Se readecua el dispositivo francés en África, principalmente en tres países, Mali, Níger y Chad.
Para Francia, tres Estados de la región del Sahel a continuación serán considerados como un único teatro de operaciones: Mali, Niger y Chad. Los tres gobiernos están implicados en la lucha antiterrorista y cooperan de buena gana con Francia.
En la región, Francia dispondrá de cuatro bases principales: N'Djaména (Chad), Niamey (Niger), Gao (Mali) y Ouagadougou (Burkina Faso). En N'Djaména: los aviones Rafale y Mirage 2000, apoyados por reabastecedores y fuerzas terrestres, además de un estado mayor que comandará las operaciones en el Sahel. En Niamey, los medios de inteligencia, principalmente los dos nuevos drones Reaper que ya operan en África. Estarán desplegados en Niamey junto a los que opera la US Air Force. Esta base está preparada para recibir aviones de combate y de patrulla marítima, como los Atlantique 2, que pueden operar tanto en el océano como en el desierto. En Gao, las fuerzas terrestres con un destacamento importante de helicópteros. Por último y más discretamente, en Ouagadougou, la agrupación de fuerzas especiales Sabre que opera ya en la zona a partir de esta base de retaguardia. En estas cuatro bases principales, el ejército francés va a agregar sitios de apoyo, situados más al norte, más cerca de las eventuales zonas de intercepción de los grupos terroristas. Ya fueron elegidos dos: Tessalit, en el extreme norte de Mali, y Faya-Largeau, en el norte de Chad. Se está buscando otro en el norte de Niger, aunque las fuerzas especiales ya están presentes en la zona minera de Arlit (Areva). Estos puntos o sitios de apoyo deben poseer una pista de aviación, aunque sea sencilla, permitiendo desplazar vehículos ligeros y operar helicópteros.
En total, el dispositivo militar en la banda saheliana movilizará 3.000 militares franceses de manera permanente, con medios aéreos que alcanzarían las treinta aeronaves, entre aviones de combate, de transporte, helicópteros y drones.
El conjunto de este nuevo dispositivo, que aún no tiene designado un nombre genérico, estará apoyado por tres bases de retaguardia en África: Dakar (Senegal), Abidján (Costa de Marfil) y Libreville (Gabón). Para compensar la potenciación en la zona del Sahel, los efectivos de Dakar y Libreville, como los de Djibouti, serán reducidos. El abandono de Abidjan, por un tiempo pretendido, ya no lo es en la actualidad, al contrario, su rol logístico es considerado como prioritario en dirección al Sahel. Djibouti, transformado en otro teatro de operaciones, principalmente por Somalia, verá decrecer sus efectivos. Las relaciones entre Francia y el gobierno de Djibouti ya no son lo que eran… Un regimiento, la semi brigada 13ème DBLE, ya dejó el país para instalarse en los Emiratos Árabes Unidos.
En total, son alrededor de 6.000 militares franceses que quedarán en África de manera permanente, la mitad de ellos en el Sahel. Son bastantes, en todo caso muchos más que cualquier otro país occidental. La idea de retirarse del continente murió.
Francia queda, hoy más que nunca, como una potencia militar africana permanente, mucho más allá de las operaciones decididas por el actual presidente, Serval en Mali y Sangaris en República centroafricana.
El único escollo, por ahora, es Argelia. Habrá que preguntarse como tomará ver 3.000 militares franceses desplegados cerca de sus fronteras de manera permanente. En los papeles, la ex colonia francesa combate codo a codo junto a Francia a los grupos jihadistas pero el devenir político y las susceptibilidades de uno u otro no parecen ir hacia una cooperación estrecha y de confianza mutua
Argelia podría anteponer reparos a esta regionalización de la franja saheliana “a la francesa”.