Proyecto Tronador - Cohete espacial
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Las trabas para el desarrollo de toda tecnología sensible en Argentina esta mas en el ámbito interno que externo. Nadie de afuera nos prohíbe desarrollar misiles balísticos de combustible sólido, submarinos nucleares, enriquecer uranio o reprocesar combustible nuclear quemado. Las trabas siembre estuvieron puertas adentro, sin ir mas lejos observa la reacción de la oposición al anuncio de Garre de desarrollar la propulsión nuclear para uso naval y observa cuantos cuestionamientos vinieron desde afuera.
problema ninguna, es mas est perfecto.
yo pensaba que no podiamos por preciones externas ya que con combustible solido se puede ir hacia uno militar.gracias
gracis, idem arriba.
Seguramente se puede ir hacia lo militar, aunque no es ningún impedimento. Si existiera algún impedimento en cuanto a misiles balísticos, me imagino que se encontraría en el rango de alcance máximo. Algo así como que no pueda llegar a Malvinas con una carga militar importante. O de unos 600 km con 500 kg, por ejemplo.
Rojo de atras hacia adelante, del Pampa que hoy se encuentra en produccion hay 18 unidades encargadas,, diez originales y ocho posteiores, y no se descarta mayores unidades a futuro, siendo asi has mencionado un ejemplo no valido.
Del CP30 se encuentran cuatro uunidades terminadas y dos mas antes de fin de año, alli se entregara la primera tanta de seis y se comenzara con la segunda de otros seis, de la cual si bien no se ha mencionado nada al respecto, siendo asi has mencionado otro ejemplo no valido.
No recuerdo de memoria ni poseo en este momento suficiente tiempo para ubicar las medidas presumidas del Tronador II, pero si asi fueran ciertas las por vos publicadas, te comento que ya se ha decidido cual sera el emplazamiento final para su proximo lanzamiento, y por cierto perde cuidado que su plataforma de lanzamiento, no representara mayor perdida de tiempo ni complejidad en su futura construccion.
Saludos cordiales.
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No hay condicionamiento en el propulsante, nuestro pais si deseara desarrollar vectores con propulsion a combustible solido lo hace y de hecho lo esta haciendo.
Creo que tu error se basa en considerar al combustible como condicionante de cierto tratado, cuando en realidad son los kilometros de alcance la limitacion que presenta el mismo.
Ahora bien, el Tronador, es un vector que busca alcanzar su maximo exponente en futoros desarrollos a los efectos de colocar una carga util en el espacio, no haciendo de el uso con un fin militar, y en ese caso el comportamiento de un motor en base a combustible liquido presenta grandes e incomparables ventajas respecto del solido, como por ejemplo su reencendido, entre otros.
Saludos cordiales.
El régimen firmado por Argentina (a propia voluntad) para regular la proliferación de misiles balísticos (Missile Technology Control Regime - MTCR), limita la exportación de misiles con un alcance mayor a 300 km y una cara útil mayor a 500 kg. Pero la limitación es solo para exportación, para uso interno no hay límites.
Por ejemplo, el SS-26 Isklander tiene dos versiones, la M con 400 Km de alcance y 700 kg de carga para uso interno ruso y la E para exportación con 280 km de alcance y 480 kg de carga.
ok grax si ahi ya me aclararon, estaba confundido.
no fui yo este
Saludos cordiales.
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ok gracias , si ahi estaba mi confucion.
Vale la aclaracion Artrech, muy bien, doy mi fe de erratas, se limita por alcance y carga util.
Saludos cordiales
Perdon por el error Rojo, muy cierto, el mensaje iba dirijido a Condor III.
Saludos cordiales.
S
SnAkE_OnE
quien dice que nosotros no hagamos combustible solido? en todo caso el termino es bastante engañoso..no es el mismo el grano propulsor que se aplica en los distintos vectores
S
SnAkE_OnE
fue en relacion a Rojo, pido disculpas por no aclarar
J
JULIO LUNA
No hay ningún tipo de limitación, las restricciones solo son aplicables a la exportación. Y el MTCR no es un tratado puede ser cumplido o no .No hay obligación.
mi duda era si no podiamos hacer vectores de lanzmiento a combustible solido por preiones externas pero ya me lo aclararon.
