Wolf
Colaborador
Lo prometido es deuda, acá vá el artículo que prometí en el Thread del MIII, es un articulo antiguo, espero les guste.
Saludos
Pelea a cuchillo en Chile.
Jeffrey Ethell , Air Combat, Agosto 1989 (Traducción Revista Fuerza Aérea de AF Monthly).
"Buscar en el cielo gris antártico bajo una capa de nubes a 10.000 pies , era tarea difícil , no solo por el terreno que presenta Tierra del Fuego que tiende a confundirse paulatinamente con el horizonte , sino que sabia además que los "enemigos" estaban camuflados con ese color. Una rápida mirada al velocímetro del Mirage me indicaba alta energía en crucero, mach .85, suficiente para permitirme algunas alternativas, tanto de ataque como de defensa.
Un leve movimiento del bastón y mi numero 2 se abrió a una posición defensiva, buscar, buscar, buscar, donde están? Allá!!! Señale el enemigo al Cdte. de escuadrilla Jorge Rojas, sentado en el asiento delantero: es solo un punto que se agranda, brillante, rápido ¿donde esta su numero? Mirando alrededor lo encontré, otro punto brillante volaba hacia abajo, al otro lado. Un fuerte movimiento hasta la vertical y Uf!!! No podía ver, estábamos entre las nubes, reversa, ya veo de nuevo, con una llamada de radio de nuestro número, vuelvo al combate del que me había perdido mas tiempo del que habría deseado. Habiendo combatido con otros aviones, siempre en cielo limpio y ahora estaba atrapado por un techo de nubes y mis posibilidades de maniobra eran solo horizontales y hacia abajo, directo a los cerros. No pasaba lo mismo con "Robot" (nombre clave de Jorge), quien se acercaba rápidamente hacia los "enemigos". Mientras los aviones maniobraban para lograr una posición ventajosa, el combate se desarrollaba bajo los 5.000 pies y comencé a distinguir diversas cumbres de cerros contra el cielo. Ahora las cosas se estaban poniendo serias, por que nadie lograba un buen traqueo para lanzamiento de misil, ni una posición suficiente para usar los cañones. Apretar, virar, aplicar G negativa, clavar la nariz, acelerar sobre Mach 1 y de vuelta al combate, los enemigos pasaban de un lado a otro de nuestra nariz, hasta que Jorge logro un buen traqueo, FOX tres!!! , Uno derribado y otro que se evade, para entonces volábamos entre cerros, sorteando sus cumbres y profundos valles, usando el terreno para obtener ventaja. Volábamos a 500 pies, girando, virando, montando y picando hacia abajo.
Por primera vez en muchos años estaba choqueado por el miedo, no por el escurridizo enemigo, sino por el terreno. El combate se torno aun mas violento, llevando a los aviones al borde del Stall en los virajes. No había siquiera tiempo para recuperar, en el caso de que alguno de los aviones hubiese entrado en barrena, Amigos y enemigos, no solo debían intentar lograr un derribo, si no además sortear las cumbres de los cerros. Al momento que pensaba que mis niveles de adrenalina llegaban al límite, ambos elementos notificaron "terminado". Alas niveladas, post-quemador cortado y a tragar oxigeno.
Mientras montábamos Jorge llamo a nuestro numero 2 y los 3 Mirage 50FC de la Fuerza Aérea de Chile lentamente enfilaron hacia la base en Punta Arenas, en el extremo sur de Chile.
Los Giroscopios de mi cerebro estaban sueltos, después de participar en el combate más realista y violento en mi vida. Sin siquiera pensar en este articulo me decía para mis adentros, "nunca combatas con un Chileno, pues perderás".
Robot sonreía mientras me hablaba a través del espejo retrovisor con una picara mirada.
En EEUU los pilotos están limitados a combatir a 10.000 pies y con cielos despejados. En Chile, estos límites son considerados poco realistas. Debido a que la FACh cuenta con alrededor de 100 aviones de combate, la planificación se centra en un entrenamiento realista, que maximiza a pilotos y maquinas. Esto es lo contrario de lo que sucede en la mayoría de las Fuerzas Aéreas en el mundo, que tienden a ser cada vez más conservadoras respecto a los riesgos a correr en tiempos de paz, debido a la gran cantidad de accidentes. Algunos, incluso, califican la doctrina de la FACh de arriesgada, pero existen reglas definidas que regulan el combate aéreo.
