Holocausto Judío

Nos dirigimos a usted, impía criatura del mal, para notificarle que ha sido excomulgado. Sin más, púdrase en el averno. :biggrinjester:

Sí, te declaran oficialmente excomulgado, salvo en los casos donde opera latae sententiae, es decir, de manera automática, como ocurre a alguien que intencionalmente arroje al suelo (o algo peor) las especies ya consagradas (sabiendo que eso está penado con la excomunión; si no lo sabe, no opera)

Jajjaaja:rofl:, yo se la mandaria a la gente, mas que nada para que refleccionen, ya no van a poder decir: mira yo soy católico y pienso que ... jajaja
 
Estan mezclando etnia con religión...que en el caso de los judíos por lo menos hasta hace poco iba de la mano (un ejemplo de etnia con diversas religiones sería un Alemán católico y uno luterano). Los apellidos se adaptan al lugar donde se asentaron, así tenemos apellidos "germanizados" o "eslavizados".
Categorizar "Hispano" a todo lo latinoamericano como etnia es una falacia importada de EEUU...así es imposible que un "Van Ryebeck" de origen holandés por ambas partes nacido en Venezuela o Chile sea étnicamente hispano.
 

Comrade

Colaborador
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Judio es el que tiene apellido judio, no le demos mas vueltas al tema, ademas te das cuenta cuando lo vez, se distinguen, el tema si va a misa o no es accesorio en estos tiempos, los cristianos tampoco vamos a misa permanentemente, ni nos confesamos todos los domingos, etc, etc, etc.

En españa durante la inquisision muchos judios adoptaron apellidos diferentes, de ahi tambien muchos judios adoptaron apellidos en relacion a su oficio (Zapatero por ejemplo).
 
Pucha me lo lei todo y no entendi un joraca. A mi si me dice que es judio. Es judio, consejo, si es un baron, no le pidan pruebas....

Saludos
 

SuperEtendard

Colaborador
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Don Tano, Jesús no era Judío............... :yonofui::icon_bs:y es el génesis y la escensia del Catolicismo.

Jesús era judío, condición imprescindible para ser el Mesías. La escensia del Catolicismo es María y no Jesús.

Saludos

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Pucha me lo lei todo y no entendi un joraca. A mi si me dice que es judio. Es judio, consejo, si es un baron, no le pidan pruebas....

Saludos

Y si es un duque?:biggrinjester:

Saludos
 
:eek:

Yo ahora soy ateo pero en su momento fui catolico y nunca me enseñaron que la esencia del catolicismo fuese Maria.
Perdon por el OT.

Ni hablar creo que esta por demas de claro en el Credo: Creo en Dios padre todo poderoso, creador de ... etc etc.
Creo que es bueno que siga como venia la mano hasta ahora, que aquellos que saben de los judios porque lo son o estan relacionados con ellos nos hablen y nos expliquen y cuenten de ellos, y igual con los Católicos o lo que sea, porque si es así, yo podría decir cual es la esencia de tal cosa o de quienes según yo, y así todos decimos cualquiera
Saludos.
Además creo que No se entendió lo que quiso poner Derru por algo puso la carita de :yonofui:
 
El ser Judio, ¿tiene que ver con la religión, con la nacionalidad, con la sangre, con el apellido? ¿como se es Judio? osea, yo tenia pensado que no importaba el apellido ni lo demas, que se tenia que estar circuncidado.
Saludos
 
El ser Judio, ¿tiene que ver con la religión, con la nacionalidad, con la sangre, con el apellido? ¿como se es Judio? osea, yo tenia pensado que no importaba el apellido ni lo demas, que se tenia que estar circuncidado.
Saludos

No tan así yo en temporada turística trato con los viajeros que provienen de Israel.
Sintetizo lo que me toca vivir con absolutamente todos los grupos de viajeros Israelitas.
Con este hermoso GIF

:banghead: :banghead: :banghead: :ack2: :ack2: :ack2: :puke: :puke:
Por dios que gente tan odiosa , se quejan por todo. Dan la imprecion de que viajan solo por el gusto de pelerace con la gente y de criticar todo lo que tiene que ver con nuestra cultura.
No justifico la matanza indiscriminada de estas personas .
Pero de que te dan bronca te dan bronca.

