Traducción.
No soy traductor público nacional asi que no digan, está mal esa palabra o "tiro" se dice "bomba" o etcéteras...hice el esfuerzo por una historia que no vale mucho. Saludos
Hernán.
HISTORIA DEl HÉROE GURKHA CABO DE LANCEROS GYANENDRA RAI
EN LAS MALVINAS
1º BATALLÓN 7º REG. DE FUSILEROS GURKHAS DUQUE DE EDIMBURGO
LE NIEGAN LA ENTRADA A GRAN BRETAÑA.
La humillación a los valientes Gurkhas como el Cabo Rai se destaca llamativamente por el maltrato del Gobierno a todos "nuestros" honorables veteranos soldados Gurkhas. Usted puede seguir apoyando a nuestro Cabo Gurkha Rai pidiendo a sus amigos que visiten este sitio Web y afiliándose a nuestra campaña escribiendo a sus representantes y al Ministro de Inmigración, Liam Byrne.
Han dicho de Gyanendra Rai que no tiene "lazos cercanos" al Reino Unido, y que no es bienvenido en este país. Lo que sigue es un resumen de la carrera del Cabo Rai, según sus palabras, de lo acontecido en Hoya Chasco (Bluff Cove) (perdón a los veteranos argentinos pero no recuerdo el nombre en la toponimia argentina) tanto en junio de 1982 como en los años subsiguientes.
"Yo era un Cabo Lancero en el 1º Batallón del 7º Regimiento de fusileros Gurkhas, enviados a las Malvinas durante la guerra 1982 con Argentina…
…Llegué a San Carlos el 1º de junio de 1982…
… El 10 de junio, la noche antes de que yo fuera herido, recibimos fuego de artillería desde posiciones argentinas en Cerro Zapador, cerca de Puerto Argentino. La artillería disparaba desde aproximadamente 15,000 metros de nuestra posición. Por suerte, en aquella ocasión los tiros de artillería sobrevolaban nuestras cabezas y explotaban algunos metros más lejos. No hicieron daño a nadie durante este ataque. Sin embargo, esta fue la primera vez que sufría un bombardeo a gran escala en el campo de batalla. Mi compañía hizo una retirada táctica a tierra más segura, por si los observadores argentinos dirigían el fuego de artillería acercándose más a nuestras posiciones. Cavamos e hicimos trincheras. Debajo de la superficie pegajosa, había rocas grandes, y al seguir cavando llegamos a la capa freática. Por lo tanto tuvimos “pie de trinchera” producido por las trincheras llenas de agua congelada, la que cubrió nuestras botas embarradas. Sin embargo, las trincheras Gurkhas estaban tan bien que hasta 10 años más tarde, durante ejercicios militares en Malvinas, soldados británicos dijeron que aún se encontraban intactas.
Durante la mañana del 11 de junio de 1982, recuerdo otra vez el amargo frío. Asegurábamos nuestras trincheras alrededor de Hoya Chasco (Bluff Cove) cuando oí un zumbido, un ruido a silbido en el cielo. Inmediatamente reconocí que esto era otra vez el fuego de artillería argentina. Dos bombas explotaron cerca de nosotros, pero ninguno de mis hombres fue herido hasta llegar a las trincheras. Me pareció mucho a una escena de la primera Guerra Mundial, cuando nos refugiamos en nuestras trincheras inundadas y fangosas. Entonces oí el silbido familiar de otro tiro de artillería entrante. Esta vez, el tiro explotó aproximadamente a 5 o 6 metros de mí y de mis hombres. Todo lo que puedo recordar de la explosión inicial fue un golpe masivo que inmediatamente me ensordeció (quedé sordo durante aproximadamente 10 minutos). El aire fue retornando a mis pulmones y con fuerza respiré. Todo se volvió negro y no podía ver. Yo estaba totalmente desorientado, aturdido y mi cabeza daba vueltas.
Al principio no sentí ningún dolor, aunque recuerdo el olor a humo y a carne quemada. Pienso que quedé atontado por el impacto de la cobertura metálica del tiro de artillería. Comencé a mirar alrededor para ver si estaban heridos mis hombres, pero no podía moverme. Podía ver que la izquierda de mi uniforme camuflado estaba rasgada y tiñéndose por la sangre roja oscura. Uno de mis compañeros Gurkhas me gritó, pero yo no podía oírlo porque estaba temporalmente ensordecido. El soldado señalaba mi espalda. Noté que mi uniforme se rasgó, ardía sin llama y se chamuscó. Usé mi mano para apagar cualquier pedazo de tela que ardiera sin llama, pensando que me podía prender fuego. Precisamente entonces noté que la izquierda de mi espalda había sido arrancada por las esquirlas del tiro de artillería. Traté de avanzar lentamente, pero yo sólo no podía moverme. Quedé incapacitado y sofocado por mi sangre. Además tenía una laceración de metralla en mi hombro derecho, pero era mucho menos serio que el peligro de muerte que representaba la herida en mi región lumbar izquierda…
Resumo lo no traducido: Aquí cuenta que seguían los disparos de artillería, otros Gurkas heridos y su rescate.