Nota de La Nación: 15/08/2010
En este momento, hay sólo seis países o agencias internacionales en el mundo en condiciones de poner un satélite en el espacio: Ucrania/Rusia, Japón, China, Francia/la Unión Europea, la India y los Estados Unidos. Pero pronto, si todo marcha como está previsto, la Argentina se sumará a ese club de elite: con el aporte de varios cientos de investigadores e ingenieros del sistema científico, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) avanza a paso firme en el diseño de un vehículo que, por un lado, incluya las tecnologías más avanzadas que puedan imaginarse y, por otro, se ajuste a las necesidades y objetivos del Plan Espacial Nacional.
"Lo que tiene de fabuloso este tipo de proyecto es que estaremos en la "ultra frontera" del conocimiento -se entusiasma el doctor Conrado Varotto, director ejecutivo de la Conae-. Y lo hacemos no tanto por la capacidad de lanzamiento en sí, sino por una nueva concepción que tenemos de cómo va a evolucionar la tecnología espacial."
En la actualidad, la Conae se centra en misiones de teleobservación de la Tierra con tres familias de satélites: la serie SAC (A, B, C, D y E, con instrumentos que funcionan en el rango óptico y/o microondas pasivos), la serie Saocom (con instrumentos en el rango de las microondas activos/radares) y la serie SARE, aparatos para determinadas aplicaciones muy propias de la Argentina. "Por ejemplo, que puedan colocarse en una órbita rara, que nos permitan pasar por un mismo lugar mucho más seguido a diferentes horas", detalla Varotto.
Pero hay algo más. Este tipo de satélites permitirían desarrollar un concepto absolutamente innovador en materia de actividad espacial: la arquitectura segmentada, que concibe cada aparato como una pieza específica de un conjunto ( cluster , en la jerga técnica) dinámico, en el que cada una cumple funciones específicas y en el que todos comparten servicios esenciales.
"Este nuevo concepto vendría a resolver problemas como éstos -explica Varotto-. Si ocurre algo en la Tierra que exige tener un instrumento arriba en semanas para poder observarlo, y eso depende de un satélite de los que se llaman clásicamente «monolíticos», como los que nosotros diseñamos, entre que lo concebimos y lo ponemos en órbita, pasan seis años como mínimo. Además, si uno tiene un desperfecto arriba, lo perdió. Y la tercera cuestión es que, en un aparato que ya está en órbita, si se producen avances tecnológicos, no se pueden reemplazar los dispositivos más atrasados. Son tres situaciones muy diferentes, pero que se resumen en el hecho de que lo ideal sería poder contar con «pedazos» de satélites o satélites chiquititos, cada uno con distintas tareas. Creo que este camino nos va a llevar a estar muy, muy avanzados en el espacio. Si contamos con los recursos, calculamos que en 2013 podríamos estar lanzando el primer vehículo."
Nora bär
LA NACION
La arquitectura segmentada podría revolucionar la actividad especial. Alberto Ridner, gerente de gestión tecnológica de la Conae, lo ilustra con una analogía: "En las nuevas computadoras, usted conecta algo, un pendrive , y la máquina lo reconoce automáticamente; es lo que se llama plug and play . Bueno, el de la arquitectura segmentada sería un sistema parecido. Llega un nuevo módulo y el sistema que ya está en órbita tiene que aceptarlo, reconocerlo y ver qué funciones cumple. La nueva pieza, a su vez, usa esa infraestructura. Por ejemplo: no es necesario que lleve sistemas de comunicaciones, porque el aparato «madre» ya los tiene. O, al revés, el sistema de comunicaciones falló, y usted manda otro. Ahora es imposible enviar una cámara en cuatro o cinco meses, porque tengo que hacer todo el satélite completo, como un traje a medida. La idea es que si todo eso ya está arriba, entonces uno puede acercar un instrumento que reciba esos servicios".
Para esto es indispensable desarrollar un sistema de navegación, guiado y con control de una exigencia extrema, tanto como para que permita inyectar un satélite a cincuenta o incluso treinta metros del otro.
La idea es fabulosa, pero ¿es posible? "Bueno, nosotros decimos que sí? si uno dispone de lanzadores propios, de modo tal que los pueda tener en el momento en que los necesita y a costos razonables", contesta el doctor Conrado Varotto, director ejecutivo de la Conae.
Entre las razones que alentaron este proyecto figuran el hecho de que la industria de lanzadores es muy limitada, que está condicionada por artilugios diplomáticos y comerciales, que alrededor del 70% del costo de estos dispositivos no surge de los "fierros", sino de las neuronas que aseguran un lanzamiento exitoso, y que éstas abundan en el país.
