Un viento pampero helado atraviesa la avenida Progreso, una senda polvorienta que corre a la par de las vías del tren y entra al incipiente puerto militar, que empieza a manifestar su monumentalidad en un rincón del sur de la provincia de Buenos Aires. Es julio de 1898 y el viento es igual de frío que ahora, aunque con menos árboles y apenas unas casitas para amortiguarlo.
Esas casitas son de los obreros portuarios que se acomodaron en lo que después será Punta Alta. Hay otros 2 asentamientos: uno en Arroyo Pareja, donde además hay galpones de acopio de materiales para levantar escolleras y malecones; y otro a la altura de Ciudad Atlántida, con alguna que otra proveeduría o quizás la primera de todo este paisaje medanoso.
Cerca de 2.800 trabajadores se instalan en las inmediaciones del naciente Puerto Belgrano, que se apoyó sobre el primer pilote para el cofferdam clavado el 2 de julio de 1898 sobre esta llanura fangosa.
Es tal la trascendencia de aquel hecho, que se tomará como fecha de la fundación de la ciudad de Punta Alta, que crece a la par de las obras del puerto y que con el pasar de las décadas se convertirá en la cabecera del flamante partido Coronel de Marina Leonardo Rosales.
Puerto militar
A fines del siglo XIX, la Marina de Guerra nacional mostró un gran desarrollo, y la voluntad de aumentar la Escuadra involucró la necesidad de contar con un puerto militar capaz de albergar y mantener esas grandes aspiraciones navales.
Los trabajos fueron asignados al ingeniero civil Luis Luiggi, italiano de 39 años, quien contaba con experiencia en obras portuarias y en la publicación de trabajos sobre defensa y construcciones navales.
Luiggi recorrió toda la costa bonaerense y algunos puntos de Chubut y Santa Cruz para estudiar la mejor ubicación del puerto militar. Así, en junio de 1896 se decidió por el estuario de la bahía Blanca por su valor estratégico, económico y sus condiciones topográficas. El estudio preliminar se hizo proyecto y luego ley.
Cuando Luiggi comenzaba a domesticar estas dunas y plantar los primeros hitos del puerto, ya había un numeroso grupo de obreros asentados en los alrededores de la futura base. A la par de las obras navales se extendieron las líneas ferroviarias que llegaban hasta Bahía Blanca para el traslado de materiales.
Tanta actividad atrajo la atención de comerciantes que comenzaron a llegar y a construir casas de ladrillo, cantinas, almacenes y comercios de otros rubros por la avenida Progreso y, perpendicularmente, por Transvaal. Ambas calles hoy denominadas Colón e Irigoyen respectivamente, son los dos ejes que constituyeron la urbanidad puntaltense.
La ciudad siguió creciendo con la llegada de militares de todas las provincias argentinas y de obreros de pueblos vecinos que ingresaban a los talleres de Puerto Belgrano, que se fueron radicando aquí.
¿Por qué Punta Alta?
Se puede decir que el nombre de la ciudad se debe a un accidente. El nombre de Punta Alta es anterior a la idea de instalar en esta zona un puerto militar. También es anterior a las expediciones del naturalista inglés Carlos Darwin, que recorrió esta zona y de donde se llevó los primeros restos fósiles hallados en su viaje alrededor del mundo. Darwin siempre la nombró en castellano, como figuraba en las imprecisas cartas náuticas de principios del siglo XIX. Es probable que el nombre se lo hayan dado los loberos y comerciantes que navegaban de Carmen de Patagones a Buenos Aires, según explican desde el Archivo Histórico Municipal.
En aquella época, desde los barcos divisaban una saliente de tierra que se adentraba al mar (punta), que presentaba una barranca de unos pocos metros de alto y que corría perpendicular a la costa, coronada por un médano de unos 22 metros de altura. De ahí punta Alta, como el resto de los accidentes geográficos de la zona: punta Ancla, punta Cigüeña o punta Sin Nombre. Y a los navegantes les parecía un refugio ideal frente a las tormentas, por eso la asentaron en sus cartas.
La fecha del 2 de julio de 1898 se estableció en una asamblea barrial 30 años después. Habían otras alternativas: el 2 de diciembre de 1896, cuando el Congreso aprobó la ley de construcción del puerto; el 5 de mayo de 1898, cuando se nombró al ingeniero Luiggi como director de las obras; y el 26 de septiembre de 1898, cuando se inauguró el tren desde Grünbein (partido de Bahía Blanca) hasta la estación Punta Alta. Pero ya conocemos el resultado.
Fue el concejal José Varela quien se encargó de oficializar la fecha fundacional presentando un proyecto de ordenanza, que fue aprobada sin modificaciones en el Concejo Deliberante bahiense. La fecha fue ratificada en 1955, después de lograrse la autonomía comunal.
La ciudad de Punta Alta creció a la par de Puerto Belgrano, pero también en consonancia con la idiosincrasia y las necesidades de los primeros pobladores y de quienes les siguieron, fundándose instituciones mutualistas como la Asociación Española y Sociedad Italiana o la Asociación Bomberos Voluntarios, clubes deportivos, además de emprendimientos industriales y comerciales, sociedades de fomento y centros de residentes de todas las provincias argentinas.
Muy feliz aniversario Punta Alta, que hoy cumple 123 años.
Créditos: Gaceta Marinera Digital