 

Comrade

Colaborador
Colaborador
El ser Judio, ¿tiene que ver con la religión, con la nacionalidad, con la sangre, con el apellido? ¿como se es Judio? osea, yo tenia pensado que no importaba el apellido ni lo demas, que se tenia que estar circuncidado.
Saludos

Con todas y con ninguna, pero tambien depende de quien lo pregunte.

Para mi cualquier familiar de Judio es Judio si el lo desea, y si no le gusta y lo niega es su asunto.

Para el estado de Israel tenes que ser 1/8 Judio.

Para el Rabinato, solo de vientre materno se toma esa identidad.

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No tan así yo en temporada turística trato con los viajeros que provienen de Israel.
Sintetizo lo que me toca vivir con absolutamente todos los grupos de viajeros Israelitas.
Con este hermoso GIF

:banghead: :banghead: :banghead: :ack2: :ack2: :ack2: :puke: :puke:
Por dios que gente tan odiosa , se quejan por todo. Dan la imprecion de que viajan solo por el gusto de pelerace con la gente y de criticar todo lo que tiene que ver con nuestra cultura.
No justifico la matanza indiscriminada de estas personas .
Pero de que te dan bronca te dan bronca.


En Israel, Argentina es para la cultura popular como uno de los mejores paises del mundo.
 
Memoria de la Shoá y judeofobia en el mundo actual

Shoa= Holocausto en idioma Hebreo.


Desde el año 2005 la Organización de las Naciones Unidas instauró la fecha del 27 de enero como Día de Conmemoración del Holocausto. La decisión de adoptar esa fecha no es azarosa. Se seleccionó esa fecha como momento conmemorativo de “la liberación” de Auschwitz por parte de las tropas aliadas.
Conmemoración implica memoria, y si de memoria se trata es nuestra obligación referirnos a la supuesta “liberación” de Auschwitz como un eufemismo que intenta construir una memoria histórica alternativa. Y esto es así porque la historia nos muestra que no existió ni una sola operación militar dirigida a acabar (o siquiera a entorpecer) el proceso de aniquilación de los judíos europeos emprendido por los nazis. De hecho, a pesar que existe evidencia que los mandos aliados sabían de este tremendo crimen, no destinaron ningún esfuerzo bélico en orden de liberar a los judíos europeos de su sufrimiento.
En realidad más que conmemorar “la liberación” de Auschwitz (ya que liberación implica una acción militar voluntaria hacia un objetivo prefijado, es un hecho voluntario y no fortuito) habría que recordar “el encuentro” de Auschwitz ya que las tropas aliadas se “toparon” con los campos en su carrera hacia Berlín.

