Qué dicen ocho decretos secretos dictados en democracia que Cristina Kirchner mantuvo bajo reserva
Infobae revela por primera vez su contenido. Son normas que la ex presidenta no desclasificó cuando dispuso la publicación de este tipo de documentos a partir de 2012
Por
Mariel Fitz Patrick
19 de abril de 2019
Por
Sandra Crucianelli
Son decretos secretos dictados por presidentes democráticos que se mantienen ocultos. Se refieren al
programa del misil Cóndor II promovido por Raúl Alfonsín que finalmente quedó trunco; a la "
lucha contra la subversión"
ordenada por Juan Domingo Perón y su viuda Isabel a mediado de los 70's; y a
la venta de armas a Croacia y Ecuador dispuesta por Carlos Menem cuando el país no podía hacerlo. Ninguno de los 8 fue incluido en la desclasificación de decretos secretos que realizó Cristina Kirchner entre 2013 y 2015, y que abarcó el período que va desde 1957 hasta fines de 1983.
Dos de esos decretos reservados fueron liberados por Mauricio Macri recién en 2017. Pero los otros seis que se revelan en esta nota
siguen estando bajo el rótulo de "secretos" aún hoy en día. Fueron hallados por la
Unidad de Datos de Infobae en una búsqueda profunda que incluyó el cruce de distintos parámetros. Uno fue firmado por Perón durante su tercer mandato, dos por Isabelita, otros dos por Alfonsín y tres por Menem.
Proyecto Cóndor II
El 9 de abril de 1985, Alfonsín dictó el
decreto secreto Nº 604 por el que aprobó los
Programas Cóndor I y Cóndor II como parte del Plan de Satelización de la Fuerza Aérea Argentina. Este decreto convalidaba una serie de contratos firmados el 14 de diciembre del año anterior entre la Fuerza Aérea y la empresa estatal Tecnología Aeroespacial S.A. (TEA) por un lado, y un consorcio de empresas extranjeras – IFAT Corp. Ltd (con sede en Suiza) y CONSEN SAM (con sede en Mónaco)- por el otro, bajo la coordinación del Ministerio de Defensa de Egipto.
Modelo de la cabeza de guerra del misil Cóndor II en una planta en Mendoza (Gentileza Pablo De León)
Los contratos preveían la exportación a Egipto de entre 12 y 30 motores de combustibles sólidos para propulsión de vectores y/o misiles, entre 1985 y 1988,
sin control de la Aduana o de otro organismo civil. Se llegó a concretar el envío de 12 de ellos a través de aviones Hércules de la Fuerza Aérea.
A partir de 1987, el acuerdo firmado por 35 países -entre los que estaban las principales potencias- para impedir la exportación de tecnología misilística con posible uso nuclear a los países en vías de desarrollo, llamado
Régimen de Control de Tecnología de Misiles (MTCR), aumentó
la presión de Estados Unidos sobre el gobierno de Alfonsín para frenar ese proyecto.
Prueba estática de un motor del Cóndor I en la planta de Falda del Carmen en Córdoba (Gentileza Pablo De León)
Sin embargo,
el mandatario radical decidió continuarlo y dictó un segundo decreto secreto –
el Nº 1325 del 13 de agosto de 1987– , por el cual aprobó un acuerdo entre la Fuerza Aérea y las empresas CONSELTEC SA y DESINTEC SA, para
la creación de la sociedad Integradora Aeroespacial S.A. (INTESA), destinar a ejecutar el cumplimiento de los programas Cóndor I y II.
El texto de estos dos decretos secretos y los detalles de este desarrollo tecnológico argentino fueron incluidos en
la tesis realizada por el investigador aeroespacial argentino Pablo Gabriel de León, a la que accedió la
Unidad de Datos de Infobae en un repositorio de la Universidad de San Andrés.
Esa investigación fue luego ampliada por De León en su libro "El Proyecto del Misil Cóndor", publicado en 2017 por la editorial Lenguaje Claro. De León reside actualmente en los Estados Unidos, donde dirige un laboratorio de trajes espaciales en el Departamento de Estudios Espaciales de la Universidad de Dakota del Norte, y trabaja para la NASA desde hace 25 años.
Hasta ese momento, el contenido de ambos decretos era desconocido. Este experto en temas aeroespaciales
pudo acceder a ellos a partir de un pedido de desclasificación de documentos sobre el proyecto Cóndor al Departamento de Estado de Estados Unidos y a la Agencia Central de Inteligencia (CIA),
vía el Acta de Acceso de la Información de ese país (llamada Freedom of Information Act, FOIA, en inglés).
