Desarrollo Aeroespacial Argentino


Diego Rossi presenta los principales lineamientos del proyecto de ley Argentina Satelital, que se encuentra en proceso de aprobación legislativa y ya cuenta con media sanción del Senado.

Por Diego Rossi *

Varios saberes estratégicos fueron alineados en la construcción del desarrollo satelital, que hoy posiciona a la Argentina como el único país del Hemisferio Sur a nivel mundial con capacidad de construir y operar una red de satélites de comunicaciones.

La ley Argentina Satelital consagrará un plan sustentable de negocios mayoristas en las telecomunicaciones y la distribución audiovisual, con alcance en toda América, basado en las empresas públicas ArSat e Invap. De tratamiento inminente en Diputados, el proyecto tuvo media sanción por unanimidad en Senado.

Esta iniciativa, como otras del Poder Ejecutivo recientemente enviadas al Congreso (principios básicos de reestructuración de la deuda externa; ley de actores), tuvo la adhesión de legisladores de los distintos partidos con representación parlamentaria. Resultado interesante para un gobierno saliente, que demuestra el reconocimiento de ciertos principios de política pública, al menos en la coyuntura preelectoral.

Soberanía en infraestructura y competitividad, muy fundamentadas.

El proyecto enmarca al desarrollo satelital como política de Estado y consagra un Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035. Sus anexos (150 páginas) describen minuciosamente el panorama actual de esta industria y el crecimiento previsto para Ar-Sat, en competencia con consorcios internacionales. Y aportan claridad desde la función pedagógica e informativa de la comunicación de gobierno. Pueden ser consultados en los sitios web de ambas Cámaras del Parlamento (proyecto PE 175/15).


Cadena de valor satelital.


Tres factores gravitaron en el armado de la industria satelital nacional: la actividad espacial previa; el conocimiento entrenado de técnicos e ingenieros argentinos, y la fuerte decisión estatal (tangible en los antecedentes de la Conae; en la actividad de Ar-Sat desde su creación por ley en 2006, y en el capítulo aeroespacial de la estatal Invap radicada en Río Negro).

La provisión de servicios satelitales de Ar-Sat entronca con un potente datacenter ubicado en Benavídez, proveedor con altos estándares de seguridad de alojamiento y manejo de datos para el sector público y empresas.

El nicho elegido es la explotación de satélites pequeños y medianos para un mercado creciente en demanda de capacidad de transmisión. Se aprovechará el poder de compra estatal para solucionar problemas estratégicos, y desarrollar industrias proveedoras, logrando mayor valor agregado nacional (hoy del 50 por ciento) en las fases de diseño, armado y operación. Además del consiguiente ahorro de divisas, se potencian negocios de telecomunicaciones y de exportación de servicios al demostrar tenencia de tecnología confiable.

Plan de negocios sustentable de la empresa estatal.

El plan de negocios de fabricación y operación de ocho nuevos satélites en 20 años prevé en su proyección financiera, realimentarse con los recursos generados por la propia explotación de servicios en marcha. La demanda satelital mundial crece en un 5 por ciento anual: ya está comprometida el 30 por ciento de la capacidad del ArSat 2, y la empresa participa en licitaciones por servicios para Estados Unidos y Latinoamérica, según informan funcionarios de Ar-Sat. El flujo de fondos del Plan llega a 1200 millones de dólares con una tasa interna de retorno del 11 por ciento, y no depende del financiamiento externo ni de agentes privados.

Al desplegarse una red satelital se logra mayor eficiencia, ya que la disponibilidad de mayor cantidad de artefactos en órbita permite reacomodar y optimizar los servicios entre satélites del mismo operador, de acuerdo a su alcance y banda de funcionamiento.

El plan aprobado por ley fortalece la gestión de nuevas posiciones orbitales ante la Unión Internacional de Telecomunicaciones. La puja sobre las posiciones orbitales, además de países, involucra a consorcios comerciales abroquelados en Intelsat, Hispasat, Eutelsat, Telesat o SES (actuales proveedores para el mercado del Cono Sur).

