Creo que uno de los mejores ejemplos de lo peligroso que puede ser un argentino preparado y capacitado para su tarea, fué el de los pilotos de la FAA, quienes demostraron habilidades e ingenio con los que supieron solventar desafíos que a priori eran imposibles de llevar a cabo teniendo en cuenta la disparidad de medios de uno y otro contendiente.
Educación, preparación, entrenamiento, todo eso combinado con los cojones argentinos, dan por resultado la calidad de nuestros halcones, nuestros transporteros, nuestros helicopteristas, nuestros técnicos y armeros, sólo resta el debido reconocimiento -al igual que las demás FFAA- de ser parte de la estructura básica y vital de nuestra nación, y ser puestas en su verdadero sitio preponderante, con presupuestos y equipamientos acordes a nuestras necesidades y desafíos, y a la altura de la dignidad que supieron ganarse con sangre nuestros guerreros...
Sigan adelante muchachos, no puedo decirles "Felicidades", eso está lejos en este tiempo, pero no dudo que llegarán tiempos más felices y decorosos para nuestros hombres de armas.