Prototipo de propulsión
"Nosotros calculamos que un vehículo como el que planeamos va a costar un cuarto de lo que costaría en cualquier otro lugar -dice Varotto-. Es obvio que conviene para el desarrollo del país, porque lo tengo cuando lo necesito y además abre una línea en la que uno puede seguir avanzando."
El lanzador argentino, entonces, debería poder colocar satélites de entre 250 y 400 kg por debajo de la órbita LEO (típicamente entre los 200 y los 1200 km de altura).
"Lo hemos encarado teniendo en cuenta que lo más crítico es la parte del sistema de navegación, guiado y controlado -dice Varotto-. Ya hicimos algunas pruebas en la altura, gracias a un acuerdo con Brasil, y anduvo muy bien. En lo que hace a la propulsión, en este momento, estamos muy avanzados en el primer prototipo de un motor de 30.000 kilos de empuje. Es probable que el primer lanzador tenga una combinación de tres de éstos."
El combustible será líquido, como es usual en las misiones civiles, como ésta, y también desarrollado en el país. "El combustible se desarrolla en el país; los motores, y la estructura, también; el sistema de navegación, también? compramos afuera unos pequeños chips ", se enorgullece Varotto.
En este momento, hay sólo seis países o agencias internacionales en el mundo en condiciones de poner un satélite en el espacio: Ucrania/Rusia, Japón, China, Francia/la Unión Europea, la India y los Estados Unidos. Pero pronto, si todo marcha como está previsto, la Argentina se sumará a ese club de elite: con el aporte de varios cientos de investigadores e ingenieros del sistema científico, la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) avanza a paso firme en el diseño de un vehículo que, por un lado, incluya las tecnologías más avanzadas que puedan imaginarse y, por otro, se ajuste a las necesidades y objetivos del Plan Espacial Nacional.
"Lo que tiene de fabuloso este tipo de proyecto es que estaremos en la "ultra frontera" del conocimiento -se entusiasma el doctor Conrado Varotto, director ejecutivo de la Conae-. Y lo hacemos no tanto por la capacidad de lanzamiento en sí, sino por una nueva concepción que tenemos de cómo va a evolucionar la tecnología espacial."
En la actualidad, la Conae se centra en misiones de teleobservación de la Tierra con tres familias de satélites: la serie SAC (A, B, C, D y E, con instrumentos que funcionan en el rango óptico y/o microondas pasivos), la serie Saocom (con instrumentos en el rango de las microondas activos/radares) y la serie SARE, aparatos para determinadas aplicaciones muy propias de la Argentina. "Por ejemplo, que puedan colocarse en una órbita rara, que nos permitan pasar por un mismo lugar mucho más seguido a diferentes horas", detalla Varotto.
Pero hay algo más. Este tipo de satélites permitirían desarrollar un concepto absolutamente innovador en materia de actividad espacial: la arquitectura segmentada, que concibe cada aparato como una pieza específica de un conjunto ( cluster , en la jerga técnica) dinámico, en el que cada una cumple funciones específicas y en el que todos comparten servicios esenciales.
"Este nuevo concepto vendría a resolver problemas como éstos -explica Varotto-. Si ocurre algo en la Tierra que exige tener un instrumento arriba en semanas para poder observarlo, y eso depende de un satélite de los que se llaman clásicamente «monolíticos», como los que nosotros diseñamos, entre que lo concebimos y lo ponemos en órbita, pasan seis años como mínimo. Además, si uno tiene un desperfecto arriba, lo perdió. Y la tercera cuestión es que, en un aparato que ya está en órbita, si se producen avances tecnológicos, no se pueden reemplazar los dispositivos más atrasados. Son tres situaciones muy diferentes, pero que se resumen en el hecho de que lo ideal sería poder contar con «pedazos» de satélites o satélites chiquititos, cada uno con distintas tareas. Creo que este camino nos va a llevar a estar muy, muy avanzados en el espacio. Si contamos con los recursos, calculamos que en 2013 podríamos estar lanzando el primer vehículo."
