El Conflicto Interno en Colombia

Sebastian

Colaborador
La Corte Constitucional de Colombia aprueba el plebiscito para refrendar el acuerdo de paz con las FARC

El Gobierno fijará ahora la fecha de la consulta, al menos un mes después de que se firme la paz


Sally Palomino
Javier Lafuente
Bogotá 19 JUL 2016 - 15:57 CEST

Un hombre deja un ramo sobre una bandera de Colombia. LUIS ROBAYO (AFP) / REUTERS
La Corte Constitucional de Colombia ha dado el visto bueno al plebiscito con el que el Gobierno pretende refrendar el acuerdo de paz con la guerrilla de las FARC. Con una votación de 7-2, los magistrados han aprobado el mecanismo, que meses atrás pasó sin mayores trabas en el Congreso de la República. Nada más conocerse el fallo, todos los sectores políticos salieron en tromba a celebrar la decisión. La única excepción, como era previsible, fueron los partidarios del expresidente y senador Álvaro Uribe.

Según la ley, este mecanismo es la voz popular para apoyar o rechazar una decisión del Ejecutivo. En este caso, los colombianos tendrán que decir sí o no a una sola pregunta, que se conocerá después de que se firmen los acuerdos. El presidente, Juan Manuel Santos, confirmó que solo entonces convocará la consulta. Desde que el Congreso aprobó esta figura, la polémica se había centrado en el umbral de participación. La propuesta terminó siendo respaldada por la Corte, por lo que para ser aprobado en las urnas bastaría contar con el 13% del censo electoral. Con esto, 4,5 millones de votos serían necesarios para aprobar o rechazar lo que se ha logrado en casi cuatro años de negociaciones en La Habana.

En clara referencia a la posibilidad de que el uribismo inicie una campaña por la abstención, el presidente, Juan Manuel Santos, en una alocución tras conocerse la decisión de la Corte señaló: "En nuestro país el voto es un derecho, así como lo es no participar. Respeto profundamente ese derecho, pero hay momentos en la vida y en las democracias en los que la indiferencia no puede ser la opción. Este es uno de ellos".

El constitucional tenía de plazo hasta el 22 de septiembre para pronunciarse sobre la consulta, pero los magistrados decidieron celebrar este lunes una sesión extraordinaria para sacar adelante el tema. La cuenta regresiva para que se anuncie la firma de la paz y la instalación de la nueva legislatura parecía ser la mayor presión para la Corte, que tras casi seis meses de estudio reconoció al plebiscito como la figura que asegure la legitimidad de lo que se acuerde a La Habana, a través del respaldo popular de los colombianos.

El presidente Santos deberá, según lo decidió la Corte, publicar la totalidad de los acuerdos 30 días antes de la fecha en la que los colombianos irán a las urnas para decir sí o no al texto final que se alcance en La Habana. A este respecto, Santos indicó: "Lo que nos falta es terminar de discutir y acordar, a la mayor brevedad, los temas que están pendientes, y entonces podremos afirmar que todo está acordado. Y cuando todo esté acordado, convocaré al plebiscito en los términos señalados por la ley".

A partir de ahora, el Gobierno y diversos sectores que respaldan el proceso de paz se volcarán en una ingente campaña para que el sí logre un amplio respaldo. De hecho, desde que el pasado 23 de junio se anunciase el cese al fuego bilateral y definitivo ya se ha intensificado esa campaña.

Los detractores del proceso con las FARC, es decir, los partidarios del líder del Centro Democrático, el expresidente y senador Álvaro Uribe, y el procurador, Alejandro Ordóñez, han cuestionado de dónde saldrá el dinero para financiar las campañas por el sí, que terminen dándole el respaldo que necesita el plebiscito para pasar. Sobre esto, la Corte Constitucional señaló que no podrán contar con recursos del Estado, pero dejó abierta la posibilidad de que los empleados públicos puedan hacer campaña. Eso sí, sin que se involucre a ningún partido político en particular.

Sin embargo, los miembros del Gabinete, que fue renovado recientemente por Santos con miras al posconflicto, sí se volcarán en lograr que el sí logre el mayor respaldo posible. El presidente también contará con el apoyo de todos los grupos políticos, a excepción del Centro Democrático, que deberá concretar si hace campaña por el no o a favor de la abstención, lo que ha empezado a generar una crisis dentro del uribismo.

Además, el mandatario colombiano confía en que surta efecto la fundación a favor de la paz que ha creado y dirige Fabio Villegas, expresidente de Avianca, y uno de los empresarios mejor valorados de Colombia. En torno a su figura y a la fundación se pretende a aglutinar a empresarios, intelectuales y aquellos sectores que no tengan una implicación directa en la vida política.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/07/18/colombia/1468862967_614820.html
 

Sebastian

Colaborador
Uribe agudiza sus críticas al proceso de paz en el Día de la Independencia de Colombia

El expresidente convoca a sus partidarios a protestar con símbolos negros en la bandera del país


Javier Lafuente
Sally Palomino
Bogotá 20 JUL 2016 - 20:21 CEST

Lazos a favor de la paz durante una manifestación en Bogotá. LUIS ACOSTA AFP
La paradoja ha querido que al tiempo que Colombia encara la recta final del proceso de paz con la guerrilla de las FARC después de más de cuatro años de negociaciones en La Habana, se agudiza la división entre los partidarios y los opositores al proceso, liderados por el expresidente y ahora senador Álvaro Uribe. Después de que la Corte Constitucional aprobase el plebiscito para refrendar los acuerdos con la guerrilla con amplia mayoría (7-2), Uribe aseguró que ese mecanismo es “ilegítimo”. Para este miércoles, Día Nacional de Colombia, convocó a sus seguidores a portar un lazo negro en la bandera del país, en señal de protesta, y tratar de vestir de negro.

