Karzai: “En Afganistán luchamos contra los terroristas, no contra la oposición”
Entrevista con Hamid Karzai
El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, concedió una entrevista a los periodistas de la Agencia de Información Rusa RIA Novosti y de las cadenas Russia Today y Rusia-24.
La conversación se centró en las causas de la complicada situación que vive en la actualidad el país y en sus perspectivas de evolución después de la retirada del contingente internacional.
- Señor presidente, gracias por haber encontrado tiempo para esta entrevista. ¿Qué opina acerca del futuro de Afganistán después de la retirada de las fuerzas internacionales?
- Su retirada no afectará al estado general de la seguridad en el país, siempre y cuando sigan prestando ayuda financiera a la economía afgana, continúe la formación y abastecimiento de las fuerzas de la seguridad nacional y se mantenga la cooperación entre Afganistán y la comunidad europea.
- ¿De verdad considera a los talibanes, al Partido Islámico de Afganistán y al grupo Haqqani como terroristas? Hace 25 años estas mismas fuerzas lucharon contra la llamada ‘ocupación soviética’ y se les solía llamar ‘muyahidines’, es decir, ‘soldados de la guerra santa’. Hoy se enfrentan a la intervención de Estados Unidos y de la OTAN y se pasó a referirse a ellos como terroristas. ¿Acaso existe alguna diferencia?
- Antes que nada, dentro del país no nos referimos a todas estas fuerzas como a terroristas, es más bien un criterio occidental. Lo que hacemos es diferenciarles. Es verdad que el Partido Islámico, el Haqqani, y algunos talibanes estaban entre los muyahidines. De hecho, todos nosotros estábamos luchando contra la Unión Soviética. La yihad acabó con la retirada de las tropas soviéticas y volvimos a nuestra tierra. Lo que debíamos hacer era promover la reconstrucción postbélica, para recuperar la estabilidad y fomentar el desarrollo del país.
Desgraciadamente, esto no ocurrió, debido a nuestros propios errores y a una incesante intervención en nuestros asuntos internos. Los países occidentales se comportaban como si Afganistán ni existiera: al crear los muyahidines su propio Gobierno, los Estados occidentales retiraron a sus diplomáticos y cerraron las embajadas. Toda la ayuda internacional al país se suspendió. Mientras tanto se permitió que los vecinos de Afganistán se siguieran metiendo en nuestros asuntos. Las consecuencias fueron desastrosas y se plasmaron en monstruosos atentados, perpetrados en Nueva York y también en Rusia. Hicieron que la comunidad internacional de repente se diera cuenta de todo el peligro de la situación y se precipitara a introducir en Afganistán sus tropas.
En menos de un mes y medio, Al Qaeda y los talibanes fueron forzados a abandonar el país. Nunca nos hemos referido a los miembros del Partido Islámico de Afganistán como a terroristas, porque no lo son. Como tampoco lo son los talibanes de procedencia afgana, de ahí que los llamo “hermanos”.
En cuanto al grupo Haqqani, algunos de sus miembros están involucrados en actividades terroristas, pero el resto no. De modo que es un asunto muy delicado.
Actualmente, estamos manteniendo negociaciones con el Partido Islámico de Afganistán. Incluso llegamos a mostrarles a sus representantes el borrador de nuestro Acuerdo con Estados Unidos. Quedaron sorprendidos por todo lo que ganaba el país con la firma de este documento.
Aquellos talibanes que militan en Al Qaeda y otras estructuras fundamentalistas, aquellos que colaboran con los servicios de espionaje extranjeros actuando en contra de su propio pueblo, son indudablemente terroristas. Sin embargo, la mayoría de los talibanes son personas que habían sido forzadas a abandonar sus lugares de origen, lejos de ser terroristas, son víctimas. Han de recibir la posibilidad de regresar a sus casas. De modo que mi respuesta es la siguiente, quienes se dedican al terrorismo, son terroristas, de lo contrario no se les puede llamar así.
- Usted hizo mención de los errores del pasado. Hablemos de futuro. Desde hace tiempo se está hablando de que la retirada del contingente internacional de Afganistán se habrá producido para 2014, pero hay rumores de que la presencia internacional podría prolongarse hasta 2024. Prefiero limitarme al término “presencia internacional”. Me gustaría saber qué entiende usted bajo está expresión. Sé a ciencia cierta que el pueblo estadounidense ya no está dispuesto a seguir participando en el conflicto en su país. La situación en Afganistán es vista como “sin perspectivas” y eso después de once años de presencia internacional. ¿Cree sensato contar con el apoyo de la comunidad internacional después de haber conseguido estos resultados más que modestos?
