No se si se habia publicado esto anteriormente de todas formas lo encontré interesante así que lo dejo acá:
El ataque de los drones
VIERNES, 03 OCTUBRE, 2014POR:
REVISTA CAPITAL
Los drones están en las tres ramas de las Fuerzas Armadas, pero su uso está lejos de agotarse en la defensa. Aunque no hay cifras oficiales, se estima que puede haber hasta mil en el país y que podrían llegar a 10 mil en cuatro años. En el sector advierten que la falta de una regulación definitiva aumenta el riesgo de que uno de estos robots pueda caer sobre alguien, mientras la DGAC ya trabaja en la elaboración de la norma.
Por Jorge Poblete
Ocurrió en marzo pasado. La empresa Sky Films, realizaba un sobrevuelo con uno de sus drones para grabar un spot publicitario para una compañía de telecomunicaciones en las cercanías de la rotonda Pérez Zujovic, próxima a la embajada de Estados Unidos. Todo iba bien, hasta que, al acercarse a la sede diplomática, perdieron la señal del aparato. “Nos hicieron un
jamming, en que aprietan un botón y se van todas las señales electrónicas”, cuenta Mauricio Rudolphy, socio de la empresa. Por esos días, el vicepresidente estadounidense Joe Biden había llegado a Chile para asistir a la ceremonia de cambio de mando y desde la embajada, asegura Rudolphy, desactivaron el drone.
Cuenta que “se nos fue para abajo”, pero alcanzaron a recuperar, intermitentemente, la señal y el drone pudo aterrizar, sin herir a nadie. “Sí se hizo pedazos una de las hélices”, recuerda. Desde la embajada no comentaron el incidente.
Otro episodio de este tipo les ocurrió el año pasado, cuando hacían un documental para una empresa de tablas de skate, en la zona del Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM), contigua al Ministerio de Defensa. Tras pocos minutos de grabación, se acercaron a ellos carabineros, seguidos de efectivos del Ejército y hasta marinos. No les requisaron los equipos ni impidieron que grabaran, pero monitorearon todos sus movimientos. Según fuentes de la cartera, los equipos de seguridad temían que estuvieran intentando registrar secretos militares.
“Después de un mes vino el problema, porque nos dijeron que teníamos que ir a la Dirección General de Aeronáutica Civil. Tuvimos que declarar lo que estábamos haciendo. Nos iban a notificar si nos pasaban una multa. Finalmente no pasó, pero ya sabemos que no tenemos que volar por ahí alto”, dice Rudolphy. En la DGAC informaron que hay un proceso en desarrollo por el caso.
De acuerdo al sitio especializado Flightglobal, la compañía israelí Bluebird Aereo Systems ganó un contrato de 3 millones de dólares para proveer al Ejército chileno de mini drones que se lanzan con la mano, destinados a observación.
Ambos incidentes, hablan del debate pendiente sobre qué regulaciones debiera tener esta tecnología.
Los drones o vehículos aéreos no tripulados, UAV, por sus siglas en inglés (Unmanned Aerial Vehicle), que en Chile comenzaron como una tecnología de uso militar, hoy ya se utilizan para entregar información sobre incendios para Forestal Arauco, calcular terrenos desde el aire para la división Gabriela Mistral de Codelco e incluso entregar tomas alternativas de la visita de la selección chilena a La Moneda.
Están los que se ven como aviones sin cabina, pero en Santiago es más frecuente divisar los que lucen como mini-helicópteros controlados a distancia. Aunque no hay cifras oficiales, los operadores estiman que puede haber hasta mil en el país y que podrían llegar a 10 mil en cuatro años.
Esto ocurre mientras la DGAC elabora la normativa definitiva que regulará sus vuelos, lo que para agentes del sector favorece que operadores experimentados compartan libremente los cielos con usuarios aficionados, aumentando el riesgo de accidentes.
El mercado chileno se reparte entre compañías provenientes del sector de defensa que vieron en los drones una oportunidad para ofrecer servicios de fotografía y mediciones aéreas a mineras, forestales y navieras; en importadores de juguetes de aeromodelismo que decidieron ampliarse a esta nueva tecnología, y en emprendedores vinculados al área audiovisual que, apoyados en los bajos costos de producción, comenzaron a ofrecer imágenes para agencias publicitarias y canales de televisión, en lo que desde hace unos años se conoce como periodismo-drone. Estos últimos hoy se están extendiendo a otras industrias.
A este grupo pertenece Mauricio Rudolphy, quien se inició en los cortometrajes y video clips y que en 2011 se asoció con dos amigos aeromodelistas para fundar Sky films. Cuenta que con una inversión inicial de 18 millones de pesos importaron un fuselaje de Estados Unidos, un dispositivo para instalar la cámara de Nueva Zelandia y que, con electrónica alemana, armaron su primer Octocopter. “Buscando nuevas posiciones de cámara y narrativas visuales, llegué al mundo de los drones”, recuerda.