Lo paradójico de esta situación es que, mientras por un lado la ONU construye esta “memoria épica” de la Shoá, por otro lado se ha tornado un foro de propagación de las “nuevas” formas de judeofobia (particularmente el “anti sionismo”). Cuando, por ejemplo, en un flagrante acto de discriminación dedican (inmerecidamente) a Israel el 30 por ciento de las condenas por violación a los derechos humanos mientras, por otro lado, evitan intencionalmente pronunciarse contra regímenes que son abiertamente “violadores seriales” de los derechos humanos más elementales como Sudán, Siria, Libia, Irán, etc.
Asimismo mantiene silencio (habría que agregar cómplice) cuando el mandatario de una nación miembro (Irán) amenaza con el exterminio a otra nación miembro (Israel). Nos preguntamos: ¿qué ocurriría si las amenazas fuesen a la inversa? (de Israel hacia Irán), seguramente habría resoluciones condenatorias de la Comisión de Derechos Humanos y pedidos de expulsión de Israel en la Asamblea General.
También debemos recordar la locura de la ONU cuando realiza conferencias “contra el racismo” (en Durban), en la que se cantan consignas anti judías y se alzan pancartas con el rostro de Hitler. Y todo esto ocurre mientras que por un lado se produce la repulsa del nazismo y por el otro (con la conmemoración del 27 de enero) se construye una memoria histórica “virtualizada”, una “épica” que prestigia como “liberadores” a quienes no hicieron nada por rescatar a los judíos víctimizados por el nazismo (recordemos por ejemplo el fracaso de la Conferencia de Evián del año 1938).
Esto nos permite visualizar con claridad la consolidación de una nueva forma de judeofobia. Esta se ve fortalecida y potenciada por una profunda crisis ideológica y política de la izquierda radical, parecería, debido a las transformaciones estructurales ocurridas en las últimas tres décadas, donde habría perdido a su “sujeto histórico” (el proletariado) y lo ha reemplazado por un sujeto más difuso definido por una carencia más que por una virtud (los desposeídos: sin trabajo, sin tierra, “sin Estado”, etc.), mientras que por otro lado fracasó como alternativa post capitalista con el derrumbe de la URSS y el llamado “Socialismo Real”.
Esta crisis catastrófica que atraviesa este sector lo ha hecho replegarse y confluir en un espacio común con los restos de la derecha radical y con el integrismo islámico, dando origen a una nueva forma de expresión de la judeofobia. Este espacio de confluencia se ve facilitado por la existencia de aspectos ideológicos comunes a estos tres grupos de confluencia.
Esto es muy largo para desarrollar aquí pero los enunciaremos someramente: a) son “anti imperialistas”, anti imperialismo declamativo que en realidad encubre el deseo de imponer su propio proyecto imperial-global (imperio fascista, comunista o islamista según corresponda); b) su demagogia populista; c) su totalitarismo; d) su autoritarismo y e) su judeofobia militante.
El discurso judeofóbico contemporáneo que emana de este espacio de confluencia tiene tres ejes retóricos claramente delimitados:
a) La “Teoría de la Conspiración Judeo-Sionista”: este viejo mito de los judeófobos ha reaparecido simultáneamente bajo dos formas opuestas y mutuamente excluyentes: 1- la vertiente “derechista”: según esta teoría conspirativa existiría una supuesta conjura judía (o sionista, o israelí, etc.) para la dominación global del mundo (o de los Estados Unidos, Europa, la ONU, etc.) y 2- la vertiente “izquierdista”, según la cual Israel sería una “avanzada imperialista” en Medio Oriente (o un títere del imperialismo, etc.). Mientras que en la primera ecuación la parte dominante de la ecuación es “el judío”, en la segunda lo es “el imperialismo”.
b) La “Negación (o la Banalización) de la Shoá”. Este eje discursivo también contará con dos versiones: la “progresista” (izquierdista) y la “reaccionaria” (derechista). Lo que busca está última es una vindicación del nazismo a través de la negación de la existencia de la Shoá y la primera que busca relativizar el Holocausto como hecho histórico fundante a través de su tratamiento banal. El objetivo de este trato sería quebrar la empatía con las víctimas de la Shoá para abrir el camino que posibilite el desarrollo del tercer eje retórico.
c) La “Nazificación de los Judíos, el Sionismo e Israel”. A través de la enunciación de esta infamia los judéofobos contemporáneos buscan equiparar a los judíos (el sionismo e Israel) con sus asesinos nazis. Esta calumnia busca legitimar la idea que, como a los nazis, la única alternativa posible para acabar con sus “crímenes” es la aniquilación completa. Adicionalmente, si los judíos “son” nazis sus “víctimas” merecerán toda la solidaridad y empatía.
La acusación involucrada en este último de los ejes discursivos, además de ser una canallada es un sinsentido histórico que intenta destruir la memoria de lo que fue la Shoá y de quienes fueron sus víctimas dado que si existe una particularidad histórica del nazismo, esto es su judeofobia racial; por lo tanto, es un absurdo desde el punto de vista lógico acusar a un judío de ser nazi, a pesar de lo cual hay quienes sostienen esta incalificable incoherencia seriamente e inclusive intentan darle un andamiaje argumentativo lógico (mera retórica carente de sentido).
Este hecho demuestra que lo que sustenta ideológicamente al judeófobo, sus fundamentos racionales, no son los acontecimientos sino sus prejuicios. Su lógica discursiva es mera palabrería hueca, mera retórica vacía de contenido. Una retórica que no tiene más sustancia que la búsqueda de deslegitimación de “lo judío”.
La aparición de este espacio ideológico de confluencia entre el islamismo radical y el izquierdismo posibilita el avance que vemos hoy en día de las organizaciones islamistas de corte judeofóbico en regiones dominadas por el populismo latinoamericano.
De esta manera vemos que en países como Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, etc., se ha desarrollado una forma grotesca de “anti imperialismo”, que en realidad es funcional a la expansión del islamismo radical. De esta manera es como vemos aparecer hoy en América Latina filiales de Hezbollah, y organizaciones de corte populista-fascista como la llamada “Quebracho”, que son financiadas con dinero proveniente de Venezuela e Irán.
Estas insólitas y extrañas alianzas se ven favorecidas por el desarrollo en Occidente de una filosofía de corte relativista como es la post modernidad. La post modernización de Occidente facilitó el rescate, por parte de filósofos críticos del capitalismo, de filósofos irracionalistas como Nietzche o el nazi Heidegger.
Como vemos, la confluencia de estos grupos es algo más profundo que una mera postura coyuntural, es estructural, y dentro de este nuevo espacio la judeofobia asume rasgos escenciales. La marcha de los tiempos parecería estar indicando que, lamentablemente, la judeofobia, una vez más, ha vuelto para quedarse, sólo que esta vez se ha disfrazado de anti sionismo, pero la esencia es la misma, la intolerancia a lo judío.