- En cuanto a la seguridad, puede que tenga razón. No obstante, en cuanto al desarrollo del país, los avances son importantísimos, se dejan notar en la educación, la sanidad, la construcción de carreteras, el desarrollo económico, la posición y la cotización de la moneda nacional y las relaciones entre Afganistán y el resto del mundo.
Y el problema de la seguridad no es solo nuestro, esta es la razón de la presencia internacional en el país. De ser un problema exclusivamente interno, Estados Unidos nunca habría mandado a Afganistán a sus soldados. Es un problema que abarca también a Pakistán, a los países vecinos, a Rusia, a China, a la India y a Irán, entre otros, y repercute en las relaciones de Afganistán con los países occidentales. Si estamos hablando de la seguridad de los afganos corrientes, es un problema interno, pero si la consideramos como parte de la lucha internacional contra el terrorismo, traspasa los límites de un asunto afgano, convirtiéndose en un tema de la seguridad colectiva. Y en este respecto la comunidad internacional no ha cumplido sus promesas.
- ¿Quiere decir que lo que se hizo a lo largo de 11 años es insuficiente? ¿Que todos los recursos invertidos y el enorme número de víctimas humanas fueron insuficientes?
- Precisamente eso creo.
- Tendrá que explicárselo al pueblo estadounidense.
- Estoy intentando hacerlo. A nuestro juicio, los objetivos planteados no fueron conseguidos por ser equivocados. Llevamos mucho tiempo insistiendo en que la lucha contra el terrorismo no ha de desarrollarse en los pueblos afganos, porque la amenaza no parte de allí.
- ¿De qué manera se mantendrá la presencia extranjera en el país hasta 2014?
- Es una pregunta muy importante que requiere algunas explicaciones. La guerra contra el terrorismo únicamente traerá frutos si liquidamos los asilos de los terroristas, sus centros de entrenamiento y sus espacios propagandísticos y escogemos otros métodos para la solución de los problemas fundamentales.
La presencia internacional, en concreto la estadounidense, hasta 2024 se regirá por el Acuerdo de Seguridad que tenemos previsto firmar en el plazo de un año. Todo dependerá, en primer lugar, de las potestades y las responsabilidades de las partes que acordemos con EEUU y de los resultados de la “guerra contra el terrorismo”. En cualquier caso, la presencia militar estadounidense será mucho menos extensa que en estos momentos.
- Usa a menudo la expresión ‘guerra contra el terrorismo’. ¿Le parece acertada?
- En Afganistán se usa bastante. Estados Unidos sustituyeron la “guerra contra el terrorismo” por los “oposición” y no nos parece en absoluto correcto. Si son tan solo oposición, la comunidad internacional no tiene motivos para inmiscuirse arma en mano en un conflicto interno, favoreciendo a una de las partes, dado que se trata de un problema interno. Es por ello porque nunca nos referimos a esta gente como “oposición”, es una “guerra contra el terrorismo”.
- ¿Qué es lo que opina de las perspectivas de la confrontación interétnica en Afganistán y del peligro de desintegración del país?
- Afganistán es un país muy unido, donde la gente después de 30 años de guerras, conflictos internos e intervención extranjera adora a su patria y busca demostrar su patriotismo. No creo que exista amenaza de desintegración del país. Es verdad que nuestra sociedad es multiétnica y heterogénea y en esto consiste la belleza y la fuerza de Afganistán.
- Pero existe el problema de la confrontación del Norte y del Sur del país.
- No lo creo.
- El mundo entero es de otra opinión…
- El de los conflictos entre diferentes grupos éticos es un asunto aparte. Es el resultado de la influencia de la Unión Soviética en nuestra vida, consecuencia de la lucha contra la presencia militar de la URSS, de la intervención de los países vecinos y de la escasa capacidad de los muyahidines de traer la paz al país. Pero el pueblo afgano nunca se le ha visto enzarzado en un conflicto y las personas enfrentadas en diferentes momentos de la historia nacional trabajan ahora de manera conjunta en el Parlamento de Afganistán.
- Pero el Ejército y la policía afganos se formaron en base a la Alianza del Norte. Sé con exactitud que en el Ejército hay sólo un 10% de pastunes.
- No es verdad.
- Entre los muyahidines y los talibanes el porcentaje de los pastunes era de entre un 80% y un 90%. ¿Por qué no quieren incorporarse al Ejército Nacional?
