Una crisis que reflota el peligro de la división regional
Por Alvaro Zuazo
De la agencia AP
LA PAZ.- La reciente decisión del oficialismo de modificar el sistema de votación para aprobar una nueva Carta Magna en la Asamblea Constituyente de Bolivia ha derivado en una crisis con la oposición que podría hacer fracasar el proceso y generar fracturas regionales, según coincidieron ayer analistas y la prensa local.
En tanto, el cardenal Julio Terrazas, cabeza de la Iglesia Católica boliviana, llamó a las partes a "deponer las actitudes de rencor, de odio y de violencia".
Los principales diarios bolivianos advirtieron sobre esa posibilidad, al informar que las regiones, básicamente en el oriente y el sur del país, donde radica la mayor resistencia al gobierno de Evo Morales, podrían iniciar protestas radicales a partir de mañana luego de una serie de reuniones en Santa Cruz de sus representantes cívicos y políticos para analizar la situación.
Mientras los dirigentes cívicos amenazan con convocar a un paro general indefinido, huelgas de hambre e iniciar una campaña de denuncias internacionales contra el gobierno, el prefecto (gobernador) cruceño, Rubén Costas, responsabilizó al gobierno de la crisis.
Protagonistas del encuentro serán los presidentes de los comités cívicos de Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija, que advirtieron sobre la posible desintegración del país.
El diario Los Tiempos tituló: "La Asamblea Constituyente pone en peligro la unidad del país", mientras que el matutino La Razón señaló: "Cuatro regiones están en alerta y temen por la unidad". Por su parte, el rotativo El Deber de la ciudad de Santa Cruz, la capital económica boliviana, indicó: "Asamblea en coma".
Departamentos opositores
Los departamentos (provincias) bolivianos son nueve. Los cinco occidentales -incluido el de La Paz- y del centro son cercanos a Morales. Pero algunas regiones que en el pasado fueron oficialistas, como Sucre, donde sesionaba la Asamblea, ahora manifiestan creciente insatisfacción hacia el gobierno.
El presidente del Comité Cívico del Beni, Alberto Melgar, dijo que los pobladores de la región están "indignados" por los supuestos atropellos y el desconocimiento del oficialismo de las normas que debían regir la Asamblea.
"Si siguen así las cosas, vamos a pedir dividirnos de este país y de ahí en adelante sólo restará decir: «Dios salve a Bolivia»", dijo el dirigente a la prensa.
La crisis detonó anteayer, cuando el partido de gobierno Movimiento al Socialismo (MAS), que controla el directorio de la Asamblea, aplicó su mayoría para votar un proyecto de debates no consensuado con la oposición que deja de lado la ley de convocatoria a la Constituyente y se acordó que bastará su mayoría para aprobar la nueva Constitución que surja de allí.
La sesión estuvo plagada de intentos de agresión, y el jefe del bloque del MAS, el líder indígena Román Loayza, cayó al piso y quedó en estado de coma tras haber sufrido un traumatismo craneano y un edema cerebral.
Un pacto oficialismo-oposición de marzo, traducido en la ley, establece que serán necesarios dos tercios de los votos, que el MAS no llega a reunir, que cuenta con 137 de los 255 representantes de la Asamblea.
La Asamblea, en riesgo
Mientras que el líder del principal partido opositor, Poder Democrático y Social (Podemos), el ex presidente Jorge Quiroga (2001-2002), acusó a Morales de "insultar, agredir, [y] dividir" a los bolivianos, el jefe del también opositor Unidad Nacional (UN), Samuel Doria Medina, dijo que lo obrado por el MAS "ha herido de muerte a la Asamblea".
El vicepresidente Alvaro García, a quien la oposición identifica como principal responsable del desconocimiento de los pactos y leyes previos, ha anticipado que también cambiarán las reglas de juego para la convocatoria al referéndum de diciembre de 2007 que debe aprobar la Constitución.
Morales dijo anteayer que "la Asamblea no va a fracasar" con la mayoría del MAS al insistir en acusar a la oposición de "vende patria" y de conspirar contra él y su gobierno.
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