Analistas militares sugieren que el diseño de la aeronave indica que los desarrolladores del H-20 dan prioridad al sigilo y a una mayor autonomía sobre la velocidad.
actualidad.rt.com
El bombardero estratégico furtivo Xian H-20, desarrollado por China desde hace varios años, podría constar de un
diseño de ala voladora que le permitiría atacar objetivos en la denominada "segunda cadena de islas" y más allá en caso de un conflicto militar, señala el periódico
South China Morning Post, de Hong Kong, propiedad de Alibaba Group.
La primera cadena de islas, según el mando naval chino, es un conjunto de archipiélagos y de bases de los mares de China Meridional y Oriental, capaz de bloquear el tráfico marítimo de China continental. En cuanto a la segunda cadena incluye Palau, Guam y las Marianas. La ruptura de estas cadenas es un
objetivo estratégico clave de los militares chinos.
Computer-generated pictures of Xian H-20, published by a state defence firm‘s magazine, suggest it will prioritise stealth and long distance, analyst says.
t.co
Los comentarios de los analistas surgieron tras la publicación de
cuatro imágenes del diseño de la aeronave en la última edición de Modern Weaponry, una revista editada por la corporación de defensa estatal China North Industries Group o Norinco. Nunca antes habían sido reveladas oficialmente imágenes de la aeronave.
Las imágenes sugieren que la aeronave posee un compartimiento para armas, dos alas traseras de ángulo ajustable,
un radar en la parte delantera y dos tomas de aire furtivas a ambos lados, todo ello cubierto con un material absorbente de ondas de radar de
color gris oscuro.
Según Jon Grevatt, experto en aviones militares y analista del portal Jane's, las fotografías publicadas muestran que los desarrolladores del H-20 dan prioridad al sigilo y a una mayor autonomía sobre la velocidad.
El experto señala que la "ventaja estratégica" principal radica en el hecho de que "
podría actuar como lo que ellos llaman 'un bombardero estratégico'", de tal forma que "podrá atacar objetivos a una gran distancia, tal vez en la segunda cadena de islas y más allá".
En otras palabras, "amenazaría las instalaciones e intereses estadounidenses en Asia-Pacífico", por lo que, si se vuelve operativa, tendría "potencial de cambiar las reglas del juego", subraya Grevatt.