El espionaje interno en los EE.UU.

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La NSA posee la ‘huella dactilar electrónica’ de Merkel

El diario 'Bild' revela que la agencia dispone de un programa con el que controla las comunicaciones la líder alemana

Enrique Müller Berlín 20 ENE 2014 - 13:37 CET77


Barack Obama y Angela Merkel en junio de 2013 en Berlín. / THOMAS PETER (REUTERS)

El viernes y el sábado pasado, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, envió sendos mensajes destinados a tranquilizar a los jefes de Estado y de Gobierno aliados que fueron sometidos a un sofisticado espionaje electrónico por parte de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA). El viernes, el mandatario estadounidense aseguró en Washington que la NSA no vigilará más a los líderes políticos amigos y el sábado prometió, en el programa de noticias alemán Heute Journal, que la NSA no volvería a escuchar el móvil de la canciller alemana, Angela Merkel, mientras él fuera presidente.

Este lunes, el periódico alemán Bild sugirió que el presidente de Estados Unidos podría no haber dicho la verdad el viernes en Washington y habría engañado a la canciller con su promesa de no espiarla. Según el rotativo, la NSA habría dejado de escuchar el móvil de la canciller, pero la Agencia dispone de un sofisticado programa de vigilancia con el que controla todas las comunicaciones electrónicas que Merkel realiza con sus asesores más directos.

El programa obedece al nombre de "Huella dactilar de comunicaciones" y es capaz de valorar y analizar todas las comunicaciones electrónicas realizadas por la canciller, incluidas las llamadas telefónicas y el correo electrónico. La información que recoge la NSA es enviada directamente al despacho oval, según el Bild, que dice haber obtenido la información de varios agentes anónimos de la NSA.

"Para elaborar esta huella dactilar electrónica se coleccionan números de teléfonos y direcciones electrónicas con las cuales un jefe de gobierno se comunica", señala un agente de la NSA al Bild. "Luego se observa con quien ese número o dirección se comunica. De esta forma se producen ‘muestras de comunicación’ a las que podemos recurrir en cualquier momento".

El resultado aporta una nueva e inquietante luz en el oscuro túnel del espionaje electrónico protagonizado por la NSA y que provocó una justificada protesta de varios líderes de países amigos de Estados Unidos, entre ellos, la canciller Angela Merkel. Según los agentes consultados por el Bild, la NSA es capaz de controlar todo el tráfico de información que se produce en la cancillería cuando Merkel debe tomar una decisión de política exterior importante, sin necesidad de espiar directamente a la canciller.

"Cuando la recopilación de datos se ha llevado a cabo durante años, las huellas dactilares electrónicas son tan precisas que sabemos, cada vez que el gobierno toma una decisión importante, que asesores estuvieron involucrados en ella", señala un agente. "En vísperas de una cumbre del G-8 podemos vigilar, por ejemplo, todas las comunicaciones que realizan los miembros importantes de una delegación".

Las revelaciones del Bild ponen en entredicho las afirmaciones del propio Obama y pueden desatar una nueva protesta de parte del gobierno federal alemán, que ha celebrado la decisión de Obama, de imponer restricciones en el espionaje de sus servicios de inteligencia. El portavoz de Merkel, Steffen Seibert, recordó que "en territorio alemán debe aplicarse la ley alemana" y admitió que Berlín necesitaba "más tiempo" para analizar con detalle las palabras del presidente estadounidense.

El sábado pasado Obama concedió una inusual entrevista al programa de noticias Heute Journal con el propósito de reparar las relaciones con Berlín, que quedaron dañadas cuando se conocieron las actividades de espionaje llevadas a cabo por Washington a ciudadanos y líderes de la Unión Europea, entre ellas el espionaje al teléfono móvil de la canciller Merkel.

"No puedo dañar esta relación con medidas de vigilancia que obstruyan nuestra comunicación de confianza", dijo Obama, según una versión oficial de la cadena. "Mientras yo sea el presidente de Estados Unidos, la canciller alemana no tendrá que preocuparse de este problema. El hecho de que no tengamos siempre una misma opinión sobre política exterior, no es una razón para realizar escuchas telefónicas".

Pero Obama destacó que los servicios secretos de su país seguirán recopilando datos y recordó que las capacidades de Estados Unidos en materia de espionaje son superiores al resto de los países. "Por definición, estos servicios tienen la tarea de averiguar lo que la gente está planificando, lo que pasa en sus mentes, sus objetivos. Eso apoya nuestras metas diplomáticas y políticas", dijo Obama, al justificar el trabajo de la polémica NSA.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/20/actualidad/1390221452_405336.html
 

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La NSA usó aplicaciones como Angry Birds o Google Maps para obtener datos

Las últimas filtraciones de Snowden demuestran la importancia de los programas para móviles para las prácticas de espionaje de la agencia


Eva Saiz Washington 27 ENE 2014 - 21:27 CET5


Imagen del juego Angry Birds.

En el último ejemplo de la extensión y la capacidad de espionaje de los servicios de inteligencia estadounidenses, este lunes se ha conocido que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos y su homóloga británica, el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno Británico (GCHQ) se han servido desde 2007 de aplicaciones para móviles, como Angry Birds o Google Maps, en su afán por recabar información personal de sus usuarios. Así lo demuestran los últimos documentos filtrados por Edward Snowden y a los que han tenido acceso The New York Times, The Guardian y la web Pro Publica.

Que la NSA había diseñado sofisticados programas para poder acceder a los mensajes de texto y de chat, a las agendas de contactos o a la localización de los titulares de teléfonos inteligentes no es nuevo, pero las nuevas revelaciones de Snowden demuestran cómo el empleo de lo que se denominan “aplicaciones con fugas” se ha convertido en una de las herramientas de espionaje más importantes y eficaces de la NSA. Gracias a estos sistemas, las agencias de EE UU y de Gran Bretaña han podido sustraer la información relativa a lus datos geográficos, listas de amigos o registros telefónicos de los usuarios cada vez que eran enviados en mensajes a través de las versiones móviles de Facebook, Flikr, LinkedIn o Twitter.

Este nuevo programa fue bautizado como “explosión móvil”, un nombre que compara esta iniciativa con las operaciones relacionadas con el movimiento de tropas estadounidenses en Irak y Afganistán, de acuerdo con un documento de la inteligencia británica.

Aunque de los documentos filtrados por el informático no se puede colegir el alcance, el número determinado de datos que se han recopilado a través de este tipo de aplicaciones, o la finalidad de los mismos, todo hace pensar que el desarrollo de software para Android ha convertido a los millones de móviles que utilizan este sistema operativo en una de las principales fuentes del espionaje de las agencias estadounidenses, hasta el punto de ser calificados por uno de los analista de la NSA en 2010 como “la pepita de oro”.

La colaboración entre las agencias estadounidense y británica comenzó en 2007, coincidiendo, señala The Times, con un incremento sustancial en el presupuesto de NSA, de 204 millones de dólares a 767 millones. Otras filtraciones facilitadas por Snowden habían puesto de manifiesto cómo la NSA se había servido de videojuegos on line para recabar informaciones de sus usuarios, llegando, incluso, a diseñar ella misma un programa específico para ese propósito. Sus responsables siempre alegaron que muchos de los sospechosos de terrorismo intercambiaban datos a través de este tipo de juegos.

No queda claro si las compañías encargadas de desarrollar este tipo de aplicaciones estaban al corriente de que la NSA y el GCHQ se valían de sus programas para recopilar información de los usuarios. "Nada de lo que aparece en los documentos secretos indica que las compañías hubieran estado colaborando con las agencias de espionaje para compartir esa información”, señala The New York Times. Rovio, la empresa responsable de Angry Birds sostiene, de acuerdo con el diario neoyorquino, que no “sabía nada de este tipo de actividad”.

Hace dos semanas, el presidente de EE UU, Barack Obama, anunció una reforma en la forma de operar de la NSA. No queda claro si las medidas avanzadas por el mandatario podrán, una vez aplicadas, impedir este tipo de prácticas de recopilación de datos.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/27/actualidad/1390854460_566211.html
 

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EEUU autoriza a las tecnológicas a revelar las órdenes judiciales de la NSA

El Departamento de Justicia llega a un acuerdo con las compañías de Internet que responde a la petición de mayor transparencia realizada por Obama hace unas semanas
El acuerdo permitirá conocer la asiduidad con la que la agencia les solicitaba datos


Eva Saiz Washington 28 ENE 2014 - 00:02 CET


Una mujer consulta su teléfono móvil. / LARRY W. SMITH (EFE)

El Gobierno de Estados Unidos ha llegado este lunes a un acuerdo con las principales proveedoras de Internet del país para que puedan revelar las órdenes de solicitud de datos de sus clientes cursadas por las diferentes agencias de inteligencia del país. De esta forma, la Administración Obama no sólo evita que continúen su curso las demandas al respecto que presentaron compañías como Google, Yahoo, Facebook o Microsoft al comienzo del escándalo del espionaje provocado por las filtraciones de Edward Snowden, sino que evidencia su compromiso de hacer cumplir la petición de mayor transparencia que realizó el presidente Barack Obama durante su discurso sobre la reforma de los métodos de vigilancia de sus servicios de espionaje. El trato permitirá hacerse una idea de la asiduidad con la que la NSA solicitaba información de los clientes de las tecnológicas.

El Departamento de Justicia anunciaba el compromiso a través de un comunicado firmado por el Fiscal general, Eric Holder y el director Nacional de Inteligencia, James James Clapper. El trato permite a las compañías dar a conocer “un determinado número de órdenes de seguridad nacional y de requerimientos remitidos a los proveedores de servicios de comunicación, el número de las cuentas de sus clientes objeto de dichas órdenes y la base legal de las mismas”, señala la nota.

Los gigantes tecnológicos podrán, por tanto, ofrecer a rasgos generales -cientos, miles, pero nunca cifras exactas- cuántas veces las agencias de seguridad les exigieron que les cedieran información y a cuántos clientes y usuarios afectaba dicha solicitud. También están autorizadas a desvelar las reclamaciones cursadas por FBI y del Tribunal de Vigilancia Extranjera, cuáles tenían por objeto el contenido de correos electrónicos o cuántas afectaban a las cuentas de sus usuarios.

Las compañías de Internet estuvieron en el punto de mira de las filtraciones de Snowden desde el primer momento. En algunos casos, sus responsables alegaron que la información que proveyeron al Gobierno siempre se hizo conforme a los requerimientos y requisitos recogidos en la Ley Patriótica. Cuando comenzaron a revelarse otro tipo de mecanismos de recopilación de datos que también implicaban a los servidores o los nodos empleados por los gigantes tecnológicos, muchas de estas empresas denunciaron su desconocimiento y exigieron poder hacer públicas las órdenes de la NSA para eludir cualquier responsabilidad de connivencia con las cuestionables prácticas de vigilancia de las agencias de espionaje estadounidenses.

