144º años de la Infantería de Marina: honor, abnegación y compromiso
El 19 de noviembre de 1879 se creó el Cuerpo de Artillería de Costa, origen de la actual Infantería de Marina de la Armada Argentina.
La Infantería de Marina es un Cuerpo de Elite, que se caracteriza por ser una fuerza ágil y potente, poseedora de una gran movilidad táctica que se proyecta desde el mar y desarrolla su actividad de combate específica en diferentes ambientes terrestres, con una real capacidad de adaptación a los diferentes escenarios posibles.
Como brazo y puño del Poder Naval, su prioridad está centrada en la formación de sus hombres y mujeres, enfatizando la organización, preparación técnica y táctica para el trabajo en equipo y el liderazgo en la ejecución de sus actividades, virtudes que aseguran su inmediata disposición donde se la requiera.
La Infantería de Marina es un cuerpo que está en condiciones de actuar con poco preaviso y en forma rápida, en una amplia diversidad de circunstancias, con una gran capacidad de adaptación a las diversas circunstancias que se presentan. La evolución técnica de sus medios y la sistematización de su adiestramiento, logra una mejor calidad profesional de su recurso humano.
Un poco de historia
El aniversario de la Infantería de Marina nos remite al año de su fundación de manera formal, ya que el 19 de noviembre de 1879, por Decreto del entonces Presidente de la Nación Nicolás Avellaneda, se le dio un marco legal a algo que venía formándose desde el nacimiento mismo de la Armada, desde los albores de la Patria misma. Se fundó así el Cuerpo de Artillería de Costa, denominación de la Infantería de Marina en su origen.
El 5 de julio de 1807, durante la segunda invasión inglesa, un batallón de la Infantería de Marina española compuesta por españoles y criollos, al mando del Brigadier de Marina y Jefe de Escuadra Santiago de Liniers, participó en la defensa de Buenos Aires, teniendo un comportamiento muy destacado. Allí nació el primer héroe de la Infantería de Marina, el Teniente de Navío Cándido de Lasala quien falleció combatiendo en la Plaza de los Toros del Retiro, hoy plaza San Martín.
Más adelante, ya en pleno proceso de Independencia, encontramos lo que se considera la primera operación anfibia que realizada por la Armada: el asalto y la toma de la Isla Martín García -es el primer antecedente histórico de una participación de fuerzas nacionales en un desembarco– cuando en 1814, la IM a las órdenes del Almirante Guillermo Brown tomó Martín García. Más adelante, en 1816 a bordo del buque corsario “La Argentina” bajo órdenes del capitán de navío Hipólito Bouchard, participó de numerosos abordajes.
A partir de la Independencia de 1816 fueron sucediéndose la creación de unidades. Por Decreto del 5 de febrero de 1816, suscripto por el Director Supremo, se creó una Compañía de Artillería de Marina. Se fundaba en las ventajas que reportaría a la Nación al servir, no solamente a su fin específico, sino también para la guarnición de los buques de guerra del Estado, arsenales, almacenes.
Cuando en septiembre de 1895 se ordenó la disolución del Batallón de Artillería de Marina, se determinó que el Estado Mayor de la Marina debía proponer la organización de un Cuerpo de Artillería, el cual tendría que responder a las necesidades de la época: operar la artillería, actuar como infantería, desprender destacamentos para cubrir necesidades de la Flota y otras tareas ordenadas por las autoridades navales. Finalizado el estudio, el 13 de marzo de 1896 se resolvió autorizar la creación de una Compañía de Artillería de Costas, la que constituyó el embrión del nuevo Batallón.
Por decreto del 6 de diciembre de 1934, se dio fisonomía propia al Cuerpo de Artillería, al considerarlo como uno de los Cuerpos Militares de la Armada. Determinó ese decreto que, hasta el año 1938 inclusive, el Cuerpo estaría integrado por personal superior de la Armada y del Ejército Argentino. A partir del 1° de enero de 1939, el Personal Superior provendría solamente de la Escuela Naval Militar. Estableció, asimismo, que a estos oficiales les corresponderían las mismas prescripciones legales que a los del Cuerpo General de la Armada. El personal de suboficiales mantuvo su régimen anterior pues pertenecían a la Armada.
