En el día de ayer el comandante de la fuerza aérea revolucionaria iraní, Hossein Chitforoush le transmitió a la agencia de noticias Mehr un reclamo bastante inédito: Irán piensa utilizar todos los canales diplomáticos y judiciales necesarios para que Estados Unidos le entregue un caza F-14A Tomcat que fue pagado por el gobierno iraní, pero cuya entrega nunca se materializó debido al estallido de la revolución iraní.
En Enero de 1974 y tras la evaluación del F-15A Eagle y del F-14A Tomcat, los representantes de la fuerza aérea iraní finalmente se decantaron por el modelo de Grumman, cursando por entonces una orden inicial de 30 ejemplares, a la que en Junio de ése mismo año, le siguió una segunda orden por 50 unidades más. El monto de la operación alcanzó los 2.000 millones de dólares e incluía la provisión de 714 misiles aire-aire de largo alcance AIM-54 Phoenix.
Para Mayo de ése año las primeras tripulaciones iraníes se desplazaron a la base aeronaval de Miramar, en California para comenzar con el adistramiento en tanto los dos primeros F-14A Tomcat fueron entregados a Irán en Enero de 1976, ejemplares dotados con los mismos sistemas y equipos de los solicitados por la US Navy a excepción de cambios menores en el sistema IFF y de guerra electrónica. Para principios de 1979, cuando el Sha abandona Irán y se inicia la revolución iraní, Grumman había entregado 79 Tomcat’s junto con 284 misiles Phoenix, restando la entrega de un avión que había quedado en EEUU para diversas pruebas y 430 misiles Phoenix.
El ejemplar en cuestión y ahora reclamado por Irán, identificado como 160378 fue convertido en banco de pruebas y designado como NF-14, siendo utilizado por el NAWC (Naval Aircraft Weapons Center) hasta que con fecha 31 de Agosto de 2000 fue trasladado al AMARC (Davis Monthan AFB) donde actualmente se encuentra depositado y preservado con la identificación interna AN1K0119.
El reclamo iraní parece carente de todo sustento legal, por cuanto los plazos de reclamo se encuentran completamente vencidos y prescriptos a cuenta que el contrato se firmó en 1975, o sea hace 35 años. Pero también parece ignorar por completo que toda la comunidad internacional le está reclamando el cese de su programa nuclear y que también pesan fuertes restricciones -incluso de Rusia- para el suministro de armamento.
Habrá que esperar la respuesta norteamericana, aunque seguramente el silencio será la única respuesta que obtenga Irán.
En Enero de 1974 y tras la evaluación del F-15A Eagle y del F-14A Tomcat, los representantes de la fuerza aérea iraní finalmente se decantaron por el modelo de Grumman, cursando por entonces una orden inicial de 30 ejemplares, a la que en Junio de ése mismo año, le siguió una segunda orden por 50 unidades más. El monto de la operación alcanzó los 2.000 millones de dólares e incluía la provisión de 714 misiles aire-aire de largo alcance AIM-54 Phoenix.
Para Mayo de ése año las primeras tripulaciones iraníes se desplazaron a la base aeronaval de Miramar, en California para comenzar con el adistramiento en tanto los dos primeros F-14A Tomcat fueron entregados a Irán en Enero de 1976, ejemplares dotados con los mismos sistemas y equipos de los solicitados por la US Navy a excepción de cambios menores en el sistema IFF y de guerra electrónica. Para principios de 1979, cuando el Sha abandona Irán y se inicia la revolución iraní, Grumman había entregado 79 Tomcat’s junto con 284 misiles Phoenix, restando la entrega de un avión que había quedado en EEUU para diversas pruebas y 430 misiles Phoenix.
El ejemplar en cuestión y ahora reclamado por Irán, identificado como 160378 fue convertido en banco de pruebas y designado como NF-14, siendo utilizado por el NAWC (Naval Aircraft Weapons Center) hasta que con fecha 31 de Agosto de 2000 fue trasladado al AMARC (Davis Monthan AFB) donde actualmente se encuentra depositado y preservado con la identificación interna AN1K0119.
El reclamo iraní parece carente de todo sustento legal, por cuanto los plazos de reclamo se encuentran completamente vencidos y prescriptos a cuenta que el contrato se firmó en 1975, o sea hace 35 años. Pero también parece ignorar por completo que toda la comunidad internacional le está reclamando el cese de su programa nuclear y que también pesan fuertes restricciones -incluso de Rusia- para el suministro de armamento.
Habrá que esperar la respuesta norteamericana, aunque seguramente el silencio será la única respuesta que obtenga Irán.