Alta demanda de submarinos en el mundo, alemania en busqueda talentos.
Producción de un submarino en el astillero Thyssen-Krupp (TKMS) en Kiel
Hasta la invasión rusa de Ucrania, la industria armamentista de Alemania era un sector en declive que dependía cada vez más de las exportaciones.
Ahora las empresas tienen que cambiar de rumbo y necesitan urgentemente nuevo personal.
En una ola de éxito: el astillero TKMS en Kiel ya está ocupado desde hace años con pedidos de Israel, Egipto y Noruega. Ahora la demanda ha vuelto a aumentar drásticamente, también gracias al cambio de siglo.
Al igual que en el sector de la defensa en general, la guerra de Vladimir Putin contra Ucrania también tiene un impacto significativo en la industria de defensa alemana. Las empresas están experimentando una demanda creciente de sus productos y, tras años de contracción, tienen que ampliar sus capacidades.
Aunque el propio Gobierno Federal ha realizado hasta ahora pedidos para el rearme de la Bundeswehr en una medida manejable, son precisamente los europeos del Este, los escandinavos y los británicos quienes han pedido grandes cantidades de municiones y equipos a los fabricantes alemanes. Ucrania también se está moviendo hacia el grupo de clientes más grandes.
Según cálculos del instituto de investigación para la paz SIPRI, Alemania siempre ha ocupado una de las posiciones de liderazgo entre los exportadores de sistemas de armas después de EE. UU. y Rusia, lo que significa que los fabricantes han compensado parte de la menor demanda de Alemania. Sin embargo, el último gobierno de la canciller Angela Merkel intentó reducir las ventas al exterior. En el gabinete de Olaf Scholz, los Verdes están presionando por pautas de exportación más estrictas, incluso si no quieren detener por completo las ventas en el extranjero. Sin embargo, sin la guerra de Ucrania, las exportaciones caerían como se esperaba.
salida progresiva
En respuesta a estos ajustes, empresas como Rheinmetall trasladaron capacidades de producción al exterior o construyeron plantas completamente nuevas más allá de las fronteras alemanas, al menos hasta el 24 de febrero del año pasado. De esta forma querían evitar la práctica exportadora alemana, que amenazaba con intensificarse con la participación gubernamental de los Verdes. En este contexto, la empresa de Múnich Krauss-Maffei-Wegmann (KMW), fabricante del carro de combate Leopard 2, incluso se fusionó con su competidor francés Nexter para formar KNDS. Y el conglomerado industrial Thyssenkrupp puso a la venta su filial de astillero Thyssenkrupp Marine Systems (TKMS), especializada en la fabricación de submarinos, fragatas y corbetas.Esta salida gradual también tuvo un impacto en la situación del empleo en la industria armamentista alemana. Según el Instituto Alemán de Economía, el número de empleados cayó de 56 598 en 2015 a 55 535 en 2020. La disminución parece manejable, pero según Statista, el gasto mundial en defensa aumentó alrededor de un 10 % a 196 billones de dólares. Dado que estas cifras también incluyen los gastos de mantenimiento de las fuerzas armadas, reflejan bien la tendencia. Según los responsables de la industria de defensa, la caída del empleo en el mercado alemán habría continuado si Rusia no hubiera invadido a su vecino occidental.
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