“Aunque este tipo de información había sido clasificada, la oficina y el Director Nacional de Inteligencia, tras consultarlo con otros departamentos y agencias, ha determinado que es de interés público dar a conocer esta información”, señalan Holder y Clapper en su comunicado.

Hasta el momento, debido a que esas órdenes estaban protegidas y catalogadas como información reservada, las compañías no podían hacerlas públicas. Ante la imposibilidad de defenderse de las insinuaciones de colaboración con el espionaje del Gobierno en detrimento de la protección a la privacidad de sus clientes, de las que muchas habían hecho hasta una consigna, entidades como Yahoo, Google o Microsoft interpusieron sendas demandas para poder revelar la naturaleza y el alcance de su cooperación con las autoridades.

Desde que comenzó el escándalo del espionaje, las empresas tecnológicas han exigido a la Administración mucha mayor transparencia y celeridad en la reforma de la NSA. El recelo hacia la protección de la intimidad suscitada por las filtraciones de Snowden ha costado a las entidades miles de millones en beneficios y la obligación, en algunos países, de revisar su modelo de actuación y de negocio. Con el acuerdo alcanzado con el Departamento de Justicia las empresas esperan poder convencer a sus clientes de la legalidad de su cooperación y recuperar parte de la reputación perdida.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/27/actualidad/1390862204_301287.html
 

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EE.UU. usa la app de Angry Birds para espiar los smartphones
También utiliza otras aplicaciones populares como Google Maps, según documentos filtrados por el ex técino de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Snowden.

Las agencias de espionaje de Estados Unidos y Gran Bretaña han tenido un poderoso aliado en aplicaciones para teléfonos inteligentes o los smartphones en todo el mundo: como por ejemplo la popular app de los Angry Birds, de acuerdo con documentos que filtró el ex contratista de la Agencia de Seguridad Nacional, Edward Snowden.

Los documentos, publicados por The New York Times y The Guardian, así como el medio electrónico ProPublica, dejan entrever que las aplicaciones para mapas, juegos y redes sociales que son de uso común en los cerca de 1.000 millones de smartphones del mundo pueden suministrar a la Agencia de Seguridad Nacional y la agencia de espionaje británica GCHQ grandes caudales de información personal, como ubicación, afiliación política u orientación sexual.

Se sabe poco sobre el alcance del programa, pero los reportes indican que las agencias de espionaje de Estados Unidos y Gran Bretaña tienen un fácil acceso rutinario a los datos generados por aplicaciones como Angry Birds y el popular servicio de mapas de Google.

La NSA no comentó directamente sobre los reportes de prensa, pero dijo en un comunicado que solo le interesaban las comunicaciones de ``objetivos válidos de inteligencia en el exterior’’.

(Fuente: Agencias)
 

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Obama nombrará director de la NSA al jefe de ciberseguridad de la Armada

El vicealmirante Michael Rogers es experto en encriptación informática y tendrá la tarea de aplicar las reformas de la agencia anunciadas por el presidente

Eva Saiz Washington 31 ENE 2014 - 10:59 CET1


El vicealmirante Michael Rogers. / Nathan L. Guimont (AFP)

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene previsto designar al vicealmirante Michael Rogers como el nuevo director de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Rogers, cuyo nombramiento deberá ser confirmado por el Senado, es el actual jefe de ciberseguridad de la Armada llegará al cargo cuando la agencia está siendo muy cuestionada por sus programas de espionaje y tendrá a su cargo la tarea de llevar a cabo las reformas de la institución para incrementar la transparencia de sus prácticas y garantizar la protección de la privacidad de los ciudadanos que el presidente anunció a mediados de enero.

“Este es un momento crítico para la NSA y el vicealmirante aportará a su nuevo puesto unas condiciones extraordinarias y sin igual mientras la agencia continúa con su importante misión y ejecuta las modificaciones del presidente Obama”, ha señalado el secretario de Defensa, Chuck Hagel, en el comunicado en el que se informaba de la designación de Rogers.

El futuro director de la NSA es experto en encriptación informática y en la actualidad es el responsable de la ciberseguridad de la Armada estadounidense. Rogers, según su hoja de servicios de esa rama del Ejército, ha dirigido más de una decena de operaciones de ataque y de defensa informáticas y ha liderado misiones de apoyo en criptología para unidades americanas desplazadas en el golfo Pérsico y en el Mediterráneo.

Ha liderado misiones de apoyo en criptología para unidades americanas en el golfo Pérsico y en el Mediterráneo

Rogers sucederá en el puesto al general Keith Alexander, quien ha estado al frente de la NSA los últimos nueve años. Como Alexander, además de la dirección de la agencia, será el responsable del Cibercomando, la unidad de hackers del Ejército, creada en 2009, y que siempre ha estado bajo el control de la NSA. Entre las recomendaciones del grupo de expertos encargados de la revisión de las prácticas de espionaje de esta entidad, se aconsejaba la escisión de ambas instituciones y que fuera un civil quien estuviera al frente de la NSA. La Casa Blanca desde el primer momento rechazó esta propuesta.

Una vez anunciado el nombramiento de manera formal por el propio Obama, Rogers deberá pasar el examen de un Senado muy dividido en torno al futuro y la extensión de los programas de vigilancia de la NSA.

En el Congreso se ha presentado una propuesta de ley, promovida por los presidentes de los Comités de Asuntos Jurídicos de ambas cámaras, el congresista republicano James Sensenbrenner y el senador demócrata Patrick Leahy, en la línea de recortar la extensión de las prácticas de espionaje de la agencia, mientras la responsable del Comité de Inteligencia del Senado, Dianne Feinstein, aboga por el mantenimiento de los mecanismos aunque con un incremento de los controles y la supervisión.

El número dos de la NSA será Rick Leggett, encargado de evaluar el control de daños causados por las filtraciones de Edward Snowden. Durante una entrevista al programa de televisión 60 minutes, Leggett no cerró la puerta a una negociación sobre una amnistía para el informático, una posibilidad que la semana pasada descartó por completo el Fiscal General, Eric Holder, si bien sí se mostró abierto a abordar con los abogados de Snowden las condiciones del juicio, siempre y cuando, éste se declarara culpable. El puesto de Leggett no requiere de la aprobación previa del Senado.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/31/actualidad/1391125166_959118.html
 

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Afirman que espían a pasajeros que se conectan al wi-fi de aeropuertos

La Inteligencia de Canadá realizó para su par norteamericana la NSA y otras agencias de espionaje extranjeras una prueba de recolección de datos de viajeros que pasaron por al menos un aeropuerto del país y se conectaron a los servicios de Wi-Fi, lo que permitió rastrearlos por días, revelaron documentos filtrados por el ex analista de inteligencia estadounidense Edward Snowden, publicado ayer por la canadiense CBC.
Los documentos indican que el Centro de Seguridad de las Comunicaciones de Canadá (CSEC) recibió información tomada de dispositivos móviles durante un período de dos semanas.
CBC dijo que el programa para espiar a viajeros a través de los aeropuertos canadienses está totalmente operativo tras un período de prueba y que la información recogida es compartida con Estados Unidos, Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia. La agencia de espionaje pudo seguir a los viajeros durante una semana o más cuando se volvían a conectar a otros sitios con Wi-Fi en ciudades del país.
De acuerdo con el documento, la agencia rastreó metadatos que incluían la ubicación y números telefónicos de llamadas hechas y recibidas, pero no el contenido.
El servicio de inteligencia electrónica de Canadá salió al cruce de la información y afirmó que está autorizado a “recoger y analizar metadata” procedente de teléfonos móviles. “Es información técnica utilizada para dirigir comunicaciones y no el contenido de una comunicación”, informó.
Las actividades de la CSEC ya han causado problemas a Ottawa en el pasado. Los documentos divulgados por Snowden revelaron en octubre que la CSEC espió las comunicaciones del Ministerio Energía de Brasil y que el gobierno canadiense además permitió a EE.UU. espiar a los dirigentes que asistieron a la Cumbre del G20 en Toronto en 2010.
clarin
 

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No es EE.UU ¿ o si?

El espionaje británico pinchó las webcams de millones de usuarios de Yahoo

Un programa captó las imágenes de usuarios en todo el mundo, revela The Guardian
Hasta el 11% del material almacenado contiene una “desnudez indeseable”

El País Madrid 27 FEB 2014 - 20:25 CET76


El logo de Yahoo, reflejado en el ojo de una usuaria. / Chris Jackson (Getty Images)

La agencia de espionaje de Reino Unido, ayudada por Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, ha captado y almacenado las imágenes de webcam de millones de usuarios de Internet en todo el mundo que no eran sospechosos de ninguna mala práctica, según revelan documentos secretos publicados por The Guardian. Los archivos de la agencia británica, que datan de 2008 a 2010, detallan el uso de un programa codificado que utilizó tecnología óptica para almacenar las imágenes de los chats de Yahoo en bases de datos. En solo en seis meses captó las emisiones de webcam de 1,8 millones de usuarios, muchos de explícito contenido sexual.

Los informes revelan que la agencia no tomó medidas para mantener el amplio historial de contenido sexual fuera del alcance de sus empleados. Tampoco disponía de los medios necesarios para evitar que se almacenaran las imágenes de ciudadanos británicos y estadounidenses, pues no existe restricción legal en Reino Unido para que los analistas accedan a su contenido sin autorización previa.

El material sexual explícito causó especiales quebraderos de cabeza a los investigadores: “Desafortunadamente, un número sorprendente de usuarios usan la webcam para exhibir partes íntimas de su cuerpo. El hecho de que Yahoo permita que más de una persona pueda ver simultáneamente las imágenes sin tener que mostrar también su webcam fomenta la pornografía”. Hasta el 11% del material almacenado contiene una “desnudez indeseable”.

En lugar de almacenar íntegramente los videochats de los usuarios, el programa guardaba imágenes cada cinco minutos para no sobrecargar los servidores de la agencia. Los documentos describen a los usuarios grabados como “no seleccionados”. Uno de los informes vincula el espionaje con un historial policial de personas que habían sido arrestadas en alguna ocasión: “El detector facial tiene el potencial de seleccionar imágenes útiles para actuaciones policiales. Las mejores imágenes son aquellas en las que la persona se sitúa de frente ante la cámara”.

Pese al fin policial, los analistas tenían acceso a las caras de usuarios con “patrones similares” a los objetivos de vigilancia, lo que habría vulnerado la intimidad de una multitud de ciudadanos inocentes.

