El Gobierno le comunicó al embajador británico John Hughes su "perplejidad" ante expresiones que colocan a la Argentina en el plano de una "amenaza" contra la seguridad de las islas
El Gobierno argentino manifestó su “perplejidad y preocupación” al británico, por declaraciones de funcionarios de esa nacionalidad con respecto al diferendo por la soberanía de las Islas Malvinas entre ambas naciones.
Así se le comunicó en la Cancillería argentina al embajador británico, John Hughes, respecto a las declaraciones del comandante de las Fuerzas Británicas en el Atlántico Sur, Nick Davies, y del gobernador en Malvinas, Alan Huckles, en las que se refirieron a la Argentina como “una amenaza”.
El gobierno argentino inquirió al embajador sobre “las reales intenciones británicas dtrás de declaraciones de funcionarios de ese país que reiteraron que la Argentina constituía una amenaza militar en Malvinas”.
Para el Gobierno argentino, según le indicó a Hughes el director general de Política Exterior, Luis Capagli, afirmaciones se contradecían "con la voluntad nacional de resolver la disputa de soberanía de modo pacífico", según informa en su edición de hoy el diario Clarín.
Capagli hizo referencia por un lado a la afirmación del comandante Davies, en el sentido de que está en su puesto para “detener cualquier agresión” y sus referencias a las “lecciones de 1982”.
“Mi trabajo es asegurar que cualquier interferencia, ya sea una pequeña incursión de alguien que busque tomar el control de las islas, sería una aventura extremadamente costosa”, expresó el militar.
Por su parte, Huckles diferenció al gobierno de Néstor Kirchner con el de los militares, pero advirtió que “existe el temor de que (la invasión argentina) pudiera producirse de nuevo”, ya que el gobierno argentino, pese a su compromiso pacífico, está “presionado” para recuperar la soberanía de las islas.