Segunda Parte
El comienzo de las persecuciones en Polonia
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial comienza una nueva etapa de la política antijudía del régimen nazi. La guerra cambió totalmente la faz de Europa y del mundo en general, y causó la muerte de millones de civiles, miembros de pueblos y naciones diferentes. Durante la misma se llevó a cabo el diabólico programa genocida contra el pueblo judío.
Tres semanas después del ataque alemán, y mientras Polonia intentaba rechazarlo, la Unión Soviética invadió la parte oriental de ese país. La ocupación se realizó acorde al pacto secreto firmado casi un mes antes entre el ministro de relaciones exteriores soviético Molotov y el de Alemania, Ribbentrop. En el lapso de tres semanas Alemania derrotó a Polonia, quedando éste país dividido en tres partes: las zonas occidentales y septentrionales que incluían a Lodz, la segunda ciudad más importante del país, fueron anexadas a Alemania; los distritos orientales fueron anexados por la Unión Soviética; y los territorios restantes en el centro del país fueron denominados como zona del Gobierno General, y su destino permaneció indefinido en la primera época de la ocupación. Se estima que en la zona ocupada por los alemanes se encontraban 1.8 millones de judíos y más de un millón en la zona que ocupó la Unión Soviética.
Desde principios de la guerra los alemanes se desprendieron de todas las consideraciones políticas y morales que pusieron algún freno a sus acciones en tiempos de paz, cuando todavía era importante tener en cuenta a la opinión pública. Dejaron de tener reparos en el uso del terror contra el pueblo polaco, encarcelando y asesinando a sus dirigentes y elites intelectuales, y tratando de convertirlo en un esclavo al servicio de la "raza superior".
Dado que la política respecto de los judíos y los métodos para solucionar la cuestión judía eran considerados como parte del plan destinado a impedir el daño que causaban los judíos al pueblo y al Reich alemanes, las SS y la policía se veían a sí mismas responsables de la ejecución de los mismos. Ya en setiembre de 1939 Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina de Seguridad del Reich de las SS, envió una "orden urgente" que definió los procedimientos y el trato hacia los judíos en las zonas polacas ocupadas. En esa orden se dispuso que los judíos que habitaban pueblos y aldeas debían trasladarse a concentraciones más grandes en las ciudades (lo que constituyó un primer paso al establecimiento de guetos en las mismas). Asimismo se ordenó la formación de "consejos judíos" (Judenraete) encargados de la ejecución al pie de la letra de los edictos emitidos por las autoridades nazis. En esa disposición Heydrich hizo una distinción entre una etapa de transición en la ejecución de la "solución al problema judío" y la "meta final", aunque no se debe suponer de que ya en esa época se había definido esa meta final como el exterminio total de los judíos y se había llegado a planificarla. Sabemos que existían planes indefinidos y la intención de solucionar el problema judío de un modo rápido y radical. En esa época aún prevalecía la tendencia a forzar a los judíos a emigrar de los confines del Reich alemán. Al entrar a las ciudades y poblaciones polacas los alemanes dieron rienda suelta a un sinfín de vejaciones y humillaciones hacia todo judío que se topaba con ellos. Judíos fueron golpeados y hechos objeto de burlas, las barbas de judíos observantes fueron brutalmente cortadas, y en muchos casos se organizaron ejecuciones públicas con el propósito de aterrorizar a la población.
Los ejecutores eran miembros de unidades especiales de la Policía de Seguridad (Einsatzgruppen) que acompañaban al ejército regular. Con su arribo era común el incendio de sinagogas y de edificios junto con sus ocupantes. Quienes se atrevían a salir a la calle eran secuestrados y enviados a realizar trabajos forzados, en especial la reparación de los daños causados por los combates. Luego de haber sido multados por el delito del estallido de la guerra, y la destrucción cosecuente, cayeron sobre los judíos una infinidad de edictos, entre ellos el registro de la mano de obra judía y la "obligación de trabajar", la confiscación paulatina de sus bienes (por ejemplo, la "operación de las pieles" mediante la cual se obligó a habitantes de los guetos a entregar abrigos de pieles para uso de las tropas alemanas en el frente ruso, la confiscación de muebles, etc.) y la anulación de sus medios de subsistencia.
Los alemanes decretaron para los judíos en las zonas ocupadas la obligación de llevar un distintivo especial, tal como se solía hacer en la Edad Media, por lo común un brazalete blanco con una estrella de David azul, o una estrella amarilla sobre la chaqueta.
La vida diaria en los guetos
El 21 de setiembre de 1939 el jefe de la Policía de Seguridad de las SS ordenó que los judíos residentes en aldeas y pueblos en la zona de ocupación alemana de Polonia sean concentrados en ciudades grandes cercanas a éstos. Ese fue el primer paso para el establecimiento de los guetos en Polonia. Los judíos fueron encerrados en guetos, situados por lo común en la parte más pobre y descuidada de la ciudad, a menudo sin electricidad e instalaciones sanitarias básicas. A principios de 1940 fue establecido en Lodz un gueto grande, herméticamente cerrado. El más grande se estableció en Varsovia a fines de 1940, donde fueron encerrados al comienzo unos 445.000 judíos.