La protesta en el Día Nacional ha levantado, sin embargo, muchas ampollas y ha suscitado recelos en los sectores moderados del Centro Democrático, el partido de Uribe. Una de las voces más críticas ha sido la del también expresidente César Gaviria, que liderará la campaña por el sí en el plebiscito. “Las banderas negras y las camisetas negras son del fascismo”, aseguró Gaviria. “Hay que acordar que eso era lo que hacía Mussolini en Italia, eso es enaltecimiento del a guerra, justo lo que en Italia se hizo en una buena cantidad de años, invitar a la gente a la guerra, explotar el nacionalismo. Eso es terrible”, insistió.

El Centro Democrático tuvo que matizar que lo que pretendían era añadir una señal de luto a la bandera de Colombia. De hecho, al mismo tiempo que se celebraba el tradicional desfile militar del 20 de julio, Uribe compareció para adelantar lo que serán algunos de los proyectos que tratarán de sacar adelante este año en el Congreso: lo hizo portando una hoja con la bandera de Colombia y un crespón negro.

El presidente, Juan Manuel Santos, y Uribe se han vuelto ya a todas luces irreconciliables. El mandatario, hace una semana, en vista también de que llegaría la decisión sobre el plebiscito y la apertura de la nueva legislatura este miércoles, hizo pública una carta en la que instaba a su antecesor, del que fue ministro de Defensa, a reunirse y tratar de conversar sobre las diferencias en el proceso. “Parecería inútil invitar a un diálogo para notificar lo resulto. Cuando el crimen es campeón, el perdón y la reconciliación corren el riesgo de no ser sinceros y la paz sin justicia corre el riesgo de no ser paz”, respondió Uribe, quien aún no ha decidido si hará campaña por el no o por la abstención en el plebiscito.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/07/20/colombia/1469032031_970216.html
 

Sebastian

Colaborador
Las claves del plebiscito para refrendar los acuerdos del Gobierno de Colombia y las FARC

Al menos 4,5 millones de votos válidos serán suficientes para aprobar o rechazar lo que se ha acordado en el proceso de paz


Sally Palomino
Bogotá 20 JUL 2016 - 17:01 CEST
El fallo de la Corte Constitucional de Colombia sobre el plebiscito era una de las decisiones más esperadas en el país respecto al proceso de paz con las FARC. Los magistrados dieron el visto bueno a la consulta planteada por Santos. Pese a lo enrevesado del fallo, estas son las claves para entender el plebiscito.

¿Cuándo se celebrará?
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, deberá anunciar ante el Congreso su intención de convocar el plebiscito y la fecha en que se realizaría. Santos deberá dar este paso una vez que se haya firmado el acuerdo final de paz con las FARC. De esta forma, se cumpliría una máxima que se ha repetido desde que se iniciaran las negociaciones hace casi cuatro años: “Nada está acordado hasta que todo esté acordado”. A partir de entonces, los congresistas tendrán un máximo de un mes para pronunciarse. El presidente podrá convocar la consulta en un lapso de uno a cuatro meses. Todo hace indicar que, una vez se firme el acuerdo, los siguientes pasos se harán con la mayor rapidez posible.

¿Cuánta gente deberá participar para que sea válido?
La Corte Constitucional ha decidido no cambiar el umbral de participación de la propuesta inicial, uno de los temas que ha suscitado más polémica en Colombia. Para que el plebiscito sea aprobado en las urnas bastaría contar con el 13% del censo electoral. Es decir, se necesitaría al menos 4,5 millones de votos válidos para aprobar o rechazar lo que se ha logrado en casi cuatro años de negociaciones en La Habana. Lo que ha determinado la Corte es que solo se podrá votar sí o no, por lo que los votos en blanco no contarán.

¿Qué implica una victoria del sí?
Se le daría validez a lo acordado en La Habana y el Gobierno podrá tramitar las normas necesarias para implementar los puntos del acuerdo. Una herramienta para esto sería el Acto Legislativo para la Paz, una iniciativa que permitiría incorporar los acuerdos al régimen legal y constitucional, a través de proyectos presentados al Congreso por el presidente. Este mecanismo le otorga al presidente la posibilidad de expedir decretos con carácter de ley. Además, establece un procedimiento especial y transitorio para que el tiempo de legislación sea más breve de lo que normal. Por ejemplo, una reforma constitucional que podría tener ocho debates, podría quedar reducido a cuatro.