A diferencia de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense, su socio británico no tiene la obligación legal de minimizar o eliminar la información de sus nacionales de las bases de datos. Sin embargo, requiere de autorizaciones legales adicionales antes de que los analistas puedan buscar datos de individuos que previsiblemente residan en las islas británicas, una salvaguarda que no existe para aquellos que se encuentren en Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda o Canadá.

La escasa eficacia de acumular material audiovisual masivo y los riesgos sobre la privacidad siempre han estado presentes en los aparatos de espionaje británico y estadounidense. “Uno de los grandes obstáculos de usar estos archivos es que la amplia mayoría de los vídeos no tienen ningún valor de inteligencia, como pornografía, anuncios o vídeos familiares”, explica un informe de la década pasada.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/27/actualidad/1393529145_717042.html
 

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Edward Snowden: “Las revelaciones más grandes están aún por llegar”

El exanalista de la NSA vuelve a dar una charla en Vancouver tras hacerlo en Austin


Toni García Vancouver 18 MAR 2014 - 23:58 CET28


Snowden, en la pantalla de un robot en Vancouver. / GLENN CHAPMAN (AFP)

Cuando Chris Anderson, el mandamás del TED (Technology Education Culture), anunció que el próximo invitado a sus charlas de divulgación iba a ser Edward Snowden, más de uno casi se cae de la silla. Sabido es que Snowden está refugiado en algún lugar de Rusia, después de haber filtrado miles de documentos secretos gracias a su trabajo en la NSA, una de las agencias de espionaje más poderosas del mundo. El estadounidense, obviamente, no estaba allí, al menos no físicamente. Una suerte de plataforma rodante que coronaba un monitor, apareció en el escenario de las charlas el martes en Vancouver, Canadá.

La controlaba, de forma remota, el propio Snowden. El hombre más buscado del mundo (o al menos uno de los más perseguidos) apareció sonriente en el monitor, dispuesto a hablar de control gubernamental, espionaje y transparencia: “Nuestros derechos son importantes, porque nunca sabemos cuando los vamos a necesitar” afirmó de entrada, provocando el primero de los muchos aplausos del auditorio, que en su mayoría parecía rendido al espía más famoso de la era moderna, con permiso de Julian Assange.

“Las revelaciones más grandes aún están por llegar” afirmó Snowden, después de que Anderson (que ejercía de maestro de ceremonias) le inquiriera sobre los centenares de miles de archivos clasificados (se calcula que se llevó 1.7 millones) que aún restaban en su poder y que no habían visto la luz del día. “¿Alguien cree que con todo este entramado se ha prevenido o evitado alguna acción terrorista? Yo digo que no. El terrorismo es la excusa, porque esa palabra genera una reacción emocional (…) Lo único que pretendo es que uno pueda viajar en tren, o enviar un mensaje de texto sin preocuparse por como esas acciones van ser juzgadas por el gobierno en el futuro” explicaba el ex analista.

Snowden, que lleva unas semanas de gira (hace unos días apareció –también vía satélite- en el festival SXSW de Austin), dijo a la audiencia que no quiere "herir" al Gobierno de EE UU, "pero el hecho de que alguien sea declarado culpable sin posibilidad juicio es algo a lo que debemos oponernos como sociedad”. Más tarde, cuando Anderson leyó unas declaraciones de un oficial de los servicios de inteligencia de los Estados Unidos en los que éste afirmaba “me encantaría poner una bala en la cabeza de Snowden”, se mostró algo más lacónico: “Creo que hice lo mejor para el pueblo americano pero soy muy consciente de que hay algunos países que preferirían que no estuviera aquí”.

Finalmente, un visiblemente nervioso Tim Berners-Lee (considerado el padre de la World Wide Web) subió al escenario para reflexionar junto a Snowden sobre el papel de los individuos en un mundo que parece vivir bajo la batuta de las grandes corporaciones del espionaje (“la NSA, por error, interceptó las comunicaciones de todos los ciudadanos de Washington por un año” decía Snowden entre las risas de la audiencia) y culminó el acto con una reflexión en voz alta: “Soy la prueba viviente de que un individuo puede enfrentarse, cara a cara, con las agencias de inteligencia más poderosas del mundo… y ganar”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/18/actualidad/1395182912_285406.html
 

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Obama quiere poner fin a la recopilación masiva de llamadas de la NSA

La Administración trabaja en una propuesta que prevé que sean las compañías telefónicas las que almacenen la información, similar a otras iniciativas que se preparan en el Congreso


Eva Saiz Washington 25 MAR 2014 - 16:34 CET8


El simbolo de la NSA en su sede de Fort Meade (Estados Unidos). / AP

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, tiene previsto terminar con el polémico programa de recopilación masiva de llamadas telefónicas de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA). La Administración norteamericana trabaja en una propuesta legislativa para reestructurar la forma de acceso, almacenamiento y consulta de esa información, garantizando un mayor control judicial de todo el proceso, muy similar a sendos proyectos de ley que se están preparando en el Congreso, uno de los cuales se dará a conocer este mismo martes. Ninguno de los tres contempla la reforma o reestructuración del resto de los programas de espionaje de la agencia.

El presidente norteamericano ha defendido desde La Haya su iniciativa asegurando que la nueva forma de retención de datos que propone "seguirá permitiendo a EE UU lidiar con las amenazas de ataques terroristas". Para el presidente, ésa es la mejor vía para abordar las "dos principales preocupaciones" que se han alzado a raiz de los escándalos de espionaje: garantizar la protección de la intimidad de los ciudadanos sin descuidar la seguridad nacional.

La propuesta que prepara la Casa Blanca contempla que sean las compañías telefónicas y no la NSA, como ocurre ahora, las que almacenen las bases de datos de las llamadas telefónicas y las que cedan la información de las telecomunicaciones de determinados números, sospechosos de pertenecer o estar relacionados con supuestos terroristas, previa orden judicial individualizada del controvertido y secreto Tribunal de Supervisión de Inteligencia Extranjera, de acuerdo con The New York Times, el primer diario en informar de los planes del presidente. El proyecto de la Administración no obligará a las compañías de telefonía a que conserven los números más allá de los 18 meses que requiere la legislación federal –la NSA los mantiene durante cinco años-.

Con esta propuesta, la Administración extirpa de las agencias de espionaje el control directo de los datos sin obstaculizar la capacidad del Gobierno de acceder a información relacionada con amenazas terroristas, de acuerdo con el presidente. El proyecto está en la línea del discurso que Obama pronunció en enero del año pasado en el que ya avanzó varias reformas en el seno de la NSA con el fin de reducir los riesgos del uso inapropiado de su actividad, entre ellos la progresiva eliminación del programa de recopilación masiva de llamadas, el que mayor indignación levantó de todos los revelados por el informático estadounidense, Edward Snowden.

Entonces, el presidente ordenó al Fiscal General y a las agencias de inteligencia que le presentaran nuevas propuestas sobre la reestructuración de ese programa antes del 28 de marzo, fecha en la que expira la orden judicial que autoriza esa práctica de recolección masiva de llamadas, conocida cono Sección 215 –la disposición de la Ley Patriótica bajo cuyo amparo se desarrolló-. Obama autorizará la prórroga de la orden durante 90 días mientras ultima su propuesta de reforma.

La del presidente es una de las varias alternativas legislativas en las que se está trabajando en el Congreso. Esta misma mañana, los máximos representantes del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Rogers y el demócrata C. A. Dutch Ruppersberger, van a presentar su propio proyecto de ley, muy similar al de la Casa Blanca. El borrador que se ha dado a conocer prevé, también, que sean las compañías telefónicas las que gestionen las bases de datos y el rastreo de las llamadas e impide a la NSA recopilar de manera masiva e indiscriminada los datos. A diferencia de la propuesta legislativa de la Administración que establece que sea el Tribunal de Supervisión de Inteligencia Extranjera quien autorice de manera previa e individualizada cada una de las solicitudes que realice la agencia de espionaje a las compañías, la norma del Comité de Inteligencia solo contempla que a las peticiones de la NSA las acompañe una directriz del Gobierno.

La disposición de Rogers y Ruppersberger competirá en el Capitolio con otra, también bipartita, en la que está trabajando el Comité de Asuntos Jurídicos de la Cámara. Ésta, como las anteriores, también prohíbe a la NSA la recolección masiva de llamadas y, como la de la Casa Blanca, exige una orden judicial previa para acceder a los datos. A diferencia de la del Comité de Inteligencia, se determina que la petición se haga en el marco de una investigación sobre terrorismo en curso. En la actualidad, la NSA obtiene información de miles de números de teléfono de tres compañías telefónicas y realiza controles y cruces de datos bajo la “presunción razonable” de que están relacionados con grupos o actividades terroristas.

A las diferentes propuestas legislativas que se barajan en la cámara Baja hay que sumar las divergencias de opinión que suscitan entre los senadores los programas de recopilación masiva de la NSA. Frente a miembros como la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, que defienden el mantenimiento de las prácticas de vigilancia de las agencias de espionaje, por considerar que son esenciales para garantizar la seguridad nacional, pero que reconocen la conveniencia de incrementar los requisitos previos para su ejecución, otros senadores, encabezados por el colega departido de Feinstein, el senador Patrick Leahy, se han mostrado favorable a la propuesta del Comité de Asuntos Jurídicos de la Cámara, en la que él ha trabajado. “El mensaje a la NSA que procede de cada una de las ramas del Gobierno y de cada uno de los rincones de la nación es de que ha ido demasiado lejos. La recopilación indiscriminada de datos debe terminar”, ha señalado Leahy en más de una ocasión.

A falta de determinar qué proyecto legislativo se imponga en el Congreso, es evidente que el programa de recopilación indiscriminada y masiva de la NSA tal y como existe va a ser desmantelado. Falta por comprobar si la nueva regulación será suficiente para eliminar los riesgos de abusos en la ejecución de sus tareas de vigilancia.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/25/actualidad/1395738661_911414.html
 

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La NSA tenía un archivo con datos de 122 jefes de Estado

La revista alemana 'Der Spiegel' revela que la base de datos incluye 300 informes sobre Merkel

EFE Berlín 29 MAR 2014 - 15:58 CET48


La canciller Merkel este viernes en Berlín. / Sean Gallup (Getty Images)

El espionaje de EEUU acumula "más de 300 informes" sobre la canciller alemana, Angela Merkel, informó este sábado el semanario Der Spiegel, que cita documentos obtenidos a través del extécnico de la inteligencia estadounidense Edward Snowden.

Estos informes, calificados de alto secreto, están en un archivo especial con datos de jefes de Estado y Gobierno que en mayo de 2009 contaba con fichas de 122 personas, entre ellas las de los entonces presidentes de Perú, Alan García; Guatemala, Álvaro Colom, y Colombia, Álvaro Uribe.