La
CIA accedió finalmente a desclasificar parcialmente esos documentos, que incluían
estos dos decretos que los argentinos no conocían, y que aún hoy se mantiene secretos.
Si bien los archivos que obtuvo De León tenían múltiples tachaduras de nombres y detalles que la inteligencia norteamericana buscó preservar, los textos de estos dos decretos secretos dictados por Alfonsín estaban transcriptos completos.
De León sostiene que si bien en una entrevista que le hizo al ex ministro de defensa de Alfonsín Horacio Jaunarena para su tesis, éste "aseguraba que el programa era un proyecto pacífico", para este investigador no había no había dudas que "
los fines del Cóndor Il, eran claramente bélicos".
"
Es probable que la Fuerza Aérea – que fue la única que protegió a Alfonsín en la época de los levantamientos carapintadas
-, se lo haya 'vendido' así, y que el ex mandatario radical haya hecho la vista gorda para garantizarse la lealtad de esa fuerza", sostiene en diálogo con
Infobae.
Consultado por este medio,
Raúl Alconada Sempé, ex vicecanciller del gobierno radical, asegura por su parte que el proyecto Cóndor II no fue concebido con objetivos bélicos. "Argentina desarrolló un combustible sólido, que es lo más complejo, capaz de propulsar vectores a gran distancia que podían llevar un satélite, un misil o armas nucleares".
También asegura que en distintas reuniones con el entonces secretario de Estado de Ronald Reagan, George Shultz, desde el gobierno de Alfonsín -incluido el propio presidente- "
cuando en distintas reuniones sacaba el tema del Cóndor II, siempre le aseguraron a Shultz que Argentina no tenía ninguna de las armas que podían preocupar a su país, o al Reino Unido por la distancia que podría alcanzar un cohete con la tecnología del Cóndor II desde el continente hasta Malvinas".
Según recuerda este ex vicecanciller radical, durante su campaña Menem hizo un acuerdo con los ex carapintadas Aldo Rico y Mohamed Alí Seineldín para crear una cuarta fuerza armada con gran capacidad de movilidad, al estilo de los
marines norteamericanos a cambio del apoyo a su candidatura. Tras su triunfo como presidente, en la Asamblea de la ONU de septiembre de 1989, "
el gobierno de Estados Unidos le hizo saber a Menem que no iba a aceptar que siga financiando el proyecto de una cuarta fuerza armada, y le exigió que desmantele el programa del Cóndor II".
El proyecto fue finalmente desactivado por el ex mandatario riojano mediante el
decreto 995 del 28 de mayo de 1991,a partir del establecimiento de las "relaciones carnales" con Estados Unidos.
-¿
Por qué Cristina Kirchner pudo haber decidido mantener secretos esos dos decretos de Alfonsín?, le preguntó
Infobae a De León.
–
Una posible respuesta es por la responsabilidad de Argentina de tener que pagar por los contratos incumplidos por el país cuando el programa Cóndor I y II fue desactivado por Menem.
De León también menciona en su libro
la posibilidad de que los atentados a la embajada de Israel y la AMIA hayan podido ser una represalia de los clientes finales de la tecnología del misil Cóndor desarrollada por Argentina, luego de que Menem incumpliera los compromisos asumidos.
Esos clientes serían
Irak, a través del contrato de la Fuerza Aérea argentina con Egipto,
Siria -que tenía un acuerdo para el desarrollo de armas nucleares con Irak- y
Libia. Este último país habría financiado la campaña de Menem a la presidencia a cambio de la posterior transferencia de tecnología para un posible uso nuclear.
La preocupación de los Estados Unidos por los posibles destinatarios finales de la tecnología del Cóndor II fue
admitida por el ex canciller de Menem, Domingo Cavallo, en una reunión en la casa de Alfonsín en la que participó Alconada Sempé, cuando el ex ministro ya se había ido del gobierno de Menem. Según recordó ante Infobae el ex vicecanciller radical, en ese encuentro Cavallo comentó que Menem habría recibido fondos para su campaña de Libia, e incluso de Siria, a cambio de transferencia de tecnología del Cóndor II.
La hipótesis de una posible represalia de países árabes
se manejó en la Unidad Especial de Investigación del Atentado a la AMIA. Así se lo confirmó a
Infobae Raúl Woscoff, quien fuera asesor en esa Secretaría de Estado hasta que fue absorbida por la Secretaría de Derechos Humanos.
https://www.infobae.com/politica/20...a-que-cristina-kirchner-mantuvo-bajo-reserva/