F-22 Raptor: stealth por naturaleza
Aunque ya lleva varios años en servicio, buena parte de las características del Raptor siguen siendo clasificadas. Nadie puede afirmar cuales son sus pesos operativos, el alcance, la potencia exacta de los motores, la velocidad máxima o las performances de su equipamiento electrónico. Pero el secreto mejor guardado es cómo el F-22 obtiene una sección radar (RCS) tan baja, que va de 0.0005 m2 (tamaño de una bolita) a 0.0002 m2 (tamaño de una mosca).
Esos resultados no se logran con una sola técnica, sino con un conjunto de ellas que se inician con el diseño externo e interno de la aeronave, los materiales empleados y la pintura que reciben las superficies externas del avión. Sobre el diseño del F-22 ya se habló bastante. Sus líneas fueron dibujadas siguiendo lo que dictaba el espectro electrónico y no la aerodinámica, los tan aclamados “ángulos tangenciales” por oposición a los ángulos rectos permiten reflejar y dispersar en varias direcciones las ondas radar. Esto no es ninguna magia ya que seguramente cualquiera de nosotros lo ha hecho como un juego: enfrentar un espejo a los rayos del sol y a medida que lo movemos (variando el ángulo de reflexión) el reflejo va de un lado hacia el otro.
En el Raptor cada superficie fue diseñada para reflejar las ondas radar en distintas direcciones, así la cantidad de energía reflejada que vuelve al avión emisor es muy dispersa y tan mínima que no es suficiente como para localizar al F-22. Según algunos estudios, una superficie con un ángulo de 35 a 50 grados puede debilitar una onda radar hasta 1.000 veces.
Pero como las ondas radar también atraviesan las superficies, internamente el avión posee un complicado diseño integrado por docenas de estructuras en forma de “W” y “V” (bordes de serrucho o aserrados) que provocan que las ondas radar reboten entre sus paredes y se pierdan en sus vértices. Así la energía útil que regresa al radar nuevamente es mínima. Algo similar se aplica con las zonas “cavernosas” o con las cavidades típicas de las tomas de aire o la boca del cañón.
Estas características también son asistidas por los materiales absorbentes de radar (RAM) y de pinturas especiales. Los RAM se emplean masivamente en el Raptor, y según algunas noticias, ayudan a reducir hasta el 15 % de la sección radar. Del resto se encargan las distintas estructuras ya mencionadas y las súper secretas pinturas, que ahora veremos por qué son tan “secretas”.
Los últimos comentarios indican que en el caso del Raptor, la pintura externa “interactúa” con la electricidad estática de la atmósfera formando un campo electromagnético en torno a la aeronave que impide el ingreso de las ondas radar. Aunque realmente no conozco nada de física, considero que hay algo de verdad en éste concepto que sí se sabe es utilizado por el bombardero B-2. Normalmente las pinturas contienen muchos componentes metálicos de tamaño microscópico, tal como diminutas esferas de hierro, ferrita o componentes desconocidos capaces de generar un diminuto campo magnético por diferencias de cargas entre la aeronave y la atmósfera.
Es por ello que ante cualquier “rayón” o daño las superficies deben volver a pintarse en su totalidad, ya que la aplicación de éstas pinturas debe realizarse de modo completo por cuanto una superposición de tan solo un par de micrones de una capa sobre otra modificarían su “efecto mágico”. También ello sería la razón de por qué el Raptor tendría una limitación en su velocidad máxima, ya que se dice que por encima de Mach 1,9 ese pseudo escudo electromagnético perdería su eficacia.
Así por primera vez los resultados de las técnicas stealth aplicadas al F-22 determinaron cuales serían las prestaciones de la aeronave. Las miles de mediciones con radares determinaron que “el ambiente natural” del Raptor sería en el orden de los 50.000 pies ( 16.500 metros) y con una velocidad crucero de aproximadamente Mach 1,5. Así se calibró la potencia de los motores para brindarle esas prestaciones sin necesidad de que el piloto conecte los postquemadores. Entonces nació el supercrucero que es la habilidad de volar supersónico sólo con máxima potencia militar sin postcombustión.
Pero esto no implica que a menor altitud y velocidad el F-22 sea más detectable, ya que en menor medida la pintura junto con el resto de las técnicas stealth colaboran para que la aeronave mantenga su baja firma radar a cualquier altitud y velocidad. Algunos incluso aseveran que hasta las patas de los trenes de aterrizaje están recubiertos con materiales RAM.
La cúpula
En los primeros ejemplares la cúpula del Raptor era convencional sin ningún tinte especial, pero ahora están apareciendo varios F-22 con la famosa “Golden Canopy” o cúpula dorada la que incorpora una delgada película de oro, sin embargo una visión más detallada permite apreciar que aparte del clásico tinte dorado también presenta un ligero tinte metalizado que también es denominada “Silver Canopy” (cúpula plateada) cuyo aspecto –según el ángulo en que se la observe- es muy similar al recubrimiento o film que se aplican en los vidrios de los edificios.
Con más de 150 kg de peso, la cúpula aparte de ofrecerle al piloto una visión sin obstáculos (ya que carece de montantes) proporciona un adecuado control de la temperatura dentro del cockpit, permitiendo que ingrese el 85% de la energía solar y fundamentalmente es un verdadero espejo contra las ondas radar ya que por su forma y su composición refleja un alto porcentaje de las mismas. Las cúpulas doradas normalmente utilizadas por los F-16 reducen la firma radar en un 15% aproximadamente y se estima que la del Raptor simplemente triplica tal porcentaje.
Como vemos muy de a poco se van conociendo nuevos aspectos del Raptor. Caro, cuestionado, restringido solamente a EEUU y deseado por muchos es hoy por hoy el máximo exponente de las aeronaves de combate de 5º generación, más allá de su origen y del país a que pertenece. Una joya.