Sebastian
Colaborador
Rusia celebra la victoria sobre los nazis con un desfile al estilo soviético
La mayoría de los líderes europeos no acude al evento en señal de protesta por el conflicto de Ucrania y la anexión de Crimea
Pilar Bonet Moscú 9 MAY 2015 - 21:12 CEST
El líder de Rusia, Vladímir Putin, advirtió este sábado que los “intentos de crear un mundo monopolar” y el creciente peso de la ideología de los bloques militares minan “la estabilidad del desarrollo mundial”. En la plaza Roja, Putin presidió el desfile militar dedicado al 70º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, el mayor despliegue de poderío bélico organizado por Rusia en una conmemoración semejante. Los dirigentes de EE UU y la Unión Europea, en su mayoría, boicotearon el evento para protestar por la política del Kremlin en Ucrania y la anexión de Crimea en 2014.
En Kiev, Petró Poroshenko, el presidente de Ucrania, celebró también el fin de la Segunda Guerra Mundial, aunque marcó las diferencias con Moscú. Poroshenko subrayó que los “seis millones de ucranios como mínimo” que combatieron el nazismo desde las filas del Ejército Rojo son el testimonio “ante Dios y ante la Historia del injusto mito propagandístico de Moscú, según el cual Rusia ganó la guerra sin Ucrania”. Según Poroshenko, resulta de “gran cinismo” el intento de presentar a Ucrania como un “Estado fascista” para “basar y justificar ante el pueblo ruso el delito de la agresión de Rusia contra Ucrania”. El jefe del Estado honró además la memoria del Ejército Rebelde de Ucrania, (nacionalista y antisoviético) que, según dijo, abrió un “segundo frente” contra los “ocupantes fascistas, adelantándose a su época por su visión de Ucrania como Estado independiente y no como parte del imperio ruso”.
Putin: “Se ignoran los principios básicos de colaboración internacional”
En la plaza Roja, Putin instó a la “tarea común de elaborar un sistema de igual seguridad para todos los Estados”, construido sobre bases regionales y globales e independiente de los bloques. “Solo así garantizaremos la paz y la tranquilidad en el planeta”, añadió. En múltiples ocasiones, Putin ha acusado a EE UU y a la OTAN de planear un cinturón hostil en torno a Rusia del que Ucrania formaría parte. En la última década, afirmó Putin, “han comenzado a ignorarse cada vez más los principios básicos de la colaboración internacional”, establecidos tras la Segunda Guerra Mundial.
Ante el Kremlin desfilaron cerca de 16.000 uniformados, parte de ellos en trajes de época, y también el armamento más moderno del Ejército ruso, como el tanque T-14 Armata, los misiles balísticos RS-24 Yars, que pueden llevar tres cabezas nucleares, y el complejo de misiles antiaéreos Pantsir. Más de 140 aviones cruzaron el cielo despejado de Moscú y por segundo año consecutivo, en el desfile participaron unidades militares de la anexionada Crimea. En total, en las celebraciones del Día de la Victoria han participado 12 millones de personas.
Vladímir Putin, presidente ruso (en el centro), sostiene una foto de su padre, que combatió en la II Guerra Mundial, este sábado en Moscú. / ap
Después, la plaza Roja fue ocupada por los ciudadanos que marchaban portando fotos de familiares que sufrieron la Segunda Guerra Mundial. Al frente de la multitudinaria columna (centenares de miles de personas según los organizadores) marchaba el mismo Vladímir Putin sosteniendo la foto de su padre en uniforme de marino. Putin padre, fallecido en 1998, empleado en una fábrica militar en Leningrado, formó parte de un grupo de guerrilleros del NKVD (los órganos de seguridad de la época) que volaban puentes y ferrocarriles en territorio enemigo, según contaba el presidente en una entrevista. Herido, Putin padre regresó a su casa apoyándose en muletas, a tiempo para rescatar a su propia esposa cuando esta, aún viva, era sacada de su domicilio entre una pila de cadáveres. Un hermano del líder ruso, de tres años, murió durante el bloqueo de Leningrado.
Putin contempló el desfile entre el líder chino Xi Jinping y el presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev. Asistieron también el líder indio Pranab Juerjee, el cubano Raúl Castro, el venezolano Nicolás Maduro y el secretario de la ONU, Ban Ki-moon, entre otros. Los países miembros de la UE fueron representados en su mayoría por sus embajadores, aunque algunos políticos, como la jefa del Parlamento griego y el presidente de Chipre sí asistieron al desfile. Otros, como el ministro de exteriores francés, optaron por un compromiso: ir a la ofrenda floral ante la tumba del soldado desconocido, en los jardines de Alejandro, tras evitar el desfile. Esta es la fórmula que adoptará la canciller alemana Angela Merkel, el domingo 10 de mayo.
Desde el punto de vista formal, Putin ignoró la ausencia de los líderes de los Estados aliados de la Unión Soviética contra la Alemania nazi, pero dijo estar “agradecido a los pueblos de Gran Bretaña y Francia, de los Estados Unidos por su contribución a la victoria” y también a los “antifascistas de diferentes países, que con espíritu de sacrificio lucharon en las unidades de partisanos y en la clandestinidad, incluido en la misma Alemania”. “Ahora, 70 años después, la historia de nuevo desafía a nuestra racionalidad y nuestra vigilancia. No debemos olvidar que las ideas de superioridad y discriminación racial originaron la guerra más sangrienta, en la que se vio involucrada casi el 80% de la población de la tierra”. La URSS “recibió los golpes más crueles del enemigo” y en su territorio se concentró toda la capacidad bélica de los nazis y se libraron las batallas decisivas de la Segunda Guerra Mundial, dijo. “Dondequiera que vivan hoy los veteranos de la Gran Guerra Patria, deben saber, que en Rusia rendimos tributo a su firmeza, valor y fidelidad a la hermandad en el frente”. Más de 28 millones de ciudadanos de la URSS perecieron en la Gran Guerra Patria, la denominación rusa del periodo comprendido entre el 22 de junio de 1941, fecha de la invasión nazi, hasta la victoria en mayo de 1945.
En Kiev, el presidente Poroshenko marca las diferencias con respecto a Moscú
El ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shaigú, pasó revista a las unidades militares participantes en el desfile, que contó también con contingentes de Armenia, Azerbaiyán, Kazajistán, Serbia, Bielorrusia y Mongolia, entre otros. Unidades del Ejército de China desfilaron también por primera vez en la plaza Roja. Putin ha aceptado una invitación de Jinping para conmemorar en septiembre en Pekín el 70º aniversario del fin de la guerra en Asia.
Los rusos volvieron a celebrar el 9 de mayo, ahora ya prácticamente sin los veteranos. Muchos portaban la cinta de San Jorge, de franjas naranja y negro, que se puso de moda a partir de 2005 y que se ha generalizado como símbolo de la victoria. Desde 2014, la cinta ha quedado asociada para muchos a la intervención de Moscú en Ucrania y a la guerra en aquel país. Más de seis mil personas han muerto en la contienda en el este de Ucrania, donde los líderes secesionistas, que usan la cinta de san Jorge como símbolo, celebraron el sábado sus propios “desfiles” en sintonía con Moscú.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/05/09/actualidad/1431156053_181884.html