¿Qué implica una victoria del no?
Es la parte más enrevesada de la decisión de la Corte. A falta de que se publique el fallo completo, los magistrados han determinado que el plebiscito solo tiene carácter vinculante para el presidente, Juan Manuel Santos, pero no para los demás poderes públicos. De esta forma, si ganase el no, el Gobierno no podría seguir con el acuerdo alcanzado con las FARC, pero tampoco significa que esté acabado: el Congreso tendría facultades para ‘rescatarlo’. Incluso, podría volver a otorgar facultades al presidente.

¿Cuál es la postura de los partidos políticos?
La decisión de la Corte Constitucional dejó abierta la posibilidad de que los empleados públicos hagan campaña por el plebiscito, tanto a favor del sí como del no. Sin embargo, aclaró que no se podrán usar imágenes que hagan alusión a ningún partido político ni que se relacionen con la promoción de candidaturas de elección popular. Desde que se conoció la noticia de la aprobación de la consulta, todas las formaciones celebraron el fallo de la Corte salvo el Centro Democrático, del expresidente y senador Álvaro Uribe, que, junto al procurador, Alejandro Ordóñez, ha sido el opositor más crítico al proceso de paz. No obstante, el uribismo no ha aclarado si hará campaña por el no o a favor de la abstención.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/07/19/colombia/1468939753_251296.html
 

Sebastian

Colaborador
Colombia detiene a nueve militares relacionados con asesinatos extrajudiciales

© REUTERS/ Jaime Saldarriaga

03:08 23.07.2016(actualizada a las 04:43 23.07.2016) URL corto

BOGOTÁ (Sputnik) — Nueve militares fueron detenidos por la Policía Judicial de Colombia por su relación con el asesinato de dos campesinos a quienes señalaron de haber atacado a una tropa del Ejército, en una práctica conocida en el país como "falsos positivos", reveló la Fiscalía de Colombia en un comunicado.
"Según la investigación los asegurados habrían ultimado a Orlando Fernández Borrai y a Liber Sergio Ariza porque supuestamente atacaron a una tropa del Ejército, cuando realizaba operaciones de registro y control de área. Sin embargo, la Fiscalía estableció que las víctimas eran agricultores de la región", señaló el organismo.

Los hechos ocurrieron el 27 de febrero de 2005 en la aldea Brisas de Yamanes, jurisdicción de El Castillo, en el central departamento del Meta, y fueron perpetrados por los militares, quienes para entonces pertenecían al Batallón 21 Vargas, con sede en el municipio de Granada ubicado en el departamento de Meta (centro).


© Flickr/ Eduardo Zárate

Entre los capturados se encuentra un coronel del Ejército, quien fue enviado a un batallón militar en Cundinamarca (centro), además de un sargento y cuatro soldados profesionales, todos los cuales permanecían en activo.
Otros tres soldados, quienes para la fecha eran soldados profesionales de esa unidad militar, fueron capturados en la ciudad de Villavicencio, capital del Meta, por parte de investigadores del fiscalía adscritos a la Unidad de Derechos Humanos y DIH (Derecho Internacional Humanitario).

Los "falsos positivos" en Colombia se relacionan con el asesinato de civiles por parte de militares durante el gobierno del derechista Álvaro Uribe (2002-2010) y que luego eran presentados ante la opinión pública como guerrilleros muertos en combate, con lo cual los militares obtenían ascensos o prebendas dentro de las filas del Ejército.
http://mundo.sputniknews.com/americ...3/colombia-detencion-militares-asesinato.html
 
Los "falsos positivos" en Colombia se relacionan con el asesinato de civiles por parte de militares durante el gobierno del derechista Álvaro Uribe (2002-2010) y que luego eran presentados ante la opinión pública como guerrilleros muertos en combate, con lo cual los militares obtenían ascensos o prebendas dentro de las filas del Ejército.
http://mundo.sputniknews.com/americ...3/colombia-detencion-militares-asesinato.html

De entre todo lo horrendo que ha surgido del conflicto colombiano, el asunto de los falsos positivos debe ser uno de los mas dramáticos y vergonzosos de los que han salido a la luz. Solo espero que algún dia se haga justicia y que hasta el ultimo de esos asesinos terminen en los tribunales.

Tema aparate.. El intento de Sputniknews de sugerir una conexión entre estos crímenes y el gobierno de Uribe me parece lamentable.
 

Caballero Negro

Colaborador
Y como tema aparte, hay muchas pero muchas bajas que se presentaron en combate de guerrilleros que ONG´s muy poderosas como el colectivo de abogados Alvear Restrepo han hecho pasar como campesinos, jóvenes, desempleados, etc, sirviéndose de falsos testigos para incriminar a miembros de la fuerza pública que, no tienen las garantías procesales adecuadas para que se puedan defender de forma eficaz, y les toca resignarse a la ignominia e injusticia de estar en cárceles con sus vidas y carreras arruinadas odiando a veces a una Institución a la que les dedicaron sus vidas y que les dio la espalda.