Nora bär
LA NACION
La arquitectura segmentada podría revolucionar la actividad especial. Alberto Ridner, gerente de gestión tecnológica de la Conae, lo ilustra con una analogía: "En las nuevas computadoras, usted conecta algo, un pendrive , y la máquina lo reconoce automáticamente; es lo que se llama plug and play . Bueno, el de la arquitectura segmentada sería un sistema parecido. Llega un nuevo módulo y el sistema que ya está en órbita tiene que aceptarlo, reconocerlo y ver qué funciones cumple. La nueva pieza, a su vez, usa esa infraestructura. Por ejemplo: no es necesario que lleve sistemas de comunicaciones, porque el aparato «madre» ya los tiene. O, al revés, el sistema de comunicaciones falló, y usted manda otro. Ahora es imposible enviar una cámara en cuatro o cinco meses, porque tengo que hacer todo el satélite completo, como un traje a medida. La idea es que si todo eso ya está arriba, entonces uno puede acercar un instrumento que reciba esos servicios".
Para esto es indispensable desarrollar un sistema de navegación, guiado y con control de una exigencia extrema, tanto como para que permita inyectar un satélite a cincuenta o incluso treinta metros del otro.
La idea es fabulosa, pero ¿es posible? "Bueno, nosotros decimos que sí? si uno dispone de lanzadores propios, de modo tal que los pueda tener en el momento en que los necesita y a costos razonables", contesta el doctor Conrado Varotto, director ejecutivo de la Conae.
Entre las razones que alentaron este proyecto figuran el hecho de que la industria de lanzadores es muy limitada, que está condicionada por artilugios diplomáticos y comerciales, que alrededor del 70% del costo de estos dispositivos no surge de los "fierros", sino de las neuronas que aseguran un lanzamiento exitoso, y que éstas abundan en el país.
Prototipo de propulsión
"Nosotros calculamos que un vehículo como el que planeamos va a costar un cuarto de lo que costaría en cualquier otro lugar -dice Varotto-. Es obvio que conviene para el desarrollo del país, porque lo tengo cuando lo necesito y además abre una línea en la que uno puede seguir avanzando."
El lanzador argentino, entonces, debería poder colocar satélites de entre 250 y 400 kg por debajo de la órbita LEO (típicamente entre los 200 y los 1200 km de altura).
"Lo hemos encarado teniendo en cuenta que lo más crítico es la parte del sistema de navegación, guiado y controlado -dice Varotto-. Ya hicimos algunas pruebas en la altura, gracias a un acuerdo con Brasil, y anduvo muy bien. En lo que hace a la propulsión, en este momento, estamos muy avanzados en el primer prototipo de un motor de 30.000 kilos de empuje. Es probable que el primer lanzador tenga una combinación de tres de éstos."
El combustible será líquido, como es usual en las misiones civiles, como ésta, y también desarrollado en el país. "El combustible se desarrolla en el país; los motores, y la estructura, también; el sistema de navegación, también? compramos afuera unos pequeños chips ", se enorgullece Varotto.
Aquí una nota de 2008:
No entiendo ¿convertirse en potencia espacial cuesta 4 millones de dólares? no me cierra.
Según dice la nota "alquilar" un lanzador para colocar un satélite en órbita sale 12 millones de dólares... y el deasarrollo completo de Tronador II sólo 4 millones... no entiendo.
Parece que en serio Argentina terminará desplazando a Rusia, Europa y Estados Unidos del negocio espacial.
No entiendo ¿convertirse en potencia espacial cuesta 4 millones de dólares? no me cierra.
Según dice la nota "alquilar" un lanzador para colocar un satélite en órbita sale 12 millones de dólares... y el deasarrollo completo de Tronador II sólo 4 millones... no entiendo.
Parece que en serio Argentina terminará desplazando a Rusia, Europa y Estados Unidos del negocio espacial.
J
JULIO LUNA
En Argentina desarrollos de alta tecnológia como por ejemplo reactores nucleares de pruebas cuestan 5 veces menos que en cualquier pais del primer mundo es por eso y por la calidad de sus procuctos que INVAP gana licitaciones en todo el mundo.
Hola, hace bastante que vengo siguiendo este hilo, y la verdad es que me pone contento esto de los desarrollos tecnológicos de la Argentina, lo que si me gustaría que alguien entendido en el tema me explique el por que acá sale mas barato que en otro lugar hacer tal desarrollo ya que yo no soy idóneo en el tema.
Ojala se termine a plazo y que gane el mercado espacial. :cheers2::cheers2:
Atte:
Don Albert Einstein.
Ojala se termine a plazo y que gane el mercado espacial. :cheers2::cheers2:
Atte:
Don Albert Einstein.
Esta mas que claro y no reviste el mayor analisis, que la mano de obra local y aquellos componentes e insumos necesarios adquiridos en nuestro pais, tienen un diverso y abismal costo y representacion, respecto de aquellos del extranjero, mas de aquellos del primer mundo.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