La lista de líderes internacionales espiados por EEUU arrancaba con Abdullah Badawi, el entonces recién dimitido primer ministro de Malasia, y concluía con Yulia Timoshenko, la líder opositora ucraniana, que en aquel momento era primera ministra de su país.

La justificación de espiar a estas personalidades extranjeras era lograr "informaciones" sobre "objetivos" que "de otra forma es difícil de conseguir", según uno de los documentos a los que tuvo acceso Der Spiegel.

La fuente principal de la que proviene la información sobre la canciller alemana es la base de datos denominada Marina, que recoge metadatos, esto es, el quién llama a quién, cuándo, desde dónde y por cuánto tiempo.

El documento señala que la jefa del Gobierno alemán es un objetivo para el espionaje estadounidense -y en concreto para la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) para la que trabajó Snowden-, una afirmación que podría utilizarse como prueba por parte de la fiscalía federal alemana en las pesquisas preliminares que está llevando a cabo sobre este asunto.

El año pasado salió a la luz pública, gracias a las revelaciones de Snowden, que los servicios secretos estadounidenses mantuvieron pinchado durante años uno de los teléfonos móviles de Merkel.

El presidente de EEUU, Barack Obama, aseguró en una entrevista a una televisión alemana que Merkel no tendría que preocuparse más por las escuchas, con lo que reconoció implícitamente que por un tiempo indeterminado sí que se produjeron.

Las informaciones periodísticas difundidas el año pasado con base a la documentación filtrada por Snowden, y que desvelaron que Washington mantiene un programa mundial de espionaje masivo y un sistema selectivo de escuchas de líderes políticos, pusieron de relieve además que millones de llamadas y correos electrónicos realizados en Alemania fueron interceptados por EEUU.

Estas noticias causaron una gran indignación en Alemania, un estrecho aliado de EEUU, y enturbiaron las relaciones entre Berlín y Washington durante un tiempo.

El Gobierno de Merkel intentó entonces aprovechar la situación para forzar a Washington a acordar un tratado de no espionaje mutuo, algo que parece cada vez más lejano por las reticencias estadounidenses a cerrarse puertas y la pérdida de actualidad del escándalo.

Las elecciones parlamentarias del pasado septiembre en Alemania, la posterior formación de un gobierno de coalición entre conservadores y socialdemócratas, y el estallido de la crisis de Ucrania desviaron la atención sobre este tema de la opinión pública alemana.

Está previsto que la canciller Merkel viaje a Estados Unidos a principios de mayo para entrevistarse con Obama.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/03/29/actualidad/1396104499_199182.html
 

Sebastian

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El día que Snowden se presentó al mundo

Glenn Greenwald relata en su libro cuando Snowden pensaba que había sido descubierto


Glenn Greenwald 9 MAY 2014 - 18:16 CET13

Glenn Greenwald, el 10 de junio de 2013, mientras atendía a los periodistas en su hotel de Hong Kong. / Vincent Yu (AP)

El jueves [6 de junio], ya el quinto día en Hong Kong, fui a la habitación de hotel de Snowden, quien enseguida me dijo que tenía noticias “algo alarmantes”. Un dispositivo de seguridad conectado a Internet que compartía con su novia de toda la vida había detectado que dos personas de la NSA —alguien de recursos humanos y un "policía" de la agencia— habían acudido a su casa buscándole a él.


Para Snowden eso significaba casi con seguridad que la NSA [Agencia Nacional de Seguridad de EE UU] lo había identificado como la probable fuente de las filtraciones, pero yo me mostré escéptico. "Si creyeran que tú has hecho esto, mandarían hordas de agentes del FBI y seguramente unidades de élite, no un simple agente y una persona de recursos humanos". Supuse que se trataba de una indagación automática y rutinaria, justificada por el hecho de que un empleado de la NSA se ausenta durante varias semanas sin dar explicaciones. Sin embargo, Snowden sugería que habían mandado gente de perfil bajo adrede para no llamar la atención de los medios ni desencadenar la eliminación de pruebas.

"En Guantánamo me pido la litera de abajo", bromeó Snowden mientras meditaba sobre la estrategia a seguir​

Al margen del significado de la noticia, recalqué la necesidad de preparar rápidamente el artículo y el vídeo en el que Snowden se daba a conocer como la fuente de las revelaciones. Estábamos decididos a que el mundo supiera de Snowden, de sus acciones y sus motivaciones, por el propio Snowden, no a través de una campaña de demonización lanzada por el Gobierno norteamericano mientras él estaba escondido o bajo custodia o era incapaz de hablar por sí mismo.

Nuestro plan consistía en publicar dos artículos más, uno el viernes, al día siguiente, y el otro el sábado. El domingo sacaríamos uno largo sobre Snowden acompañado de una entrevista grabada y una sesión de preguntas y respuestas que realizaría Ewen [MacAskill, periodista de The Guardian]. Laura [Poitras, documentalista estadounidense] se había pasado las cuarenta y ocho horas anteriores editando el metraje de mi primera entrevista con Snowden; en su opinión, era demasiado minuciosa, larga y fragmentada. Quería filmar otra enseguida, más concisa y centrada, y confeccionar una lista de unas veinte preguntas directas que yo debía formular.

Mientras Laura montaba la cámara y nos decía dónde sentarnos, añadí unas cuantas de cosecha propia. “Esto, me llamo Ed Snowden”, empieza el ahora famoso documental. “Tengo veintinueve años. Trabajo como analista de infraestructuras para Booz Allen Hamilton, contratista de la NSA, en Hawai”.

Snowden pasó a dar respuestas escuetas, estoicas y racionales a cada pregunta: ¿Por qué había decidido hacer públicos esos documentos? ¿Por qué era eso para él tan importante hasta el punto de sacrificar su libertad? ¿Cuáles eran las revelaciones más importantes? ¿En los documentos había algo criminal o ilegal? ¿Qué creía que le pasaría a él?
A medida que daba ejemplos de vigilancia ilegal e invasiva, iba mostrándose más animado y vehemente. Solo denotó incomodidad cuando le pregunté por las posibles repercusiones, pues temía que el Gobierno tomara represalias contra su familia y su novia. Decía que, para reducir el riesgo, evitaría el contacto con ellos, si bien era consciente de que no podía protegerlos del todo. “Esto es lo que me tiene despierto por la noche, lo que pueda pasarles”, dijo con los ojos llenos de lágrimas, la primera y única vez que lo vi así.

A cada día que pasaba, las horas y horas que estábamos juntos creaban un vínculo cada vez más fuerte. La tensión y la incomodidad del primer encuentro se habían transformado en una relación de colaboración, confianza y finalidad compartida. Sabíamos que habíamos emprendido uno de los episodios más significativos de nuestra vida.

El estado de ánimo relativamente más relajado que habíamos conseguido mantener los días anteriores dio paso a una ansiedad palpable: faltaban menos de veinticuatro horas para que se conociera la identidad de Snowden, que a su entender supondría un cambio total, sobre todo para él. Los tres juntos habíamos vivido una experiencia corta, pero extraordinariamente intensa y gratificante. Uno de nosotros, Snowden, pronto dejaría el grupo, tal vez estaría en la cárcel largo tiempo —un hecho que acechó en el ambiente desde el principio, difundiendo desánimo, al menos en lo que a mí respectaba—. Solo Snowden parecía no estar preocupado. Ahora entre nosotros circulaba un humor negro alocado.

“En Guantánamo me pido la litera de abajo”, bromeaba Snowden mientras meditaba sobre nuestras perspectivas. Mientras hablábamos de futuros artículos, decía cosas como “esto va a ser una acusación. Lo que no sabemos es si será para vosotros o para mí”. Pero casi siempre estaba tranquilísimo. Incluso ahora, con el reloj de su libertad quedándose sin cuerda, Snowden se fue igualmente a acostar a las diez y media, como hizo todas las noches que estuve yo en Hong Kong. Mientras yo apenas podía conciliar el sueño un par de horas, él era sistemático con las suyas. “Bueno, me voy a la piltra”, anunciaba tranquilamente cada noche antes de iniciar su periodo de siete horas y media de sueño profundo, para aparecer al día siguiente totalmente fresco.

A las dos de la tarde del domingo 9 de junio, hora oriental, The Guardian publicó el artículo que hacía pública la identidad de Snowden: “Edward Snowden: el soplón de ilegalidades divulgador de las revelaciones sobre vigilancia de la NSA”. El artículo contaba la historia de Snowden, transmitía sus motivos y proclamaba que “pasará a la historia como uno de los reveladores de secretos más importante de Norteamérica, junto con Daniel Ellsberg y Bradley Manning”. Se citaba un viejo comentario que Snowden nos había hecho a mí y a Laura: “Sé muy bien que pagaré por mis acciones… Me sentiré satisfecho si quedan al descubierto, siquiera por un instante, la federación de la ley secreta, la indulgencia sin igual y los irresistibles poderes ejecutivos que rigen el mundo que amo”.

La reacción ante el artículo y el vídeo fue de una intensidad que no había visto yo jamás como escritor. Al día siguiente, en The Guardian, el propio Ellsberg señalaba que “la publicación de material de la NSA por parte de Edward Snowden es la filtración más importante de la historia norteamericana, incluyendo desde luego los papeles del Pentágono de hace cuarenta años”.

Solo en los primeros días, centenares de miles de personas incluyeron enlace en su cuenta de Facebook. Casi tres millones de personas vieron la entrevista en YouTube. Muchas más la vieron en The Guardian online. La abrumadora respuesta reflejaba conmoción y fuerza inspiradora ante el coraje de Snowden.

Laura, Snowden y yo seguíamos esas reacciones juntos mientras hablábamos al mismo tiempo con dos estrategas mediáticos de The Guardian sobre qué entrevistas televisivas del lunes por la mañana debía yo aceptar. Nos decidimos por Morning Joe, en la MSNBC, y luego por The Today show, de la NBC, los dos programas más tempraneros, que determinarían la cobertura del asunto Snowden a lo largo del día.

Sin embargo, antes de que me hicieran las entrevistas, a las cinco de la mañana —solo unas horas después de que se hubiera publicado el artículo de Snowden— nos desvió del tema la llamada de un viejo lector mío que vivía en Hong Kong y con el que había estado periódicamente en contacto durante la semana.

En su llamada, el hombre señalaba que pronto el mundo entero buscaría a Snowden en Hong Kong, e insistía en la urgencia de que Snowden contase en la ciudad con abogados bien relacionados. Decía que dos de los mejores abogados de derechos humanos estaban listos para actuar, dispuestos a representarlo. ¿Podían acudir los tres a mi hotel enseguida?

“Ya estamos aquí”, dijo, “en la planta baja de su hotel. Vengo con dos abogados. El vestíbulo está lleno de cámaras y reporteros. Los medios están buscando el hotel de Snowden y lo encontrarán de manera inminente; según los abogados, es fundamental que lleguen ellos hasta él antes que los periodistas”.