Los judíos podían llevar solamente posesiones personales, perdiendo de esa manera el resto de sus propiedades. El hacinamiento en los guetos era enorme y la falta de higiene un problema insoluble. Las raciones oficiales de comida eran insuficientes para el sustento. Bajo esas circunstancias la vida en el gueto se caracterizaba por el hambre agudo y altos índices de enfermedad y muerte. Los alemanes tomaban severas medidas contra los contrabandistas de comida, incluso la pena de muerte.
A pesar de las condiciones inhumanas se llevó a cabo en los guetos por medio de organizaciones comunitarias e instituciones de ayuda un esfuerzo concentrado para preservar la vida y satisfacer las necesidades de la comunidad.
Después de los asesinatos masivos en los territorios conquistados a la Unión Soviética a partir de junio de 1941, se establecieron guetos también en esos territorios, a pesar de que la intención de los alemanes era liquidar a sus habitantes lo antes posible. El más grande de esos guetos fue establecido en Minsk, Bielorrusia, en el que fueron encerrados cerca de 100.000 judíos.
En Terezin (Theresienstadt), una ciudad fortaleza en el noroeste checo, los nazis establecieron un gueto en noviembre de 1941 en el que fueron recluidos judíos de Bohemia y Moravia, judíos famosos o destacados del Reich y ancianos, y algunos miles de judíos de Holanda y Dinamarca. De hecho este gueto sirvió como campo de transición a campos de exterminio, bajo la supervisión de las SS, aunque por un breve tiempo fue utilizado como un gueto modelo con fines propagandísticos. En el momento de su liberación habían pasado por Theresienstadt 155.000 personas - 35.440 perecieron en el gueto y 88.000 fueron deportadas para ser exterminadas.
En marzo de 1944 los alemanes ocuparon Hungría, y en abril comenzaron las deportaciones a Auschwitz. En noviembre se estableció un gueto en Budapest en el que fueron recluidos 70.000 judíos.
Con el establecimiento de los guetos se cumplieron algunas metas importantes para los nazis: el hacinamiento de los judíos, bajo una estricta supervisión, el robo de sus pertenencias y los beneficios que se podían obtener de su trabajo
Los guetos aislaron a los judíos del mundo exterior y los volvieron vulnerables e impotentes en los momentos más decisivos. Asimismo exacerbaron la hostilidad que ya existía en la población local. Los alemanes establecieron más de mil guetos en Europa oriental, y algunos más en el centro y sur de ese continente.
El comienzo de las persecuciones en Polonia
Con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial comienza una nueva etapa de la política antijudía del régimen nazi. La guerra cambió totalmente la faz de Europa y del mundo en general, y causó la muerte de millones de civiles, miembros de pueblos y naciones diferentes. Durante la misma se llevó a cabo el diabólico programa genocida contra el pueblo judío.
Tres semanas después del ataque alemán, y mientras Polonia intentaba rechazarlo, la Unión Soviética invadió la parte oriental de ese país. La ocupación se realizó acorde al pacto secreto firmado casi un mes antes entre el ministro de relaciones exteriores soviético Molotov y el de Alemania, Ribbentrop. En el lapso de tres semanas Alemania derrotó a Polonia, quedando éste país dividido en tres partes: las zonas occidentales y septentrionales que incluían a Lodz, la segunda ciudad más importante del país, fueron anexadas a Alemania; los distritos orientales fueron anexados por la Unión Soviética; y los territorios restantes en el centro del país fueron denominados como zona del Gobierno General, y su destino permaneció indefinido en la primera época de la ocupación. Se estima que en la zona ocupada por los alemanes se encontraban 1.8 millones de judíos y más de un millón en la zona que ocupó la Unión Soviética.
Desde principios de la guerra los alemanes se desprendieron de todas las consideraciones políticas y morales que pusieron algún freno a sus acciones en tiempos de paz, cuando todavía era importante tener en cuenta a la opinión pública. Dejaron de tener reparos en el uso del terror contra el pueblo polaco, encarcelando y asesinando a sus dirigentes y elites intelectuales, y tratando de convertirlo en un esclavo al servicio de la "raza superior".
Dado que la política respecto de los judíos y los métodos para solucionar la cuestión judía eran considerados como parte del plan destinado a impedir el daño que causaban los judíos al pueblo y al Reich alemanes, las SS y la policía se veían a sí mismas responsables de la ejecución de los mismos. Ya en setiembre de 1939 Reinhard Heydrich, jefe de la Oficina de Seguridad del Reich de las SS, envió una "orden urgente" que definió los procedimientos y el trato hacia los judíos en las zonas polacas ocupadas. En esa orden se dispuso que los judíos que habitaban pueblos y aldeas debían trasladarse a concentraciones más grandes en las ciudades (lo que constituyó un primer paso al establecimiento de guetos en las mismas). Asimismo se ordenó la formación de "consejos judíos" (Judenraete) encargados de la ejecución al pie de la letra de los edictos emitidos por las autoridades nazis. En esa disposición Heydrich hizo una distinción entre una etapa de transición en la ejecución de la "solución al problema judío" y la "meta final", aunque no se debe suponer de que ya en esa época se había definido esa meta final como el exterminio total de los judíos y se había llegado a planificarla. Sabemos que existían planes indefinidos y la intención de solucionar el problema judío de un modo rápido y radical. En esa época aún prevalecía la tendencia a forzar a los judíos a emigrar de los confines del Reich alemán. Al entrar a las ciudades y poblaciones polacas los alemanes dieron rienda suelta a un sinfín de vejaciones y humillaciones hacia todo judío que se topaba con ellos. Judíos fueron golpeados y hechos objeto de burlas, las barbas de judíos observantes fueron brutalmente cortadas, y en muchos casos se organizaron ejecuciones públicas con el propósito de aterrorizar a la población.