Frecuencias reservadas con finalidad social

La ley ordena a Ar-Sat entroncar con la Red Federal de Fibra Optica para solucionar problemas de conectividad “de última milla”, y garantizar así Internet a zonas de mayor vulnerabilidad. Se reservan porciones de espectro vacantes para generar enlaces inalámbricos junto a cooperativas, a municipios o a empresas de capital mixto. Son inversiones menos costosas que el tendido de cables, y achican la brecha digital.

* Docente de la Facultad de Ciencias Sociales, UBA. @diegodrossi

http://www.pagina12.com.ar/diario/laventana/26-285356-2015-11-04.html
 

La norma que consiste en declarar de interés público al desarrollo de la industria satelital como política de estado fue aprobada en la Cámara de Diputados.

La medida busca resguardar los activos de la empresa al establecer que para la venta de acciones de clase “A” que el Estado tiene en ARSAT, se requerirá el voto de los dos tercios del Congreso Nacional.



El Proyecto de Ley de Desarrollo de la Industria Satelital, presentado por la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner luego del lanzamiento exitoso del ARSAT-2 el pasado 30 de septiembre, ya contaba desde comienzos del mes de octubre con media sanción del Senado.

En primer término, el proyecto obtuvo dictamen en un plenario de las Comisiones de Comunicaciones e Informática y de Presupuesto y Hacienda que estuvo presidido por los diputados Mario Oporto y Roberto Feletti. Previamente la iniciativa fue expuesta por el titular de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC), Norberto Berner, y el presidente de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT), Matías Bianchi.

Por su parte, Norberto Berner afirmó que: “Concretar una política como ésta no es solo dar continuidad a los esfuerzos y expectativas de los argentinos en materia tecnológica, sino también avanzar en el desarrollo de toda la Nación. Esta ley complementa y ratifica todo el trabajo realizado durante todos estos años en materia satelital y, además, lo resguarda e impulsa a futuro. De esta manera, podemos asegurar que la inversión de los ciudadanos va a seguir siendo cuidada y garantizada”.

Según Matías Bianchi: “la importancia de este plan es poder asegurar la continuidad en el tiempo de un desarrollo satelital y tecnológico argentino, en el que se viene trabajando hace años, asegurando la protección de las posiciones orbitales por satélites diseñados y fabricados en nuestro país, tal como fue decisión política de Néstor y Cristina Kirchner y que fuera consagrado por el Honorable Congreso de la Nación en la Ley 26.092 que estableció la creación de la empresa ARSAT." Además, agregó que "cabe destacar que esta norma define el sostenimiento de la política de Estado en cuanto al desarrollo de la industria satelital de cara al futuro, sobre la base del éxito de nuestro país en la construcción, puesta en órbita y operación de los satélites ARSAT-1 y ARSAT-2".

Los ejes principales del proyecto consisten en declarar de interés público al desarrollo de la industria satelital como política de Estado y establecer la aprobación de un “Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035”. En este sentido, el objetivo es dar continuidad a las capacidades desarrolladas e instaladas en materia satelital y de telecomunicaciones garantizando y promoviendo el diseño y construcción de satélites geoestacionarios de telecomunicaciones, tanto para uso propio como para terceros, otorgándole prioridad nacional. De esta manera, se genera y se cubre la demanda de este tipo de servicios y se mejora la oferta a nivel nacional e internacional, incentivando el desarrollo de la industria interna y del capital intelectual de los técnicos, ingenieros y demás especialistas argentinos.

La medida también establece que se requerirá el voto de los dos tercios del Congreso Nacional para la venta de acciones de clase “A” y de activos estratégicos. De este modo, al ser una empresa con acciones 100% del Estado argentino, serán los representantes de todos los ciudadanos los que refrenden las decisiones sobre las inversiones realizadas por el país.

Asimismo, quedó establecido que la empresa ARSAT ejecutará las acciones necesarias con el fin de implementar el mencionado Plan Nacional. El mismo prevé la fabricación y posterior lanzamiento de ocho nuevos satélites en los próximos 20 años. Algunos de ellos serán para uso propio y otros serán plataformas para venta al exterior.

