El EI contraataca en Siria con el secuestro de cientos de civiles
Las milicias yihadistas retornan a las tácticas de insurgencia ante la ofensiva de las fuerzas kurdas
Acorralados en menos del 2% del vasto territorio que el califato llegó a dominar hace cuatro años a caballo de Siria e Irak, un número impreciso de combatientes del EI ha lanzado un contraataque ante la ofensiva de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), encabezadas por milicias kurdas, en la provincia nororiental de Deir ez-Zor. Los yihadistas atacaron el viernes el campamento de Al-Bahra, para desplazados por el conflicto y controlado por las FDS, según
el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos. Ésta ONU, que cuenta con informadores sobre el terreno, precisa que
la mayoría de los rehenes son mujeres de desertores del EI, entre ellas viudas de yihadistas extranjeros abatidos.
Las milicias kurdas lanzaron hace un mes una ofensiva general para expulsar a unos 3.000 combatientes del EI, en su mayoría procedentes de otros países, del distrito de Hajjin, el último reducto que controlan en Deir ez-Zor, junto a la frontera Iraquí. El EI emprendió el contraataque el pasado día 10 en un enfrentamiento, que se ha saldado con 58 bajas mortales en sus propias filas frente a la muerte de 37 milicianos de las FDS y la ejecución de una decena de rehenes. A pesar de las tormentas de arena en el desértico distrito, los bombardeos aéreos de la coalición internacional encabezada por EEUU y el envío de unidades kurdas de refuerzo han intentado frenar la contraofensiva. Sin precisar el número de rehenes, un portavoz de las FDS reconoció a France Presse que un grupo de civiles había sido capturado en el campamento de Al-Bahra.
Tras la pérdida de Mosul y Raqqa, respectivas capitales en Irak y Siria, que coronaron la derrota territorial del EI, los yihadistas han retornado a las tácticas insurgentes que incluyen emboscadas a las fuerzas de seguridad, secuestros de civiles y atentados indiscriminados. El pasado julio, el EI ya capturó a 34 miembros de la minoría drusa en la provincia de Sueida, en el Sur de Siria, después de haber matado a dos centenares de personas. Los ataques se han multiplicado desde entonces a ambos lados de la frontera. Abubaker al Bagdadi, el líder que proclamó el califato en 2014, proclamó en agosto un mensaje en el que afirmaba que la pérdida de territorio no condicionaba la victoria final y llamaba a los yihadistas a perseverar en la lucha. Las milicias kurdas han asegurado que han hecho prisioneros a 900 combatientes del EI, de los que 520 son extranjeros procedentes de 44 países. (..)
https://elpais.com/internacional/2018/10/13/actualidad/1539450191_145592.html