"Estoy tomando medidas para cambiar mi aspecto. Puedo volverme irreconocible", comentó el filtrador​

Apenas despierto, me vestí con lo primero que encontré y me dirigí a la puerta dando traspiés. Tan pronto la abrí, me estallaron en la cara los flases de múltiples cámaras. Sin duda, la horda mediática había pagado a alguien del personal del hotel para averiguar el número de mi habitación. Dos mujeres se identificaron como reporteras del Wall Street Journal con sede en Hong Kong; otros, incluido uno con una cámara enorme, eran de Associated Press.

Me acribillaron a preguntas y formaron un semicírculo móvil a mi alrededor mientras me encaminaba hacia el ascensor. Entraron conmigo a empujones sin dejar de hacerme preguntas, a la mayoría de las cuales contesté con frases cortas, secas e intrascendentes. En el vestíbulo, otra multitud de periodistas y reporteros se sumaron al primer grupo. Intenté buscar a mi lector y a los abogados, pero no podía dar un paso sin que me bloqueasen el camino.

Me preocupaba especialmente que la horda me siguiera e impidiera que los abogados establecieran contacto con Snowden. Por fin decidí celebrar una conferencia de prensa improvisada en el vestíbulo, en la que respondí a las preguntas para que los reporteros se marcharan. Al cabo de unos quince minutos, casi no quedaba ninguno.

Entonces me tranquilicé al tropezarme con Gill Phillips, abogada jefe de The Guardian, que había hecho escala en Hong Kong en su viaje de Australia a Londres para procurarnos a mí y a Ewen asesoramiento legal. Dijo que quería explorar todas las maneras posibles en que el Guardian pudiera proteger a Snowden. “Alan [Rusbridger, director del diario briánico] se mantiene firme en que le demos todo el respaldo legal que podamos”, explicó. Intentamos hablar más, pero como todavía quedaban algunos reporteros al acecho, no disfrutamos de intimidad.

Al final encontré a mi lector junto a los dos abogados de Hong Kong que iban con él. Discutimos dónde podríamos hablar sin ser seguidos, y decidimos ir todos a la habitación de Gill. Perseguidos aún por unos cuantos reporteros, les cerramos la puerta en las narices. Fuimos al grano. Los abogados deseaban hablar con Snowden enseguida para que les autorizara formalmente a representarle, momento a partir del cual podrían empezar a actuar en su nombre.

Gill investigó en Google sobre aquellos abogados —a quienes acabábamos de conocer—, y antes de entregarles a Snowden pudo averiguar que eran realmente muy conocidos y se dedicaban a cuestiones relacionadas con los derechos humanos y el asilo político y que en el mundo político de Hong Kong tenían buenas relaciones. Mientras Gill realizaba su improvisada gestión, yo entré en el programa de chats. Snowden y Laura estaban online.


El pasado 17 de abril, el exanalista de la NSA apareció en la televisión rusa para hacerle una pregunta al presidente Vladímir Putin. / Yuri Kochetkov (Efe)

Laura, que ahora se alojaba en el hotel de Snowden, estaba segura de que era solo cuestión de tiempo que los reporteros los localizaran también a ellos. Snowden estaba ansioso por marcharse. Hablé a Snowden de los abogados, que estaban listos para acudir a su habitación. Me dijo que tenían que ir a recogerle y llevarle a un lugar seguro. Había llegado el momento, dijo, “de iniciar la parte del plan en el que pido al mundo protección y justicia”. “Pero he de salir del hotel sin ser reconocido por los reporteros”, dijo. “De lo contrario, simplemente me seguirán dondequiera que vaya”. Transmití estas preocupaciones a los abogados. “¿Tiene él alguna idea de cómo impedir esto?”, dijo uno de ellos.

Le hice la pregunta a Snowden. “Estoy tomando medidas para cambiar mi aspecto”, dijo, dando a entender que ya había pensado antes en esto. “Puedo volverme irreconocible”.

Llegados a este punto, pensé que los abogados tenían que hablar con él directamente. Antes de ser capaces de hacerlo, necesitaban que Snowden recitara una frase tipo “por la presente les contrato”. Mandé la frase a Snowden, y me la tecleó. Entonces los abogados se pusieron frente al ordenador y comenzaron a hablar con él.

Al cabo de diez minutos, los dos abogados anunciaron que se dirigían de inmediato al hotel de Snowden con la idea de salir sin ser vistos. “¿Qué van a hacer con él después?”, pregunté. Seguramente lo llevarían a la misión de la ONU en Hong Kong y solicitarían formalmente su protección frente al Gobierno de EE UU, alegando que Snowden era un refugiado en busca de asilo. O bien, dijeron, intentarían encontrar una “casa segura”.

En todo caso, el problema era cómo sacar a los abogados del hotel sin que los siguieran. Tuvimos una idea: Gill y yo saldríamos de la habitación, bajaríamos al vestíbulo y atraeríamos la atención de los reporteros, que esperaban fuera, para que nos siguieran.

Al cabo de unos minutos, los abogados abandonarían el hotel sin ser vistos, como cabía esperar. La treta surtió efecto. Tras una conversación de treinta minutos con Gill en un centro comercial anexo al hotel, volví a mi habitación y llamé impaciente al móvil de uno de los abogados.

“Lo hemos sacado justo antes de que los periodistas empezaran a pulular por el vestíbulo”, explicó. “Hemos quedado con él en su habitación, frente a la del caimán”, la misma en la que nos vimos Laura y yo con él la primera vez, como luego supe. “Luego hemos cruzado un puente que conducía a un centro comercial contiguo, y nos hemos subido al coche que nos esperaba. Ahora está con nosotros”. ¿Adónde lo llevaban?

“Mejor no hablar de esto por teléfono”, contestó el abogado. “De momento estará a salvo”.

Saber que Snowden estaba en buenas manos me dejó la mar de tranquilo, aunque sabíamos que muy probablemente no volveríamos a verle ni a hablar con él, al menos no en calidad de hombre libre. Pensamos que la próxima vez quizá lo veríamos en la televisión, con un mono naranja y esposado, en una sala de juicios norteamericana, acusado de espionaje.

Mientras asimilaba yo la noticia, llamaron a la puerta. Era el director del hotel. Venía a decirme que no paraba de sonar el teléfono preguntando por mi habitación (yo había dejado instrucciones en el mostrador principal de que bloqueasen todas las llamadas). En el vestíbulo también había una multitud de reporteros, fotógrafos y cámaras esperando que yo apareciera.

Lo primero que hice fue entrar en internet con la esperanza de saber de Snowden. Apareció online a los pocos minutos. “Estoy bien”, me dijo. “Por el momento, en una casa segura. Pero no sé hasta qué punto es segura ni cuánto tiempo permaneceré aquí. Tendré que moverme de un sitio a otro y mi acceso a Internet es poco fiable, así que no sé cuándo ni con qué frecuencia estaré online”.

Se evidenciaba cierta reticencia a darme detalles sobre su emplazamiento y no quise preguntar. Yo sabía que mi capacidad para averiguar cosas de su escondite era muy limitada. Ahora él era el hombre más buscado por el país más poderoso del mundo.

El Gobierno de EE UU ya había pedido a la policía de Hong Kong que lo detuviera y lo entregara a las autoridades norteamericanas. De modo que hablamos breve y vagamente y manifestamos el deseo común de seguir en contacto. Le dije que actuara con prudencia.

Cuando por fin llegué al estudio para las entrevistas con Morning Joe y The Today show, advertí enseguida que el tenor del interrogatorio había cambiado apreciablemente. En vez de tratarme como periodista, los anfitriones preferían atacar un objetivo nuevo: el Snowden de carne y hueso, no un personaje enigmático de Hong Kong. Muchos periodistas norteamericanos volvían a asumir su acostumbrado papel al servicio del Gobierno.

La historia ya no versaba sobre unos reporteros que habían sacado a la luz graves abusos de la NSA, sino sobre un norteamericano que, mientras trabajaba para el Gobierno, había “incumplido” sus obligaciones, cometido crímenes y “huido a China”.

Mis entrevistas con Mika Brzezinski y Savannah Guthrie fueron enconadas y ásperas. Como llevaba más de una semana durmiendo poco y mal, ya no tenía yo paciencia para aguantar las críticas a Snowden implícitas en sus preguntas: me daba la impresión de que los periodistas habrían tenido que estar de enhorabuena en vez de demonizar a quien, más que nadie en años, había puesto de evidencia una doctrina de seguridad nacional harto discutible.

Tras algunos días más de entrevistas, decidí que era el momento de abandonar Hong Kong. Ahora iba a ser sin duda imposible reunirme con Snowden, o por demás ayudarle a salir de la ciudad; había llegado un punto en que me sentía, en un sentido tanto físico como emocional y psicológico, totalmente agotado. Tenía ganas de regresar a Río.

Pensé en hacer escala un día en Nueva York con el fin de conceder entrevistas… solo para dejar claro que podía hacerlo y tenía intención de hacerlo. Pero un abogado me aconsejó que no lo hiciera alegando que era absurdo correr riesgos jurídicos de esa clase antes de saber cómo pensaba reaccionar el Gobierno. “Gracias a ti se ha conocido la mayor filtración sobre la seguridad nacional de la historia de EE UU y has ido a la televisión con el mensaje más desafiante posible”, me dijo. “Solo tiene sentido planear un viaje a EE UU una vez sepamos algo de la respuesta del Departamento de Justicia”.

Yo no estaba de acuerdo: consideraba sumamente improbable que la Administración de Obama detuviera a un periodista en medio de esos reportajes de tanta notoriedad. No obstante, estaba demasiado cansado para discutir o correr riesgos. Así que pedí a The Guardian que reservara mi vuelo para Río con escala en Dubái, bien lejos de Norteamérica. Por el momento, discurrí, ya había hecho bastante. O

Snowden. Sin un lugar donde esconderse (Ediciones B) se publica el 21 de mayo en España. 352 páginas, 17,5 euros.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/09/actualidad/1399652213_757164.html
 

Sebastian

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"Fui un espía de alto nivel para la CIA y NSA", afirma Ed Snowden

Miércoles, 28 de mayo de 2014

Edward Snowden (der.) durante su entrevista con NBC.

