudel y el Emblema Oficial del 3º Gruppe, StG2 "Immelmann", detrás, Stukas alineados, listos para la acción.
Hans Ulrich Rudel nació el 2 de Mayo de 1916 en Silesia. Estaba abocado a ser el más destacado piloto de ataque aire – tierra de la II Guerra Mundial. En 1938, dos años después de su ingreso a la Luftwaffe, fue destinado a la Geschwader 168. Por extraño que parezca, Rudel fue considerado un piloto mediocre, vuelto a desempeñar misiones de reconocimiento, y posteriormente, en función de observador/ametrallador de los Ju 87.
Tomó parte en la campaña de Polonia y en ella se hizo merecedor de la Cruz de Hierro de Segunda Clase. En 1940 regresó con los Stukas aunque persistían las dudas sobre su habilidad y no entró en acción hasta la invasión de Rusia en 1941.
En Junio de 1941 Hitler se volvió contra la Unión Soviética, desencadenando una furiosa Blitzkrieg sobre el Ejército Rojo con los bombarderos en picado de la StG 2.
A las 3,15 horas del 22 de Junio de 1941 todo el poder de la Wehrmacht se abatió sobre la Unión Soviética. Mientras las columnas Acorazadas y la Infantería avanzaban hacia sus primeros objetivos, el aire se llenaba con el estremecedor aullido de los bombarderos Junkers Ju 87B Stuka picando sobre sus flancos. La Luftwaffe había reunido 334 Stuka para la operación Barbarossa, el nombre clave de la Blitzkrieg de Hitler sobre el este. Su misión era pulverizar los puntos fuertes del enemigo y aplastar las concentraciones de tropas.
Detalle de las diferentes cargas sublabares del Stuka
Detalle de la bahía de armamento alar de la MG 17 de 7.92 mm
La principal fuerza de bombardeo en picado era la Stukageschwader 2 (STG 2) “Immelmann”. Bautizada con el nombre de Max Immelmann, un héroe de la Primera Guerra Mundial, contaba con los mejores pilotos de la Luftwaffe en ataques aire – tierra. El virtuoso protagonista de la Geschwader, llamado a destruir más de 500 tanques antes de terminar la guerra, era Hans – Ulrich Rudel.
Fue al iniciarse la lucha en el frente oriental que el Stuka Ju 87 volvió a ser el mismo, después de las durísimas pérdidas sufridas a manos de la RAF. La oposición de los cazas soviéticos fue mínima y el desarrollo de las operaciones recupero el ritmo febril de las primeras campañas, con los pilotos realizando cuatro o más salidas diarias.
Una formación de Ju 87 D-1 del StG 2 rumbo a su objetivo.
En un ataque a la base naval soviética de la isla de Kronshtadt, en Leningrado (San Petersburgo), volando como Oficial Técnico, Rudel alcanzó al viejo acorazado soviético Marat provocando su parcial hundimiento; en posteriores ataques a la misma base hundió también un crucero y un destructor. Poco después fue condecorado con la “Copa de Honor” y la “Cruz de Oro Alemana”.
Pero la principal actividad del Gruppe era la destrucción de medios terrestres: Rudel, por entonces Oberleutnant en la STG 2, lo recordaba con estas palabras:
“Nuestros blancos eran siempre los mismos. Carros de combate, vehículos de motor, puentes, obras de campaña y emplazamientos de la artillería antiaérea. En ocasiones lo eran también las comunicaciones ferroviarias del enemigo o sus trenes blindados, cuando los usaban para apoyo de la artillería. Cualquier resistencia que se opusiese a nuestras puntas de lanza debía ser destruida para incrementar la velocidad y el ímpetu de nuestro avance.”
