Misiles y política reactivan la tensión entre Corea del Norte y Japón
El primer ministro japonés Shinzo Abe ha calificado este miércoles de "grave amenaza" para la seguridad de su país el lanzamiento de un misil norcoreano que, según Tokio, podría haber caído en sus aguas territoriales y que, en cualquier caso, es el proyectil que más se acerca a su territorio desde 1998, cuando Pyongyang protagonizó un hecho similar.
"Es un acto imperdonable de agresión", ha afirmado Abe.
El cohete del tipo Rodong ha sido lanzado a primera hora de la mañana y ha recorrido unos 1.000 kilómetros, estrellándose al noreste de Japón, a 250 kilómetros de la costa de la región de Akita. Las fuerzas norteamericanas instaladas en Corea del Sur han indicado que Pyongyang disparó dos misiles, pero uno explotó al poco de salir de su emplazamiento.
Algunos medios japoneses han relacionado esta última acción norcoreana con la renovación del gabinete del primer ministro japonés, Shinzo Abe, que ha incorporado a sus filas a la derechista Tomomi Inada como nueva ministra de Defensa.
La abogada de 57 años se ha significado por su talante ultraconservador y ha protagonizado varios escándalos por su reconocido revisionismo. El diario japonés Mainichi se refería a ella como "un halcón".
Inada es partidaria de rformar la constitución pacifista de la nación nipona y se ha convertido en una visitante asidua del polémico santuario de Yasukuni, que para países vecinos de Japón como China o las dos Coreas, simboliza el pasado militarista de esa nación al albergar los restos de numerosos criminales de guerra.
"Esto se entenderá como una preparación para revisar la constitución y adoptar una postura severa hacia China", declaró el experto Takashi Kawakami, de la Universidad Takushoku, a Reuters.
En octubre de 2015, Inada declaró de forma explícita que apoya una remodelación de la carta magna japonesa que permita al país expandir su capacidad militar. "Quiero que rompamos con el régimen de la postguerra y que Japón sea una nación soberana tanto en el nombre como en la realidad", señaló.
El periódico Asahi Shimbun opinó que Abe "aparentemente planea preparar a Inada como su posible" heredera política, ya que ambos comparten el mismo ideario nacionalista y el actual jefe del gobierno no puede aspirar a seguir liderando su partido al concluir su segundo mandato al frente del mismo en septiembre de 2018.
Curiosamente, en Seúl tampoco se ha acogido con alborozo el nombramiento de Inada, una política a la que, en su día, se le prohibió el acceso a Corea del Sur y que ha intentado mitigar la responsabilidad del ejército japonés en los terribles abusos que sufrieron las llamadas "mujeres de confort" -muchas de ellas surcoreanas-, que fueron obligadas a prostituirse durante la Segunda Guerra Mundial.
En Corea del Sur, sin embargo, el nuevo lanzamiento de un proyectil norcoreano se ha entendido más como la tónica habitual en estas fechas que preceden a las amplias maniobras que iniciarán a finales de agosto los ejércitos de Seúl y Washington.
El año pasado las jornadas previas a estos ejercicios bélicos donde participaron 30.000 soldados de EEUU y 50.000 locales asistieron a una enésima escalada de tensión que se agravó ante la explosión de una mina en la frontera que hirió a dos uniformados surcoreanos y que Seúl achacó a su rival norteño.
Pyongyang también ha acogido con notable enfado el anuncio que realizó Corea del Sur en julio sobre la próxima instalación en su territorio de un escudo antimisiles norteamericano, conocido por las siglas THAAD.
Según el recuento de Yonhap, desde que Kim Jong-Un llegó al poder en Corea del Norte, su país ha realizado 32 ensayo de misiles balísticos, incluidos seis Musudan, un proyectil con un alcance teórico de 3.000 ó 4.000 kilómetros que podría atacar cualquier territorio de Japón y hasta la base norteamericana de Guam en el Pacífico.
http://www.elmundo.es/internacional/2016/08/03/57a13dafca4741e4648b45aa.html