"Los militares apoyamos la negociación del presidente Óscar Arias"
El jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, el general Romeo Vásquez
El general Romeo Vásquez, jefe de las Fuerzas Armadas hondureñas recuerda que "el Ejército está supeditado al poder civil; es una institución apolítica, obediente y no deliberante"
"El Ejército está supeditado al poder civil. Las FF.AA. son una institución apolítica, obediente y no deliberante, según lo establece la Constitución. Reiteramos nuestro apoyo al gobierno del presidente Roberto Micheletti,
el Ejército acatará de manera irrestricta los resultados que se deriven del diálogo de San José que impulsa el presidente Óscar Arias, siempre y cuando respeten la Constitución hondureña", manifestó a "La Vanguardia" el general Romeo Vásquez, jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras.
El general Vásquez, máxima autoridad militar hondureña, quien hizo efectiva la expulsión de Zelaya en pijama y a punta de pistola el pasado 28 de junio, reiteró una vez más que el Ejército cumplió órdenes de la Corte Suprema al expulsar del país al presidente Zelaya.
Arias propuso el miércoles pasado, en el Acuerdo de San José, la vuelta condicionada de Zelaya al poder, amnistía política, adelanto de las elecciones de noviembre próximo, una comisión de la verdad y verificación internacional de los acuerdos, entre otros puntos.
Zelaya rechazó la propuesta y dio por fracasado el diálogo; el Gobierno de Micheletti insiste en su negativa al retorno del depuesto presidente pero no ha dado una respuesta oficial a la propuesta de Arias. El Ejército hondureño emitió un comunicado en el que respalda una "salida negociada en el marco del Acuerdo de San José" que impulsa el presidente Arias, siempre y cuando sea "conforme a nuestra Constitución y demás leyes".
El texto parece ser un indicio de que los militares no se oponen a un eventual regreso al poder de Manuel Zelaya, ya que el primer punto de la propuesta del mandatario costarricense es la restitución del derrocado presidente.
"Como institución respaldamos una solución a la problemática de nuestro país, mediante un proceso de negociación en el marco del Acuerdo de San José. Reiteramos el apoyo irrestricto a los resultados de la negociación, conforme a nuestra Constitución y a las demás leyes", se afirma en el comunicado de tres puntos.
En el documento se especifica que las FF.AA. "son respetuosas de la Constitución y de las leyes (…) y nuestra subordinación a la autoridad civil en consecuencia con los principios de legalidad y obediencia debida".
En una entrevista con "La Vanguardia", y en contra de la opinión mundial,
Vásquez rechaza que en Honduras se haya producido un golpe de Estado. "Al detener al presidente Zelaya nos limitamos a cumplir una orden de la Corte Suprema de Justicia por violación grave a la Constitución. No hubo golpe de Estado, la Constitución dice que las FF.AA. deben velar por el cumplimiento de la ley.
Una vez cumplida la orden, nos salimos de la escena pública y volvimos a nuestros cuarteles. Si hubiera existido un golpe de Estado, estaríamos en el poder. Pero ningún militar ocupa cargos en el Gobierno", señaló.
El alto oficial negó la versión difundida por la prensa norteamericana de que dos coroneles hondureños se trasladaron a Washington para negociar en nombre de las FF.AA. "El comunicado ha sido elaborado por la Junta de Comandantes. Ningún oficial se trasladó a Washington.
Las FF.AA. se mantienen muy unidas. Las negociaciones las hacen los políticos civiles. Los militares cumplen lo que manda la Constitución", dijo Vásquez. Las declaraciones del general Vásquez indicarían que las FF.AA. dejan en manos del Gobierno de facto el posible regreso de Zelaya a la presidencia, sin oponerse a un acuerdo negociado. ya puso un pie en Honduras y pidió hablar sin éxito con Vásquez para que lo dejara entrar en el país).
"Reafirmamos nuestra subordinación a la autoridad civil en consecuencia con los principios de legalidad y obediencia debida", añade. El jefe del ejército dejó claro que el comunicado había sido elaborado exclusivamente por la Junta de Comandantes, sin ninguna injerencia de autoridades políticas de Honduras ni de otro país.
Al remitirse a ese acatamiento a "escalones superiores", el general Vásquez dio a entender a LA NACION que no fue la Junta de Comandantes la que decidió expatriar forzosamente al presidente a Costa Rica, es decir, perpetrar el golpe de Estado. "Esas son decisiones de Estado que no son manejadas a nuestro nivel [de las fuerzas armadas].
Se trató de una misión de seguridad para el Estado. Nosotros cumplimos órdenes."
Una vez más, el derrocado presidente Manuel Zelaya exhortó a los soldados y oficiales a rebelarse contra la cúpula militar. Sin embargo, sus patéticos llamamientos no tienen ningún eco y contribuyen a aumentar su aislamiento.
Por otra parte, el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) expresó su solidaridad al arzobispo de Tegucigalpa, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga por haber pedido al derrocado presidente Zelaya que no intentara regresar al país para evitar un derramamiento de sangre.
Monseñor René Sándigo, secretario general de la Conferencia Episcopal de Nicaragua y obispo de Chontales, manifestó que la presencia de Manuel Zelaya en la frontera Norte "puede perjudicar nuestra estabilidad, por ello las autoridades pertinentes debieran ya condicionar su presencia en nuestro país".
http://www.lavanguardia.es/internac...a-negociacion-del-presidente-oscar-arias.html