Autor: Lic. Patricio A. Brodsky, Buenos Aires, exclusivo para Aurora.
 
Italia recuerda su responsabilidad en el Holocausto



La responsabilidad de instituciones y personas italianas en la caza y captura de judíos en Italia desde noviembre de 1943 al fin de la guerra en mayo de 1945 es recordada gracias a un libro de Liliana Picciotto, la mayor estudiosa de la Shoah en el país.
Picciotto ha publicado "L'alba ci colse come un tradimento", de la editorial Mondadori. La autora reconstruye la vida y la muerte de miles de judíos, arrestados por italianos en el territorio de la República Social Italiana, un régimen títere creado por Mussolini y bajo control alemán, que fueron enviados al campo de Fossoli, en Módena, de donde los nazis los transportaban después al de extermino de Auschwitz-Birkenau, en Polonia.
La escolta de los prisioneros la realizaban los carabineros, policía militarizada italiana, asegura la autora.
El 14 de noviembre de 1943 el Partido Nacional fascista declaró "todos los que pertenecen a la raza judía son extranjeros, durante esta guerra pertenecen a la nacionalidad enemiga", dos semanas después el Ministro de la Guerra ordenó su arresto e internamiento.
En septiembre de 1943 los nazis llevaron a cabo la operación más dramática, la del gueto de Roma con 1.020 judíos capturados de los que 824 fueron asesinadas poco horas después de llegar a Auschwitz.
A partir de noviembre de ese año ya operaron las comisarías italianas y en diciembre todas las operaciones pasaron a manos de policías de Italia, que para no ser inferiores a sus aliados nazis, limpiaron los guetos del norte de Italia, entre ellos, el de Venecia y Mantua.
Durante gran parte del año 1944 fueron sólo las fuerza del orden italianas las que alimentaron la máquina del exterminio, eliminando la comunidad judía de la Italia centro-septentrional, refiere Piccioto.
Fueron creados 29 campos provinciales, con una estructura central, la antecámara fascista del Holocausto: Fossoli bajo control italiano hasta febrero de 1944 en que pasó a manos del cuerpo de elite de Hitler, la temible SS.
En Fossoli no había crueldad, ni hambre, ni enfermedades pero el fin era siempre el mismo, se salía en tren para Auschwitz. De allí partieron 2.844 personas, solo una décima parte sobrevivieron, entre ellos, Primo Levi, novelista, ensayista y científico italiano, símbolo de la resistencia y narrador de la ignominia vivida.
"Los italianos llenaban Fossoli, los alemanes lo vaciaban", asegura la estudiosa italiana.
En Italia había otros dos campos en el norte, el de Bolzano y de San Sabba, usado para asesinar partisanos y opositores políticos y todo con la colaboración de los italianos.
Al final de la guerra en mayo de 1945, en la República Social quedaron atrapados entre 32.000 y 33.000 judíos y poco menos de un tercio fueron asesinados por los nazis.
Las víctimas identificadas por la Shoah en Italia son 8.948, pero existe la certeza de que centenares de personas desaparecieron en los hornos crematorios.
El semanario "L'espresso" plantea por qué si Alemania se pregunta cómo un pueblo entero pudo participar en semejante genocidio, en Italia no se habla de los miles de judíos que los propios italianos acompañaron a la "solución final".

