estimados foristas
esta es una historia ya planteada en el foro, pero la profundidad (nunca mejor empleado) de los datos aqui volcados hacen que meresca agregarse al thread sobre buceo militar en torno al conflicto de malvinas:
MAXIMO NICOLETTI, UN PELIGROSO EJEMPLAR PATAGONICO
Por Sergio Bustos • 24 Nov, 2008 • Sección: Historia
(Recopilación: Sergio Bustos)
Fuentes: Diario El Chubut, TELAM, DyN, Internet.
Máximo Nicoletti es un hijo reconocido de Pino Nicoletti. Si bien lleva el apellido de la conocida familia madrynense, en realidad Pino Nicoletti no es su padre. Máximo era hijo –uno de los cuatro, tres mujeres y el- de una española (nativa de Torre de la Vega, al sur de Santander) que se caso con Pino y al que tras años de casado decidió darle el apellido. Al fallecer la madre en forma trágica (en un accidente) Pino formo un nuevo matrimonio, radicándose en Brasil, perdiendo, de acuerdo a las versiones conocidas, todo contacto con su hijastro.
Las personas consultadas en Madryn manifestaron que Máximo se había destacado en natación con aletas obteniendo un titulo a nivel nacional en la especialidad, la mayoría se mostró sorprendida por el rol que se le otorga a esta súper banda. Incluso algunos viejos habitantes de Madryn llegaron a señalar que “no tenia agallas para las cosas que se le imputan”. Vaya si se equivocaban, no conocían a Máximo.
Cabe destacar que la mayoría de los vecinos desconocían las actividades de Máximo, salvo algunos de Trelew, que conocieron su actividad en la cúpula de la Juventud Peronista.
Máximo Nicoletti, alias “Alfredito” era en 1972 uno de los responsables de la Juventud Peronista de Trelew (Chubut), y fue uno de los principales encargados de la apoyatura logística en la fuga de los presos políticos del penal de Rawson, el 15 de agosto de 1972, algunos de los cuales fueron recapturados y asesinados el 22 de agosto en la base naval Almirante Zar.
Nicoletti se enrolo en la agrupación Montoneros, donde cobro fama no precisamente por ser una persona sin agallas. Son varios los hechos resonantes por los que “Alfredito” quedo en la historia…
Máximo tuvo una activa participación en la Juventud Peronista de los años 70 en Trelew, donde tuvo una activa participación en la logística de la fuga de los detenidos en la U6, que termino en la Masacre ocurrida en la Base Almirante Zar. Máximo daba sus primeros pasos de acción en la zona. Para este entonces, “Alfredito” o “El gordo Alfredo” ya no solo era un excelente nadador con aletas, era además un avezado buzo.
“Alfredito” aparece nuevamente en la historia publica unos años mas tarde, ya como un autentico guerrillero.
1974 - EL OPERATIVO VILLAR
El 1º de noviembre de 1974, un grupo de Montoneros, con quienes se encontraba Máximo Nicoletti lleva adelante el “Operativo Villar”.
Nicoletti integraba el grupo de los GEC (Grupos Especiales de Combate) que liderados por “El Vasco” Mendizábal, junto a “Nacho” y “Pippo” (que había participado del asesinato de José Ignacio Rucci) perpetro el asesinato del jefe de la Policía Federal, Comisario Alberto Villar y su esposa, Elsa Maria Pérez.
Uno de los “soplones” de Montoneros, Norberto Ahumada (Alias “Beto”) informo que había entrado en reparaciones el los astilleros Astrasa la embarcación de Villar. Una discreta vigilancia y tareas de inteligencia permitieron saber a Montoneros que el 1º de noviembre, Villar pensaba realizar una navegación junto a su esposa. El grupo decidió entrar en acción.
Precisamente Nicoletti y el guerrillero identificado como “Pippo”, aproximadamente a la 1 de la madrugada del viernes 1º de noviembre de 1974, se sumergieron en las aguas del Tigre con el equipo completo de buceo y casi 20 kilos de trotyl bajo el brazo. Según sabían, este elemento era el único que se podía emplear bajo el agua y que además resultaba de sencilla aplicación.
Así fue como colocaron la bomba debajo del asiento del conductor, de la manera más disimulada posible.
La explosión despidió el cuerpo de la mujer hasta la ribera del riacho. El cuerpo del comisario, en cambio, fue encontrado completamente mutilado junto a los restos de la embarcación.
