Se agrava la crisis política: acusan al gobierno socialista de planear un "autogolpe"
Crece la tensión en Bolivia: se une la oposición para enfrentar a Morales
Representantes de las provincias orientales y de los partidos de derecha buscan formar un frente común
LA PAZ.- Una reunión celebrada anoche por las fuerzas de la oposición de derecha en Bolivia agudizó aún más la crisis política que vive el país en torno de la asamblea constituyente, que amenaza con convertirse en la prueba más dura para el presidente Evo Morales, que ya debió enfrentar la semana pasada la peor ola de protestas desde que asumió el gobierno, hace siete meses.
Mientras ayer en Sucre el oficialismo reanudaba las sesiones de la asamblea en la que se intenta modificar la Constitución nacional, la oposición -que se retiró del recinto el viernes en medio de un escándalo, en desacuerdo con el sistema de votación- se reunía en Santa Cruz para analizar cómo hacer frente a la avanzada del socialismo.
El resultado fue el despertar de las tensiones partidistas y regionales en el país -entre el Oriente y el altiplano-, que se habían adormecido tras el contundente triunfo de Morales en las elecciones presidenciales de diciembre pasado.
La oposición boliviana, hasta ahora debilitada y dividida, había dado muestras de un tenue resurgir en los últimos días, cuando logró aprobar una moción de censura contra el ministro de Hidrocarburos, Andrés Soliz Rada -que obligó a Morales a ratificar al funcionario en su cargo-, y presentó un recurso de inconstitucionalidad por la nacionalización del gas y del petróleo.
La crisis, sin embargo, se agravó peligrosamente el viernes pasado cuando, tras días de intensos y reñidos debates en la asamblea constituyente, el oficialismo logró aprobar un sistema de votación para modificar los artículos de la Carta Magna, contrario al indicado por la propia Constitución boliviana.
Según la ley y las bancadas opositoras, los artículos pueden ser modificados con los dos tercios de los votos de la asamblea. Pero el oficialismo, que cuenta con la mayoría de los constituyentes, aunque no con los dos tercios, logró aprobar una norma por la cual basta con el 50 por ciento más uno de los votos.
El resultado fue un escándalo en el recinto -con gritos, golpes y heridos- y la retirada de los constituyentes opositores de la asamblea.
Todos juntos
Ayer, la oposición boliviana, tras denunciar nuevamente que Evo Morales planea un "autogolpe" y una maniobra para cerrar el Parlamento, decidió reunirse en Santa Cruz para aunar posiciones y conformar un bloque contra la avanzada oficialista, encuentro calificado por el gobierno de "conspiración contra la democracia".
La iniciativa tiene un componente extra con la presencia de referentes regionales del Oriente. En los últimos años, el antagonismo entre los partidos políticos de izquierda y de derecha se ha ido diluyendo y hoy, en Bolivia, el país se encuentra dividido por regiones (aunque, en general, las fuerzas conservadores se mantienen dueñas del próspero oriente y las de izquierda tienen más peso en el empobrecido altiplano).
Al encuentro opositor de anoche asistieron los prefectos (gobernadores) de Santa Cruz y Tarija, provincias que contienen la riqueza gasífera boliviana, y de los forestales y agroganaderos Pando y Beni, en el norte y nordeste amazónicos, que son afines a la oposición liderada por el partido del ex presidente conservador Jorge Quiroga, Podemos.
También participaron en la cita en Santa Cruz jefes de las bancadas de Podemos y de los opositores Movimiento Nacionalista Revolucionario (del derrocado presidente liberal Gonzalo Sánchez de Lozada), y de la Unidad Nacional, del empresario de centroderecha Samuel Doria Medina.
"En la agenda de la reunión incluimos el tema de las tierras, porque fundamentalmente afecta al oriente boliviano", dijo ayer el vocero del poderoso Comité Cívico Pro Santa Cruz, Daniel Castro, al referirse a la reforma agraria que el gobernante socialista intenta poner en marcha.
Al justificar la cita de ayer, el presidente del Comité Cívico de Beni, Alberto Melgar, aseguró que se quiere evitar la "injerencia del poder Ejecutivo en la asamblea". "Queremos revertir la aprobación del reglamento de debates, que el presidente deje de manejar un doble discurso y deje de enviar a sectores sociales a presionar a Sucre", añadió, con lo que aludió a las recientes movilizaciones realizadas en la capital histórica del país y sede de la asamblea constituyente.
Al pronunciarse sobre este tema durante una conferencia de prensa, la ministra de Gobierno, Alicia Muñoz, consideró la reunión de estos sectores como un acto conspirativo. "Son actos conspirativos contra la democracia, contra el presidente, cuando amenazan desde las regiones con razón y sin razón", dijo.
El gobierno boliviano, además, rechazó ayer el pedido formulado por la oposición a la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) para que designen misiones de observación a la asamblea constituyente, y lo calificó de "barrabasada política".
"Eso de llamar apenas estén las cosas un poco calientes a cualquier poder extranjero es una brutal muestra de inseguridad y de infantilismo político. Lamentamos eso", declaró el vicepresidente Alvaro García Linera, al ser consultado sobre la propuesta de Quiroga. A su juicio, los bolivianos tienen "la suficiente fuerza política y la suficiente capacidad para, a pesar de esos conflictos, saber encontrar los resultados".
Agencias AP, DPA, ANSA y AFP
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