Edward Snowden, el fugitivo exanalista de inteligencia de Estados Unidos que filtró información sobre los programas secretos de espionaje del gobierno estadounidense sobre sus ciudadanos, se describió como un espía altamente entrenado, especializado en vigilancia electrónica.
En su primera entrevista de televisión -con la cadena estadounidense NBC- Snowden desmintió versiones que tan solo era un analista de bajo nivel, reiterando que había trabajado encubiertamente para las agencias secretas CIA y NSA.
Explicó que ese trabajo la había desempeñado en el extranjero, asumiendo un nombre y empleo ficticios. Dijo también que dictó conferencias sobre espionaje electrónico a la Agencia de Inteligencia y Defensa.
Luego de filtrar los documentos secretos, Snowden se fugó en mayo de 2013 y recibió asilo político temporal en Rusia, donde todavía se encuentra.

"A todo nivel"

Snowden está bajo asilo temporal en Rusia.

Snowden agregó que EE.UU. obtenía más información de los computadores que de los agentes humanos.
En extractos de su entrevista con la NBC indicó que recibió entrenamiento como espía "en el sentido tradicional de la palabra en cuanto a que vivía y trabajaba encubierto en el extranjero, pretendiendo trabajar en un empleo que no era el mío e incluso con un nombre falso".
Pero, al mismo tiempo, se describió como un experto técnico que no reclutaba agentes.
"Lo que hago es poner a trabajar a los sistemas para EE.UU.", señaló. “Y lo he hecho en todos los niveles, desde lo más bajo hasta lo más alto. Puede que ahora el gobierno niegue estas cosas, puedan ponerlo de cierta forma y decir ‘Bueno, saben, él es un analista de bajo nivel'".
Cuando Snowden se fue de EE.UU. había estado trabajo como técnico para Booz Allen, una empresa contratista del gobierno para la NSA.
http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/05/140528_ultnot_snowden_espia_entrevista_wbm.shtml
 

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La captura de un agente doble enturbia las relaciones entre Berlín y Washington
Merkel lo considera “un acontecimiento muy grave” y los socialdemócratas exigen explicaciones
El Gobierno alemán convoca al embajador de EE UU a una "conversación"



VÍDEO: REUTERS-LIVE
Un escándalo con gran potencial destructor acaba de estallar en Berlín. En un momento en el que el Gobierno alemán parecía decidido a pasar página de las escuchas al móvil de la canciller Angela Merkel y recuperar las buenas relaciones con Washington, la detención de un agente doble amenaza con reavivar los problemas diplomáticos entre las dos potencias. La fiscalía federal ha informado el viernes de la detención el pasado miércoles de un alemán de 31 años que trabaja al mismo tiempo para los servicios secretos de su país y para los de Estados Unidos. La paradoja es que el presunto espía pasaba información, entre otros asuntos, sobre las actividades del comité parlamentario creado precisamente para investigar las escuchas llevadas a cabo durante años por la agencia de seguridad norteamericana.
Alemania prescinde de una firma de telefonía de EE UU tras el espionaje
A las pocas horas de trascender la noticia, Berlín reaccionaba con un golpe sobre la mesa. “El Ministerio de Asuntos Exteriores ha convocado hoy al embajador de EE UU en Berlín, John Emerson, para mantener una conversación sobre el caso”, publicaba el ministerio en su cuenta oficial de Twitter. El Gobierno ha pedido al embajador “una explicación rápida”, añadía un portavoz oficial. Este paso dado por el ministerio que dirige el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier es menos agresivo que una hipotética llamada a su embajador a consultas, pero constituye de todas formas una señal clara de la indignación que recorre Berlín.
Merkel fue informada de la detención el pasado jueves, el mismo día que mantuvo una conversación telefónica con el presidente de EE UU, Barack Obama. Se trata del mismo hombre que el pasado mes de enero se había comprometido a no volver a espiar a la jefa del Gobierno alemán. El portavoz de la canciller se apresuró a tachar el suceso de “muy grave”; al tiempo que los socialdemócratas, socios en el Gobierno de gran coalición, exigieron explicaciones inmediatas de lo que el periódico muniqués Süddeutsche Zeitung considera que podría ser “el mayor escándalo en torno a un agente doble tras la II Guerra Mundial”.
NSA, la agencia de seguridad estadounidense.
El periódico Bild avanzaba que el detenido ejerció como agente doble durante los últimos dos años y que podría haber robado 218 documentos confidenciales. “El empleado del servicio de inteligencia alemán se puso en contacto en 2012 con la Embajada de Estados Unidos en Berlín para ofrecerle documentos interesantes”, explica el popular diario. A cambio de estos papeles, el joven alemán habría recibido 25.000 euros de los servicios secretos estadounidenses. También se puso en contacto con los rusos, pero no llegó a cerrar un acuerdo.
Edward Snowden, el analista de la NSA que filtró la información sobre las escuchas americanas. Frente a las protestas de la oposición de verdes e izquierdistas, los partidos gobernantes, democristianos y socialdemócratas, renunciaban así a echar sal en la herida abierta a finales del año pasado cuando se supo que ni la misma Merkel estaba a salvo del espionaje estadounidense. La decisión de no llevar a Snowden a Berlín despejaba el frente político, pero no el judicial. El fiscal federal, Harald Range, anunció el pasado 4 de julio la apertura de una investigación sobre las escuchas. Es en el marco de este proceso en el que el miércoles se detuvo al agente alemán que vendía información sensible al amigo americano.
Es pronto para calcular las repercusiones que el nuevo escándalo puede tener en las relaciones entre Merkel y Obama, dos líderes que en los últimos meses, forzados por crisis como la ucrania, habían recuperado una interlocución fluida. Parecían lejanos aquellos días de finales del año pasado en los que la canciller, presionada por la indignación nacional, enviaba a Washington una delegación para exigir explicaciones. Pero la revelación de que los responsables de investigar el espionaje eran a su vez espiados amenaza con volver a calentar la situación.
Merkel. Más directo se mostraba el diputado verde, miembro del comité parlamentario que investiga las escuchas, Konstantin von Notz, que recordaba que, según la Constitución, es el Parlamento el responsable de controlar los servicios de espionaje. “Aunque solo fuera por el intento de pervertir este principio, esta es una cuestión que merece una dura respuesta diplomática”, añadía.
Estados Unidos. “No tenemos ningún comentario”, reaccionó en un correo electrónico Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.
La detención del doble agente amenaza con tensar las relaciones entre ambos países, deterioradas por las revelaciones del último año sobre el espionaje de la NSA (iniciales inglesas de la Agencia de Seguridad Nacional). “No puedo reprocharle que se sienta agraviada”, admitió hace unos meses el presidente Barack Obama, tras conocerse que la NSA había pinchado el teléfono de la canciller Angela Merkel. El jueves Obama y Merkel hablaron por teléfono. En el resumen de la conversación que ofreció la Casa Blanca no consta que abordasen la detención del espía ni las escuchas de la NSA.
Alemania ha intentado negociar, sin éxito, un acuerdo de no agresión en materia de espionaje entre ambos países, similar al que EE UU mantiene desde la II Guerra Mundial con Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Estos países mantienen un compromiso de no espiarse entre ellos y compartir informaciones. El diario The Washington Post ha revelado esta semana un documento oficial que cita a los países en los que la NSA tiene autoridad para espiar. Son 193. Sólo cuatro no figuran en la lista: los socios de Washington en la alianza del espionaje.
Obama ha admitido el daño a la confianza mutua que ha causado el escándalo de la NSA y se ha comprometido a que esa agencia no espiará más a la canciller Merkel ni a otros líderes de países amigos. Pero este compromiso no incluye ni a los colaboradores de Merkel, ni a sus ministros ni a otros altos funcionarios de la Administración alemana. La NSA se reserva el derecho a seguir actuando en territorio alemán, del mismo modo que hacen agencias extranjeras en EE UU.
El espionaje entre amigos es una realidad asumida por EE UU y la mayoría de Estados. En EE UU se encuentra encarcelado Jonathan Pollard, un ciudadano norteamericano condenado a cadena perpetua en 1987 por espiar para Israel, uno de los aliados más cercanos de Washington. En otro caso sonado, el Gobierno francés expulsó en 1995 al jefe de la CIA en París por espionaje comercial.
Como dice una vieja máxima del espionaje, los servicios secretos carecen de amigos: sólo tienen objetivos.
elpais.es
 

Sebastian

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Alemania, indignada por el espionaje de EE UU pero no reacciona

Merkel aplaza cualquier represalia al resultado de la investigación de la fiscalía

Luis Doncel Berlín 7 JUL 2014 - 21:37 CEST26


Declaraciones de la canciller alemana, Angela Merkel, sobre el espía dobre durante su visita oficial a China. / Reuters Live!

Indignación es la palabra que más se ha escuchado en Berlín estos últimos días, después de que el pasado viernes trascendiera la detención de un agente de los servicios secretos alemanes que vendía información a Estados Unidos. Desde entonces, diputados, ministros, el presidente de la República y la canciller Angela Merkel han mostrado —con mayor o menor vehemencia— su disgusto por las prácticas de un país amigo y han resaltado la necesidad de aclarar cuanto antes lo ocurrido.
Pero estas palabras no se han traducido en hechos concretos. Los portavoces del Gobierno se aferran a la idea de que hay que esperar a los resultados de la investigación judicial para tomar decisiones que afecten a un socio tan importante como el americano.

“Si las acusaciones fueran ciertas, estaríamos ante un asunto muy serio. Sería una contradicción flagrante con lo que debe ser una cooperación entre socios basada en la confianza”, señaló el lunes Merkel desde China, donde comparecía con el primer ministro, Li Keqiang.

“Contradice la cooperación basada en la confianza”, dice la canciller​

La clase política alemana se debate entre una opinión pública que reclama una posición de dureza —sobre todo porque el episodio del agente doble se suma a las escuchas masivas llevadas a cabo por la agencia estadounidense de seguridad, que afectaron al teléfono móvil de la propia Merkel— y una visión pragmática que les impide arremeter contra la gran potencia que es EE UU.

El presidente del país, Joaquim Gauck, es de los que más lejos han ido, quizás porque no tiene responsabilidades ejecutivas y detenta una función principalmente representativa. “Si todo se confirma, Estados Unidos estaría jugando con la amistad de Alemania. Sería el momento de decir: ¡basta ya!”, dijo el antiguo pastor protestante reconvertido en político democristiano en el canal público ARD durante el fin de semana.
También con rotundidad se expresó el ministro de Justicia, Heiko Maas, que aseguró que EE UU solo podrá recuperar la “confianza perdida” si coopera con las autoridades alemanas en la investigación. “La manía de vigilar que tiene la NSA [la agencia de seguridad nacional de EE UU] tiene que tener un límite.
La democracia y los derechos civiles no son negociables”, aseguró el ministro socialdemócrata.

Pero todas estas vistosas declaraciones contrastan con la tibieza de los portavoces cuando respondían a las preguntas sobre las consecuencias directas del escándalo. Cualquier decisión tendrá que esperar a la investigación que lleva a cabo la fiscalía federal, repetían una y otra vez. Este proceso puede alargarse durante semanas o meses. Si finalmente se espera hasta un veredicto, la tardanza del proceso judicial podría desactivar la urgencia de unas decisiones políticas.