EL ATENTADO A LA SANTISIMA TRINIDAD
El 22 de Septiembre de 1975, mientras se encontraba en los astilleros de Río Santiago ultimándose su construcción, la fragata Santísima Trinidad sufrió una explosión a causa de cargas colocadas en su base por buzos. Si bien esto no impidió su finalización, si le acarreó problemas futuros. Y es que se podría decir que a Nicoletti el tema de atacar embarcaciones de forma inusual le venía de familia, al haber participado su padre en el proyecto de torpedos humanos de la Regia Marina italiana.
Nicoletti se infiltro en los astilleros, colocando cargas explosivas (gelamón) con retardadores de tiempo en pilotes que se encontraban en cercanías de la fragata. La explosión causo graves daños y si bien no se llego a la destrucción de la embarcación, si puso en fuerte alerta a la Armada, vista la fragilidad de su seguridad en la base, como así también la capacidad de acción de los GEC, que integraba Nicoletti.
CAPTURADO POR LA MARINA, CAMBIO DE BANDO
En mayo del ’77 atento contra el almirante Aníbal Guzzetti, por entonces ministro de Relaciones Exteriores de la dictadura. Tras ser capturado por el grupo de tareas 33/2 de la ESMA, sin que mediaran amenazas ni torturas paso a participar del “mini staff” del grupo de ex combatientes que colaboraba con los Grupos de Tareas de la marina, entregando a miembros de Montoneros cuando recorrían con patrullas navales las calles de Buenos Aires “marcando” a sus ex compañeros.
En 1978, cuando las diferencias con Chile por el canal de Beagle pusieron al país al borde de la guerra, gente de la Armada se comunico con Nicoletti. Los marinos le pidieron que prepare un plan para realizar una operación similar a la de Río Santiago, pero esta vez sobre un buque chileno. Sin embargo, la mediación papal evito el conflicto y el plan se dejo de lado.
Cuando en 1979 se cerró el centro clandestino de detención que funcionaba en la ESMA, Nicoletti continuo trabajando para el Servicio de Inteligencia Naval, y fue enviado a Venezuela para realizar tareas de inteligencia entre los núcleos de exiliados, hasta que fue reconocido y tuvo que volver al país.
LA OPERACIÓN ALGECIRAS
El 2 de abril de 1982, Nicoletti estaba en Miami, cuando al igual que el resto del mundo se sorprendió al ver las noticias que la Argentina había recuperado las Islas Malvinas. Con el conflicto desatado, la Armada comenzó a evaluar la posibilidad de atacar un objetivo ingles en Europa. La idea era mostrarle a Europa los riesgos de tener a una parte importante de la flota de la OTAN tan lejos de casa.
La Operación Algeciras estuvo desde su inicio bajo el mando directo del Almirante Jorge Isaac Anaya, integrante de la Junta como jefe de la armada y mentor de la recuperación del archipiélago irredento. El 22 de abril Anaya convoco a su despacho del edificio Libertad, en la zona de Retiro, al almirante Eduardo Morris Girling, titular del Servicio de Inteligencia Naval (SIN).
El plan diseñado por Anaya era simple. Un grupo debía trasladarse a la base militar que Inglaterra posee en el Peñón de Gibraltar, frente al puerto de Algeciras y una vez allí, equipados con los correspondientes equipos de buceo, debían colocar minas submarinas en un buque ingles. El marino designado seria el enlace con Buenos Aires, pero la faz operativa estaría a cargo de Nicoletti y sus hombres.
La operación era una copia de la que realizaron los italianos en la Segunda Guerra Mundial, cuando con buzos y torpedos humanos hicieron estragos en la flota inglesa, que recalaba en el puerto de Alejandría. El propio padre (adoptivo) de Nicoletti –un inmigrante italiano- participo en su juventud de la flotilla de torpedos humanos MAS que ideo Benito Mussolini.
El 3 de mayo de 1982, el día después del hundimiento del “Belgrano”, la Junta ordenó al comando la destrucción de cualquier barco británico lo antes posible.
Unos días después atracó en Gibraltar una fragata y el comando decidió atacar de inmediato. Pero las autoridades españolas, que los tenían bajo vigilancia, los detuvieron. “Desperté en el hotel a la mañana, junto con `El Marciano’, con la habitación llena de policías”, relató Nicoletti. “Héctor y Latorre fueron capturados ese mismo día, cuando fueron a renovar el alquiler del automóvil” que utilizaban para sus desplazamientos. Y todos devueltos a la Argentina en el más riguroso secreto.