- No sé de dónde ha sacado estas cifras. No es verdad. En algunos minutos se unirá a nosotros el ministro de Defensa, se lo puede consultar. En el Ejército afgano están representados de una manera bastante equilibrada todos los grupos étnicos residentes en el país. Los pastunes en realidad representan un 42% ó 43% de los efectivos del Ejército Nacional de Afganistán, de la policía y de otros órganos de mantenimiento del orden público. Dijo, además, que los muyahidines eran en su mayoría pastunes, tampoco es cierto, eran gente de las más variadas etnias.
- Usted está hablando de la unidad de su país. No seré experto en la política interior de Afganistán, pero me parece que el pueblo afgano, que está integrado por tantos grupos étnicos, debería haberse unido en contra de la ocupación estadounidense, cuyos soldados profanan el Corán y cometen barbaridades con los cadáveres de sus enemigos. Soy de Estados Unidos, pero se me escapa el porqué de esta conducta. ¿Qué les habrá pasado a estos militares?
- No tengo ni idea de lo que les pudo haber pasado. Posiblemente, es una pregunta que habrían de hacerse los propios estadounidenses, pero este comportamiento es inaceptable.
- Dicha conducta se está repitiendo a lo largo de varios años, casi todos los meses aparece alguna noticia espeluznante. Y eso que EEUU es el principal aliado de Afganistán en el mundo.
- Me gustaría ver en Estados Unidos a un aliado así. Entre EEUU y Afganistán hubo muchas fricciones en diferentes temas, nuestras relaciones se vieron empañadas por un gran número de víctimas entre los civiles, el apoyo a las agencias de seguridad privadas, actos de vandalismo que acaba de mencionar y otras acciones calificadas por los afganos como insultantes. Sin embargo, abordamos estos focos de tensión y espero que haya una mejora en las relaciones bilaterales, dado que acabamos de firmar el acuerdo sobre la cooperación estratégica. Ello no quiere decir que consintamos infracciones por parte de los estadounidenses, seguiremos emitiendo críticas, pero agradeceremos a Estados Unidos por la ayuda que nos prestan.
- Sí, pero existe una diferencia entre los militares estadounidenses y el personal de las agencias de seguridad privadas. ¿Cuál será el papel de los mercenarios que garantizarán su seguridad en los próximos diez o doce años?
- Será nulo y esta es la postura del Gobierno afgano. Nada de agencias privadas. Ahora tenemos firmado un acuerdo con Estados Unidos. Llevo varios años en ello y lo pondré en práctica, digan lo que digan los medios de comunicación estadounidenses.
- ¿Y qué pasará con los vehículos aéreos no pilotados en los próximos doce años?
- No es asunto de nuestra jurisdicción.
- ¿Ni siquiera lo es, si perece gente en las zonas fronterizas?
- Es un problema de Estados Unidos y de Pakistán, que acostumbra usar los vehículos aéreos no pilotados. Yo personalmente soy pacifista y no apruebo el uso de equipo militar. Según el acuerdo firmado, el territorio afgano no será utilizado para estos objetivos. Durante muchos años este tipo de vehículos se lanzaba desde Pakistán y ahora, no lo sé. Pero no tenemos nada que ver con eso.
- Usted propuso prescindir de los servicios de las agencias de seguridad privadas. En este caso la protección de los extranjeros y los diplomáticos, residentes en el territorio del país, junto con la defensa de las entidades públicas y la infraestructura estratégica, correrá a cargo de la policía afgana. ¿Cómo piensa hacerlo teniendo en cuenta la corrupción en esta entidad?
- Acabamos de formar el cuerpo policial y podríamos hacer constar que en la etapa actual los resultados son satisfactorios. Fíjese en cómo se sacrifica esta gente, cómo muere al defender las Embajadas, las casas, las calles y las fronteras. Nunca aceptaremos la presencia de agencias privadas, porque no pueden encargarse de la seguridad estatal. Instituimos dentro de la estructura del Ministerio del Interior una unidad de seguridad que se dedicará a proteger las misiones diplomáticas, asistir a los ciudadanos extranjeros en diferentes actividades, por ejemplo las diplomáticas, comerciales, etc. Todo se hará con fuerzas de la policía afgana.
- El personal de las agencias de seguridad privadas lo único que sabe hacer es disparar armas. ¿Qué será de ellos cuando pierdan su trabajo?