Una vez bajo los 5.000 pies, virajes de no más de 180º grados y 500 pies de altura como límite inferior. De hecho están tan bien entrenados, especialmente en mantener un dominio del escenario, que solo han perdido 3 aviones de combate en accidentes de vuelo en los últimos 10 años. Ellos han determinado que enfrentar los riesgos trae como consecuencias que a la larga, tengan un menor índice de accidentes, pero el mayor beneficio, es tener un arma aérea de combate preparada para luchar mas que solo para amenazar. El encontrarme a bordo de un Mirage sobre Tierra del Fuego en un combate, justo después de haber pasado un tiempo en la Base Antártica Chilena Teniente March, fue algo que pude realizar gracias a la generosidad de Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, General Sr. Fernando Matthei y a la disponibilidad de la línea aérea Pan American para trasladarme allí desde Washington D.C.
Bajo el mando del General Matthei, un genuino líder, la Fuerza Aérea de Chile ha pasado de ser un buen show de aviones F-80 a una pequeña y letal Fuerza Aérea moderna.
Como miembro de la Junta de Gobierno ha estado constantemente impulsando el retorno de los civiles al gobierno de la nación. A menudo esto le ha creado una posición desfavorable ante la Junta, pero no así entre los aviadores y la población civil. Cuando a través, del Agregado Aéreo, Coronel Sr Máximo Venegas, se me invito a venir a Chile, el General Matthei lo hizo pensando que al tener un estadounidense dentro de su comando, nuestras naciones estarían más unidas.
Debido al Embargo norteamericano referido a los derechos humanos, situación que imposibilita tanto la compra de nuevos aviones o repuestos para los ya existentes, Chile esta luchando por incrementar su capacidades a través de la innovación, tanto en la fabricación de aviones como en el entrenamiento. Desconocido para la mayoría es el hecho de que el país fabrica su propio entrenador primario a hélice, el T-35 Pillan y el entrenador avanzado A-36 Halcón, en cooperación con la Piper y CASA en la Empresa de Aeronáutica Nacional (ENAER.). Además todos los aviones de la FACh han sido totalmente modernizados. Cuando no se puede encontrar algún repuesto, este se construye en esa fábrica.
El mejor ejemplo que se puede señalar es la completa modernización del antiguo Mirage 50 al "Pantera", un avión tipo Kfir/Cheetah, con una nueva distribución de cabina, incremento de capacidades y canards; el proyecto debería estar terminado en 1992. Existieron rumores de que Chile vendería todos los Northtrop F-5E Tiger II a Irán, pero estos aviones son muy solicitados y hoy están siendo enviados a ENAER para su modernización luciendo mejor que nuevos.
Francia ha ofrecido más Dassault-Breguet M-50, pero los altos precios, especialmente los de los repuestos, han obligado a Chile a confiar en la capacidad de su gente.
En ninguna parte el talento es tan evidente como el espíritu de equipo, la agresividad y la capacidad de los 600 pilotos de la FACh, 200 de los cuales están en primera línea a lo largo de los 10 Grupos dependientes de 4 brigadas Aéreas. Esencialmente, una Fuerza Aérea de combate, las unidades de la FACh vuelan, además de M-50 y F-5, el Cessna A-37B Dragonfly, Hawker Hunter MK.71, English Electric Canberra, el A-36 de ENAER (CASA C-101), el Hercules C-130 de la Lockheed, el Boeing 707, el DHC-6 Twin Otter, el Beech 99 Petrel, el SA-315 Lama, el Bell UH-1H el SA-330F Super Puma y un sin numero de aviones utilitarios.
Mientras Jorge y yo volábamos de regreso al Grupo numero 4, en Punta Arenas, no solamente admiraba el excelente estado de los Mirage, si no que además trataba de recuperar el aliento. No podía creer que fuera posible aprender algo de pilotos sudamericanos. Volando bajo, sobre las aguas que Magallanes navego durante su circunnavegación del globo, nuestros aviones de ala delta viraron para aproximación ILS. Sobre el cabezal, un viraje izquierdo para un transito normal seguido de un aterrizaje casi perfecto.
Una vez detenido el motor en los refugios asignados a cada avión, me levante del asiento eyectable, baje la escalerilla y eche una mirada alrededor, mientras inspiraba profundamente. Jorge bajo del avión mostrando el pulgar hacia arriba, le respondí de igual forma, abordamos el vehículo de tripulaciones.