EFE
 

Shandor

Colaborador
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Historia. El exterminio por parte de la Alemania nazi aniquiló a una comunidad de unos 3,2 millones

Polonia, veinte años después, reconstruye su memoria judía

Veinte años después de la caída del comunismo, que impuso el silencio sobre casi mil años de historia de la mayor comunidad judía de Europa, en Polonia florecen las iniciativas públicas e individuales para recuperar esa parte de la identidad del país.
Varsovia | AFP

La conciencia nacional de ese mundo perdido revive con los festivales de cultura judía, la restauración de los cementerios, la enseñanza obligatoria de la historia y la literatura de los judíos de Polonia, así como las conmemoraciones y una intensa actividad editorial e investigadora.

"Después de un silencio de 50 años, el hecho de que luego de 20 años muchos aprecien mejor el papel de los judíos, es un cambio muy rápido", declaró a la AFP el gran rabino de Polonia, Michael Schudrich.

El exterminio de los judíos de Europa por parte de la Alemania nazi aniquiló a una comunidad que en Polonia contaba con unos 3,2 millones de personas, según el censo de 1931, o sea 9% de la población.

A principios de 1946 quedaban tan sólo unos 200.000 judíos, según la oficina de estadísticas. Muchos de ellos abandonaron luego el país, sobre todo durante las campañas antisemitas de la época comunista.

Actualmente se desconoce su número, "estimado entre 20.000 y 50.000, en base a criterios anecdóticos", según el gran rabino.

Robert Szuchta, profesor de historia en el liceo Witkiewicz de Varsovia, es un pionero y especialista reconocido en Polonia y el extranjero de la enseñanza de la Shoah. Este docente lleva a sus alumnos a los antiguos barrios judíos de Varsovia, que antes de la guerra era la segunda ciudad judía del mundo, después de Nueva York.

"Mire, un habitante de cada tres en la ciudad donde usted vive, donde usted nació y va al colegio, hablaba yiddish. ¿Dónde está ese mundo?", preguntó a sus alumnos.

"Yo no tengo ningún motivo familiar para hacer esto, ninguna raíz (judía), mi razón personal, es que todo esto me duele profundamente", explicó a la AFP.

La enseñanza de la historia de los judíos de Polonia y del Holocausto es obligatoria durante tres de los años de la secundaria, en los cursos de historia, literatura, geografía, educación cívica y filosofía.

Se ha desarrollado una prensa judía, fundamentalmente la revista "Midrasz", que tiene una tirada de 1.500 ejemplares y también es leída, según Piotr Pazinski, su jefe de redacción, por lectores polacos sin ancestros judíos interesados en la cultura hebrea. En 2011 se inaugurará en Varsovia un museo sobre la historia de los judíos en Polonia.

En Cracovia (sur), un festival anual de la cultura judía reúne en julio a artistas judíos y a miles de polacos no judíos y turistas extranjeros, para revivir a través de numerosos conciertos, espectáculos y exposiciones el pasado de Kazimierz, otrora el barrio judío de la antigua capital real de Polonia.

A pesar del silencio impuesto por el comunismo, "un aspecto positivo, único en Europa del Este, es que desde 1943 siempre hubo intelectuales (...) que tuvieron un punto de vista lúcido y muy fuerte sobre esas cuestiones", señala el universitario francés Jean-Yves Potel, autor de "El fin de la inocencia, Polonia frente a su pasado judío".

"También hay vientos contrarios que tienden a minimizar todos esos esfuerzos, a considerar que eso no debe tener un lugar central en la memoria de Polonia, que se trata más bien de la memoria judía", pero "se trata de una posición minoritaria en las instituciones", agregó.
 