Pero muy pronto se hizo evidente para los pilotos del STG 2 que los carros de combate rusos eran un blanco difícil de alcanzar desde el aire. El 25 de Junio los tres Gruppen atacaron una concentración de carros al sur de Grodno y, pese a la intensidad del ataque, se pudo comprobar más tarde que sólo uno de ellos había resultado destruido. La necesidad de un armamento especial para perforar la coraza de los carros se tradujo en la aparición de algunos adelantos: cañones de 30, 37 y 75 mm que disparaban proyectiles perforantes de carga hueca, lanzadores de “racimos” de bombas SD-4 también de carga hueca y, en la última fase de la guerra, proyectiles cohetes. El Ju 87G, la versión anticarro del Stuka, estaba armado con el cañón Flak 18 o BK 37 de 37 mm. Dos de estos cañones estaban montados bajo las alas, fuera del aparato de aterrizaje. Cada uno estaba alimentado con peines de seis proyectiles perforantes de 1,36 Kg de peso y un núcleo de wolframio. La capacidad de munición de cada cañón era de sólo 12 disparos, en dos peines, uno a cada lado del cañón, en una "caja" adosada al montaje.
Carga de un peine de seis disparos en el cañón
Flak 18 de 37 mm, también conocido como
Bord Kanone 37 de 3.7 Cms
Detalle de las cabinas, correspondientes
a la versión D/G
En Enero de 1942, luego de haber completado más de 400 misiones de combate, Rudel recibió la “Cruz de Caballero”, para luego sumarse a un nuevo proyecto.
Con el fin de poner a prueba las condiciones del Ju 87G y de otros aviones destinados a la lucha anti-carro se creó en Febrero de 1942, en Bryansk, la Versucksverband fur Pazerkampfung (Unidad experimental de lucha contra carro) bajo el mando del Obersleutnant Otto Weiss. Muchos de los pilotos concentrados en Bryansk se sentían escépticos con respecto a la capacidad del Flak 18 para enfrentarse a la coraza frontal de 45 mm del T-34 soviético y contra los 75 mm del KV-1. Sin embargo, el Capitán Rudel, que representaba al STG 2, si vio en las excelentes características del nuevo cañón un medio útil para combatir contra los carros rusos. Así pensaba Rudel:
“Lo que más me sugestionaba era la posibilidad de disparar con una precisión de 20 o 30 cm. De conseguirlo, se podían alcanzar las partes más vulnerables del carro siempre, claro está, que uno pudiera acercarse a la distancia necesaria. Esta era mi convicción. Aprendimos a identificar los diversos tipos de carros rusos, y a conocer dónde estaban sus puntos débiles: el motor, el depósito de carburante y la cámara de municiones.”
Calibración de los Cañones Bk 37 en campaña
El Junkers Ju 87 G-1 de Hans Rudel
El destructor de carros Ju 87G tuvo su primera experiencia real de combate el 18 de Marzo de 1943, volando desde Bryansk. En Mayo del mismo año Rudel se trasladó hacia el sur, a Crimen, con el fin de poner a prueba el avión en el sector de Kuban. En seguida se pudo comprobar que tanto la aviación de caza enemiga como sus defensas antiaéreas constituían una seria amenaza para el Ju 87D. Rudel se enfrentó por primera vez con el Spitfire soviético Mark V sobre Krymskaya, comprobando entonces las mejoras técnicas que había alcanzado la aviación de caza adversaria. Para empeorar las cosas, las unidades de caza rusas estaban entonces recibiendo en número creciente los aviones La SFN, y Yakovlev a.C. 9. No obstante, el entrenamiento de los pilotos soviéticos seguía siendo bastante deficiente y, como decía Rudel, “su moral era baja en general; sólo algunas unidades especiales eran la excepción de esta regla”. El fuego antiaéreo era otra cuestión. Rudel consideraba imprescindible que los Ju 87G fuesen acompañados por bombarderos en picado Ju 87G para atacar sus emplazamientos.
Una vez concluidas satisfactoriamente estas pruebas, el nuevo aparato estaba ya en condiciones para ocupar su puesto en el despliegue de la Luftwaffe en víspera de la operación Zitadelle, la gran ofensiva alemana contra el saliente ruso de Kursk. Tres Stukageschwader, dotados con los Ju 87G, fueron reunidos para esta batalla; a saber, las StG 1, StG 2 y StG 77, haciendo un total de nueve Gruppen. Los Ju 87 G fueron agrupados en dos Panzerjäger Staffeln y asignados a la StG 1 y a la StG 2. Con este avión, Rudel destruyó unos 70 medios de desembarco soviéticos en las operaciones sobre la cabeza de puente de Kuba.
