DESPERTAR DEL “102” PARA PERPETUAR SU LEGADO:
…Continuar formando tripulaciones de vuelo….
Por el Prof. Pablo M. Arbeletche (Corresponsal Naval – Delegado del Museo de la Aviación Naval e Instituto Aeronaval Trelew)
El tiempo no está siempre medido por las mismas unidades. No es la fatídica caída de las hojas del almanaque, ni el inexorable paso de los astros, lo que determina su verdadera dimensión -como ocurre con el sonido cuya propagación se acelera en proporción a la densidad del medio en que lo hace-; el tiempo, parece detenerse cuando nada importante ocurre, cuando hay un vacío de acontecimientos.
En cambio, cuando los hechos se atropellan buscando su eclosión, cuando la vida es activa y variada, como podría ser la una mujer o la de un hombre que vuela, el tiempo transcurre rápido e inadvertidamente.
Difícilmente podría encontrarse un tópico literario más apropiado que “la pluma y la palabra” como plataforma tradicional de los inquietos y soñadores. Con “la pluma y la palabra” se alentó -desde 1885- la convicción de que las aeronaves debían tener un lugar preponderante en la vida y desarrollo del ser humano. Sean, entonces, estas palabras que solo ambicionan resignificar la historia de nuestra Aviación Argentina.
Breve reseña al servicio de la Aviación Naval…
El primer antecedente histórico acerca del interés de la Armada por los medios aéreos data del año 1908, cuando el entonces Ministro de Marina Contraalmirante Dn. Onofre Betbeder ordena un profundo estudio sobre la factibilidad de emplear medios aéreos para la vigilancia y exploración de los estuarios y costas de nuestro país. En ese marco, la Armada Argentina comenzó la actividad de patrullaje marítimo Aeronaval en la década del treinta bajo el indicativo “P” (Patrulla).
A partir del año 1983 con el traslado de la Escuadrilla Aeronaval de Exploración desde la Base Aeronaval Comandante Espora (Bahía Blanca) a la Base Aeronaval Almirante Marcos A. Zar (Provincia del Chubut), pasó a depender de la Escuadra Aeronaval N° 6.
Esta etapa tuvo como principal protagonista la incorporación de cinco aviones ELectra L-188 a través de la Comisión “Programa L-188” (dos L-188C, dos L-188PF y un L-188AF). Las dos primeras de ellas arriban al país en noviembre de 1982 (el 0792/2-P-101 y el 0791/2-P-102). Y su línea de vuelo a partir del 11 de febrero de 1983 se había ampliado con tres PC-6B2/H2 Turbo Porter (6-G-2, 3 y 4) y tres Beechcraft B80 Queen Air (6-G-82, 83 y 84). Paulatinamente los Electra L-188 fueron sometidos a una serie de modificaciones técnicas y estructurales por parte del Taller Aeronaval Central, para adecuarlos operativamente a tareas de Exploración, Antisuperficie y Patrullado Marítimo. Con el L-188E (sigla que identificaba a los Electras configurados en la versión Vigilancia Marítima –VM) el Comando de Operaciones Navales planificó fundamentalmente la realización de vuelos de Control de Tráfico Marítimo (VCTM) y control de la actividad ictícola dentro de la Zona Económica Exclusiva (ZEE). Este empleo requería de un significativo esfuerzo económico, el cual era financiado parcialmente con fondos de la Secretaría de Agricultura y Pesca de la Nación y con recursos aportados por las provincias de Chubut y Santa Cruz. La constante presencia sobre el Mar Argentino, ha posibilitado que los aviones de esta unidad sean los únicos que han mantenido un contacto frecuente con las fuerzas aeronavales y de superficie británicas en proximidades de las Islas Malvinas.
El 25 de julio de 1985 el L-188 0791/6-P-102 despegó desde la Base Aeronaval Río Grande para efectuar un vuelo de vigilancia marítima, entre los paralelos de la ciudad de Ushuaia y Comodoro Rivadavia, y destino final la ciudad de Trelew; el Vicegobernador de Chubut Dr. Juan Carlos Altuna se trasladaba a bordo como invitado, cuando sobrevolaba la posición 53° 12¨S – 65° 50¨O, a unos 170 mn de la costa a la altura de Cabo Vírgenes es interceptado por dos Phantom FGR-2 (XV240/B y XV495/C), los cuales acompañaron el Electra por espacio de unos 12 minutos. Otro incidente similar fue el 23 de marzo de 1989, interceptado por el Phantom XV497, mientras operaba conjuntamente con la corbeta (P-43) “ARA Spiro”.-
La Escuadrilla Aeronaval de Exploración fue designada como responsable sobre el Atlántico Sur de la búsqueda y rescate. Así las cosas, el 28 de junio de 1984 se lleva a cabo la primera operación de rescate en apoyo al pesquero “Yee Chang III”. Con la puesta en servicio del 0791/6-P-102 se efectuaron las primeras prácticas de SAR con lanzamiento de “línea de mar”. El 7 de junio de 1987 el 0790/6-P-103 prestó auxilio al transporte YPF “Santa Cruz” que se declaró en emergencia por incendio a bordo.
Finalmente, el 14 de Mayo de 1998 por disposición del Estado Mayor General de la Armada fueron radiados administrativamente cuatro aviones Electra: 0691/6-P-105, 0692/6-P-106, 0790/6-P-103 y 0791/6-P-102. La fecha formal de desactivación del último L-188E fue el 27 de septiembre de 1998 con el 6-P-106.-
Continuar formando tripulaciones de vuelo…
Mucho más allá del objetivo fijado por la actividad propia del servicio aeronaval, estaba la de formar tripulaciones de vuelo, una trayectoria técnica-pedagógica de enorme envergadura con innumerables vertientes en torno al mundo de la aviación y de la aviación naval, en particular.
Lo cierto es que, después de una extraordinaria gestión por parte de muchas voluntades, se concretó el traspaso y donación del avión Electra L-188 (ex. 6-P-102) para integrarse como recurso pedagógico a la escuela de vuelo (CIAC) del Aeroclub Trelew, prolongando –de esta manera- su vida útil al servicio de la comunidad.
Cabe señalar que el término “tripulante de abordo” puede incluir a pilotos, oficiales de vuelo, azafatas y comisarios de a bordo; así lo visionó y concretó el Centro de Instrucción de Aeronáutica Civil (CIAC) del Aeroclub Trelew, llevando adelante propuestas como la de Piloto privado, Piloto comercial, tripulante de cabina de pasajeros, despachante de aeronaves, señalero de aeródromo, supervisor y operador de rampa.
Felicitaciones al Aeroclub Trelew por perpetuar ese legado colmado de responsabilidades, sacrificios y esfuerzos orientados hacia un futuro prometedor para las y los argentinos…
Este domingo se realizó el traslado de la unidad desde la Base Almirante Zar de Trelew, que lo donó al Aeroclub para fines educativos. Los estudiantes de la institución podrán realizar las prácticas que hoy deben realizar en Buenos Aires.
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