Uno de los asuntos que en teoría podrían verse afectados sería el acuerdo de libre comercio que negocian la UE y EE UU. Pero tanto la canciller Merkel como el número dos del Gobierno y líder de los democristianos, Sigmar Gabriel, se niegan a retrasar unas negociaciones en las que Europa tiene depositadas parte de sus esperanzas de crecimiento económico y generación de empleo en el futuro próximo.

Mientras, los líderes políticos no se deciden por decisiones concretas, la prensa ruge de indignación. “Si finalmente Washington no manda una señal de que toma en serio a los alemanes, la debilidad de Obama será también la de Merkel. Si eso ocurre, Merkel se convertirá en un hazmerreír”, sentenciaba ayer el periódico de centro-izquierda Süddeutsche Zeitung.


El caso da alas a los que piden que Snowden declare en Berlín
La comparecencia en Alemania de Edward Snowden, el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional de EE UU que filtró los datos sobre las escuchas, estaba sentenciada. La mayoría democristiana-socialdemócrata en el Parlamento rechazó de pleno la posibilidad de un cara a cara en el Bundestag. En su lugar propuso una visita a Moscú, donde Snowden está refugiado. Pero su abogado rechazó esta posibilidad. Pero el escándalo del doble agente destapado la semana pasada ha dado renovados argumentos a los partidos de la oposición que reclaman la presencia del estadounidense en el Parlamento alemán.
“Ha llegado el momento de pedirle que venga aquí.

Es extremadamente importante para investigar un asunto sobre el que Estados Unidos sigue sin darnos explicaciones”, dijo ayer la líder del grupo parlamentario de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt. El otro partido de oposición a la gran coalición, La Izquierda, también exige garantías para que el exanalista de la NSA pueda comparecer en el Bundestag. El abogado de Snowden en Berlín, Wolfgang Kaleck, compareció ayer en la capital alemana. Sobre el escándalo del doble agente, Kaleck reconoció que le habría gustado una reacción más enérgica por parte del Gobierno de Merkel. “Sería naif pensar que los países no tienen agentes dobles”, añadió.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/07/actualidad/1404718016_005414.html
 

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INFORME
NSA y FBI espiaron a líderes musulmanes estadounidenses



El FBI y la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) interceptaron mensajes de correo electrónico de prominentes activistas musulmanes estadounidenses, académicos y candidatos políticos, según un informe elaborado entre otros por el periodista Glenn Greenwald.
El informe, que aparece en sitio en línea The Intercept, sostiene que el espionaje fue autorizado por un tribunal secreto que se ocupa de localizar espías y sospechosos de terrorismo.
El reporte, que cita documentos filtrados por el exconsultor de la NSA Edward Snowden, muestra los mensajes electrónicos de individuos, pero no da sus nombres.
The Intercept asegura que identificó al menos a seis personas, todas estadounidenses, a partir de sus direcciones de correo electrónico.
Ellas serían Faisal Gill, un funcionario del Partido Republicano que presentó candidaturas a cargos públicos; Asim Ghafoor, un abogado que representó a clientes en casos de terrorismo; Hooshang Amirahmadi, un profesor irano-estadounidense en la Universidad de Rutgers; Agha Saeed, un activista en favor de los derechos civiles y exprofesor de la Universidad del estado de California, y Nihad Awad, director del Consejo para las Relaciones Islámico-estadounidenses.
Según el artículo de Greenwald y Murtaza Hussain, el programa de espionaje abarcaba 7.485 direcciones electrónicas entre 2002 y 2008.
Muchos de los correos electrónicos parecen pertenecer a extranjeros sospechosos de estar vinculados a Al Qaida, incluido el de Anwar al-Awlaki, el clérigo yemenita-estadounidensae asesinado durante la incursión de un dron en 2011.
Pero la investigación periodística también halló un buen número de ciudadanos estadounidenses espiados por esta vía, lo que requiere una orden de un tribunal secreto sobre la base de evidencias que vinculen a los espiados con actividades terroristas.
Funcionarios estadounidenses que respondieron al informe, afirmaron que sólo se vigilan comunicaciones con “propósitos legítimos de inteligencia o contrainteligencia”.
“Es totalmente falso que los servicios de inteligencia estadounidenses espíen a políticos, religiosos o activistas únicamente porque no están de acuerdo con las políticas públicas, porque critican al gobierno o porque ejercen sus derechos constitucionales”, dijeron en un comunicado conjunto el departamento de Justicia y la oficina del director nacional de Inteligencia.
Un comunicado de la organización Defensores de los Musulmanes señala que el informe de prensa “confirma los peores temores de los musulmanes estadounidenses: el gobierno federal ha espiado a norteamericanos, incluidos aquellos que han servido a su país en el gobierno y las Fuerzas Armadas, simplemente a causa de su fe o herencia religiosa”.
Amie Stepanovich, del grupo de defensa de los derechos civiles Acces, dijo que “esta revelación muestra una vez más que la NSA actúa con impunidad, y que espió a líderes comunitarios sin asumir sus responsabilidades y aparentemente sin el debido proceso
la republica
 

Sebastian

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Alemania exige la salida de Berlín del jefe del servicio de espionaje estadounidense

Merkel reacciona ante el descubrimiento de otro agente doble que trabajaba para Washington

Luis Doncel Berlín 10 JUL 2014 - 17:03 CEST103


La ministra de Defensa alemana habla sobre la expulsión del jefe de la CIA e Berlín. / Reuters Live!

El escándalo del espionaje que cada día aleja un poco más a Washington de Berlín se ha cobrado su primera víctima. El Gobierno de Angela Merkel exigió el jueves que el jefe de los servicios de espionaje en Alemania abandone el país. Es solo un gesto, pero un gesto lleno de significado y que da una idea del enfado fenomenal que recorre todos los estamentos de la clase política y judicial alemana: de ministros a diputados pasando por la fiscalía, el presidente de la República, Joaquim Gauck, y la canciller Merkel.

Después de que en menos de una semana salieran a la luz los casos de dos alemanes —un agente de los servicios secretos y un militar— que vendían información a Estados Unidos, Merkel sufría una presión cada vez mayor para que actuara. Y al fin lo ha hecho. El encargado de anunciar la petición de salida del responsable del servicio secreto estadounidense fue el diputado democristiano Clemens Binninger. Alemania toma esta decisión “como reacción al largo periodo en el que la colaboración para pedir explicaciones no ha funcionado”, dijo Binninger, presidente de la comisión parlamentaria que investiga las escuchas estadounidenses.

Poco después, el portavoz de Merkel confirmaba la petición al representante americano de abandonar suelo alemán, una medida insólita en los últimos 15 años. La propia jefa de Gobierno, que el día anterior había guardado silencio sobre el nuevo caso de espionaje destapado por la fiscalía federal, criticó las prácticas de los estadounidenses por considerarlas en última instancia una “pérdida de energía”. “Durante la guerra fría podía ser normal que hubiera desconfianza entre unos y otros. Pero estamos en el siglo XXI. [...] Tenemos muchos problemas, deberíamos centrarnos en las cosas importantes”, arremetió Merkel.

Con este paso, Merkel logra calmar momentáneamente la indignación que estos días han mostrado tanto destacados ministros como, en mayor medida, los líderes de la oposición y los medios de comunicación. Los portavoces gubernamentales llevaban una semana aferrándose a la necesidad de conocer los resultados de la investigación judicial para tomar medidas. Pero esta estrategia de ganar tiempo parecía ya inviable el miércoles, cuando apareció un nuevo espía. Fuentes militares aseguraron entonces que este segundo caso era mucho más importante que el agente doble descubierto la semana pasada.

El centro de atención se había desplazado en los últimos días hacia Merkel, la única persona capaz de tomar una decisión que mostrara a los estadounidenses su enfado. “Ya basta”, titula en portada Die Zeit, uno de los órganos de la intelectualidad alemana. “Queridos americanos, ¿cómo podéis ser tan tontos de reclutar como agente doble a un empleado de los servicios secretos alemanes y dejaros pillar? ¿No os bastó con el enfado por la información que filtró Snowden? ¿Os da completamente igual que el antiamericanismo se extienda en Alemania, que aquí haya algo fundamental que puede romperse?”, se pregunta en su número de esta semana en su artículo de portada.

Palabras tan gruesas no se han oído estos días solo en la prensa o en la oposición. Un hombre tan cercano a Merkel como el ministro de Hacienda, el democristiano Wolfgang Schäuble, se explayó en el canal Phoenix. El hombre que ejerció como ministro del Interior a las órdenes de Helmut Kohl empezó recordando que gracias a la cooperación entre los servicios secretos de los dos países, Alemania había podido hacer frente a numerosas amenazas terroristas. Ello no significa, sin embargo, que los estadounidenses “deban ir reclutando a gente de tercera clase entre nosotros. Es tan estúpido que dan ganas de llorar”, concluyó.

La decisión de expulsar al jefe de los espías en la embajada estadounidense de Berlín ha sido saludada por muchos como un paso en la decisión adecuada. Tanto los socialdemócratas del SPD, socios de Merkel en el Gobierno de gran coalición, como la oposición de La Izquierda y de Los Verdes mostraron su satisfacción con la medida. Pero la presión para la canciller no va a aflojar. “Es urgente que el Gobierno tome más decisiones, como dejar de sabotear el trabajo de la comisión parlamentaria e invitar a Edward Snowden al Bundestag”, asegura el diputado verde Konstantin von Notz. “Si el Gobierno de verdad se tomara en serio la expulsión del jefe de los servicios secretos americanos, debería hacer lo mismo con cientos de espías de la NSA”, ironizaba ayer un artículo colgado en la web de Die Zeit.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/10/actualidad/1404999636_670263.html
 

Sebastian

Colaborador
Alemania descubre a un segundo presunto espía al servicio de EE UU

La fiscalía investiga a un militar acusado de revelar información secreta a Estados Unidos


Luis Doncel Berlín 9 JUL 2014 - 21:02 CEST75


Merkel reacciona ante los casos de supuestos espionajes. / Reuters Live!

Un nuevo escándalo de espionaje estalló el miércoles en Berlín, cuando aún no se había extinguido el reguero de indignación que dejó el agente de los servicios secretos alemanes que vendió información confidencial a la Embajada estadounidense. La fiscalía federal alemana ha confirmado el registro del domicilio y el despacho en el Ministerio de Defensa en Berlín de una persona sospechosa de haber trabajado como espía para Washington. Fuentes militares consultadas por varios medios aseguran que este segundo caso podría ser de mucha mayor importancia que el descubierto la semana pasada.