Primera Parte

El Holocausto: La magnitud del crimen

La política antijudía nazi comenzó con actos de intimidación y de terror, negación de derechos humanos y civiles y presiones para eliminar la presencia judía en Alemania - y acabó con la casi total destrucción de la judería de los países ocupados de Europa. Esta política fue ejecutada por el partido nazi y por distintos departamentos del Estado alemán, y con la asistencia activa de elementos antisemitas pronazis en los territorios conquistados por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Países satélites de Alemania también participaron en este proceso.
La hostilidad hacia los judíos en esa época estaba sin duda exacerbada por el antijudaísmo tradicional, pero se basaba principalmente en el antisemitismo racista que era uno de los fundamentos esenciales de la ideología nacionalsocialista. Según ésta no había lugar para los judíos en la sociedad humana.
Las etapas de la implementación de la política nazi fueron determinadas por una variedad de factores: la posición política de la Alemania nazi dentro de la comunidad internacional; la medida en que la ideología nazi fue aceptada en el seno de la sociedad alemana y en el de otras naciones de la Europa ocupada; consideraciones económicas y los avatares de la guerra. Pero en el análisis final la ideología antisemita y racista nazi fue la que inclinó la balanza, siendo el resultado la destrucción de seis millones de judíos, aproximadamente un tercio del pueblo todo.
El Holocausto tuvo como resultado el exterminio de centenares de comunidades judías junto con sus riquezas materiales y espirituales. Por su naturaleza y amplitud fue la tragedia más grande que azotó al pueblo judío en toda su historia.

Alemania nazi y los judíos 1933 - 1939
En los años veinte y treinta del siglo veinte irrumpió un nacionalismo violento y antisemita, de tonos racistas y sociales, que exigió limitar las actividades económicas de los judíos y su expulsión de la vida pública de los países en los que nacieron y se criaron, catalogándolos a la vez de raza inferior y peligrosa. Con la ascención al poder de Adolf Hitler en Alemania el antisemitismo racial se convirtió en un instrumento de Estado y en la ideología oficial del Tercer Reich. En 1938 se desató en Alemania una campaña de destrucción de sinagogas, arrestos masivos, destrozos y saqueos de tiendas, y el registro sistemático de bienes judíos con el propósito de su posterior confiscación. Junto a los judíos fueron perseguidos por el régimen nazi otros grupos considerados enemigos del Reich

La persecución de los ‘enemigos’
Los gitanos - Los gitanos eran considerados por los nazis como un elemento asocial que debía ser extirpado del seno de la nación alemana. En especial fueron perseguidos los gitanos nómadas y su suerte fue similar a la de los judíos. De los 44.000 gitanos que vivían en el Reich, miles fueron enviados a campos de concentración después del comienzo de la guerra. Otros fueron internados en campos de tránsito y de allí deportados a guetos y campos de exterminio. Entre 90.000 y 150.000 gitanos europeos fueron asesinados por los nazis.
Los homosexuales - La homosexualidad era ilegal en Alemania desde antes de la llegada de los nazis al poder. Estos la consideraban una aberración que contradecía el principio de la expansión de la raza aria en el marco de una vida familiar normal. Cerca de 15.000 homosexuales fueron internados en campos de concentración, y varios miles perecieron por los maltratos y las duras condiciones que imperaban en aquellos.
Inválidos - Entre 200.000 y 350.000 discapacitados, enfermos crónicos y mentales, ancianos, autistas y otros, fueron esterilizados por la fuerza hasta 1939. Desde 1939 comenzó, en el marco de un programa denominado Eutanasia, el exterminio sistemático de esos grupos. Apodado en código T4, el plan estaba destinado a preservar la pureza de la raza aria eliminando a todos aquellos que denotaban defectos raciales, para crear de ese modo una comunidad nacional (volksgemeinschaft) ideal. Las víctimas eran asesinadas con gases o inyecciones letales o morían de inanición. De ese modo fueron eliminadas entre 200.000 y 275.000 personas.
La Iglesia Católica - A partir de 1933 fueron arrestados miles de miembros del Partido del Centro y sacerdotes católicos e instituciones educativas y eclesiásticas fueron clausuradas, de acuerdo con la política totalitaria del régimen de no permitir ningún tipo de autoridad que pudiera competir con la de los nazis. Esto ocurrió en total contradicción con el Concordato firmado entre el Vaticano y el gobierno de Hitler.
Durante la guerra organizaciones católicas fueron perseguidas y miles de sacerdotes encarcelados y asesinados en los territorios conquistados por los nazis.
Otro grupo perseguido cruelmente por los nazis fueron los Testigos de Jehová, que creían que en el fin de los días serían juzgados aquellos que no compartían sus creencias, se oponían al servicio militar y adoptaron una actitud inequívoca contra el régimen. Muchos de los miembros de la secta fueron arrestados y encerrados en campos de concentración.