Pero no solo son ONG´s poderosamente financiadas desde el exterior son partícipes de esta operación sistemática y bien artículada entre Autoridades del Estado y abogados, sino también también la propia fiscalía que al mando del pasado fiscal general comenzó una cacería de brujas. Afortunadamente ese cartel de falsos testigos ya fue descubierto en parte, fue aceptada su existencia por parte de la Fiscalía General de la República, ya tuvo que salir la fiscalía a aceptar su error en varios procesos y pedir perdón pues personas fueron condenadas con base en testimonios de bandidos que venden sus declaraciones al mejor postor.

Y los militares que en aras de mostrar resultados hayan cometido delitos, como ejecuciones extrajudiciales pues que les caiga todo el peso de la Ley, ojalá sin beneficios judiciales ni tratos preferenciales, independientemente del rango que tenga. Ellos manchan el buen nombre de las Instituciones que gozan de la mayor favorabilidad entre los Colombianos (FFAA).
 

Sebastian

Colaborador
Los últimos días de las FARC en la guerra de Colombia

EL PAÍS visita un campamento de la guerrilla más antigua de América Latina, que se prepara para firmar la paz con el Gobierno


FOTO: CAMILO ROZO
Javier Lafuente
Juan Carlos Zapata
Selvas del sur de Colombia 23 JUL 2016 - 16:00 CEST
El proceso de paz de Colombia encara su recta final antes de la firma definitiva entre el Gobierno y las FARC después de casi cuatro años de negociaciones. EL PAÍS visitó a principios de julio el campamento central del Bloque Sur, en la región del Putumayo, donde la guerrilla más antigua de América Latina se prepara para la dejación de armas y la vida después de la guerra. La interrupción de los bombardeos desde hace un año ha permitido a los guerrilleros una vida más liviana. En este campamento, donde incluso celebran una fiesta por el cese al fuego bilateral, llevan dos meses. Nunca antes habían permanecido tanto tiempo en un mismo lugar.
http://internacional.elpais.com/internacional/2016/07/21/colombia/1469119208_840163.html
 

Caballero Negro

Colaborador
Familia de Odín Sánchez hace rifas para pagar liberación al ELN



La familia de Odín Sánchez quien se canjeó por su hermano, el exgobernador del Chocó Patrocinio Sánchez que estaba en poder del ELN, rifan un carro y dos motos con el fin de recolectar dinero para pagar su liberación.

La hermana del ahora secuestrado ex congresista, Astrid Sánchez de Oca aseguró para medios radiales como La F.m. y Caracol Radio, dijo, “la rifa no es la solución del monto que está pidiendo el ELN, pero es una forma de reunir una parte de lo que está pidiendo la guerrilla, ellos están pidiendo tres mil millones de pesos. Aunque no recogeremos la totalidad de los fondos, la rifa será un granito de arena para que liberen a Odín".

Sin embargo explicó, “con la rifa pueden tener dos opciones de ganar y juega con la Lotería de Medellín. El 2 de septiembre y el 16 del mismo mes se sortearán las motocicletas. Y el 14 de octubre el premio mayor: el automóvil”.

Hay que decir que la guerrilla del ELN pide 3.000 millones de pesos por la liberación de Odín, sin embargo la familia reitera que no la tienen pero con las rifas y ventas bienes esperan reunir una parte.

“no tenemos esa plata, vendimos varias propiedades, herencias de nuestros padres. Nos duele tener que salir de nuestras cosas para pagar un canje a un grupo alzado en armas”.

Fuente: http://www.cablenoticias.tv/vernoti...fas-para-pagar-liberacion-al-ELN&WPLACA=78730
 

Caballero Negro

Colaborador
Y las autoridades no cooperan?

Sí cooperan, cada brigada tiene un grupo Gaula especializado en combatir la extorsión y el secuestro, igualmente la policía. Pero hay que ponderar otros elementos en este tipo de situaciones: Recordemos por ejemplo que estos grupos armados tienen como directriz que ante cualquier intento de rescate se procede a ejecutar al rehén o secuestrado inmediatamente, dando a entender de esta manera que la eventual muerte de la víctima de secuestro es responsabilidad del Estado. Además, el Chocó que es donde está secuestrado este hombre es un lugar digamos complicado en cuanto a orden público, podría afirmarse que es la región más abandonada por el Estado, sin carreteras pavimentadas, con una institucionalidad débil, carcomido por la corrupción, la manera de acceder a los municipios y corregimientos esencialmente es por río, es la región más lluviosa del mundo, con las zona selvática más tupida, biodiversa e inaccesible. También hay que contar con el consentimiento de la familia, al saber que un familiar está en la maraña más profunda y tupida rodeado de guerrilleros que apenas huelan a ejército o policía disparan es complejo.

Acá un caso famoso de lo que hablo:

¿Cómo fue el fusilamiento de Guillermo Gaviria Correa y Gilberto Echeverri?
El alcalde de Medellín, Anibal Gaviria, rinde hoy homenaje a su hermano asesinado por las Farc hace 10 años. El sargento Aranguren cuenta lo sucedido

Por: Simón Posada | julio 15, 2013


El sargento Heriberto Aranguren toma mi mano, se la lleva a su cabeza y hurga su cráneo con mis dedos. Siento una cicatriz y luego un agujero. Allí reposan dos balas de AK47 desde el 5 de mayo de 2003. Eran las 11 a. m. cuando pelaba un bejuco con un cuchillo para hacerle un sombrero al gobernador de Antioquia Guillermo Gaviria Correa, con quien compartía cautiverio en un campamento del grupo guerrillero de las Farc cerca a Urrao, Antioquia. Con el cuchillo en la mano, Aranguren oyó un sonido y, asustado, alzó la mirada al cielo, como si se le hubiera aparecido un OVNI: la gran sombra negra de un helicóptero arriba del follaje. Vio, incluso, cómo se abría la puerta y descendía una soga, que quedó a cinco metros de altura del suelo empinado y fangoso del lugar.


