Algunas aclaraciones que considero necesarias. Se que estoy varios pasos atrás de muchos foristas, más expertos, más especialistas, así que nadie se enoje, yo lo único que espero es que ni Ureta ni Isaac entren jamás a este foro y lean algunas de las cosas que se dicen, probablemente sin darse cuenta los que lo dicen de lo que implican esos comentarios. Vale como ejemplo de lo que quiero decir lo siguiente: hace un tiempo, por un problema de salud de mi esposa, nos derivaron con un médico que era el mejor en lo suyo. Realmente era una eminencia, ampliamente reconocido en su métier, pero esta persona resultó estar tan especializado, tan metido en su mundo particular científico que había perdido la dimensión humana de su profesión. Y lo peor era que no se daba cuenta de ello, no lo hacía a propósito, simplemente dejó algo en el camino de su vida, quizás para aligerar el peso de su mochila y seguir profundizando más en lo suyo, pero eso que dejó le quitó el sentido de muchas cosas, llámese moral, llámese decencia, llámese honor. El materialismo es una enfermedad que nos transforma casi sin darnos cuenta, hasta que perdemos la esencia de lo que fuimos, de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser.
Cuando le preguntaron a la madre del Capitán Casado, cuál era el anhelo de su hijo, la noble señora contestó: "...por supuesto que el de todos ¡SER MÁS!....". Si no se entiende esto, no se puede comprender la dimensión de estas personas, como Ureta, como Isaac.
En algunos de los post pasados se insinuó la posibilidad de que se "sugiriera" en el debriefing a los pilotos la identidad del blanco atacado. Repasando el relato de Isaac:
"...Del Hércules nos hablan. Piden un informe preliminar y se lo damos.....Decimos que se trataba efectivamente del portaaviones y que dimos en el blanco con todo lo que teníamos....."
Es decir, esto ocurre previo al debriefing.
A Isaac se le rompe el horizonte artificial de su A4C, los nobles aviones ya estaban llegando también al límite de su esfuerzo, de hecho en Rio Grande deben volverse a San Julián a cambiar dos de los A4C con los que habían llegado, uno de ellos el del mismo Isaac por falla de radio.
Volvemos al relato de Isaac: "...a 70 km de la costa se rompió el horizonte artificial de mi avión, el Primer Tte Vazquez me dijo que me volviera....". Es decir, es una órden, Isaac no decide volverse porque se le ocurre. Continuamos el relato: "....desde tierra el Jefe de Escuadrón me dijo que siguiera...".
Continúa el relato: "...no sentíamos intranquilidad ni miedo. En vuelo había demasiadas cosas que hacer y resolver. Se está entrenado y estimulado para ello....".
"...estamos los cuatro en línea y convergentes al portaviones que ya se distingue muy bien...". Es decir, el portaviones ya estaba a la vista, antes de los derribos de Castillo y Vazquez.
"...hay poquísima distancia entre ala y ala, siento lo que se conoce como fascinación del blanco. Es decir, sólo veo el buque que humea más de lo que hay alrededor...." Es decir, Isaac no afirma que no hay otros buques alrededor del blanco, él simplemente no los vio. Hagan la prueba de mirar fija la cruz en el medio de un círculo de bolas de color, a los pocos segundos sólo veremos la cruz. Y esto es sentados cómodamente y no volando a 900 km/h.
Agrego, para finalizar, un relato más del suboficial mayor Alberto Paez, armero de los A4C, mendocino, como Vazquez y como Castillo, "...Estábamos sentados y un primer teniente, en enlace técnico con Río Grande, nos dijo que regresaríamos rápidamente a San Julián. No entendíamos nada. Pensábamos que debíamos esperar a los pilotos para desarmar los aviones. -No los esperen-, nos sugirió la misma voz, porque se sabía que ninguno de los cuatro sobreviviría....".
Dios quiso que no, que dos de ellos sobrevivieran, como dijo Isaac: "...sentíamos la violenta sensación de estar vivos...." para poder contarlo y que nosotros y los que vengan después de nosotros supieran lo que hicieron.
!Viva la Patria!