Al finalizar en 1983 la dictadura militar, Máximo “Alfredito” Nicoletti permaneció ligado a la Armada y trabajando en su especialidad, como instructor de buceo del cuerpo “Albatros” de la Prefectura Naval, con el que tuvo una participación protagónica en los dos alzamientos carapintadas de Mohamed Ali Seineldin, en diciembre de 1989 y 1990.
1994 - “LA SUPERBANDA”
El 28 de febrero de 1994, Máximo Nicoletti, junto a varios cómplices protagonizo un sonado asalto a un camión de caudales. La banda estaba formada por dos ex guerrilleros (uno de montoneros y otro del ERP) que luego de ser capturados por las fuerzas armadas pasaron a colaborar con la represión, tres agentes en actividad de la Policía Federal; dos ex suboficiales del Ejército y un agente del Servicio de Inteligencia Naval (SIN). La Policía Federal aporto el oficial principal Miguel López, el cabo primero Roberto Gaitan, y el empleado civil del área de inteligencia Jorge Finochiaro. Los otros detenidos son los entregadores, empleados de la empresa de seguridad: Raúl Mazzo, ex suboficial retirado en 1979; el chofer Eduardo Lepera, su hermano Víctor Lepera, Alfredo Tibaldo, Enrique y Humberto Millán. Se robaron 1.800.000 dólares. Todos fueron detenidos en poco tiempo por la policía, menos “El gordo Alfredo”, aunque mas tarde, y de una manera casi cinematográfica, fue detenido.
Se llevaron a cabo mas de 20 allanamientos, donde se encontraron uniformes militares, equipos de comunicaciones, documentos de identidad, 15 cajas de proyectiles varios, 21 armas cortas, una semibazuca, una escopeta 12/70 automática, dos ametralladoras y tres escopetas. Pero solo se recuperaron un millón de dólares de lo robado (800 mil en efectivo y el resto en valores y propiedades), desconociéndose donde fueron a parar los 800 mil dólares restantes. El camión de caudales llevaba 2.400.000 dólares, pero los asaltantes dejaron allí 600.000, presuntamente por un descuido por la rapidez de la operación.
El comisario Inspector Rodríguez, acompañado por el jefe de la Unidad Regional Esquel de la policía del Chubut, comisario Inspector Raúl Doyle; el jefe de la seccional primera Esquel y el segundo jefe de la misma, subcomisario Rossi (EL TANO), se consigno que el seguimiento a Máximo Nicoletti comenzó en la línea sur en zona de Bariloche, bajando por El Bolsón (Río Negro), El Hoyo, Cholila, Epuyén, Gualjaina, Trevelin y Esquel en el noroeste provincial, Puerto Madryn y Trelew, en la costa chubutense.
El operativo dio resultado positivo cuando el falso “Luís Greco” se aprestaba a ingresar al hotel de calle San Martín casi esquina Belgrano de Esquel y fue detenido por los efectivos policiales de esta provincia.
Se supo además que el botín faltante, de entre 400 mil y 800 mil pesos se lo habría llevado una mujer y se sospechaba que la misma había huido del país. Los informantes se excusaron de revelar la identidad y características de la mujer buscada, aunque indicaron que tras el robo del blindado no viajo a Esquel, Chubut, donde fue atrapado Nicoletti, sino que se traslado con una suma estimada entre los 700 mil y los 800 mil pesos a Uruguay y desde allí presumiblemente a los Estados Unidos.
Pasó cinco años tras las rejas y no está claro por qué recuperó la libertad. Nicoletti dice a quienes se lo cruzan que no tiene sentencia firme y se benefició con la aplicación del dos por uno.
Nicoletti volvió a tomar notoriedad hace pocos años, cuando un cineasta decidió llevar al cine la Operación Algeciras, donde aparece Máximo Nicoletti contando su frustrada hazaña.
Máximo Fernando Nicoletti, alias Alfredito, no es precisamente un boy-scout. Ex montonero, ex miembro del servicio de Inteligencia de la marina, ex agente de la SIDE, ex marido de Liliana Chiernajovsky (la esposa de Carlos Chacho Álvarez), sindicado como hombre de Massera y afín al carapintadismo.
cualquier parecido con dirigentes politicos actuales es solo un dato de la realidad incontrastable.
saludos
bagre