Debutaron con una producción institucional para Agrosuper y desde entonces han realizado más de cien comerciales, además de grabaciones para canales de televisión, como la que hicieron para el incendio en Valparaíso de abril. En estos años han sido testigos de la masificación de esta tecnología y Rudolphy cuenta que, por ejemplo, para la Maratón de Santiago del 6 de abril, “levantamos (el UAV) y eran como ocho más en el aire”. Para enfrentar este nuevo escenario decidieron contratar un seguro para sus equipos, además de uno de terceros, por 10 mil UF.
Autorización caso a caso
“La fiscalización de los drones es compleja. Como pueden operar desde cualquier parte y son muy chicos, no es posible identificarlos”, dice Lorenzo Sepúlveda, director de seguridad operacional de la DGAC.
Su tarea ha ido adquiriendo mayor visibilidad: Sepúlveda integra el equipo que tiene como meta concluir este año la elaboración de la DAN 151, norma específica para las aeronaves pilotadas a distancia, que luego será presentada a los privados para recibir sus aportes.
La DGAC tiene como meta concluir este año la elaboración de la DAN 151, norma específica para las aeronaves pilotadas a distancia, que luego será presentada a los privados para recibir sus aportes.
Entre las definiciones que incorporaría esta reglamentación está un peso mínimo para que uno de estos dispositivos sea considerado un drone y no un juguete de aeromodelismo (ya que hoy existen en el mercado modelos de menos de mil gramos). Otra de las variables que consideraría es la autonomía de vuelo (algunos vuelan 10 minutos y requieren cambio de batería). Una tercera es la altura máxima que podrán alcanzar estos aparatos. Por otro lado, están los requisitos que se pedirán a los pilotos de aviones no tripulados.
Hasta que estén estas definiciones, dice Sepúlveda, para estos dispositivos rige la norma general DAN 91, ya que, “hicimos un análisis jurídico y, definitivamente, llegamos a la conclusión de que, de acuerdo a nuestra ley, son aeronaves”.
Mientras se elabora la nueva reglamentación, la DGAC tiene prohibido los vuelos de UAV por zonas urbanas y sólo autoriza, caso a caso, operaciones en áreas rurales, proceso para el que cada privado debe enviar una solicitud a la Dirección, entregando “las características de la aeronave, el proyecto a desarrollar, donde se quiere operar, a qué altura, desde donde se va a salir, y en función de eso hemos autorizado”, dice Sepúlveda.
Sin embargo, cifras de la propia DGAC muestran que son escasas las compañías que piden estos permisos: durante 2014 han recibido 50 solicitudes de vuelo, de las que autorizaron 42 y rechazaron ocho. Y si bien Sepúlveda advierte que no pedir autorización constituiría un delito, a la fecha la DGAC no ha judicializado ninguna causa por incumplimiento.
Alejandro Parés, gerente comercial de Angel Visión, afirma que la falta de normativa los perjudica. Explica que son operadores nuevos en el mercado –que buscan posicionarse entre entidades de emergencia como Onemi y Bomberos– y que como compañía resolvieron “no volar si no tenemos una autorización de la DGAC”, lo que los deja en desventaja respecto de quienes no piden el visto bueno de la Dirección para trabajar, enfatiza.
“De acuerdo a nuestras estadísticas, 100 vehículos vuelan diariamente, de los mil que hay vinculados a temas comerciales, porque no estoy considerando los juguetes de aeromodelismo, que sólo vuelan los domingos”, dice Parés: “Y el mercado sigue creciendo y siguen llegando aeronaves y, como somos un país más reactivo que proactivo, va a pasar que uno de estos equipos se va a caer sobre alguien, y quizás matarlo, y sólo allí se va a regular”.
Distinta es la posición de Ariel Marinkovic, director de X-Cam, quien combina trabajos de fotogrametría para la minería con grabaciones audiovisuales, como la que realizó durante la visita de la selección chilena a La Moneda, tras el Mundial Brasil 2014. Su empresa también hizo tomas en Cerro Castillo para el cambio de mando, las que fueron subidas al sitio web del Ejecutivo.
Su compañía no pide autorización de vuelo a la DGAC, ya que, afirma, “lo analizamos con abogados y no hay una legislación específica para drones (…).Nosotros diferimos de la interpretación legal que hacen ellos, pero concordamos en que hace falta normar y tener una capacitación para los operadores”. Esto, ya que comparte la idea de que pilotos inexpertos podrían llegar a causar accidentes en Chile.
Sobre el riesgo que implica operar en zonas urbanas, dice que en el sobrevuelo a la Plaza de la Constitución utilizaron un UAV de bajo peso (1,5 kilos) y distribuyeron personal en tierra para supervisar el buen funcionamiento del equipo, y así minimizar los riesgos de siniestros.
