Según fuentes del Ejército, la compañía hizo noche en Sant Climent
Sescebes (Girona) y, tras reanudar el viaje, se detuvieron entre las
11.45 y las 12.20 del sábado junto a un supermercado en Vilafranca del
Penedés, para que los conductores de los autobuses realizasen la parada
obligatoria y los soldados comprasen comida para el resto del viaje, ya
que su llegada a Ronda (Málaga) no estaba prevista hasta la madrugada
del domingo.
Lo habitual, según las mismas fuentes, es que el armamento permanezca en
el interior de los autobuses bajo custodia de un retén durante las
paradas técnicas. Sin embargo, el responsable de la unidad consideró más
seguro que los soldados se llevaran las armas consigo, ya que los
autobuses iban a aprovechar la parada para repostar. Fuentes del
Ejército indicaron que los subfusiles no tenían munición y que no se
produjo ningún tipo de incidente con la población civil.