…Pienso que tomó aproximadamente 15 a 20 minutos para que una ambulancia del ejército británico con una Cruz Roja grande a los costados llegase hasta nosotros. Más tarde averigüé que el ejército británico no podía pedir el apoyo de helicóptero, porque no había ningún helicóptero disponible en aquel preciso momento. Cuando la ambulancia del ejército llegó, yo estaba con un dolor muy fuerte y había perdido mucha sangre. Parecía como que me habían martillado a dos manos en mi espalda. Simplemente no puedo describir el dolor, era insoportable. Sin embargo, noté que ni mis hombres ni yo gritábamos en ese momento. Pienso que habíamos aceptado todo, lo que es típico de Gurkhas, que íbamos a morir honorablemente en el campo de batalla.
Recuerdo a un médico del ejército que se precipita hacia mí. Inmediatamente me dio morfina, y en unos minutos el dolor amainó. Cuando le dan morfina, ellos marcan una "M" en su frente así los cirujanos saben para no darle más cuando llega al hospital de campaña. Nunca conseguí agradecer a este hombre correctamente, pero lo debo mi vida. Los médicos me levantaron, semiconsciente, en una camilla precaria. Recuerdo que la camilla se llenó con mi sangre, tanto que se apresuraron a llevarme al hospital de campaña en Fitzroy donde los cirujanos comenzaron a salvar mi vida…
…Después de un tiempo, supe que durante mi cirugía en el hospital de campaña en Fitzroy, con el fin de cubrir el agujero en mi espalda causada por la artillería, recibí un injerto de músculo y piel de un soldado británico. Asumo que el soldado acababa de morir en el hospital de campaña esa misma mañana, y que este hombre me había regalado vida a cambio de su sacrificio en el campo de batalla. Todavía pienso y me pregunto quién era aquel soldado, y lamento que él perdiera su vida el mismo día que mi vida estuvo en juego. Es irónico que cuando la embajada británica en Katmandú rechazó mi aplicación para venir a vivir en el Reino Unido para recibir tratamiento médico, dijeron que yo "no tenía lazos fuertes con el Reino Unido". He pensado desde entonces que soy literalmente británico en parte, porque la piel de un soldado británico caído y su músculo me fueron injertados con el fin de salvar mi vida el 11 de junio de 1982.
Volví posteriormente al Reino Unido para cirugía más intensiva. Yo tenía 2 grandes operaciones adicionales en mis heridas. Yo vivía con un dolor constante entonces, y el dolor es considerable aún hoy…
Resumo lo no traducido: Aquí habla de los 13 años que sirvió en el ejército británico con conducta ejemplar y que le faltaban 2 años para tener una pensión del ejército, y que lo pasó muy mal volviendo a Nepal, sin pensión y viviendo en el culo del mundo.
Como no tenía ningún ingreso, después de mi baja del ejército británico y de la muerte de mi esposa, estaba tan pobre que fui a Iraq y trabajé ilegalmente y gané un poco de dinero para mandar a mis hijos en Nepal. Corrí un gran riesgo trabajando ilegalmente en Iraq. Llegué a Iraq el 12 de enero de 2004 y trabajé allí durante 22 meses hasta el 31 de octubre de 2005. Proporcioné seguridad privada al ejército británico en Basora, y también seguridad al Primer Ministro iraquí y al complejo gubernamental en Bagdad. Entonces volví a Nepal, porque extrañaba a mi familia. Ahora sobrevivo en Nepal, y soy humillado por tener necesidad de pedir préstamos de dinero a usureros locales...
No quiero ir a Gran Bretaña por caridad, todos los Gurkhas somos gente honorable. No quiero tomar nada de un país al cual amo y por el que he luchado. Presenté una aplicación para vivir en el Reino Unido para conseguir el tratamiento médico por mis heridas y ayudar a detener las pesadillas que todavía sufro por los horrores que vi en las Malvinas. Sería un gran honor para mí, vivir y trabajar entre la gente británica, pero tristemente la embajada británica en Katmandú no piensa que soy digno de tal honor. Es angustioso que la embajada británica ha olvidado que casi morí en la batalla, que luché junto a valientes hombres del ejército británico aquel día en 1982."
Resumo lo no traducido: Aquí habla de sus padres y bla bla bla… perdón pero me cansé, es la historia de un “nadie” que no le dan la visa de residente para vivir y tratarse en Gran Bretaña.
Lance Corporal Gyanendra Rai 1/7th GRG (Rtd)