La misión del Curiosity solo acaba de empezar
Se ha hablado tanto de la vida en Marte que ahora cuesta apreciar lo ocurrido: los científicos de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés), por primera vez anunciaron oficialmente que se han encontrado en Marte los elementos químicos básicos que podrían haber sustentado vida primitiva en un pasado distante.
El explorador Curiosity aterrizó exitosamente sobre la superficie de Marte, en las inmediaciones del cráter Gale, y comenzó a trasmitir a la Tierra las primeras imágenes, informó la Agencia Espacial Estadounidense (NASA).
Aún no se ha demostrado que en el planeta rojo hubiera habido vida. Por ahora sólo sabemos que en el pasado en Marte existían lugares donde las bacterias terrestres pudieran vivir y multiplicarse. Al menos el robot de exploración marciana Curiosity detectó un lugar idóneo para ello en un antiguo lecho de río en el cráter Gale.
Para hacer esta conclusión los investigadores necesitaron casi 40 años de estudios y decenas de lanzamientos, algunos exitosos, otros fallidos, de sondas automáticas.
Cuando en 1976 Estados Unidos hizo descender en el planeta los astromóviles Viking 1 y Viking 2, todavía se creía posible detectar vida en la superficie marciana mediante unos experimentos.
Para determinar si había vida en el planeta rojo las sondas llevaron a cabo varios experimentos especialmente diseñados con este objetivo. Uno de ellos consistía en tomar muestras de suelo de Marte y mezclarlas con agua que contenía nutrientes y átomos radiactivos de carbono. La idea era que si el suelo contenía microbios, éstos metabolizarían los nutrientes y liberarían dióxido de carbono radiactivo o gas metano.
Los resultados fueron más polémicos que concluyentes ya que el positivo de la primera fase del estudio no fue confirmado por los dos experimentos posteriores. Sin embargo, algunos datos permitían pensar en un éxito parcial. Algunos científicos siguen creyendo que el Viking sí encontró vida microbiana en Marte.
Para evitar confusiones, la NASA decidió adoptar otra estrategia: en lugar de buscar indicios directos de que en el planeta rojo hubiera vida empezaron a “rastrear” la presencia de agua, cuyas huellas son más evidentes.
En las décadas pasadas se detectaron en la superficie de Marte numerosos rastros de agua y grandes glaciares enterrados con extensiones de docenas de kilómetros y profundidades del orden de un kilómetro.
La misión del rover Curiosity consistía en dar el siguiente paso: encontrar un lugar que, además de ser rico en agua, se caracterizase por unas condiciones favorables para que las bacterias terrestres logren sobrevivir en Marte. Ahora, en menos de seis meses tras empezarse la misión, este paso está dado.
Robot Curiosity
Buscar componentes orgánicos de la vida en Marte es la principal misión del nuevo robot de la NASA
¿Significa esto que la misión del Curiosity está cumplida? ¿Que se puede desconectar el rover y ocuparse de otros proyectos e investigaciones?
Muchas de las sondas de la NASA tuvieron una larga vida. Basta con recordar los predecesores del Curiosity, infatigables exploradores marcianos Spirit y Opportunity, que siguieron en funcionamiento después de más de tres años desde el aterrizaje en lugar de los 90 días previstos. ¿Qué utilidad tienen estos aparatos cuando ya han transmitido todos los datos de los equipos científicos?
En realidad, después de los descubrimientos sensacionales es cuando empieza el trabajo serio.
El Curiosity perforó una roca sedimentaria y, tras analizar la muestra, identificó minerales que, según los investigadores, podrían haberse combinado para proveer una posible fuente de energía para microorganismos.
Pero ahora los científicos necesitan obtener datos similares de decenas de puntos más para convencerse de que no se trata de un error o una fluctuación.
Quedan por hacer cientos de estudios químicos y mineralógicos para empezar a intuir los contornos de la realidad marciana.
Los científicos dicen que cualquier descubrimiento es una explosión preparada por los años de un trabajo minucioso y rutinario. Ningún investigador nunca dirá que hay datos suficientes y no hace falta más.
El hallazgo del Curiosity es sólo un motivo para seguir buscando, para analizar todos los parámetros de minerales en función del paso de tiempo y en diferentes puntos de la superficie del planeta. Al fin y al cabo, tras finalizarse el programa de investigaciones previsto, se podría intentar darle al ingenio un uso distinto, por ejemplo midiendo las temperaturas con el espectrómetro de radiación gamma.
O, como un equipo de astrónomos europeos propuso hacer con el telescopio espacial europeo Herschel, al quedarse el rover inservible estrellarlo contra Marte para estudiar el espectro de la explosión y su evolución.
Solemos dar demasiada importancia a las grandes sensaciones olvidando que son posibles sólo gracias a un trabajo día a día. Cuántos más datos pueda proporcionarnos el Curiosity, más sabremos de la escurridiza vida marciana.
http://sp.rian.ru/opinion_analysis/20130315/156633659.html