- Tendrán que marcharse, este capítulo de nuestra historia ha terminado. Aquellas agencias que siguen funcionando en nuestro territorio se encargan de garantizar la seguridad de las misiones diplomáticas, objetos de importancia estratégica y los convoys de la OTAN. Sin embargo, de manera oficial las actividades de estas agencias están prohibidas y están cediendo sus funciones a la policía nacional de Afganistán. El personal que quiera podrá incorporarse a la policía, esto es lo que estipula el acuerdo firmado con EEUU. Es un asunto muy importante para nosotros.
- Pasé en Afganistán cerca de 14 años y sé con seguridad que los pobres simpatizan más con los rusos que con los estadounidenses. Comparando la década de la presencia soviética en el país con la década de la presencia de EEUU y la OTAN, ¿qué período supuso más ventajas para Afganistán y por qué?
- Le diré lo que opino. Antes de invadirnos, la Unión Soviética era uno de los principales aliados de Afganistán, facilitándole los mejores proyectos de desarrollo, formando a nuestros profesionales y prestando ayuda a gran escala. Sin embargo, la invasión hizo que el pueblo afgano se rebelara. Cerca de ocho millones de refugiados acabaron en Irán y Pakistán. Para los afganos la lucha contra las tropas soviéticas era completamente legal, cada uno hacía su aportación en la medida de lo posible.
La llegada de los estadounidenses permitió que volvieran al país todos los refugiados, todos los líderes de la yihad y los representantes de comunidades afganas dispersas por el mundo. El desarrollo económico de Afganistán en este período fue notable. Al mismo tiempo, la presencia de las fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN había sido autorizada por la comunidad internacional. De modo que es un asunto completamente distinto.
La presencia estadounidense reforzó nuestro potencial económico, educativo y social, mientras que la soviética reforzó el aspecto militar. Para el momento de la retirada de las tropas soviéticas Afganistán contaba con 450 vehículos aéreos de diferentes tipos, miles de tanques y vehículos blindados. La URSS de esta manera resultó ser un aliado muy útil.
- ¿Cómo ve las relaciones entre Afganistán y Pakistán?
- Me gustaría que fueran inmejorables, es un factor de suma importancia. Afganistán habrá de convivir con sus vecinos durante largos años y buscamos mejorar nuestras relaciones con los Estados adyacentes. Por ejemplo, con Irán y Pakistán nos esforzamos por mantener un diálogo activo, a pesar de todas las discrepancias y conflictos. He realizado más visitas a Pakistán que cualquier líder afgano de los últimos 60 años.
- Al mismo tiempo, existen ciertos problemas en las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, dado que en cada país están sus propios talibanes. Además, los militares y las autoridades civiles de Pakistán discrepan en los objetivos planteados. Y Afganistán inesperadamente acabó en el foco de estas turbulencias.
- Estos problemas no pueden menos de afectar a Afganistán. Sin embargo, y a pesar de nuestra dependencia de Estados Unidos y de la OTAN, hemos conseguido vertebrar nuestra propia política exterior y mantener unas relaciones imparciales con nuestros vecinos.
- Actualmente en Afganistán solo está presente el capital extranjero, la población sufre de la pobreza y no vislumbra perspectiva alguna. ¿Cuáles serán sus medidas al respecto?
- En 2002 la renta per cápita en Afganistán equivalía a unos míseros 180 dólares. En estos momentos, gracias a la ayuda extranjera y al crecimiento económico del país, este índice es ya de unos 700 dólares. Sin lugar a dudas, la retirada del contingente internacional en 2014 afectará hasta cierto grado el estado de la economía nacional. Pero en general esta influencia será positiva, porque hemos de vivir acorde con nuestros recursos, no podemos esperar durante toda nuestra vida ayuda desde fuera. En la Conferencia de Bonn se asumió el compromiso de apoyar a Afganistán tras la reducción del presupuesto y fomentar la reconstrucción de nuestro país. En breve se celebrará en Chicago la Cumbre de la OTAN, en la cual los miembros de la Alianza aprobarán la asignación a las fuerzas de seguridad de Afganistán de unos 4.100 millones de dólares para un período de 10 años desde 2014.
Contamos también con que la economía nacional se siga recuperando. Este año los ingresos estatales superaron los 2.000 millones de dólares. Están aumentando los beneficios por la extracción de los recursos naturales y para 2024 los ingresos de Afganistán deberían ascender a unos 5.000 millones de dólares.
De modo que, cuando llegue la paz, habrá vínculos muy estrechos entre Rusia, Pakistán, Afganistán, Irán y la India, siendo nuestro país el centro donde se crucen los intereses comunes. Espero que así sea.
http://www.sp.rian.ru/opinion_analysis/20120514/153729984.html