A través de esta Ley, concebido como un plan sustentable a largo plazo, se actualiza la regulación adaptándose a la promoción de la industria satelital a nivel mundial. A su vez, se incentiva y se brinda un marco de acción en la búsqueda de nuevas posiciones orbitales para tener mayor capacidad en el desarrollo de servicios e industrias proveedoras agregando valor a la comercialización de satélites nacionales.

La Ley también establece la reserva preferencial de las bandas de frecuencias de 3G y 4G para ARSAT, correspondientes al lote que quedó desierto en la última subasta de espectro radioeléctrico. En este sentido, se considera que por sus objetivos e infraestructura, esta empresa del Estado Nacional es una herramienta clave para la implementación de los desafíos que propone la prestación de esta nueva tecnología que mejorará la calidad de las comunicaciones en toda la Argentina. La iniciativa contempla la posibilidad de que la empresa estatal se asocie con prestadores regionales y cooperativas, municipios, organismos y sociedades del estado para poder incrementar la oferta de nuevos servicios de telecomunicaciones en el país, diversificando el acceso y abriendo la posibilidad de que los usuarios elijan entre nuevos prestadores.

Estas decisiones políticas y estratégicas significan no solo un avance a nivel tecnológico y satelital sino también en materia de desarrollo nacional así como en acceso y democracia para todos los ciudadanos. Con la evolución de la plataforma satelital se incorporarán capacidades tecnológicas en el resto del tramado industrial y se profundizará la interacción con la comunidad científica para correr la frontera tecnológica. Esto significa avanzar en mayor inclusión, desarrollo y soberanía nacional integrando a un país que crece con cada desafío y que se fortalece con cada reto cumplido, garantizando más y mejores comunicaciones.

http://satelitesarsat.com.ar/site/post/view/id/76
 
Satellogic planea lanzamiento de constelación Aleph en abril

La startup creada en el país comenzará a lanzar los primeros satélites de su constelación comercial Aleph en abril de 2016, mediante el vehículo lanzador chino Long March CZ-4B.


Con el lanzamiento de 16 satélites se dará el puntapié inicial de una constelación comercial, que según los planes de la compañía, contempla contar con 25 naves orbitando el planeta para fines de 2017.
Los satélites que conforman la constelación Aleph son naves de bajo costo que cuentan con la capacidad de tomar imágenes y video con una resolución de 1 metro.



La constelación toma su nombre del conocido cuento del escritor argentino Jorge Luis Borges (El Aleph), en alusión a la capacidad que tendrá la misma de observar todo lo que ocurre en la Tierra.
Asimismo, el plan de la compañía contempla contar con 100 satélites en el espacio para fines de 2019, los cuales tendrán mayores capacidades tecnológicas que sus antecesores, para llegar de esta manera al número de 300 satélites a fines de 2020, con un tiempo de revisita de 5 minutos.



Si bien inicialmente los planes de la compañía contemplaban el lanzamiento de los primeros satélites comerciales para fines de este año, demoras asociadas a diversos aspectos del proyecto hicieron necesario cambiar la fecha de lanzamiento para el mes de abril próximo.

fuente:
http://argentinaenelespacio.blogspot.com.ar/2015/11/satellogic-planea-lanzamiento-de.html
 

MDD

Colaborador
Colaborador
Disculpen pero satellogic ya dejò de ser un proyecto argentino ò me equivoco ? Quedò solo la sociedad pero no trasladaron sus laboratorios a la ROU ?
 
ECONOMIA › PAGINA/12 CONVERSO CON EL PRESIDENTE DE ARSAT SOBRE EL FUTURO DE LA EMPRESA

El plan para el desarrollo satelital
Matías Bianchi repasó lo hecho hasta ahora por la empresa estatal Arsat y explicó por qué cree que el país está en condiciones de fabricar otros ocho satélites con recursos generados por la propia explotación de los servicios en marcha.







