Detalles del B-21 Raider, muestra pequeñas ventanas y tomas de aire profundas en el fuselaje
La presentación de los intrincados detalles del B-21 Raider de última generación de Estados Unidos, un bombardero furtivo de próxima generación, tuvo lugar el 12 de septiembre. La presentación se programó estratégicamente para corresponder con un discurso de apertura en las Fuerzas Aéreas y Espaciales. Conferencia de la asociación impartida por el Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea, Charles Q. Brown.
Un vistazo inicial del B-21 Raider se hizo público en diciembre, presentando una perspectiva frontal controlada del avión. Sin embargo, estos eran restringidos y carentes de la visión integral que se ofrece ahora. A pesar del largo viaje del B-21 antes de entrar en producción en serie, las imágenes reveladas reflejan un prototipo de fuselaje alojado de forma segura en la Planta 42 en Palmdale, California. Este establecimiento está bajo la dirección de Northrop Grumman, el aclamado productor del avión.
Un rasgo destacable en estas imágenes es su fecha de procedencia. De hecho, estas fotografías fueron capturadas el 31 de julio, pocos días después del encendido inicial del prototipo.
Ventanas sigilosas
Las revelaciones de estas imágenes antecedentes incluyen ventanas laterales pequeñas y con ángulos inusuales. Estas características arquitectónicas parecen haber sido diseñadas meticulosamente. Esto para disminuir la sección transversal del radar del avión. Pero se espera que impongan importantes restricciones a la visibilidad.
A pesar de las dimensiones notablemente compactas de la cabina, que recuerdan más al espacio reducido de un bombardero B-2, el diseño de este avión avanzado puede reflejar una compensación calculada.
Dado su alcance limitado, se espera que los pilotos soporten duraciones más cortas dentro de este entorno restringido, lo que potencialmente justifica su magnitud reducida.
Entradas de aire
Se observan avances significativos en el diseño del B-21, en particular la profunda integración de las entradas de aire del avión dentro del fuselaje. Las tomas de aire del motor y las áreas de la góndola se entrelazan perfectamente entre sí, lo que da como resultado un diseño bien combinado que minimiza significativamente la sección transversal del radar del bombardero.
La ausencia de una sección de cola significa que el bombardero depende completamente de computadoras fly-by-wire. Sorprendentemente, los sensores de datos aéreos son visibles en la parte superior e inferior del fuselaje, proporcionando datos críticos necesarios para mantener vuelos estables. Esto muestra un cambio intrigante en la tecnología de la aviación y su profundo impacto en el diseño de aeronaves.
B-21 carece de forma compleja en el borde de salida
Curiosamente, el avión B-21 carece de la compleja forma del borde de salida en forma de diente de sierra del B-2 y de la geometría variable "cola de castor" en el centro del borde de salida. Estos elementos se introdujeron posteriormente durante el proceso de diseño del B-2. La complejidad añadida tenía como objetivo mejorar el rendimiento a baja altitud, mitigando las amenazas planteadas por las tecnologías de defensa aérea soviéticas a gran altura. Sin embargo, su omisión en este novedoso B-21 indica una divergencia calculativa con respecto a esta costosa especificación.
Dada la dinámica cambiante de la guerra, la falta de rendimiento avanzado a baja altitud del B-21, una característica clave del B-2, parece algo cuestionable en términos de su utilidad.
El B-21 Raider, aunque más pequeño en comparación con el B-2 Spirit cuyo retiro está previsto para principios de la década de 2030, promete una mejora significativa en la tecnología sigilosa. Sin embargo, existe una gran incertidumbre sobre su preparación para el despliegue operativo, debido a los prolongados retrasos que han afectado al programa.
Vuelo debut del B-21
En un discurso reciente, como parte de una mesa redonda con los medios de comunicación durante la conferencia de las Fuerzas Aéreas y Espaciales el 11 de septiembre, el secretario de la Fuerza Aérea, Frank Kendall, compartió conjeturas optimistas sobre el vuelo debut del B-21 Raider. Mantuvo una postura cautelosa, reconociendo las posibles incertidumbres inherentes a los programas de adquisiciones y la posibilidad de que obstáculos imprevistos interrumpan los planes.
El vuelo inaugural del B-21 Raider, originalmente previsto para junio de 2021, enfrentó una serie de aplazamientos debido a problemas tecnológicos recurrentes. Tras estos reveses, las perspectivas del esperado primer vuelo parecen deslizarse hacia el horizonte de 2024.
En el ámbito de la fabricación de aviones de combate estadounidenses posteriores a la Guerra Fría, los retrasos están lejos de ser una novedad. De hecho, incluso el relativamente simple entrenador T-7 Red Hawk no estuvo exento de tales atracos. El caso del bombardero B-21 se alinea inequívocamente con esta tendencia establecida.
Una sombra
Sin embargo, estos retrasos sustanciales ensombrecen el oportuno despliegue del B-21. Particularmente cuando se yuxtapone con su competidor chino directo, el bombardero estratégico de alcance intercontinental H-20.
Curiosamente, el sector de defensa de China, dotado de considerables ventajas industriales, ha logrado constantemente poner en funcionamiento aviones considerablemente más rápido después de sus vuelos inaugurales en las últimas dos décadas.
Corroborando esto, el primer caza de quinta generación de China, el J-20, fue testigo de su entrada en servicio en apenas seis años después de su primer vuelo de demostración en 2011. Un marcado contraste con sus homólogos estadounidenses, el F-22 y el F- 35, que consumieron más de 15 años en procesos similares.
(
https://bulgarianmilitary.com/2023/...ndows-and-air-intakes-deeply-in-the-airframe/)