Detalle del montaje del Cañón Flak 18 de 37 mm.
Aunque la ametralladora se retiaba y su montaje se anulaba,
algunos aparatos la conservaban, utilizándola como ayuda para
efectuar la puntería de los Cañones.
Más adelante, durante el mismo año, la aviación anti carro fue reunida en un décimo Staffel agregado a cada una de las Stukageschwader. El Staffel de aviones Stuka asignado al Geschwader “Immelmann” era el 10 (Pz) StG 2.
La formación básica de vuelo adoptada por las tres unidades de Stuka fue la “V” de tres aparatos, llamada la “Kette”. Un Staffel estaba compuesto de nueve o doce Ju 87 y un Gruppe comprendía tres Staffeln además de una plana mayor de vuelo constituida por el Gruppenkommander y sus auxiliares. El Kommodore del StG 2 era el Obersleutnant de 36 años Dr. Ernst Kupfer.
La Luftwaffe había concentrado unos 1800 aparatos para la que iba a ser su mayor ofensiva en el frente del este. Además de los grandes contingentes de bombarderos de caza, el elemento de ataque aire-tierra estaba formado por tres Stukageschwader, el Schlachgeschwader 1 –dotado con aviones de lucha contracarro Focke Wulf 190 y Henschel Hs 129- cuatro Staffeln de Hs 129 adicionales y un Panzerjäger Staffel de Messerschmidt Bf 110. Comprendiendo que el ejército soviético estaba firmemente establecido en el saliente de Kursk, el alto mando alemán confiaba en el poder aéreo para poder abrir el paso a los carros de combate a través de las unidades acorazadas enemigas y de sus fortificaciones de campaña. La aviación contra-carro actuaría en su misión específica, en tanto los Ju 87D atacarían las comunicaciones de la retaguardia soviética.
Según un testigo, el primer día de la batalla, en el sector de Belgorod, el 5 de Julio, “amaneció brillante y caluroso, un lánguido día de verano, típico de la Rusia central”. Los Stuka se emplearon a fondo desde el amanecer, volando cinco o seis veces a lo largo del día. Rudel, que mandaba el Panzerjäger Staffel StG 2, estaba impresionado:
“En el primer ataque cuatro tanques saltaron en pedazos bajo el martilleo de mi cañón y al atardecer, el total ascendía ya a doce, (todos del modelo T-34). Todos nos sentíamos presos por la pasión de la caza. Después del primer día los mecánicos trabajaban a tope pues mi avión había sido dañado seriamente por el fuego antiaéreo. La vida de un avión de esta clase es siempre muy corta.”
“La imagen se completaría en los días siguientes con nuevos éxitos. Mientras los aparatos dotados de cañones anti-carro atacaban a la s unidades acorazadas, parte de los aviones de bombardeo en picado se encargaba de anular la artillería antiaérea. El resto de la formación volaba en círculos a muy poca altura, como la gallina clueca sobre sus polluelos, para proteger a los atacantes de la aviación de caza enemiga. Poco a poco fui descubriendo todos los trucos de la lucha. Siempre se aprende de los errores. En ocasiones perdíamos aviones porque volábamos en medio de un duelo de artillería y comprendimos la necesidad de esquivar el espacio aéreo donde cruzaban las trayectorias de la artillería. Con el tiempo también los rusos aprendieron a enfrentarse con éxito a nuestros ataques, situando su artillería antiaérea con sus carros más avanzados.”
Comparación del ala del Ju 87 G-1
(proveniente de un D-5 modificado)
con la del G-2, construida ex profeso
para este avión caza tanques.
Aunque la aviación de caza soviética intentó intervenir en la batalla, no fue capaz de atravesar la pantalla de los cazas de la Luftwaffe. Hubo gigantescos combates en el cielo y sólo el 5 de Junio el Jagdgeshwader del III Fliegkorp pretendía haber obtenido 430 victorias en el aire. A causa de estas fuertes pérdidas, los ejércitos rusos se vieron forzados a confiar sólo en el fuego antiaéreo para hacer frente a las fuerzas de ataque aire-tierra alemanas. Este era con frecuencia muy eficaz pues los aviones alemanes actuaban a baja altura y dentro del alcance de las armas ligeras antiaéreas. El 8 de julio el jefe del Staffel 9 del StG 2, Bernard Wurke, fue alcanzado por el fuego de un tanque ruso y murió al estrellarse. Poco después en el mismo mes de Julio, el comandante del Staffel 7, el Oberstleutnant Willi Horner –recompensado dos veces con la cruz de caballero- fue derribado por la artillería antiaérea al noroeste de Orel.