‒Vaya pa’ la caleta a empacar ‒le gritó un guerrillero que estaba con él. El helicóptero, al ver que era difícil el descenso en esa zona, se retiró para aterrizar en un punto seguro, a veinte minutos de camino del campamento. A lo lejos, vio a Ricardo de Jesús Agudelo, alias ‘el paisa’, hablar y señalar a los guerrilleros con la mano. Aranguren pensó que estaba asignándoles a qué secuestrados debían vigilar durante el escape. Pero no. Con el primer disparo, Aranguren se metió de inmediato debajo de su cama, que había construido con palma de macana. Vio las botas de alias ‘el Pillo’, un guerrillero paisa que había sido sicario en Medellín. Le dio un tiro en la cabeza por encima de la cama, pero al ver que seguía vivo, disparó de nuevo. Aranguren sintió un golpe muy fuerte contra su cabeza, mucho calor y un pitido que a veces regresa cuando se recuesta en una cama. Se quedó inmóvil, pero consciente, y pudo oír cada uno de los disparos que les dieron a sus compañeros. Recuerda que el Gobernador de Antioquia gritó “¡muchachos, no nos maten!”.



‒¡Estoy herido, ayúdenme! ‒gritó Gilberto Echeverry Mejía, quien fue secuestrado junto al gobernador Gaviria el 21 de abril de 2002, durante una marcha que realizaban en Caicedo, zona rural de Antioquia, pocos meses después de ser nombrado gestor de paz del departamento. Los guerrilleros ya iban a más de diez metros de distancia del campamento, y entre el sonido de una cañada, alias ´’el Paisa’ oyó los gritos de Echeverry.



Guillermo Gaviria y Gilberto Echeverry fueron secuestrado el 21 de abril de 2002 durante una marcha que realizaban en Caicedo, Antioquia. Luego, terminaron en el mismo campamento guerrillero donde estaba el sargento Aranguren.

‒Regresen y verifiquen ‒ordenó alias ‘el paisa’. Aranguren oyó disparos otra vez, sintió de nuevo los pasos de alias “el pillo”, su verdugo, y la punta del cañón sobre su fosa poplítea, como se le conoce a esa cavidad detrás de la rodilla. Ese nuevo disparo subió por su pierna, destrozó el fémur por completo y salió a tres centímetros de la línea de su cintura. Y luego volvió el silencio en la selva, acompañado de un pitido similar al que ataca a los rumberos en sus camas después de una noche de fiesta. Allí, Aranguren pensaba en su hija y en lo tonto que había sido por no haberse hecho matar antes para evitar los cuatro años de secuestro. “¡Tanto tiempo para terminar fusilado!”, pensaba, sin saber todavía que estaba vivo después de dos tiros en la cabeza y uno en la pierna. Todavía no había pensado que las balas se habían deformado y perdido fuerza gracias a las duras tablas de palma macana de la cama donde se había ocultado.

Pero esas tablas no sólo lo salvaron de ser una víctima más del AK47, quizá el arma de fuego que más muertes ha causado en la historia, con más de cincuenta millones de unidades fabricadas en 18 países y capaz de alcanzar un blanco a 285 metros de distancia. Ese tipo de madera, famosa por su dureza, le ayudó a pasar sus días de cautiverio.

Un día, el guerrillero alias ‘Leonardo’ le dijo a Aranguren que escogiera tres regalos. Él pidió una Biblia, un radio y un ajedrez, un juego que nunca había practicado antes de su secuestro. Con el tiempo se volvió un jugador avezado, al punto de que en las noches ya no pensaba en el secuestro, sino que soñaba con jugadas que pondría en práctica al día siguiente. Un día, fue tal su obsesión que empezó a modelar un tronco de palma macana con un cuchillo. Una moneda le sirvió de guía para darle redondez a la pieza. Después de varios días de pulir y pulir, seccionó la vara en 32 partes y empezó a tallar peones, caballos, alfiles, torres, reyes y reinas. Hoy, vestido de corbata, recostado en la silla de su oficina en el Programa de Desmovilización del Ejército Nacional, calcula que fabricó cerca de 200 ajedreces. Es decir, cerca de 3200 peones, 800 caballos, alfiles y torres, y 400 reyes y reinas, en cuatro años de secuestro. De hecho, alias ‘el Paisa’ le dijo que le fabricara uno grande, con fichas de más de veinte centímetros de altura, para enseñarle a jugar a sus hombres.

