El Último Alzamiento Militar Carapintada, 3/12/1990

Finback Ale

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Que, Finback ?! Absurdo, yo no estaba en ATC, seguía proscripto en los años de los levantamientos cara pintadas.
Ah, por eso entre otras cosas me pareció malo el libro

https://www.amazon.es/Cuando-Monte-Caseros-pintó-historia-ebook/dp/B084BVXNT8

Pongo la screencap porque es un libro con DRM y no deja copiar

 
Última edición:
Ah, por eso entre otras cosas me pareció malo el libro

https://www.amazon.es/Cuando-Monte-Caseros-pintó-historia-ebook/dp/B084BVXNT8

Pongo la screencap porque es un libro con DRM y no deja copiar


malo y mentiroso el libro, el militar retirado era el Cabo Primero Ceferino Moschen , estaba destinado en el RI 4, dice que no sabe quien coloco las minas antitanques, los leales no fuimos, porque no llevamos,

tampoco quien quiso volar el puente sobre arroyo Timboy, fueron los carapintadas y luego los leales tuvimos que desarmar las voladuras mal realizadas, se habían cortado los cordones detonantes.

junto al RI 4 se sublevo la Compañia de Ingenieros 3

aca esta la entrevista
 

Finback Ale

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Cuando leés los testimonios citados parece un libro hecho en dos días y juntando a cualquier persona del pueblo (bueno, de hecho lo último es así, la idea era hacerlo desde el punto de vista de los pueblerinos).
 

Finback Ale

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Me había fijado y era de un ejercicio en Corrientes, en Septiembre del 87.
Pero la época era casi lo mismo todo, el clima era espeso como la salsa cuando se hace espesa
 
libro escrito por Suboficiales, que participaron el 3 de diciembre



Resumen
El 3 de diciembre se conmemora el último episodio de resistencia de fuerzas armadas en democracia. Ellos se encolumnaron tras la figura del coronel Mohamed Alí Seineldín. Hoy, desde su perspectiva, ellos cuentan cómo nació el carapintadismo después de Malvinas, y el movimiento que se empezó a gestar con el advenimiento de la democracia. Continúan a partir del año 1986, cuando comenzaron los levantamientos en los cuarteles (Monte Caseros, Escuela de Infantería, Villa Martelli). Desde este punto de vista, los autores plantean cuestiones internas de la fuerza, y niegan haber buscado réditos económicos ni cargos con los levantamientos. Un grupo de soldados eligió la carrera de las armas, y con la respuesta lo perdieron todo. Hoy, nuevamente insertos en la sociedad de donde salieron, se encuentran continuando con su vida. En estas páginas, presentan una postura clara: “Somos conscientes de que usar las armas no es lo correcto; las usamos para protestar y pagamos caro con prisión y bajas. Queremos hacerle saber al lector que no fuimos asesinos; está comprobado que fue un ardid del generalato y el gobierno de turno para hacernos quedar como tales”.
 
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