Producción nacional
Uno de los drones más reconocibles en los cielos de Santiago es el Phantom, un pequeño UAV de cerca de un kilo y con cuatro motores, producido por la empresa china DJI, que ya tiene varios modelos en el país. Esteban Ojeda es dueño de Exon RC, distribuidora de la marca en Chile, quien divide el mercado chileno entre los “niños adultos” que pueden comprar equipos desde 399 mil pesos y las empresas que adquieren dispositivos con más prestaciones, para darles un uso industrial. Mientras los primeros suelen provenir del aeromodelismo –el mismo comenzó importando juguetes, cuenta–, los segundos se reparten entre “empresas audiovisuales, eléctricas, forestales, mineras, constructoras”.
Paralelamente a las importaciones de estos equipos, se está abriendo un mercado para los drones chilenos. En el Camino a Concón, en la Región de Valparaíso, tiene su base de operaciones Sisdef, empresa de ingeniería ligada al sector Defensa, que en 2011 desarrolló el Chercan, un UAV para uso industrial.
Mientras se elabora la nueva reglamentación, la DGAC tiene prohibido los vuelos de UAV por zonas urbanas y sólo autoriza, caso a caso, operaciones en áreas rurales, proceso para el que cada privado debe enviar una solicitud a la Dirección.
Gonzalo Hernández, jefe de robótica de la empresa, afirma que “actualmente operamos el Chercan 2000, que tiene capacidad para volar hasta en los 2.500 metros de altura, portar cargas de hasta 1,5 kilos y tiene una autonomía de vuelo de hasta 30 minutos. Además tiene transmisión online de video digital y puede volar automáticamente por GPS y con sistemas de seguridad que permiten retornar a casa si se corta la comunicación de control remoto o esperar en el aire hasta a que se recupere el enlace. Es un producto destinado a la seguridad”.
Drones militares
Para la misión más tradicional de las aeronaves no tripuladas también existen aparatos en el país. Las tres ramas de las Fuerzas Armadas chilenas cuentan con drones destinados a labores de prueba, observación y reconocimiento, mientras que Carabineros ha realizado pruebas con estos dispositivos. Durante la administración anterior, la subsecretaría de Prevención del Delito declaró desierta una licitación para adquirir drones con capacidades para efectuar labores de observación en el sur de Chile.
Pero, a diferencia de países como Estados Unidos e Israel, Chile no posee aviones no tripulados fabricados para bombardear posiciones enemigas.
En el caso del Ejército cuentan tanto con mini drones israelíes, como con un proyecto de desarrollo nacional. El mayor Flavio Narvaez, jefe de Innovación y Desarrollo en Centro de Modelación y Simulación, cuenta que “el Ejército está incorporando los sistemas autónomos para misiones, básicamente, de exploración”.
Una de estas iniciativas es el proyecto Lascar, plataforma nacional para cuyo desarrollo se asociaron con la Universidad de Concepción. “El Lascar es un sistema autónomo de tipo táctico, que tiene un alcance de 30 kilómetros, puede volar durante dos horas, tiene dos motores eléctricos y una altura de vuelo de hasta tres mil metros”, dice.
Se trata de un drone alado que se puede lanzar desde un vehículo en movimiento o también desde una catapulta. “Transmite imágenes de video en tiempo real y tiene una cámara óptica con un zoom de 10X lo que permite, a mil metros de altura, ver el círculo central de una cancha de fútbol en la pantalla (…). La recuperación o aterrizaje es por medio de un paracaídas”, detalla.
Uno de los prototipos Lascar protagonizó un accidente el año pasado, al caer sobre el techo de una casa en Hualpén, que no dejó heridos. Al respecto, el mayor dice que esto ocurrió por una pérdida de comunicación con la aeronave y que, tras lo ocurrido, “estamos realizando las pruebas en zonas rurales, donde no existe población civil”.
Paralelamente a este proyecto, de acuerdo al sitio especializado Flightglobal, la compañía israelí Bluebird Aereo Systems ganó un contrato de 3 millones de dólares para proveer al Ejército chileno de mini drones que se lanzan con la mano, destinados a observación.
En el caso de la Armada, el comandante Juan Bertrand detalla que “actualmente la Armada cuenta con cinco drones a hélice, todos de fabricación nacional, de los cuales dos corresponden a los Mantarraya”, éste último un drone de la empresa RMS y que puede realizar labores de vigilancia en un radio de hasta 30 kilómetros.
Respecto de la Fach, el sitio especializado Defense news da cuenta de que la Fuerza Aérea cuenta con los drones Hermes 900, de la compañía israelí Elbit Systems. Se trata de equipos adquiridos en 2011, que tienen una envergadura de 15 metros, un peso de 970 kilos y que pueden volar hasta por 36 horas. En la Fach no realizaron comentarios sobre el tema. Sin embargo, fuentes de la institución afirmaron que estas aeronaves se encuentran emplazadas en las brigadas aéreas del norte del país. •••