"El Mercurio, Domingo 4 de febrero de 2007, The New York Times
"The utility of force":
Por qué los ejércitos más fuertes pueden perder las guerras de hoy
WILLIAM GRIMES
El autor dice que las potencias no pueden ganar los actuales conflictos porque no aceptan que la dinámica de la guerra cambió.
Libro de general británico dice que el uso de la fuerza es inútil en los conflictos que actualmente enfrentan las potencias.
Justamente ahora en Irak el ejército más poderoso de la tierra se está viendo paralizado ante insurgentes que usan lanzagranadas y bombas improvisadas en las orillas de los caminos.
Pero esto no debería ser una sorpresa. En casi todos los aspectos, la guerra en Irak se ajusta a un nuevo paradigma de conflicto que ha estado activo desde el fin de la II Guerra Mundial, aunque algunos líderes políticos y militares se han mostrado reacios a reconocerlo. Hasta que lo hagan, los ejércitos convencionales, al atenerse a los conocimientos convencionales, seguirán haciendo mal uso de su poder y correrán el riesgo de sufrir una derrota a manos de enemigos aparentemente inferiores.
Ésta, en resumen, es la hipótesis que expone el general Rupert Smith en "The utility of force", un libro de texto agudo, muy debatido, sobre estrategia y el uso eficiente del poder militar en la época de post Guerra Fría. El general Smith, cuyos más de 40 años de servicio en el ejército británico incluyeron puestos de mando en Irlanda del Norte, Irak y los Balcanes, sostiene que el mundo ha entrado a una nueva era dominada por conflictos nebulosos y abiertos, que son tanto políticos como militares.
Los ejércitos modernos y sus autoridades civiles no son aptos para ganar estos nuevos conflictos. En gran medida, porque no admiten que el antiguo concepto de la guerra industrial extrema entre naciones se ha convertido en lo que el general Smith llama una "guerra entre las personas": luchas políticas donde los combatientes no usan uniformes, se mezclan con la gente y pelean tanto por el corazón y la mente, como por una victoria militar total.
Muchos lectores se sentirán tentados a saltar directamente a la segunda mitad del libro, en la que el autor analiza los movimientos guerrilleros modernos y observa los conflictos actuales en África, los Balcanes y el Medio Oriente. Con algunas variaciones, éstas son guerras entre las personas y presentan aparentes problemas difíciles de abordar para las fuerzas convencionales. El ejército israelí, al enfrentar la intifada palestina, encontró que su poder de fuego superior era inútil en una lucha que requería meticulosas búsquedas del enemigo.
Ni victoria ni paz
No pocas veces, al no captar las nuevas reglas, los líderes políticos y los estrategas militares dependen de la fuerza en situaciones cuando ésta no es útil, comprometen tropas sin definir los objetivos estratégicos y políticos y hacen planes para el combate decisivo que nunca llega. En la guerra entre las personas, escribe, "ningún acto de fuerza será decisivo: ganar la prueba de fuerza no conquistará la voluntad del pueblo, que es la base del único objetivo verdadero de cualquier uso de fuerza en nuestros conflictos modernos".
En el nuevo paradigma, sostiene Smith, la guerra no conduce a la victoria ni a la paz. Más bien, la confrontación lleva al conflicto, el cual amaina hasta llegar a la confrontación. Las armas, en lugar de misiles, son machetes, fusiles de asalto y terroristas suicidas. Sólo las misiones políticas, diplomáticas y militares definidas con cuidado y entrelazadas apretadamente pueden tener la esperanza de ser eficaces, aunque sólo temporalmente. Ésa es otra característica del nuevo paradigma: no hay guerra, pero tampoco hay paz, sólo un conflicto sin fin."
Sin duda la respuesta a las estrategias de ocupación de territorios hostiles, esta enmarcada en lo que hacen las fuerzas de la ONU hoy en Haiti, lastima que no cuenten con mayores recursos como para institucionalizar de manera más rápida ese país.
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