Sin embargo, su pasión por el ajedrez en el cautiverio fue tardía. Los dos primeros años no tenía otra ocupación que pensar y pensar, levantarse a las 3 a. m. a hacer estiramientos, trotar en un solo punto y verle la cara a los tres soldados que compartían con él un cajón de madera en el Nudo de Paramillo, de tres metros de ancho por tres de largo y 1,7 de alto. Él conocía bien esa zona y la guerrilla no podía arriesgarse a que huyera y delatara la posición del campamento. Los cinco habían sido capturados el 22 de junio de 1999, cuando pertenecían a la Compañía Córdoba orgánica del Batallón De Infantería No.31 RIFLES, con sede en Caucasia, Antioquia.

Por esos días, la población de Juan José Córdoba era el centro de enfrentamientos entre las Farc y los paramilitares. Por eso, Aranguren fue enviado el domingo 20 de junio de 1999 a la zona en tres camiones particulares, al parecer de ganaderos. Llegaron a la media noche y caminaron entre pantanos y potreros hasta las cuatro de la tarde del día siguiente, cuando decidieron acampar a las afueras del pueblo, obligados por la lluvia. Esa noche, Aranguren no durmió y todos los hombres estaban agotados. Al día siguiente, el martes 22 de junio, recibió la noticia de que iban a regresar a la base militar. Improvisaron un helipuerto en el campamento y Aranguren se subió junto a 24 hombres a un helicóptero ruso para el transporte de personal de una empresa petrolera de Caucasia. Sin embargo, el vuelo sólo duró cinco minutos. Pasó de una orilla a otra el río San Jorge, desembarcaron en un potrero y el helicóptero alzó vuelo de nuevo. Y fue atacado.

Aranguren se lanzó al suelo, pero el helicóptero no podía apoyarlos porque no tenía armamento. Eran las 11.20 a. m. Mientras Aranguren creía que iba a regresar a la base, los mandos militares en Montería habían dado la orden de seguir en la búsqueda de los guerrilleros. Vio caer a varios de sus hombres. Al que más recuerda lo mataron de un tiro en los testículos. Todo olía a pasto, pólvora y sangre. Un avión de combate llegó a apoyarlos, y la guerrilla se ensañó más contra ellos. Les disparaban con morteros de 60mm, granadas de fusil y de mano. De los 24 soldados que pasaron el río, sólo sobrevivieron cuatro. Muchos se suicidaron durante el combate. Aranguren confiesa que él mismo se puso el cañón en la boca, pero no fue capaz de jalar el gatillo. En cambio, se arrastró trescientos metros para huir, pero veía guerrilleros por todos lados. Pensó en hacerse el muerto, un guerrillero lo vio, los tiros estuvieron cerca de darle en la cabeza, las esquirlas le golpearon en la cabeza.

‒¡Auxilio! ‒gritó Aranguren.

‒¿Quién es usted?

‒Un soldado.

‒Párese, o contamos hasta tres y empezamos a disparar ‒dijo el guerrillero. Aranguren se empezó a levantar con los ojos cerrados para no ver la bala que creía que lo iba a matar. Le ordenaron que caminara con las manos arriba hasta la cerca sin hacer movimientos bruscos.

‒Tiéndase boca abajo ‒dijo el guerrillero cuando Aranguren llegó a su lado.

‒No me vaya a matar, soy un combatiente, no tengo armas.

‒No lo vamos a matar, lo vamos a requisar ‒y pasaron las manos por su cuerpo, primero boca abajo y luego boca arriba. Él notó que ellos también estaban nerviosos.

‒Él es un paramilitar de Puerto Libertador ‒dijo un guerrillero.

‒¡Yo no soy ningún paraco!, soy el sargento Heriberto Aranguren ‒dijo, y los insurgentes empezaron a llamar por radio para consultar qué debían a hacer.

‒Camine a ver por acá.

‒Si me van a matar háganlo aquí, no por allá donde no me encuentren.

‒No lo vamos a matar, desde hoy usted es prisionero de guerra.

A los tres meses de estar secuestrado, Aranguren empezó a sentir dolores de cabeza. Un enfermero lo sacó de la caja de madera para examinarlo.

‒Discúlpeme, Aranguren, pero ¿usted se masturba?

‒No no, yo no me masturbo ‒le respondió al enfermero.

‒Pues le va a tocar hacerlo, porque se le están subiendo los jugos a la cabeza ‒le dijo el enfermero. Aranguren recuerda la anécdota con humor.

‒Entonces, cuando mataban una vaca o un saíno, yo ahí mismo celebraba ‒dice Aranguren, sonriente y haciendo el gesto de escupirse la mano‒, porque como uno tenía que salir corriendo a toda hora, tenía que tener fuerzas, entonces uno se masturbaba sólo los días en que había buena comida porque sabía que iba a tener energía.


El sargento Aranguren fabricó en la selva cerca de 200 juegos de ajedrez.

A veces, en las noches, Aranguren recuerda que se excitaba al oír a lo lejos la voz de las guerrilleras. Pero nunca pasó nada con ellas. Hubo dos que se le insinuaron, pero él prefirió no arriesgarse. Un guerrillero, incluso, le ofreció a su novia. Él le había pedido consejo sobre cómo satisfacerla, y Aranguren recuerda con risas las caras del guerrillero cuando llegaron al tema del sexo oral.