Rudel, por su parte, recordaba así los ataques de la aviación soviética a las bases del StG2:
“La aviación soviética realizaba incursiones todas las noches sobre nuestro aeródromo en el sector de Orel. Teníamos unas trincheras situadas junto a nuestras tiendas y debíamos guarecernos en ellas tan pronto aparecían los atacantes. Sin embargo, algunos de nosotros continuábamos durmiendo. Un buen descanso nocturno era imprescindible si queríamos estar en condiciones de volar al día siguiente. En todo caso, los rusos solían prolongar sus bombardeos durante toda la noche”.
Estos incómodos raids de la aviación rusa eran llevados a cabo normalmente con anticuados biplanos de Policarpov U-2 volando a poca altura y utilizando bombas de fragmentación. Aun así, se apuntaron un buen tanto cuando el Kommandeur del III Gruppe del StG2, el Capitán Walter Krauss, resultó muerto durante un ataque nocturno el día 17 de Julio. Su puesto fue ocupado por Rudel, quien al mes siguiente cumplía su salida número 1200. Su operador de radio y artillero, el Oberfeldwebel Erwin Heutschell, - recompensado con la Cruz de Caballero al finalizar el año -, llegó a efectuar 1000 misiones de vuelo.
Hans Rudel (Izq) con su artillero,
Oberfeldwebel Erwin Heutschell
Pero para el 23 de Julio estaba claro que la ofensiva alemana en Kursk había fracasado y que la iniciativa había pasado a los rusos. Un mes más tarde las tropas soviéticas entraban en Kharkov. A partir de este momento la Wehrmatch sólo podría realizar en el frente oriental una serie de acciones retadoras. Para la Luftwaffe, por su parte, una de las lecciones de Kursk fue que las fuerzas aéreas de apoyo terrestre eran inapropiadas para las exigencias del teatro de la guerra rusa, aunque individualmente las unidades se habían comportado de manera aceptable. Más aun, la experiencia había demostrado que la mayor parte del tipo de aviones asignados a esta misión estaban obsoletos y necesitaban ser sustituidos.
Mantenimiento de un Ju G-1
Mantenimiento de uno de los Cañones de 37 mm.
En Octubre de 1943 la Stukageschwader cambió su denominación por la de Schlachtgeschwader y, para mediados de 1944, casi todos ellos habían sido dotados con el avión Fw 190. La excepción – aparte de unos pocos Panzerjäger Staffeln – a esta medida fue el II Gruppe del StG2, que siguió actuando con una mezcla de Stuka Ju 87D y Ju 87G, hasta la terminación de la guerra en Europa. Sin embargo, los Fw 190 del Gruppe II, mandados por el Comandante Kart Kennel, fueron llamados a menudo para proteger a los lentos y poco manejables Stuka. A finales de ese mes, el record personal de Rudel se situaba en torno a los 100 carros de combate destruidos, y a la condecoración de Hojas de Roble para su Cruz de Caballero, recibida a principios de ese año, el 25 de Noviembre se añadió la de espadas.
En algunas oportunidades, Rudel utilizaba
este G-1, identificable por la imagen de un
T-34 estilizado delante de la cabina
En Enero de 1944 participó en la batalla de Kirovograd, logrando personalmente la destrucción de numerosos carros de combate de la 67ª Brigada de Carros soviética. El 29 de Marzo fue condecorado con la adición de diamantes a su Cruz de Caballero (Hitler en persona diseño tal distinción para él, y fue el primer Oficial alemán en lucirla). A comienzos de Junio, cuando estaba operando en las cercanías de Yassy, en Rumania, el total de tanques enemigos destruidos acreditados a Rudel alcanzó el número 300, y superó las 2000 salidas de combate.
