http://www.argentina-rree.com/14/14-081.htm
Extracto:
"Además, en el encuentro presidencial de Foz de Iguazú, ambos mandatarios suscribieron, el 30 de noviembre de 1985, la
Declaración Conjunta sobre Política Nuclear, por la cual reafirmaban los propósitos pacíficos de sus respectivos programas nucleares y decidían intensificar la cooperación mutua en ese campo, medida que apuntaba a desactivar las presiones internacionales provenientes de las potencias nucleares (14). También se creó una comisión bilateral para la integración de los dos países, constituyendo tres grupos de trabajo: uno dedicado a temas económicos, otro para transporte y comunicaciones, y otro para
ciencia y tecnología (15).
Tras el importante impulso político que los presidentes argentino y brasileño otorgaron a la cooperación bilateral al firmar la Declaración de Iguazú, en junio de 1986 los gobiernos de la Argentina y Brasil lanzaron el Programa de Integración y Cooperación Económica (PICE). En el corto plazo, este programa tenía como objetivos reducir los desequilibrios comerciales bilaterales y promover una recuperación de los flujos de comercio a los niveles alcanzados antes de la crisis externa de principios de la década de 1980. En el largo plazo, pretendía estrechar aún más los vínculos económicos entre ambos países (16).
Tanto en el caso argentino como en el brasileño, la agencia estatal desde donde partió la iniciativa política del PICE fue el Ministerio de Relaciones Exteriores. Para las autoridades del Palacio San Martín, la posibilidad de la integración con Brasil estaba esencialmente vinculada a la necesidad económica de superar el agotamiento del modelo de sustitución de importaciones, impulsando una apertura exportadora estimulada por asociaciones preferenciales. En cambio, para las autoridades de Itamaraty, las motivaciones que impulsaron el acercamiento con la Argentina fueron primordialmente políticas: el interés por asegurar mayor estabilidad en el Atlántico Sur, especialmente después de la crisis de Malvinas. Las motivaciones económicas fueron secundarias y apenas un reducido grupo de burócratas brasileños percibió la construcción de un mercado ampliado con la Argentina como un proyecto ventajoso para Brasil (17).
Tras el lanzamiento del PICE, en julio de 1986 tuvo lugar el encuentro de los presidentes Alfonsín y Sarney en Buenos Aires, donde suscribieron el Acta de Integración y Cooperación Argentino-Brasileña y 12 Protocolos bilaterales. El Acta establecía como objetivos el estímulo a la integración intrasectorial (evitando la especialización de las economías), el equilibrio cuantitativo y cualitativo del intercambio comercial, la modernización tecno-industrial, y una localización más eficiente de los recursos en las economías de ambos países (18). Por su parte, los 12 Protocolos abarcaban los siguientes temas: intercambio de bienes de capital, proyecto de producción y distribución de trigo, complementación del abastecimiento alimentario, expansión del comercio, empresas binacionales, asuntos financieros, fondo de inversiones para la promoción del crecimiento económico, energía,
biotecnología, establecimiento de un centro argentino-brasileño de altos estudios económicos,
accidentes nucleares y emergencias radiológicas, y cooperación aeronáutica (19).
Como ocurrió en el caso de la Declaración de Iguazú de 1985, estos protocolos se inscribieron en una coincidencia amplia de políticas internas y externas por parte de las diplomacias argentina y brasileña. Así, la Argentina apoyó la iniciativa brasileña de declarar el Atlántico Sur como una zona de paz y cooperación. Respecto de esta iniciativa, la motivación principal de las autoridades de Buenos Aires fue contrarrestar la militarización del área por parte del gobierno del Reino Unido, mientras que el gobierno brasileño impulsó esta iniciativa como un medio para fortalecer la credibilidad política de su política exterior de proyección africana (20). En el plano de las coincidencias de políticas internas, la preocupación de ambos gobiernos era consolidar los procesos de democratización, evitando tensiones externas que pudieran afectar su estabilidad. En este sentido, los protocolos procuraron reforzar el camino iniciado en el histórico encuentro de Iguazú y, al incluir expresamente los acuerdos nucleares, concretaron lo que Jorge Grandi llama "disuasión desarmada", es decir, la
realización de actividades conjuntas en materia nuclear que quitaran espacio a las especulaciones sobre fabricación de bombas en la Argentina y Brasil (21).
Por cierto, desde la firma de los doce Protocolos de cooperación entre la Argentina y Brasil, el proceso de integración no ha dejado de avanzar, aunque con ritmos diferentes en las distintas áreas.
El terreno donde se dieron los mayores progresos fue el de la cooperación en materia nuclear y de seguridad. Ello se debió al cambio de régimen en ambos países, y a la mutua necesidad, por un lado, de otorgar una imagen de confiabilidad en el exterior y, por otro, de cerrar cualquier fantasma de hipótesis de conflicto regional.
En cambio, los negociadores argentinos y brasileños encontraron mayores dificultades para avanzar en los protocolos vinculados a cuestiones económicas, dada la asimetría existente en el nivel de desarrollo de ambos países y la multiplicidad de intereses en juego."
Saludos.
P.S.1: La cita, es para que se vea que no posteo "babacadas". :cheers2:
P.S.2: Donde nosotros aportamos, se avanzó; donde debían aportar ellos, todavía estamos en veremos. . .