Durante la década del 80 un puñado de Veteranos de Guerra católicos y nacionalistas levantaron las banderas de la Dignidad y la Independencia, ante la destrucción generalizada de las instituciones, la familia, la tradición, la educación y la historia patria.
Lo hicieron desde la Reserva Moral de la Patria, que son las Fuerzas Armadas, y en particular desde el Ejército Argentino, valuarte del nacionalismo católico de esos años.
Anunciaron la llegada de la Social-Democracia, el Plan Bush (padre) y el Capitalismo Salvaje.
Muchos los tomaron por mesiánicos, locos, trasnochados, dinosaurios y oportunistas, otros pocos los siguieron.
Hoy pasaron casi dos décadas desde el último levantamiento Carapintada, sucedido el 03 de diciembre de 1990.
Las FFAA y FFSS actualmente son sólo una cáscara sin espíritu nacional, son meros uniformes vacíos sin Doctrina ni Formación en el Amor a la Patria.
La educación pública está en su peor momento de la historia, dónde un estudiante secundario posee menos conocimientos y un léxico más pobre que el de un niño de jardín de infantes de hace 20 años.
La inseguridad y violencia son las dueñas de las calles dónde la droga, violaciones, secuestros y asaltos son moneda corriente.
La economía despiadada hace que la concentración de capitales sea cada vez mayor en menores grupos de poder, creando la desaparición de la clase media y la pauperización de los sectores bajos, incorporando al contexto social el sub-empleo y la economía informal.
Los Carapintadas estaban locos, trasnochados e influenciados por un mesianismo dinosáurico cuándo hicieron sus levantamientos?
A la luz de los acontecimientos parecería que el Coronel Seineldín fue un visionario y alertó a la Patria del oscuro fin que tenía por delante.
Esto no es política ni partidocracia, es análisis de la realidad abierto al debate.