Hans U. Rudel con su uniforme de vuelo.
Arriba, un Ju 87 G-2 se lanza sobre su presa
Fue debido fundamentalmente a las preferencias personales de Rudel por el Ju 87, que el III Gruppe no se convirtiera en otra unidad del Focke Wolf 190. Rudel fue nombrado Geschwader Kommodore en Agosto de 1944, pasando el mando de su Gruppe al Capitán Kart Lan – un veterano de la campaña de Grecia en 1941 – pudiendo así pilotar tanto el Ju 87 como el Fw 190. La composición mixta de este geschwader fue, en cierta manera, una ventaja en algunas ocasiones. Durante la defensa de Budapest, a fines de 1944, la unidad de Rudel sirvió de “criada para todo” según su propia expresión: “éramos aviaciones de bombardeo, de ataque, de caza, e incluso de reconocimiento”.
Los últimos nueve meses de guerra se caracterizaron por breves estancias en hospitales para curar las heridas sufridas en combate (una señal más de la desventaja que significaba operar con un medio ya superado, como el Stuka). En Octubre de 1944 asumió el mando del StG2, con el grado de Oberstleunant y, tras ser herido por una bala en la pierna, huyó (a pesar de estar enyesado) de un hospital húngaro para alcanzar su Unidad. El 1 de enero de 1945 fue propuesto por el mismo Hitler para la excepcional recompensa de las Hojas de Roble de Oro en su cruz de Caballero (nuevamente, un “diseño exclusivo”, y fue el único Oficial alemán en lucirlo), al haber destruido, según se le acreditaba, 463 carros de combate soviéticos en el transcurso de 2400 misiones.
Pese a todo, Rudel conocía perfectamente las limitaciones del Stuka, como su relato de las operaciones sobre la cabeza de puente rusa en el Oder, en Febrero de 1945, pone bien de manifiesto:
“Antes de atacar procuraba elevarme hasta los 800 m ya que a esta altura el fuego antiaéreo no podía alcanzarme. Luego picaba en un descenso prolongado, con giros bruscos, hasta conseguir aproximarme al carro de combate. En ese momento enderezaba el avión durante un momento para hacer fuego y después me alejaba volando muy bajo, realizando la misma maniobra de evasión. Sólo me elevaba de nuevo cuando estaba fuera del alcance de las defensas antiaéreas. Por supuesto que esta forma de volar estaba vedada para mis compañeros, por la sencilla razón de que carecían de mi experiencia”.
Pero la realidad sacudiría la confianza del piloto alemán, ya que a pesar de su asumida experiencia, escapó por poco de la muerte el 8 de Febrero de 1945, cuando su Ju 87 fue alcanzado por un proyectil antiaéreo de 40 mm cerca de Lebus, aunque resultó herido en una pierna. Su ametrallador, Geschwaderarzt Dr. Ernst Gadermann, le salvó de la muerte por desangramiento, pero poco después fue necesario amputarle el pie derecho en un hospital de la SS. A pesar de ello, dando muestra de un temple y una decisión por encima de lo normal, con la herida aún abierta regresó a su Geschwader seis semanas después, realizándole sus mecánicos una modificación en el pedal del timón para encajar el muñón de su pierna. Reemprendió el combate destruyendo otros 26 tanques soviéticos antes del fin de la guerra, entregándose con los sobrevivientes de su StG2 a los norteamericanos.
Estos quedaron atónitos ante aquel Oficial que se les entregaba luego de “clavar” de nariz intencionalmente su avión. Su Hoja de Servicios le acreditaba, al final de 2530 misiones bélicas, un acorazado, un crucero, un destructor y 70 lanchones de desembarco hundidos, 519 tanques, 150 cañones autopropulsados, 800 vehículos varios, 4 trenes blindados y numerosas piezas de artillería destruidos, más nueve victorias en combates aéreos, y habiendo recibido cinco heridas en combate.
Tales logros lo colocaron entre los más grandes pilotos de combate de la historia.
Fuentes: Colección "Cuerpos de Élite" Fascículo 33
Colección "Máquinas de Guerra" Tomo 10
Colección "Squadron Signal Publications" Aircraft Nº 73
Un gran abrazo