Primer cruce del Atlántico de un avión construido en Sudamérica
Como resultado directo de los resultados del diseño del GII y la visión de ese entonces, de estar convencidos que la Industria Aeronáutica Argentina debía crecer nacional e internacionalmente, es planificado un vuelo para presentar al mundo aeronáutico el IA-50 Guaraní II en el XXVI Salón Internacional de Le Bourget.
Para esto, el Ministerio de Aeronáutica y la DINFIA en los primeros meses de 1965 deciden enviar el novela Francia. El aparato designado para la travesía sería el CN-00 TX-01. Un vuelo de estas características debería ser planificando minuciosamente, rutas, perfiles de vuelo, consumo etc. Por tratarse de un aparato no presurizado, el avión argentino debería volar a una altura de hasta los tres mil metros ya que no estaba provisto de un equipo de oxígeno para la tripulación, no obstante poder dotárselo de botellones para casos de emergencia. En cuanto a la autonomía, para incrementar esta se removieron los asientos de pasajeros y se colocaron los tanques externos del F-86 F SABRE debidamente acondicionados. Para el cruce del Atlántico también debería adoptarse un instrumental adecuado, es por eso que se instaloron un Sextante Periscópico Kolsman, un Derivómetro, un radar meteorológico Bendix RDR-1, una balsa inflable con capacidad para seis personas (la tripulación estaba compuesta por cuatro hombres) y chalecos salvavidas. Se realizaron una serie de vuelos de evaluación los que dieron como resultado que la autonomía obtenida era de diez horas exactas de vuelo.
La travesía dio comienzo en la misma Fabrica Militar de Aviones hasta el Aeroparque de Buenos Aires el 21 de Mayo de 1965, desde aquí hasta Rio de Janeiro, el día 22 el vuelo continuó desde Rio de Janeiro hasta Recife. Al día siguiente, 23 de Mayo se produce el cruce desde Recife hasta Dakar insumiendo un tiempo de 9 hs. 15 minutos. El día 24 se cumplió la ruta Dakar- Las Palmas en las Islas Canarias y desde aquí hasta Madrid. El 25 de Mayo, día de la Patria, Madrid –París completándose el vuelo, era la primera vez que un aparato diseñado y construido en Argentina realizaba esta proeza. Una vez terminada la feria en la que causó gran admiración del público y otros constructores, el TX-01 permaneció en Francia , dirigiéndose al centro de pruebas de Istres donde se evaluó la estructura y entre otras se instaló un novedoso sistema de oxígeno gaseoso que en el vuelo de regreso fue de suma utilidad pudiéndose adoptar de esta forma perfiles de vuelo mas convenientes, volando a mas altitud con menor consumo de combustible.
El TX-01 regresó a la Patria con la misma tripulación después de permanecer en Francia durante ocho meses. El vuelo de regreso se realizó siguiendo la misma ruta, salvo que la etapa Dakar- Recife Recife- Río de Janeiro se realizó de una sola vez gracias a los nuevos sistemas instalados en el avión. En el último tramo se incluyo el Aeropuerto de Carrasco en Uruguay para llegar en el horario prefijado a Buenos Aires, pues aquí le esperaba una calurosa bienvenida, haciéndose presente el Ministro de Aeronáutica, el de Defensa y el Comandante en jefe de las FFAA. Pocos días después el Presidente de la Nación Dr Arturo Illia, recibía a la tripulación. La travesía insumió una cantidad de poco menos de setenta horas de vuelo, sin contar las horas voladas en el interior de Francia realizando pruebas y evaluaciones técnicas.
La tripulación estuvo compuesta por: Comandante de Aeronave Vicecomodoro Rogelio Valado (piloto de pruebas) Copiloto: Capitán Andrés Arneodo (Piloto de Pruebas); Ingeniero de Vuelo: Capitán Héctor A. Ruiz (diseñador del avión), Navegante el Primer Teniente Roberto F. Mela, destinado a la Iª Brigada Aérea.