1938: El año crucial
Los sucesos de 1938, año que recibió el apodo de "crucial" en un documento alemán, presagiaron una etapa extrema en la política antijudía del régimen nazi. Este año fue testigo de una intensificación de la política expansionista de Alemania y del aceleramiento de los preparativos bélicos.
El 5 de octubre de 1938 se canceló la vigencia de los pasaportes de judíos, y se agregó la letra J [por Jude, judío] en los pasaportes de salida que se expedía a los que emigraban.
Otra ley de 1938 obligaba a hombres y mujeres judíos agregar los nombres “Israel” y “Sara” a los propios, en caso de no poseer un típico nombre judío de acuerdo a una lista confeccionada por funcionarios estatales. De esa forma los judíos podían ser fácilmente identificados por medio de sus nombres.
El 27 de octubre de 1938 comenzó la primera operación de expulsión masiva de judíos del territorio del Reich. La operación, que estuvo dirigida contra judíos de nacionalidad polaca, se realizó con métodos violentos y crueles y sin contemplaciones, así se tratase de ancianos, enfermos o niños. La deportación se realizó en dirección a la frontera polaca y recibió el apodo de la “expulsión a Zbązsyń”, por la población polaca a la cual llegaron en trenes sellados gran parte de los refugiados. Estos sucesos tuvieron una relación directa con el pogromo ejecutado entre el 9 y el 10 de noviembre de 1938, conocido como la Kristallnacht o “Noche de los cristales rotos”. Oficialmente los desmanes antijudíos fueron presentados como una represalia al asesinato de un diplomático alemán en París, Ernst vom Rath, a manos de un joven judío de nombre Herschel Grynszpan, que de esa forma quiso protestar por los maltratos sufridos por su familia y otros judíos durante la expulsión y por las condiciones en que se encontraban. Si bien la propaganda argumentó que los ataques fueron fueron espontáneos, no tuvieron nada de ello. La señal para el inicio fue dada por el ministro de propaganda, Joseph Goebbels y ejecutadas por los organismos nazis. Durante los ataques fueron asesinados 91 judíos, más de 1400 sinagogas fueron incendiadas y centenares de tiendas y negocios pertenecientes a judíos destruidos por los pogromistas. Cerca de 30.000 judíos fueron recluidos en campos de concentración y la comunidad judía fue obligada a pagar una indemnización de mil millones de marcos.

La emigración de Alemania
Desde el comienzo de 1938 aumentó considerablemente la emigración de judíos de Alemania, a pesar de las dificultades que las autoridades ponían a los emigrantes potenciales. La venta forzada de bienes de judíos a alemanes - proceso que recibió el apodo de “arianización”, se hizo cada vez más agresiva. De los aproximadamente medio millón de judíos que habitaban en Alemania, emigraron cerca de 300.000. Organizaciones judías internacionales, asociaciones judías alemanas y el movimiento sionista participaron en la organización de la emigración. Ésta se vio dificultada por las trabas administrativas que ponían los países de destino de los emigrantes, lo que incidió en el número de personas que pudieron abandonar Alemania.
El presidente norteamericano F. D. Roosevelt, en un intento de aportar soluciones al problema de los refugiados judíos, convocó a una conferencia internacional que se llevó a cabo en la ciudad de Evián en Francia. En julio de 1938 se reunieron en esa ciudad situada a la orillas del lago de Ginebra los representantes de 32 países. Todos los participantes declararon su indignación y condena por la situación en que se encontraban los refugiados, pero uno tras otro expresaron la imposibilidad de sus países de recibirlos. El representante de Australia incluso declaró que "en la situación actual Australia no puede hacer mucho más... siendo que en nuestro país no existe un problema racial real, no queremos importarlo."El gobierno de Gran Bretaña por su parte impidió la inmigración a la Tierra de Israel. Después de la "noche de los cristales rotos" aumentó más aún la presión de los judíos para emigrar y la desesperación los llevó a cualquier lugar posible, incluso a Shanghai en la China. Pero justamente en ese momento angustiante las puertas de la mayoría de los países del mundo permanecieron cerradas para ellos.
 
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