Emirates, la aerolínea que más crece
Ubicada entre el Norte rico y el nuevo mundo emergente, Emirates toma posesión de una nueva "ruta de la seda" del mercado mundial.
Dubai está "a menos de ocho horas de vuelo del 75% de la población del planeta", señala Richard Vaughan, el vicepresidente de operaciones comerciales de Emirates, la aerolínea que el 3 de enero estrenará un vuelo diario a Buenos Aires.
Explotar esa ubicación a mitad de camino entre Occidente y las nuevas potencias del mundo emergente es un factor clave para que la aerolínea de Dubai (uno de los Emiratos Arabes Unidos) hoy esté "golpeando las puertas de la dominación global", como describió un informe del Financial Times.
Dubai ya está conectada a 110 destinos internacionales. "Usted puede ir de Buenos Aires a Dubai.
Y de Perth a Dubai. Y así tendrá unidas a dos ciudades que tradicionalmente no tienen una conexión eficiente", ejemplifica Vaughan, que ha estado al comando de las últimas ampliaciones del mapa global de la compañía (Ginebra, Copenhague y San Petersburgo) y de las inminentes a Bagdad, Río de Janeiro, Buenos Aires, Lusaka, Dallas, Seattle y Dublín.
Emirates ya rankea primera en kilómetros-pasajero en vuelos internacionales, según IATA. Y en cantidad de viajeros internacionales es la quinta del mundo. La proyección según la cual sería la mayor transportadora internacional para el 2015 desvela a las competidoras tradicionales.
Los grupos aéreos europeos se han quejado de que la aerolínea es subsidiada por las arcas del emirato, directamente o en forma indirecta a través de beneficios en los aeropuertos (estatales), exenciones o bajos costos de endeudamiento.
"Emirates pertenece a la Investment Corporation of Dubai, estatal, pero es gerenciada como una empresa privada y da ganancias: 1.500 millones de dólares el año pasado", dijo Vaughan a iEco. "Los beneficios bajaron mucho este año por el combustible caro", agregó.
Una corta historia Emirates nació en 1985, con 10 millones de dólares de la familia real y dos aviones en leasing; tanto la aerolínea como su reino de origen eran todavía nombres ignotos para gran parte de los habitantes del planeta.
En este siglo llegaron las ambiciones globales del emirato, decidido a posicionarse como hub de negocios e inversiones entre Europa y Asia. Fue así como brotaron las islas artificiales con forma de palmera, el edificio más alto del mundo y otros alardes. La crisis financiera del 2008 afectó al Fondo de Dubai pero la aerolínea esquivó la tormenta, ayudada en parte por la caída de los precios del combustible que vino aparejada.
Hoy, Emirates es el mayor operador mundial de Airbus A-380 (para 500 pasajeros) y Boeing 777. Tiene 162 aviones volando y 283 encargados a las constructoras (algunos para reemplazos), dice Vaughan.
Toda su flota es de doble pasillo.
Mientras la mayoria de las aerolíneas del mundo hoy reducen al mínimo los servicios y cobran todo lo que no sea el asiento o el uso del baño, Emirates hace gran despliegue de estilos de servicio tradicionales, empezando por una primera clase legendaria, con verdaderas suites privadas (y duchas, en el caso de los A-380). A Buenos Aires llegará con Boeing 777-300, a razón de 2.200 dólares el ticket de economy, 10.000 el de business y 16.000 el de primera clase.
Entrenadas en una ecuela ad hoc, sus maquilladas azafatas que con su sombrero rojo y velito blanco pasean por los aeropuertos del mundo el uniforme más vistoso del mercado marcan la última línea de resistencia del glamour en el marketing aéreo. Pero cualquier reminiscencia de las mil y una noches es mera coincidencia: el modelo de negocios de Emirates está basado en pilares tan terrenales como los menores costos laborales propios de su región, dicen los expertos (huelgas y sindicatos están prohibidos en los Emiratos). Y los aviones de gran porte no son un capricho: gracias a ellos, la compañía consigue un menor costo por pasajero, señalan los analistas.
CLARIN