El gobierno, con el objeto de afirmar su soberanía en la región sur de nuestro país, adoptó una política tendiente a establecer autoridades navales en diversos puertos patagónicos. Bajo este concepto, se dispuso el traslado de una Compañía de Artillería de Costas a Río Gallegos, conformando allí un Destacamento.
Marco legal de la Infantería de Marina
Por medio de la Ley N° 12.883 de 1946, se creó la Infantería de Marina como elemento anfibio, integrante de la Marina de Guerra, capacitada para actuar sobre la costa, conformada con unidades de las distintas armas, que fueran necesarias para el cumplimiento de su misión.
Con la promulgación de esta ley, el Cuerpo pasó a denominarse Infantería de Marina y los uniformes y grados pasaron a ser definitivamente los de la Armada.
Para su conducción, en la misma ley se creó el Comando General de Infantería de Marina siendo su primer Comandante el General Jorge Schilling, quien por alcance de esa norma se constituyó en el primer Infante de Marina en alcanzar la jerarquía de Contraalmirante.
Este cambio de situación impuso a la Infantería de Marina transitar una nueva etapa, que se tradujo en la adopción de medidas tendientes a reorganizar el Cuerpo, generar doctrina y procedimientos para un adiestramiento especializado, e incorporar nuevos medios, basados en las necesidades tecnológicas que se presentaban.
144 años después en palabras de su actual Comandante
“En esta rica historia, resulta imprescindible evocar la Gesta de Malvinas”, expresó el Comandante de la Infantería de Marina, Contraalmirante Fernando Daniel Terribile, en el marco de los festejos por este nuevo aniversario de la Infantería de Marina.
“Los Veteranos de Guerra son un sinónimo de la excelencia profesional y el valor en combate que dieron cuenta del testimonio de entrega y compromiso por los valores supremos y el significado de ‘Servir en defensa de los intereses nacionales’. Las condecoraciones por ‘Honor al Valor en Combate’ que hoy ostentan nuestras banderas de guerra son el resultado de la abnegación, el valor y el sacrificio”.
“En el transcurso de este año, dos hechos de relevancia han distinguido el accionar del Componente. Por Resolución N° 22 del Jefe de Estado Mayor General de la Armada, se modificó la denominación de la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar por la de Brigada Anfibia de Infantería de Marina “Teniente de Navío Cándido de Lasala”, una organización apta para operar en todos los ambientes operacionales de nuestro territorio, desde el mar, con una singular cultura ofensiva – agresiva, como parte de las Fuerzas Armadas de la Nación Argentina, que posee una filosofía de la guerra de maniobras que satisface las necesidades del espacio de batalla desde los desafíos que imponen las acciones en el multidominio”.
“El otro hecho significativo resultó la evaluación efectuada por la Organización de las Naciones Unidas en el marco del Sistema de Disponibilidad de Capacidades de Mantenimiento de la Paz. Esta evaluación, parte del proceso de generación de Fuerzas de la ONU, permitirá en un futuro cercano, planificar despliegues y participar en fuerzas de paz”.
“Como Componente, sigue siendo fundamental el adiestramiento como equipos de armas combinadas, clave para satisfacer las necesidades que se imponen. La flexibilidad, innovación y disposición nos permitirá adaptarnos a las exigencias actuales. Para ello, nuestra doctrina, el conocimiento y la educación profesional de nuestro personal en la era de la información, resultará fundamental. No solo el adiestramiento específico indicará el camino a transitar, sino que, además, buscaremos consolidar nuestro protagonismo en lo conjunto y combinado. Por supuesto que esto deberá estar acompañado con la renovación progresiva de los actuales medios, fundamentales para nuestro crecimiento como fuerza operativa”, destacó el Comandante de la Infantería de Marina.
“Es el ethos y filosofía de la Infantería de Marina, acentuado sobre un férreo código de valores, lo que nos da fuerza, influye en nuestras actitudes y regula nuestro comportamiento. Siguen siendo los valores, lo que distingue nuestra cultura guerrera y guía a nuestros procederes”.
“El espíritu y carácter, basado en los valores tradicionales de honor, abnegación y compromiso, distinguen lo que significa ser un Infante de Marina”, concluyó el Contraalmirante Terribile.
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