‒Aranguren, vea, yo no pude hacerle nada a mi novia, y ella me dijo que quería meterse ahí al cajón con usted para que le enseñara ‒le dijo el guerrillero. La respuesta, de nuevo, fue negativa.

‒A mí el secuestro me sirvió para volverme mejor amante. Antes, uno llegaba con una vieja a un motel y era ahí rapidito, “a lo que vinimos”, como uno dice. Ahora, en cambio, me tomo mi tiempo, les doy un masaje. Todavía me acuerdo de la primera mujer con que estuve después del secuestro. Fue al mes de recuperar la libertad. Eso sí, yo le advertí: “mamita, con la luz apagada, porque yo empelota soy muy feo” ‒dice y se ríe. En su cuerpo tiene siete cicatrices de guerra.

‒Disculpe mi cabo ‒le dice a un compañero que está en la oficina. Aranguren se saca la camisa del pantalón y se lo quita. En calzoncillos, me muestra la cicatriz del tiro del AK47 que le destrozó el fémur‒. Yo soy muy orgulloso de mis cicatrices.

El 9 de febrero de 2001, el día del Acuerdo de Los Pozos, que desatascaba el proceso de paz entre el Gobierno Pastrana y las Farc, los tres soldados que acompañaban a Aranguren en el cajón fueron liberados. Él, por ser sargento, debía seguir en cautiverio. De allí fue conducido al municipio de Urrao, Antioquia, donde lo unieron al grupo de secuestrados donde estaba el Gobernador de Antioquia y Gilberto Echeverry. Esos fueron tiempos mejores. Ya no tenía que estar en el cajón y podían hacer más actividades. A las 5 a. m., Echeverry y Guillermo Gaviria oían el programa de radio Cómo amaneció Medellín. De 9 a. m. a 10 a. m., el Gobernador dictaba clase de inglés. Luego, hacían ejercicios, trotaban sobre un mismo punto y se bañaban en un río. A las 12 p. m. almorzaban y en la tarde jugaban voleibol, ajedrez y oían radio. Y peleaban.

‒Lo más duro del cautiverio fue la convivencia, porque todos queríamos hacer valer allá nuestra jerarquía militar ‒recuerda Aranguren. Gilberto Echeverry cuidaba que la convivencia fuera más llevadera. Tuvo que ponerle reglas, por ejemplo, al volumen de los radios. Todos oían sus receptores a la máxima intensidad y nadie podía oír nada. Pero muchas cosas se le salían de las manos. Un día, un soldado le pegó a otro con un tronco de palma macana en la cabeza porque le había dicho que el programa que oía era para locos.

‒Ese muchacho tenía problemas mentales de verdad, pobrecito, que en paz descanse ‒recuerda Aranguren. En otra ocasión, él mismo peleó con un teniente por el tema de la letrina, o chosno, como le decían en la selva. Cada tres días, se turnaban para abrir el hueco donde iban a hacer sus necesidades, pero ese teniente decía que a él no le correspondía por su jerarquía militar.

‒Cuando a mí me toque abrir el hueco, usted no va a ***** en él ‒le dijo Aranguren, quien recuerda que los guerrilleros se ponían felices cuando los veían enfrentarse.

‒¡A ver, vengan y dense golpes acá al frente de todos! A mí no me importa que se maten entre ustedes. ‒les decía alias ‘el Paisa’. Aranguren recuerda que él aprovechaba esos momentos para decirle a sus compañeros que se calmaran para no darle gusto al enemigo.


Esta fotografía fue tomada en el cajón donde Aranguren pasó los dos primeros años de cautiverio. Los guerrilleros le quitaron una de las paredes para fotografiarlo ahí.

Otra cosa difícil del cautiverio fue la comida. Muchas veces comían arroz o plátano solo, y se ponían felices cuando veían a un ratón en el campamento. Lo mataban con un garrote, le sacaban las vísceras, le arrancaban la piel y se lo entregaban a un guerrillero para que se los fritara.

‒Los guerrilleros siempre se le comían un pernil al ratón, pero no nos importaba. De comer arroz o plátano solo, comíamos plátano con ratón ‒recuerda‒. El saíno, el marrano de monte, era delicioso, y el venado. A veces oíamos a los perros de los guerrilleros correr y ladrar a las afueras del campamento y decíamos “un venado”. Y el perro regresaba con él en la boca, ya todo masticado. Siempre nos comíamos los sobrados de esos perros.

En una ocasión, Aranguren empezó a oír disparos. Una manada de monos machín pasó de rama en rama por encima del campamento y los guerrilleros los cazaron. Mataron a quince.

‒Fue lo más feo que comí en la selva. Hicieron un caldo de mico y eso sabía muy horrible. Pero lo peor fue una cosa que me dieron un día, un caldito que yo pensé que era café con leche, pero no: era caldo de cabeza de mono. En una olla echaron las quince cabezas durante días, hasta que el hueso se deshizo. Yo me tomé eso y empecé a sudar. El olor a mico salía por mi piel, y desde eso no se me volvieron a acercar los mosquitos. Dicen que ese es el mejor remedio para el paludismo ‒cuenta Aranguren. Me cuenta esa historia en un hoyo del campo del golf de la Escuela Militar de Cadetes José María Córdoba. Esa historia, en ese escenario, suena más extraordinaria aún. A lo lejos, vemos a un pájaro acostado por completo en el green. Aletea y no levanta vuelo. Cuando nos acercamos para ver qué le pasa, vuela unos metros y cae en el lago del campo y aletea hasta llegar a la otra orilla. Se salvó, como Aranguren debajo de esa cama.