Por Fernando Krakowiak

El Congreso aprobó el pasado 4 de noviembre un plan de desarrollo satelital para los próximos veinte años. Luego del diseño, construcción y lanzamiento de los satélites de telecomunicaciones Arsat 1 y 2, la ley apuesta a consolidar al sector espacial como una política de Estado. El titular de la empresa estatal Arsat, Matías Bianchi, recibió a Página/12 en el predio de Benavídez para repasar lo hecho hasta ahora y explicar por qué cree que el país está en condiciones de fabricar otros ocho satélites con recursos generados por la propia explotación de los servicios en marcha, sin tener que depender de capital privado.

Arsat nació en abril de 2006 para hacerse cargo del servicio satelital, en reemplazo de Nahuelsat, un consorcio privado encabezado por la alemana DaimlerChrysler Aerospace (hoy, Airbus) y la italiana Finmeccanica. A este grupo se le había adjudicado en 1991 la provisión y operación de dos satélites. El primero, llamado Nahuel1, fue puesto en la posición orbital de 71,8 grados oeste en enero de 1997, mientras que el segundo debía ser colocado antes del 19 de octubre de 2003 en la posición de 81 grados oeste, lugar reservado al país por la Unión Internacional de Telecomunicaciones luego de un acuerdo de reciprocidad satelital firmado con Estados Unidos.

Cuando llegó la fecha, Nahuelsat ni siquiera había comenzado a construir el segundo satélite. El incumplimiento puso en riesgo la conservación de la posición orbital de 81 grados oeste, la cual estaba siendo reclamada por Gran Bretaña. En ese momento, el gobierno de Néstor Kirchner solicitó una prórroga de dos años y empezó a explorar alternativas. La decisión fue construir un satélite argentino y, mientras tanto, ocupar la órbita 81 con un equipo alquilado al grupo holandés SES. Luego se sumó también la necesidad de ocupar la órbita 71,8 grados oeste; pues a principios de 2010 el Nahuel-1 cumplió su vida útil y se lo reemplazó con otro satélite alquilado, el AMC 6, también del grupo holandés SES. Finalmente, en septiembre de 2014 se lanzó Arsat-1 para ocupar la órbita 71,8 grados oeste y en septiembre de este año fue el turno de Arsat-2, ubicado en la posición 81 grados oeste.

Una vez concluida esta etapa, el Gobierno presentó un plan de desarrollo satelital para lo que viene. “El plan lo comenzamos a diseñar en febrero del año pasado, cuando se estaba terminando la construcción de Arsat-1. En ese momento, empezamos a analizar cómo estábamos posicionados respecto de la industria y qué posibilidades teníamos por delante. Nuestra preocupación era cómo seguir una vez terminada la construcción de Arsat1 y Arsat2 y la respuesta a esa pregunta es el plan que aprobó el Congreso”, señaló a Página/12 Matías Bianchi.

–¿Qué cuestiones tomaron en cuenta para diseñar el plan?

–Empezamos a analizar alternativas para agregarle valor a nuestra plataforma, con las posiciones orbitales actuales o solicitando nuevas posiciones. Hicimos estudios de mercado para ver qué posibilidades tendría Argentina de vender un satélite. A partir de eso, decidimos concentrarnos en la construcción de satélites de tres toneladas, porque tenemos las instalaciones para eso y porque creemos que ahí hay un nicho de mercado. Tenemos un estudio de los costos de otros fabricantes y con eso trazamos el camino referido a cuál debe ser la evolución de nuestros costos. Además, planteamos la necesidad de evolucionar de la propulsión química a la eléctrica, lo que te permite brindar más servicios con el mismo aparato.

–Cuándo usted se hizo cargo de Arsat también estaba en agenda la construcción de Arsat-3 y ese proyecto inicialmente quedó suspendido, ¿por qué lo frenaron?