Una vez dentro, trate de expresar mis sentimientos y cuan impresionado estaba con el realismo del vuelo. Jorge comento que, con solo 21 horas al mes de vuelo asignadas a los pilotos de la FACh, los minutos contaban y cada uno era planificado para sacarle el máximo de provecho, desde el despegue hasta el aterrizaje.
Después de sacarme el traje Anti-G y el equipo de vuelo en la sala de pilotos, me senté con el Comandante de Grupo Sr Ernesto González y algunos de sus pilotos a conversar sobre el combate aire-aire. Dos veces al año ( una cuando se despliegan como unidad a otra base) los pilotos del Grupo 4, vuelan 2 semanas de combate aéreo disímil contra F-5 y Hunters de la FACh, cosa que también hacen a menudo con los A-37 basados en Punta Arenas. De todos estos el Hunter es considerado el más difícil de derribar, debido a que tiene una velocidad de transición (Corner Speed) de 350 nudos, 4 cañones de 30mm, un excelente motor Avon de 11.000lbs de empuje y una total maniobrabilidad. En teoría, el Hunter es tan rápido como cualquier otro avión de combate moderno y debido a que su misión principal es aire-tierra, siempre vuela en su ambiente óptimo.
Con los A-37 y M-50, ambos ubicados en Punta Arenas, los F-5 y los Hunters en Antofagasta, las unidades caza-bombardeo entregan diariamente una copia de su programación de vuelo a sus vecinos de las unidades aire-aire. Se puede planificar una intercepción, pero los caza-bombarderos nunca son advertidos de esto. El enganche (combate) puede ocurrir a cualquier hora y en cualquier lugar, de manera que la doctrina de "mirar afuera" constituye un verdadero hábito además del control del avión. Tan estrictos son los Comandantes de la FACh acerca de esta dualidad de combate, que a los pilotos interceptores se les asignaron comisiones de servicio en las unidades de ataque con el propósito de diseminar la experiencia del combate aéreo.
La principal amenaza a la que Chile trata de anticiparse, esta relacionada con sus vecinos. Argentina tiene una Fuerza Aérea con más medios y un buen numero de pilotos fogueados en combate. Por otra parte, Perú se esta reequipando rápidamente con modernos aviones. Argentina y Chile casi entraron en guerra en 1978 a causa de tres islas ubicadas en Tierra del Fuego, desde entonces las tensiones se han aminorado debido en gran parte a la mediación papal.
El conflicto limítrofe con Perú y Bolivia viene desde 1879, en la última guerra, cuando Chile anexo territorios de ambos países. A la FACh le preocupa la capacidad de reabastecimiento en vuelo de los Mirage 5 y Mirage 2000 de la Fuerza Aérea Peruana, los que pueden desplegarse en cualquier parte gracias a los 2 boeing 707 tanqueros, suministrados por Israel el año pasado. Debido a que en Sudamérica casi todas las tensiones entre países están relacionadas con problemas limítrofes. Así cualquier guerra se desarrollara en o alrededor de la impresionante Cordillera de los Andes donde existe la posibilidad de combatir en vuelo bajo nivel a mas de 18.000 pies sobre el nivel del mar donde el avión se comporta muy diferente a como lo hace al nivel de este. Los pilotos de la FACh de todas las disciplinas desde los cazas a transportes y helicópteros de reconocimiento, han aprendido a operar en terrenos escabrosos y en forma conjunta. El Comandante González mientras bromeaba sobre el hecho de que los pilotos de Mirage eran mejores que los de F-5, dijo, aparte la rivalidad, la doctrina de combate en la FACh proviene del Grupo número 7, la unidad de los Tigres II en Antofagasta.
De esta unidad egresan los profesores e instructores de combate aire-aire los que van a las otras unidades de la Fuerza Aérea. Cuando en 1976 y 1977 se adquirieron los aviones F-5E y F, el adoctrinamiento del Grupo numero 7, igualmente incluyo una buena dosis de táctica y técnicas de combate aire-aire aprendidas en la Base Aérea Norteamericana de Nellis, sede de la escuela táctica de la USAF. Muchos de los actuales pilotos de la USAF recuerdan como los años más fructíferos desde "Bandera Roja" y los Escuadrones "Agresores": estos entregaban un entrenamiento muy real como resultado de la derrota en Vietnam.
A bordo de un Boeing 707 de Grupo numero 10, me traslade al árido desierto cruzado por el Trópico de Capricornio para volar con los Grupos numero 7 y numero 8.
