Ilusiones rotas... Yo le puse todas mis fichas al film "SOLDADO ARGENTINO SOLO CONOCIDO POR DIOS". Sin haberlo visto, claro. ¿Por qué las puse? Porque creí en la honestidad del director, quien ya había hecho la buena película CARTAS DE MALVINAS, y porque quienes apoyaron y financiaron la presente cinta son personas de un calibre patriótico y moral a toda prueba. Sin embargo, viajé ayer a verla a Mar del Plata y me frustró. Lo digo con mucho dolor, con el mismo dolor con que se lo comenté anoche al mismo director. Rodrigo Fernandez Engler me había dicho que iba a ser la contracara de "Iluminados por el Fuego". Muy lamentablemente, no lo es. Es que al "soldado Pedro" del título apenas se le dedican unos pocos minutos. El protagonista es el soldado Juan, un soldado que se victimiza. Y la otra campana, la que le da sentido al valor y sacrificio demostrados en Malvinas, no está presente en el film, o no suena con suficiente fuerza y claridad. Cuando Juan larga su frase sobre Galtieri y la Plaza de Mayo, donde el protagonista de alguna manera expresa que fue una guerra sin sentido, su interlocutor no le retruca nada, sino que cambia de tema. Queda flotando la idea de una guerra incomprensible y absurda. Sin embargo, en su cuarto de la posguerra Juan tiene un retrato del Che Guevara, implicando que, para él, la saga de este asesino serial, si tenía un sentido positivo. Para colmo, el actor que hace de Juan tiene un notable parecido físico a Gaston Pauls, su mismo biotipo, lo cual me resultaba muy perturbador: ¿Que película estaba mirando yo anoche? ¿Iluminados por el Fuego? Como me dijera después de la función el escritor Nicolás Márquez, este film parece una versión atemperada, mejorada, de Iluminados por el Fuego. Es otra cosa, claro, porque el director no tenía las perversas intenciones de Tristan Bauer, Edgardo Esteban y Miguel Bonasso. Pero me parece que cayó en la trampa de la corrección política, no se animó a ir a contracorriente a fondo. Ahora entiendo porque a un cronista peruano le pareció que este film completaba una trilogía con "Los Chicos de la Guerra" e "Iluminados por el Fuego". Una vez más, este film deja una imagen gris y triste de la Gesta de Malvinas, y transmite - ¿contra la voluntad del director? - la sensación de una guerra sin sentido. Era la gran oportunidad de explicar el enorme y noble sentido que tuvo y tiene la Gesta de Malvinas y esa oportunidad fue muy lamentablemente desaprovechada. Además me parece que falló mucho la ambientación histórica y geográfica. Faltó retratar cosas que son la quintaesencia de la vida de los soldados en Malvinas. Entre otras, no están los pozos de zorro inundados donde vivían, está ausente la turba (en vez de embarrados, los soldados están enarenados), el feroz y gélido viento, la torturante llovizna, no he observado en el film a ningún soldado portando un rosario (cuando en las islas no había NI UNO que no lo tuviera). Y otras ausencias e incongruencias más. La imagen de los oficiales es estereotipada, son mediocres y arbitrarios con la tropa. Se los ve tratando a los soldados de "tagarnas", que no tienen derecho a pensar. Y el oficial del grupo esconde cobardemente su insignia para pasar como soldado raso frente a los ingleses que los toman prisioneros. Hubo de esos, claro, pero ¿por que no haber aprovechado para mostrar, en esta oportunidad, por ejemplo, a los oficiales que no comían hasta que se hubiera alimentado el último de sus soldados? En el film no hay ningún oficial como Gómez Centurión, Jiménez Corbalán o Eduardo Daghero. También decepciona la historia de amor, muy poco creíble, sobre todo por la presencia hierática, inexpresiva de la hija de Araceli Gonzalez, carente no solo de la belleza de su madre, sino de su femineidad: es un verdadero muchachito, sin ningún atisbo de piel, ni química con el supuesto objeto de su amor. Pero esto es lo menos importante. Lo realmente lamentable es que este film no es la palanca que vaya a dar vuelta la desmalvinización aún imperante en el país. Fui al estreno con todas las ganas del mundo de enamorarme de la cinta, y salí bajoneado. Se ha perdido una gran chance de crear un parteaguas. Habrá que seguir esperando otra.