Cuando estuvo seguro de que los guerrilleros se habían ido, abrió los ojos, y a la derecha, a la altura de su cabeza, vio su pierna derecha. Pensó que el balazo se la había cortado. La tomó, la jaló, y sintió que todavía estaba pegado a su cuerpo. Entonces la tiró hacia atrás, giró su cuerpo y se arrastró por fuera de la cama con la ayuda de su pierna izquierda. Llegó hasta un frasco donde tenía agua, sentía mucha sed, pero sólo se mojó los labios, porque sabía que podía darle un infarto si bebía algún líquido. Oyó a los soldados hablar por megáfonos desde los helicópteros. En esa posición fue hallado por el Ejército. Lo subieron a una tabla y cuarenta minutos después alcanzaron el sitio donde los esperaba el helicóptero. Con él, también se salvó el suboficial de Infantería de Marina Agenor Viellard Hernández y el sargento viceprimero Pedro José Guarnizo Ovalle.


El suboficial de Infantería de Marina Agenor Viellard Hernández y el sargento viceprimero Pedro José Guarnizo Ovalle también sobrevivieron a la ejecución de los guerrilleros.

La vida empezó a tomar de nuevo su rumbo. Horas después de llegar a Medellín, reconoció la voz de Álvaro Uribe en el corredor de un hospital.

‒¿Cómo se siente, mi sargento? ‒le preguntó el Presidente.

‒Bien, mi Presidente, muchas gracias, señor Presidente.

‒¿Cuánto llevaba allá?

‒Cuatro años. Cuando sentimos los helicópteros nos recogieron en la casa que nos tenían y la orden era que si la tropa descargaba, nos mataban.

‒¿Y a sangre fría los mató? ¿La tropa disparó?

‒Ellos mataron a mis compañeros y salieron corriendo ‒respondió Aranguren. Tres días después, le llevaron a la cama del hospital el plato de comida con que había soñado en la selva: pizza hawaiana con malteada de fresa. Sin embargo, por la anestesia, no sintió el sabor. Los médicos decidieron no sacarle las balas de la cabeza porque corrían el riesgo de que perdiera la visión. Sin embargo, por los impactos perdió 60% de su capacidad auditiva. Por eso habla muy fuerte, para poderse oír, y no para de hablar. Por otro lado, su pierna derecha mide dos centímetros menos que la izquierda.


Las dos balas de AK47 partieron en dos el cráneo del sargento Aranguren. Todavía siguen en su interior. Si los médicos intentan sacarlas puede perder la visión.

‒Cuando salí del secuestro me dediqué a dar conferencias en colegios y en todo lado. No paro de hablar y de contar mi experiencia ‒dice. Incluso, en un viaje que hizo a Europa, terminó de escribir un libro con su experiencia. Quiere publicarlo, quiere que lo trasladen a Ibagué, donde se casó hace tres meses con una mujer que espera un hijo suyo. Allá tiene una casa que compró con un subsidio que le dio el Presidente Uribe por cuarenta millones de pesos. También quisiera empezar a estudiar Derecho. En la actualidad, trabaja en el Programa de Desmovilización del Ejército, donde habla con exguerrilleros y los convence para que den su testimonio en la emisora de las Fuerzas Armadas. Dice que nunca ha sentido rabia contra ellos gracias a un libro que le regaló la exministra de Defensa Martha Lucía Ramírez, El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, un psiquiatra judío que fue prisionero en varios campos de concentración nazis.

‒Al leer ese libro me di cuenta de que lo que yo viví fue una tontería. Mi parte favorita es cuando el protagonista visita a un amigo que también estuvo en los campos de concentración, y está muy enfermo. Él le pregunta “¿y ya perdonaste a los nazis?”, y él dice que no, y entonces le responde “entonces, amigo mío, todavía estás prisionero”

Fuente: http://www.las2orillas.co/como-fue-el-fusilamiento-de-guillermo-gaviria-correa-gilberto-echeverri/
 

Caballero Negro

Colaborador
Timochenko dice que no pedirá perdón porque no se arrepiente de lo que hizo



El jefe guerrillero de las Farc, Timoleón Jiménez, alias “Timochenko” aseguró que no pedirá perdón tras el acuerdo de paz porque no se arrepiente de lo que hizo durante su militancia en la guerrilla.

Eso no ha sido un problema de las Farc o mío, esa es la dinámica de la guerra, cuando uno pide perdón es porque se arrepintió de haber hecho algo, yo no me estoy arrepintiendo de nada de lo que he hecho como guerrillero”, dijo.

http://www.cablenoticias.tv/vernoti...-no-se-arrepiente-de-lo-que-hizo&WPLACA=78086

 
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