–Una de las variables económicas principales de los satélites es en cuánto tiempo colmás su capacidad. Si demorás diez años, no te sirve. En ese momento, estábamos terminando Arsat-1 y avanzando con Arsat-2. Por lo tanto, todo nuestro esfuerzo comercial estaba concentrado en esos dos satélites. Además, Arsat-3 estaba diseñado en banda Ka, que es una banda casi de consumidor final que permite brindar servicios de Internet y banda ancha. Es un mercado que en Argentina había que inventar de cero. Nosotros dijimos: “Lanzamos esto y ¿después qué hacemos?”. El desafío comercial era enorme. Otro tema a tener en cuenta era que Arsat-3 estaba pensado para construirse con fondos del Estado, como el 1 y el 2. Ahora, en cambio, el objetivo es construir Arsat-3 con una parte en la banda Ka para empezar a trabajarlo y con flujos propios generados por los otros dos satélites, lo que apunta a garantizar la sustentabilidad del negocio. Necesitamos tomar financiamiento, pero se lo repaga con recursos generados por Arsat-1 y 2.

–¿Cuántos clientes tiene Arsat-1?

–Tenemos cerca de cien clientes. Está ocupado prácticamente a pleno.

–¿Qué clientes tienen?

–Cincuenta por ciento son privados y cincuenta por ciento son públicos. Se les brinda servicio a 2500 escuelas rurales, a Nación Servicios (que lo utiliza para liquidar los pagos realizados con la tarjeta SUBE), a Gendarmería, a YPF, a la Televisión Digital Terrestre, a la radio de ESPN y a señales audiovisuales. Uno de nuestros clientes también lo utiliza en zonas aisladas para conectar torres de celulares a la red.

–¿Cuál es la situación de Arsat-2?

–A partir del lunes va a estar disponible para brindar servicios. El 30 por ciento de la capacidad ya está contratada y a principios de diciembre vamos a comenzar a migrar a esos primeros clientes a los que ahora les estamos brindando servicios con satélites alquilados. Después tenemos que salir del país a buscar nuevos clientes. La posición orbital 81 tiene cobertura hemisférica. Por lo tanto, tenemos que trabajar mucho sobre distribución de contenidos en Latinoamérica. La Argentina es un gran generador de contenidos de habla hispana. ESPN, Fox Sports y Disney Channel producen gran parte de sus contenidos en el país. Por lo tanto, tendría cierta lógica distribuirlo en Latinoamérica con nuestro satélite. Hay que desplegar antenas en Latinoamérica para que lo bajen y después lo inyectan los cableros en sus señales.

–¿Con qué empresas satelitales compiten?

–El 65 por ciento del mercado mundial de capacidad satelital está concentrado en cuatro multinacionales que a su vez concentran la mayoría de las posiciones orbitales: Itelsat, SES, Eutelsat, y Telesat. Frente a estas firmas, creemos que la empresa nacional tiene que tener condiciones favorables en el país para poder desarrollarse.

–¿Qué tipo de condiciones?

–Creemos que deberíamos tener mejor precio por regulación para promocionar la fabricación de satélites nacionales. Por ejemplo, puede haber una regulación que tenga tasas diferenciales para las empresas que tributan en el país.

–El plan actual prevé la construcción de ocho nuevos satélites. ¿Dónde piensan ubicarlos?

–Hay que combinar ubicación en el espacio, objetivo geográfico y espectro disponible. Se conocen hasta seis satélites funcionando juntos, pero hay que ver cómo se combina el uso del espectro. Esto significa que se pueden poner más satélites en las posiciones 72 y 81 con proyectos de servicios. Igual Aftic también está gestionando nuevas posiciones orbitales. El plan contempla la fabricación de los reemplazos de Arsat-1 y 2 con satélites eléctricos o híbridos. También están en carpeta otros satélites que podemos absorber para nosotros y otros que pensamos vender, con o sin posición orbital. Hay varias líneas de trabajo contempladas. Incluso se prevé la posibilidad de asociarnos con países de la región para hacer desarrollos conjuntos. Si logramos concretarlo y darle facturación por venta de satélites o venta de servicios, el plan es sustentable en sí mismo.

