Saddam condenado a morir en la horca
Bush, los halcones, y una "carta en la manga" a 48 horas de las elecciones en EEUU
El "show mediático" puesto en marcha con la condena a muerte del ex presidente iraquí, y el despliegue del ejército norteamericano en "operaciones" para prevenir y/o reprimir posibles estallidos "violentos" de sus seguidores, conforman un buen escenario para fijar en la retina de los electores estadounidenses la existencia real del "terrorismo" en Irak a pocas horas de que depositen su voto en las urnas.
Los soldados de EEUU muertos en Irak, se convirtieron en un talón de Aquiles electoral para Bush y los republicanos.
La condena a muerte de Saddam Hussein dictada este domingo por el tribunal que lo juzga en Bagdad podría precipitar -según el gobierno títere iraquí- un desenlace de "violencia terrorista" que supere con creces la escalada de ataques y atentados que sumaron un récord de muertos y heridos en las semanas precedentes.
El ex "hombre fuerte" de Irak y dos de sus antiguos colaboradores fueron condenados a morir en la horca por su presunta responsabilidad en la matanza de 148 chiítas de la localidad de Duyeilen en1982.
El juez Rauf Abdel Rahman ordenó a Saddam Hussein que se pusiera de pie mientras leía el veredicto, pero el ex presidente se negó a hacerlo y fue obligado a hacerlo por el asistentes a la corte.
Al conocer el veredicto, Hussein gritó repetidamente con una copia del Corán en la mano "larga vida al pueblo, larga vida a la nación. Abajo los invasores. Dios es grande".
Hay algo que se le olvidó decir a la prensa internacional cuando dio la "noticia":
Saddam Hussein, fue juzgado y condenado a muerte por ejecutar a 148 opositores, mientras que su "juez", EEUU, la potencia invasora de Irak que lo derrocó, en 44 meses de ocupación militar asesinó a 250.000 iraquíes, según un reciente estudio de una organización médica internacional.
Los que juzgaron y condenaron a Saddam Hussein, EEUU y el gobierno cómplice de mayoría chií, destruyeron la economía y la infraestructura de Irak, colapsaron sus sistema de salud, arrojaron a millones al desempleo y la desesperación, bombardearon y convirtieron en escombros a ciudades como Faluya y Nayaf, introdujeron la droga y la prostitución, arrojaron a miles de jóvenes a la delincuencia y terminaron con el sistema de "comida asegurada para todos" que tenía el país en tiempos de Saddam.
Y ¡que casualidad!, la sentencia se produjo a sólo 48 horas de las elecciones legislativas en EEUU, en las cuales Bush y los republicanos -según todos los sondeos- pueden perder la mayoría que detentan en las dos cámaras del Congreso, lo que complicaría a grados inimaginables lo que queda del segundo período del presidente "contraterrorista".
Y, ¡qué casualidad", luego de reunirse con el director nacional de inteligencia de EEUU, John Negroponte (quien el viernes visitó por "sorpresa" Irak) el ministro iraquí de Defensa, Abdul Qader al Obeidi, colocó las fuerzas iraquíes en "estado de alerta" en previsión -dijo- de "cualquier emergencia" aludiendo a la posibilidad de que partidarios del antiguo partido gobernante, Al Baaz, lancen una ola de violencia y de disturbios al conocer la condena a muerte de Saddam.
La condena a muerte de Saddam Hussein podría provocar un "show mediático" favorable a los republicanos a horas de los comicios.
La operación (como siempre burda y de manual), que se concreta con el fallo el domingo, representa algo así como un "cierre de campaña" de Bush y los republicanos en Irak, que intentan, con la condena de Saddam, dar una muestra de "eficiencia" para contrarrestar en parte la campaña demócrata que los acorraló por sus "errores" en la ocupación militar de Irak.
Saddam Hussein (tanto como Bin Laden) siempre constituyó una pieza electoral valiosa para la administración Bush y el grupo de halcones que controla las decisiones y los negocios de la Casa Blanca y el Pentágono.
La captura del ex hombre fuerte de Irak, en diciembre de 2004, no le rindió a la Casa Blanca los efectos buscados y el rédito propagandístico de su apresamiento le duró a Bush sólo unos días.
Antes de las elecciones presidenciales de 2004 en EEUU, corrieron versiones de que los consejeros de Bush habían decidido montar un gran show mediático con la pena a muerte del ex presidente iraquí, pensando en la proyección positiva que ello tendría en la campaña reeleccionista del presidente, pero finalmente los "tiempos" no le alcanzaron para esa operación.
Inesperadamente, y según lo atestigua la visita "sorpresa" de Negroponte en Bagdad y los posteriores anuncios que comenzaron a difundirse el sábado sobre la "posible sentencia" hoy domingo ya concretada, parecen confirmar que Karl Rove y los estrategas de campaña barajaron la idea de presentar la condena a muerte de Saddam como un "show terrorista extra" para el cierre de campaña de las elecciones del martes.
El "show mediático" puesto en marcha con la condena a muerte del ex presidente iraquí, y el despliegue del ejército norteamericano en "operaciones" para prevenir y/o reprimir posibles estallidos "violentos" de sus seguidores, conforman un buen escenario para fijar en la retina de los electores estadounidenses la existencia real del "terrorismo" en Irak a pocas horas de que depositen su voto en las urnas.
Cadenas y agencias internacionales como la BBC, CNN, Associated Press y Reuters (siempre en sintonía fina con las movidas de la CIA oficial), destacan en sus portadas la "condena a muerte de Saddam" barajando distintas hipótesis respecto del incremento de la "violencia" que podría desatar en las próximas horas.
Y todo indica que -y explotando toda la parafernalia de consumismo mediático que siempre rodea a la figura de Saddam- el Pentágono y la Casa Blanca decidieron instalar el foco de la atención mundial en la "condena a muerte" del ex presidente de Irak.
La sentencia seguramente va a desatar una polémica internacional lo suficientemente fuerte como para tapar la "onda perdedora" que rodea a los halcones republicanos que controlan los negocios del lobby judío desde la Casa Blanca y el Pentágono.
Durante las 48 horas que faltan para las elecciones legislativas, y aprovechando el bombardeo mediático con la noticia sobre ejecución de Saddam, Bush y los republicanos van a tratar de torcer la derrota que le auguran los sondeos.
Como siempre, los halcones se reservaron la "carta en la manga" para el final.