Este nuevo escollo en las relaciones transatlánticas supone una vuelta de tuerca más en la presión que sufre la canciller para que tome medidas de represalia. Angela Merkel rehusó confirmar la noticia, pero su portavoz reconoció, como ya había hecho el pasado viernes, que se trata de un asunto “muy serio”. “Tenemos profundas diferencias con EE UU sobre la forma de equilibrar la necesaria seguridad y los derechos civiles”, añadió. “Las actividades de espionaje se han convertido en una verdadera carga en las relaciones germano-americanas. Les recomiendo que pongan de una vez las cartas sobre la mesa y acaben con estas prácticas”, declaraba Thomas Oppermann, jefe del grupo parlamentario del Partido Socialdemócrata, el socio menor en el Gobierno de coalición de Merkel.

Por segunda vez en cinco días, el embajador de EE UU en Berlín, John B. Emerson, se reunió el miércoles con altos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores alemán. Un portavoz del Gobierno aclaró que, a diferencia del encuentro del pasado viernes, en esta ocasión la iniciativa de acudir al ministerio a dar explicaciones de lo ocurrido surgió del propio embajador. El director de la CIA, John Brennan, también llamó por teléfono al coordinador de los servicios secretos alemanes, Klaus-Peter Fritsche, quien depende directamente de la canciller, para intentar “minimizar los daños”, según el semanario Der Spiegel.

Los detalles llegan con cuentagotas. No está claro si el presunto espía sería un militar o un empleado civil del Ministerio de Defensa. Aún no se ha efectuado ninguna detención. Spiegel Online informaba el miércoles de que las sospechas apuntan a un empleado del departamento ministerial de Política de Seguridad.

Lo que es evidente es que la indignación por estas prácticas no cesa de crecer. La detención del doble agente sorprendió todavía más cuando se supo que parte de la información que vendía a la CIA estaba relacionada con el comité parlamentario creado en abril del año pasado precisamente para investigar las escuchas estadounidenses a, entre otras personas, la canciller Merkel. Ahora, el Ministerio de Defensa admite que la investigación se está desarrollando en sus propias instalaciones y que se toma “muy en serio” el nuevo caso de presunto espionaje.

“Merkel expresa su rechazo a estas actividades, pero no quiere poner en peligro la cooperación con uno de sus socios más importantes. Pero más interesante aún es lo que ocurre en la sociedad. Cómo la desconfianza hacia los americanos está creciendo en la población alemana”, explica Werner Weidenfeldt, director del Centro de Investigación Política Aplicada. ¿Podría esta animadversión poner en peligro el tratado de libre comercio que la UE negocia con EE UU? “Ese acuerdo nunca ha sido popular entre la población.

Pero los sucesos de estos días, unidos a las escuchas conocidas el año pasado, han irritado a la gente y van a hacer que esas negociaciones sean todavía más impopulares. La coyuntura para sacarlo adelante va a ser peor todavía que la de antes”, responde este politólogo en conversación telefónica desde Múnich.

Hoy volverá a reunirse el comité parlamentario que investiga las escuchas estadounidenses. Allí, los diputados analizarán los nuevos indicios facilitados por la fiscalía. Pero, como han señalado en estos últimos días diversos analistas y políticos, la pelota está en el tejado de Merkel. Solo ella puede decidir si da un golpe de efecto o continúa aferrándose a los resultados de la investigación judicial para ganar tiempo. Algunos políticos alemanes han hablado de expulsar a personal diplomático americano en Berlín. Ya amagaron con esa medida el año pasado cuando saltó el escándalo de las escuchas a Merkel reveladas por el exanalista de inteligencia de la NSA Edward Snowden, que el miércoles pidió que se le amplie un año el estatus de asilado en Rusia.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/09/actualidad/1404903927_565778.html
 

Sebastian

Colaborador
EE UU encaja sin sorpresa la expulsión del jefe de sus espías en Berlín

La Casa Blanca recuerda a Alemania que la cooperación en inteligencia beneficia a ambos países


Marc Bassets Washington 11 JUL 2014 - 02:26 CEST4


El presidente Barack Obama durante un discurso en Austin, Texas. / Kye R. Lee (AP)

La Administración Obama encajó el jueves sin protestas públicas ni gestos de sorpresa el anuncio de expulsión del jefe de los espías norteamericanos en Berlín. Pero varias fuentes de la Casa Blanca recordaron que la relación bilateral, que incluye una colaboración estrecha en materia de espionaje, es beneficiosa no es sólo para Estados Unidos sino también para Alemania.

“Hemos visto las informaciones y no tenemos ningún comentario sobre una supuesta cuestión de inteligencia”, dijo en un correo electrónico Caitlin Hayden, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. “Sin embargo, nuestra relación de seguridad e inteligencia con Alemania es muy importante y mantiene seguros a alemanes y americanos. Es esencial que la cooperación continúe en todos los ámbitos, y seguiremos en contacto con el Gobierno alemán a través de los canales adecuados”.

El presidente Barack Obama no ha vuelto a hablar con la canciller alemana, Angela Merkel, desde el pasado jueves, antes de que se conociese la noticia de que un miembro de los servicios secretos alemanes trabajaba para la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Desde entonces, se ha conocido el caso de otro infiltrado.

No es la primera vez que el jefe de la CIA en una capital europea es expulsado por espiar al estado anfitrión. En 1995 el Gobierno francés expulsó a Dick Holm, un veterano agente de la CIA que ejercía de jefe de la delegación en París, y a cuatro agentes más.

Holm y sus hombres habían puesto en marcha una operación para acceder a las posiciones de Francia ante las negociaciones comerciales. El descubrimiento de la operación, de la que la embajadora de EE UU en París, Pamela Harriman, no estaba informada, colocó a EE UU en una situación “embarazosa” ante sus aliados, según las crónicas de la época, y llevó a la CIA a abrir una investigación interna sobre el caso.

La Casa Blanca quiere evitar ahora que la nueva disputa por el espionaje dañe la relación con Alemania, el socio europeo de referencia para EE UU. Después de que en otoño de 2013 se conociese que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) pinchaba el teléfono de Merkel, Berlín intentó sin éxito negociar con Washington un acuerdo para limitar el espionaje mutuo.

“Seguimos en contacto con los alemanes en una multitud de aspectos, incluido a través de canales [de diálogo sobre] el cumplimiento de la ley y el orden público e incluso de inteligencia”, dijo Josh Earnest, portavoz de Obama, en respuesta a las preguntas de la prensa sobre la expulsión del espía norteamericano. “La fortaleza de nuestra relación de seguridad nacional con Alemania es importante para la seguridad nacional americana y también es importante para la seguridad nacional de los alemanes”.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/11/actualidad/1405038118_509025.html
 

Sebastian

Colaborador
La CIA admite que espió a la comisión del Senado que investigaba las torturas

El director de la agencia pide perdón porque sus agentes entraron sin permiso en ordenadores


Marc Bassets Washington 31 JUL 2014 - 21:23 CEST97


El director de la CIA, John Brennan. / MANDEL NGAN (AFP)

Es poco habitual que los jefes de los espías reconozcan errores. Pero en Estados Unidos, país de la separación de poderes y la vigilancia persistente del poder ejecutivo por parte del legislativo, cualquier indicio de espionaje de los legisladores por parte de los agentes, como ocurrió hace unos meses, es susceptible de provocar una crisis constitucional.

Tras meses de disputa con los máximos responsables de vigilar a los espías en el Capitolio, el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), John Brennan, admitió este jueves que algunos de sus empleados se introdujeron de forma inadecuada en ordenadores reservados para investigadores del Senado, en que el Partido Demócrata ostenta la mayoría. Los investigadores elaboraban un informe sobre los métodos de interrogación y detención de la CIA que debe publicarse en los próximos días o semanas.

No se trata de un caso de vigilancia masivo, como el de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, en sus iniciales inglesas). Tampoco de prácticas extendidas de espionaje como las de la propia CIA en países aliados como Alemania: la CIA no colocó micrófonos en las oficinas de los senadores ni leyó sus correos electrónicos.

Pero el caso es sensible por varios motivos. Primero, porque afecta a uno de los episodios más siniestros en la historia reciente del espionaje norteamericano, la tortura a sospechosos de terrorismo, durante los años posteriores a los atentados del 11 de septiembre de 2011, cuando el republicano George W. Bush era presidente. Segundo, porque la víctima del espionaje ya no era la canciller alemana, un país enemigo o un ciudadano anónimo, sino los representantes del pueblo en pleno ejercicio de la tarea de supervisar a las agencias de espionaje. Y tercero, porque ocurre cuando las prácticas de inteligencia norteamericana —desde la NSA hasta la presencia de agentes de la CIA en los servicios de espionaje alemanes— vuelven a ser cuestionadas.

En marzo, la presidenta de la Comisión de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, denunció que las prácticas de la CIA representaban una afrenta a la división de poderes y una violación de la Cuarta Enmienda de la Constitución, que prohíbe los registros injustificados. Brennan negó entonces cualquier vigilancia del trabajo de los citados investigadores, y dijo: “Cuando los hechos salgan a la luz, creo que se demostrará que se equivocan las muchas personas que ahora aseguran que hubo casos tremendos de espionaje y vigilancia y pirateo informático”.

Un informe del inspector general de la CIA —encargado de controlar irregularidades en la agencia— ha dado la razón a los senadores y se la ha quitado a Brennan, que, en una reunión tensa con Feinstein y el número dos de la Comisión de Inteligencia, el republicano Saxby Chambliss, pidió perdón.

Los hechos ocurrieron cuando el Senado se hallaba enfrascado en la investigación del programa de interrogación y detención que al CIA puso en práctica tras el 11-S y que Obama prohibió al llegar a Casa Blanca, en enero de 2009. Para ello, la CIA puso a disposición del Senado ordenadores situados en un edificio de la agencia en el estado de Virginia, en las afueras de Washington. Los empleados del Senado podían acceder a más de seis de millones de páginas de documentos clasificados, pero sólo en este lugar. La CIA se comprometió a abstenerse de vigilar la actividad de los investigadores en estos ordenadores.

Las cosas se complicaron cuando la CIA sospechó que los empleados del Senado habían obtenido unos documentos —precisamente los más incriminatorios sobre las torturas posteriores al 11-S— a los que aparentemente el Senado no podía acceder. Fue entonces cuando la CIA comenzó a vigilar los ordenadores vulnerando el acuerdo entre la CIA y el Senado para mantener los ordenadores fuera del alcance de los espías.

Además de admitir las mala prácticas de sus agentes, Brennan anunció la creación de un consejo interno, dirigido por exsenador demócrata Evan Bayh, que revisará el caso.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/07/31/actualidad/1406834354_016969.html
 
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