–Mauricio Macri aseguró el año pasado, antes del lanzamiento de Arsat-1, que el Gobierno malgastó recursos en empresas satelitales que no funcionan. ¿Temen que todo lo hecho se desmantele si es electo presidente o consideran que el desarrollo satelital es una política de Estado?

–Durante la campaña no dijo nada, pero su principal representante en el Congreso, Federico Pinedo, aseguró que el plan satelital es un comic. Hubo mucha gente trabajando en el plan. Por lo tanto, me interesaría más que lo discuta antes de tirarlo a la basura sin argumentos. Arsat es un caso para no hacer desastres, pero no sé si va a primar la inteligencia política en caso de que Mauricio Macri sea electo presidente.

–Algunos especialistas del sector se quejaron por la velocidad con la que se aprobó el plan porque no hubo tiempo para audiencias públicas que permitieran mejorar el proyecto.

–En el Congreso hubo reuniones de comisión y con asesores de la comisión, pero tampoco hubo voluntad de preguntar o de hacer aportes. Sólo se planteó alguna objeción referida a la asignación de espectro a favor de Arsat preguntando por qué no se lo daban a las pymes, pero sobre el plan no hubo ningún aporte. Además, las cooperativas estuvieron representadas en el Congreso por Fecotel y Fecosur y apoyaron el proyecto.

[email protected]

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-286134-2015-11-14.html
 
Muy bueno, no soy versado en el tema y como ves lo mío fue un chiste, ahora bien, leyendo un poco o por todos lados, aparentemente existiría entre las primeras potencias en el tema, la intención de desarrollar un recolector de residuos espaciales, es decir para aquellos que no reingresa a nuestra atmosfera, destruyéndose, se esta estudiando para aquellos escombros satelitales dos posibilidades encausarlas para que mediante colocación de algún dispositivo entren nuevamente en orbita terrestre en un grado tal que se incineren y se atomicen para que sus restos no causen daño o bien la otra opción es colocarles o impactarlos con algún dispositivo para expulsarlos fuera del área orbital de los satélites que se encuentran en actividad, y aclaraba la nota que esto se pensaba para el 2030 aprox, no se con exactitud la seriedad científica que pueda tener esta propuesta ya que no estoy en condiciones de evaluarlo, pero no parece loco.-
 
Los objetos en órbita baja se caen solos, si no son acelerados cada tanto van cayendo a la Tierra hasta quemarse.

Proyectos hay, por todos lados, redes, "topadoras" espaciales, un "arpón" espacial que se clava en las cosas con un cable largo para que la gravedad lo vaya tirando, etc.
 
hoy a las 22hs sale un documental en la TVP.

Lo vi en el cine Gaumont, excelente documental. Uno de los responsables de ARSAT, ex Nahuelsat, cuenta como la antigua empresa europea tenía todo planeado para perder la posición orbital que no ocupada. No lo sabía, muy interesante.
 

baldusi

Colaborador
Lo que hace que caigan los satelites es la friccion atmosferica. Eso los va frenando y por ende se van adentrando el las capas mas densas de la atmosfera hasta que se queman. Obviamente, cuanto mas bajo es el satelite, mas alta es la friccion.
Una orbita circular de 250kn da unas pocas semanas de vida. Creo que hasta los 700km entras dentro del estandar de 25años de maxima para quemarse. Pero cosas como los GPS (20,000km) y geoestacionarios (36.000km) son millones de años.

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http://tiempo.infonews.com/nota/195382/arsat-ya-afronta-el-desafio-de-construir-nuevos-satelites

ARSAT ya afronta el desafío de construir nuevos satélites
Javier Borelli 17 de Noviembre de 2015 | 12:00
El presidente de la Empresa Nacional de Soluciones Satelitales, Matías Bianchi, resaltó la importancia de la reciente sanción de la Ley 27.208.


