El tiro por la culata
La contundente ofensiva israelí contra Gaza podría estar fortaleciendo a Hamas.
Por Mariano Saravia.
Periodista
http://www2.lavoz.com.ar/09/01/06/secciones/internacionales/nota.asp?nota_id=478912
Aunque parezca paradójico, los contundentes golpes que Israel está asestando al grupo islamista que gobierna la Franja de Gaza podrían fortalecerlo. Si algo necesitaba Hamas era justamente llenarse de mártires y erigirse como el único y verdadero defensor del pueblo palestino.
Si lo que buscaba Israel con los ataques era romper la columna vertebral del grupo islamista y además persuadir a los habitantes de Gaza de que su apoyo a Hamas se traduce en tragedia y que les conviene fortalecer a Al Fatah, lo que se está consiguiendo es justamente lo contrario.
No sólo en la Franja la tragedia une a los palestinos, sino que además en Cisjordania flota en el aire una sensación de desazón con su propio gobierno encabezado por Mahmud Abbas, quien tuvo una reacción muy tibia con respecto a los bombardeos israelíes.
Hamas ganó las elecciones legislativas en enero de 2006, y después de una guerra civil, desde el 14 de junio de 2007 gobierna todo el territorio más densamente poblado del mundo.
Desde ese momento, Hamas ha tenido que pasar de ser un grupo islamista con una amplia red social a ser un gobierno que debe administrar una región paupérrima y con un bloqueo más severo que el que sufre Cuba.
Ni siquiera después de mediados de 2008, con la tregua, Israel flexibilizó el bloqueo. No entran remedios, alimentos, ni siquiera materiales de construcción.
Sólo una amplia red de túneles en sus 11 kilómetros de frontera sur con Egipto da un poco de aire y deja entrar dinero del extranjero, suministros básicos y, según denuncias israelíes, armas de Irán, por lo que ahora son objetivo de los bombardeos de la aviación israelí.
En estas condiciones, lo cierto es que el gobierno de Ismail Haniye ha tenido ciertos logros. Frente al hartazgo de los palestinos ante gobiernos corruptos, Hamas llegó con un discurso religioso, moralista, anticorrupción y antiisraelí.
Partidos. Hoy por hoy, los territorios palestinos funcionan como dos entidades políticas separadas: por un lado Gaza, gobernada por Hamas, una estrecha franja de 360 kilómetros cuadrados sobre el Mediterráneo; por el otro, Cisjordania, que ocupa las bíblicas regiones de Judea y Samaria, gobernada por Al Fatah, la fuerza política heredera de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Al Fatah y Hamas siguen en conflicto y los partidarios del primero hacen lo posible para entorpecer el gobierno del segundo. De hecho, hasta la actualidad persiste en Gaza una huelga digitada por Mahmud Abbas que abarca a jueces, funcionarios, maestros y médicos que retacean colaboración con el gobierno de la Franja.
Es decir, aunque seguramente no desee la muerte de civiles inocentes, en el fondo Mahmud Abbas debe ver con cierta simpatía la intención israelí de liquidar a Hamas. Y esa actitud es la que hace que pierda consenso en la propia Cisjordania, donde podría ir en aumento la popularidad de Hamas.
En las manifestaciones de los últimos días en Ramallah, Belén y Jerusalén, un grito que resuena hace acordar al de la Argentina de diciembre de 2001. "Fuera, fuera todos", gritan los jóvenes palestinos que reparten su bronca entre Israel y el gobierno de Abbas, al que algunos llegan a acusar de colaboracionista.