Los ejecutores eran miembros de unidades especiales de la Policía de Seguridad (Einsatzgruppen) que acompañaban al ejército regular. Con su arribo era común el incendio de sinagogas y de edificios junto con sus ocupantes. Quienes se atrevían a salir a la calle eran secuestrados y enviados a realizar trabajos forzados, en especial la reparación de los daños causados por los combates. Luego de haber sido multados por el delito del estallido de la guerra, y la destrucción cosecuente, cayeron sobre los judíos una infinidad de edictos, entre ellos el registro de la mano de obra judía y la "obligación de trabajar", la confiscación paulatina de sus bienes (por ejemplo, la "operación de las pieles" mediante la cual se obligó a habitantes de los guetos a entregar abrigos de pieles para uso de las tropas alemanas en el frente ruso, la confiscación de muebles, etc.) y la anulación de sus medios de subsistencia.
Los alemanes decretaron para los judíos en las zonas ocupadas la obligación de llevar un distintivo especial, tal como se solía hacer en la Edad Media, por lo común un brazalete blanco con una estrella de David azul, o una estrella amarilla sobre la chaqueta.
La vida diaria en los guetos
El 21 de setiembre de 1939 el jefe de la Policía de Seguridad de las SS ordenó que los judíos residentes en aldeas y pueblos en la zona de ocupación alemana de Polonia sean concentrados en ciudades grandes cercanas a éstos. Ese fue el primer paso para el establecimiento de los guetos en Polonia. Los judíos fueron encerrados en guetos, situados por lo común en la parte más pobre y descuidada de la ciudad, a menudo sin electricidad e instalaciones sanitarias básicas. A principios de 1940 fue establecido en Lodz un gueto grande, herméticamente cerrado. El más grande se estableció en Varsovia a fines de 1940, donde fueron encerrados al comienzo unos 445.000 judíos.
Los judíos podían llevar solamente posesiones personales, perdiendo de esa manera el resto de sus propiedades. El hacinamiento en los guetos era enorme y la falta de higiene un problema insoluble. Las raciones oficiales de comida eran insuficientes para el sustento. Bajo esas circunstancias la vida en el gueto se caracterizaba por el hambre agudo y altos índices de enfermedad y muerte. Los alemanes tomaban severas medidas contra los contrabandistas de comida, incluso la pena de muerte.
A pesar de las condiciones inhumanas se llevó a cabo en los guetos por medio de organizaciones comunitarias e instituciones de ayuda un esfuerzo concentrado para preservar la vida y satisfacer las necesidades de la comunidad.
Después de los asesinatos masivos en los territorios conquistados a la Unión Soviética a partir de junio de 1941, se establecieron guetos también en esos territorios, a pesar de que la intención de los alemanes era liquidar a sus habitantes lo antes posible. El más grande de esos guetos fue establecido en Minsk, Bielorrusia, en el que fueron encerrados cerca de 100.000 judíos.
En Terezin (Theresienstadt), una ciudad fortaleza en el noroeste checo, los nazis establecieron un gueto en noviembre de 1941 en el que fueron recluidos judíos de Bohemia y Moravia, judíos famosos o destacados del Reich y ancianos, y algunos miles de judíos de Holanda y Dinamarca. De hecho este gueto sirvió como campo de transición a campos de exterminio, bajo la supervisión de las SS, aunque por un breve tiempo fue utilizado como un gueto modelo con fines propagandísticos. En el momento de su liberación habían pasado por Theresienstadt 155.000 personas - 35.440 perecieron en el gueto y 88.000 fueron deportadas para ser exterminadas.
En marzo de 1944 los alemanes ocuparon Hungría, y en abril comenzaron las deportaciones a Auschwitz. En noviembre se estableció un gueto en Budapest en el que fueron recluidos 70.000 judíos.
Con el establecimiento de los guetos se cumplieron algunas metas importantes para los nazis: el hacinamiento de los judíos, bajo una estricta supervisión, el robo de sus pertenencias y los beneficios que se podían obtener de su trabajo
Los guetos aislaron a los judíos del mundo exterior y los volvieron vulnerables e impotentes en los momentos más decisivos. Asimismo exacerbaron la hostilidad que ya existía en la población local. Los alemanes establecieron más de mil guetos en Europa oriental, y algunos más en el centro y sur de ese continente.