CITACION PARA LA VC DE IAN MCKAY
During the night of 11th/12th June 1982, 3rd Battalion The Parachute Regiment mounted a silent night attack on an enemy battalion position on Mount Longdon, an important objective in the battle for Puerto Argentino in the Malvinas Islands.
Sergeant McKay was platoon sergeant of 4 Platoon, B Company, which, after the initial objective had been secured, was ordered to clear the Northern side of the long East/West ridge feature, held by the enemy in depth, with strong, mutually-supporting positions.
By now the enemy were fully alert, and resisting fiercely. As 4 Platoon's advance continued it came under increasingly heavy fire from a number of well-sited enemy machine gun positions on the ridge, and received casualties. Realising that no further advance was possible the Platoon Commander ordered the Platoon to move from its exposed position to seek shelter among the rocks of the ridge itself. Here it met up with part of 5 Platoon.
The enemy fire was still both heavy and accurate, and the position of the platoons was becoming increasingly hazardous. Taking Sergeant McKay, a Corporal and a few others, and covered by supporting machine gun fire, the Platoon Commander moved forward to reconnoitre the enemy positions but was hit by a bullet in the leg, and command devolved upon Sergeant McKay.
It was clear that instant action was needed if the advance was not to falter and increasing casualties to ensue. Sergeant McKay decided to convert this reconnaissance into an attack in order to eliminate the enemy positions. He was in no doubt of the strength and deployment of the enemy as he undertook this attack. He issued orders, and taking three men with him, broke cover and charged the enemy position.
The assault was met by a hail of fire. The Corporal was seriously wounded, a Private killed and another wounded. Despite these losses Sergeant McKay, with complete disregard for his own safety, continued to charge the enemy position alone. On reaching it he despatched the enemy with grenades, thereby relieving the position of beleagured 4 and 5 Platoons, who were now able to redeploy with relative safety. Sergeant McKay, however, was killed at the moment of victory, his body falling on the bunker.
Without doubt Sergeant McKay's action retrieved a most dangerous situation and was instrumental in ensuring the success of the attack. His was a coolly calculated act, the dangers of which must have been too apparent to him beforehand. Undeterred he performed with outstanding selflessness, perseverance and courage. With a complete disregard for his own safety, he displayed courage and leadership of the highest order, and was an inspiration to all those around him.
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Durante la noche del 11 al 12 de junio de 1982, el 3er Batallón del Regimiento de Paracaidistas montó un silencioso ataque nocturno contra una posición de un batallón enemigo en el Monte Longdon, un objetivo importante en la batalla de Puerto Argentino en las Islas Malvinas.
El sargento McKay era sargento de pelotón del 4o Pelotón, Compañía B, a la que, una vez asegurado el objetivo inicial, se le ordenó despejar el lado norte de la larga cresta este / oeste, sostenida por el enemigo en profundidad, con fuertes, mutuamente- posiciones de apoyo.
A estas alturas, el enemigo estaba completamente alerta y resistiendo ferozmente. A medida que el avance del 4º Pelotón continuó, fue sometido a un fuego cada vez más intenso desde varias posiciones de ametralladoras enemigas bien ubicadas en la cresta, y recibió bajas. Al darse cuenta de que no era posible avanzar más, el comandante de pelotón ordenó al pelotón que se moviera de su posición expuesta para buscar refugio entre las rocas de la propia cresta. Aquí se encontró con parte del quinto pelotón.
El fuego enemigo seguía siendo pesado y preciso, y la posición de los pelotones se estaba volviendo cada vez más peligrosa. Tomando al sargento McKay, un cabo y algunos otros, y cubierto por fuego de ametralladora de apoyo, el comandante de pelotón avanzó para reconocer las posiciones enemigas, pero fue alcanzado por una bala en la pierna y el mando recayó en el sargento McKay.
Estaba claro que se necesitaba una acción instantánea para que el avance no flaqueara y aumentara el número de víctimas. El sargento McKay decidió convertir este reconocimiento en un ataque para eliminar las posiciones enemigas. No tenía ninguna duda de la fuerza y el despliegue del enemigo cuando emprendió este ataque. Dio órdenes y, llevándose a tres hombres con él, se puso a cubierto y cargó contra la posición enemiga.
El asalto se encontró con una lluvia de fuego. El cabo resultó gravemente herido, un soldado muerto y otro herido. A pesar de estas pérdidas, el sargento McKay, con total desprecio por su propia seguridad, continuó atacando la posición enemiga solo. Al llegar a él, despachó al enemigo con granadas, aliviando así la posición de 4 y 5 Pelotones consagrados, que ahora podían volver a desplegarse con relativa seguridad. El sargento McKay, sin embargo, murió en el momento de la victoria, su cuerpo cayó sobre el búnker.
Sin duda, la acción del sargento McKay recuperó una situación de lo más peligrosa y fue fundamental para asegurar el éxito del ataque. El suyo fue un acto fríamente calculado, cuyos peligros deben haber sido demasiado evidentes para él de antemano. Sin inmutarse, actuó con un desinterés, perseverancia y coraje sobresalientes. Con total desprecio por su propia seguridad, mostró coraje y liderazgo del más alto nivel, y fue una inspiración para todos los que lo rodeaban.