El desarrollo satelital argentino logró el interés nacional antes de que el Congreso así lo dejara asentado por ley el pasado 4 de noviembre. Quizás por eso pasó desapercibida la sanción de la Ley 27.208 que, además de hacer esa declaración, aprueba el Plan Satelital Geoestacionario Argentino 2015-2035, por medio del cual se proyecta la construcción de otros ocho satélites con recursos propios, la búsqueda de nuevas posiciones orbitales, el desarrollo de la industria de proveedores locales, además de ganar competitividad y fomentar la integración regional. "La Ley es un reconocimiento que se hizo al trabajo y a la decisión estratégica de llevarlo adelante. Esto tiene futuro y hay un camino trazado para seguir en ese sentido", aseguró a Tiempo Matías Bianchi, presidente de ARSAT.

"ARSAT se creó en 2006 con un triple propósito: defender las posiciones orbitales, construir satélites propios y continuar desarrollando los servicios satelitales. Así está en el estatuto y en dos meses más, cuando el ARSAT-2 haya cumplido tres meses en funcionamiento en la órbita geoestacionaria, se va a haber cumplido con ese triple objetivo", explicó Bianchi en una rueda de prensa realizada en las oficinas que la empresa estatal tiene en Benavídez, Tigre. A partir de entonces, la compañía ingresará en una segunda etapa de mayor autonomía y que estará marcada por el desarrollo del tercer satélite geoestacionario con fondos propios (ver aparte).
"El ARSAT-1 tiene unos 100 clientes, la mitad de ellos privados, que ya utilizan un 80% de la capacidad del satélite. Eso implica que para fines de 2015 va a haber generado ingresos por 459 millones de pesos", señala Bianchi. El ARSAT-2, cuya huella cubre todo el continente y que fue puesto en funcionamiento la semana pasada, ya tiene el 30% de su capacidad reservada y en diciembre comenzará a transmitir. Con todo esto, precisó Bianchi, ARSAT logró cuadruplicar su facturación en dos años y puede operar con recursos propios. Y precisó que la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales necesitó hasta ahora de una inversión fuerte por parte del Estado para ponerse en marcha, "porque la industria privada consideraba que no había rentabilidad". No obstante, ahora alcanzó un punto de desarrollo en el cual puede generar sus propios recursos y contribuir al fomento de una industria de proveedores locales. Según contó Bianchi, los dos primeros ARSAT apenas pudieron contar con un 30% de insumos locales (50% si se considera el diseño), pero hay condiciones en el país para avanzar en el desarrollo de la computación y hasta la fabricación de las baterías que usan los satélites aprovechando las enormes reservas de litio del país.
En esta etapa, ARSAT también está en condiciones de ofrecer a terceros la construcción de satélites y competir con los otros nueve países en todo el mundo con capacidad para hacerlo. O de seguir avanzando por la suya, para lo cual la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC) ya comenzaron las gestiones por tres nuevas posiciones orbitales.

La Ley de Desarrollo de la Industria Satelital también establece que el Estado, que actualmente tiene el 100% de las acciones de ARSAT, no podrá modificar esta situación sin aprobación de los dos tercios del Congreso y que, aún así, no podrá desprenderse de más del 49% del capital. “Porque la idea es que los representantes del pueblo sean los que defiendan lo hecho. Porque no creo que haya un blindaje mejor que demostrar que esto está funcionando”, señaló Bianchi. «





Avances en la consolidación de vínculos regionales

La mañana en que el ARSAT-2 iba a ser lanzado para ocupar la segunda órbita geoestacionaria reservada al país, Matías Bianchi firmó un acuerdo con la empresa lanzadora por el ARSAT-3, el tercer satélite de desarrollo argentino, hoy en etapa de diseño. Lo que no se difundió entonces es que esta iniciativa también pretende cumplir un rol en la consolidación de los vínculos regionales. La Argentina invitó a los embajadores de varios países latinoamericanos a una reunión en el Palacio San Martín, sede de la Cancillería, para proponerles colaborar en el desarrollo satelital con insumos propios, a cambio de reservarles capacidad en el futuro ARSAT-3. Los delegados de Venezuela, Bolivia y Chile manifestaron su intención de participar, y con Chile ya se avanza en la definición de la colaboración, según contó Bianchi. Este tercer satélite podrá transmitir en banda Ka, que sirve para banda ancha de alta calidad.
 
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