Derruido
Colaborador
No Leutnant.
Leé a Robert Potash, que atribuye esa campaña al Departamento de Estado de los EEUU, y no a los ingleses.
El (muy bien documentado) niega particularmente esas versiones, atribuyéndolas a un "armado" de su propio país (EEUU) con vista a la Cumbre de Río en la que nacería el TIAR (al que la Argentina siempre se opuso).
Saludos.
Investigador de Peron no soy, y siempre asumo la comisión de errores, sin embargo señalar que Argentina nunca pretendió hegemonía es igualmente equivocado.
sobre si se trata de propaganda antiargentina pues por favor ilustrenme que afortunadamente la ignorancia tiene cura.
un abrazo
Hola Armisael!
De lujo, me pongo en campaña y trataré de conseguirlo. Gracias por el dato.
Me imagíno una de las tantas intervenciones de inteligencia "pasivas" que degeneraron en el 55, ¿verdad?
Había traido a colación lo de Churchill porque justamente en esa época se dieron los cruces de palabras entre GB y Argentina, en los cuales también se tocó el tema Malvinas poco después durante los gobiernos de Perón, con la movilización de la Armada y todo lo demás. Es por esto que centré mi atención a los brits, pero viendo lo que dices de EE.UU... es MUY factible. Tengo que leer lo de Potash, gracias de nuevo por el dato, estimado. Propaganda de ese tipo no me sorprende que viniera de los muchachos del norte e insulares.
Siempre intentaron desunir, incluso con el control del plan Condor que llevó a la paranóia extrema.
Saludos!!!
Librepensador, la Argentina siempre buscó el liderazgo, no la hegemonía.
Si así hubiera sido ¿qué habría impedido fagocitarse a Bolivia y/o Paraguay a comienzos del siglo XX?
Sinó el principio rector de la diplomacia argentina desde fines del siglo XIX no sería la llamada "Doctrina Varela".
Saludos.
Para que no se peleen, acá les dejo algo bien explícito sobre el tema
Las relaciones con Brasil - Las relaciones durante la Segunda Guerra Mundial.
Uno de los estudios, que los militares brasileños realizaron en esta época del poder ofensivo de la Argentina, señalaba que este país era capaz de movilizar 300.000 soldados bien equipados a la frontera con Brasil, en un plazo de seis semanas. El cálculo para Brasil, en cambio, sólo llegaba a 150.000 hombres escasamente preparados, y ello demandaría mayor cantidad de tiempo. (13)
Según Gary Frank, entre los años 1941 y 1944, los dos rivales sudamericanos lucharon por establecer cual sería el poder dominante en la región y la segunda nación en importancia en el continente. En esta competencia, el rol jugado por Estados Unidos, más decisivo a medida que la guerra llegaba a su fin, fue fundamental. Las dádivas de Washington, al principio justificadas por la necesidad de defenderse del Eje en el Atlántico sur, Africa del Norte e Italia, fueron determinantes del cambio en la distribución del poder que tendría lugar en Sudamérica. (14)
La negativa argentina a romper relaciones con el Eje tendría consecuencias relevantes. Los argentinos, que la víspera de Pearl Harbor parecían preparados a abandonar su neutralidad a cambio de apoyo en gran escala a través del Préstamo-Arriendo, sufrieron un gran deterioro en su relación con Estados Unidos. Los brasileños, en cambio, nunca muy seguros de que recibirían el prometido auxilio de Washington, disfrutarían de una prosperidad que alcanzó alrededor de 75% del total de la asistencia militar otorgada a América latina durante la Segunda Guerra Mundial. Hacia 1945, el puntaje final era 366 millones para Brasil y cero para la Argentina. (15)
Los pedidos de Vargas y Aranha finalmente se tradujeron en el mayor programa de ayuda económica y militar implementado por Washington en Sudamérica. A través de cuatro acuerdos suscriptos a comienzos de marzo de 1942, el gobierno brasileño obtenía 200 millones de dólares en armas y equipos, es decir, el doble de la asistencia militar pactada tan sólo seis meses antes. (16)