Volar a lo largo de Chile es una experiencia admirable. Más de 2.500 millas de largo con la Cordillera de los Andes que se extiende virtualmente por igual distancia. El clima atraviesa todas las estaciones en cualquier época del año, lo que no deja de llamar la atención a cualquiera.
Esto representa para la FACh la necesidad de desplegarse y volar en todas las condiciones metereológicas todo el tiempo. Antofagasta se sitúa en la costa del océano Pacifico por un lado y grandes dunas de arena por el otro.
Desoladamente hermoso constituye un terreno yermo ideal para entrenamiento militar. El polígono de tiro y bombardeo hacia el este, esta tan cercano que uno vuela sobre el tan pronto como cuando sube el tren de aterrizaje. Esto permite que el entrenamiento aire-tierra y aire-aire comience casi inmediatamente, sin tener que malgastar parte del turno de vuelo innecesariamente para llegar ahí tal como acontece en los polígonos Norteamericanos. Mientras el avión rodaba hacia la línea de vuelo, por primera vez tuve una impresionante visión de los aviones Hunter del Grupo numero 8 y de los F-5 del Grupo numero 7, listos para el vuelo diario. Desde que entre en las instalaciones del Grupo numero 7, me asombro el su parecido a las unidades de combate de la USAF, tanto por los emblemas de otras unidades ubicadas en las paredes, como los buzos de vuelo Nomex. El Subteniente Reginald Chellew, "un tigre joven" que vive y muere por los cazas, me fue presentado para acompañarme durante mi visita a esa unidad.
Casi todos aun comentaban sobre los excelentes dos días de entrenamiento que habían tenido en el ejercicio "Cielo Azul" volando contra aviones del Ala número 17, embarcada en el portaviones de la Marina Norteamericana "Independence".
Durante el 19 y 20 de septiembre de 1988 al grupo n 7 se le designo para desarrollar un día de entrenamiento de ataque aéreo contra los pilotos navales norteamericanos y otro día para defenderse de los aviones del ala n 17 , mientras el grupo n 8 atacaba la flota americana.
Un día y medio antes del ejercicio, oficiales de la FACh se unieron a los oficiales de la USN a bordo del "Independence" para establecer las reglas de combate, rutas de aproximación, espacio aéreo reservado para el combate sobre el océano lejos de Antofagasta y por supuesto conocerse. Con objetivo de simular la amenaza que enfrenta la FACh, las reglas de combate fueron limitadas a cañones y lanzamiento visual de misiles, sin combates fuera del alcance visual y sin disparos desde el eje delantero. Esto no permitía el uso de los misiles más allá del alcance visual Phoenix y Sparrow de los F-14 y F-18 además de lanzamientos frontales de Sidewinder.
En el primer día , los F-14A del escuadrón VF 103 , y los F-18 del escuadrón 131 combatieron contra los F-5 del grupo n 7 , lo que resultaría ser una serie de sorprendentes experiencias para los pilotos de ambos lados.
Volando en bandadas usando controladores GCI, los pilotos de los F-5 colocaron sus radares en "Stand-by" a fin de evitar iluminar los receptores de alerta pasiva con que estaban equipados los aviones norteamericanos.
Empleando la capa de nubes, el contorno del terreno, el sol, y el uso de tenazas, los chilenos demostraron ser muy duros de pelar, cuando tenían avistamiento visual de los F-14 a 15 millas de distancia e identificación de los mismos a 10 millas de distancia. Usando sus propios sistemas de alerta pasiva de radar para averiguar cuando los Hornets o Tomcats los tenían enganchados ,(fase preeliminar al lanzamiento de misiles Sparrow o Phoenix) los pilotos de los Tigres , hacían un quiebre a menudo rompiendo el enganche , aunque las reglas del combate no incluía el combate BVR ni lanzamiento frontal de misiles , los pilotos de los F-5 consideraban el contacto con el radar enemigo como una amenaza por lo que actuaban en consecuencia.
Conservando alta energía, durante el primer pase, los F-5 rápidamente derribaron 2 F-18. Posteriormente en el portaviones, al revisar los encuentros, los pilotos de F-14 se dieron cuenta de que habían menospreciado al enemigo y lo tendrían en cuenta la próxima vez.
Los combates de 4 contra 4 fueron normales y estos enfrentamientos llegaron a ser muy realistas, toda vez que los pilotos de ambos lados empleaban toda clase de trucos. De pronto un F-5 Chileno se encontró enfrentándose contra 3 F-14, pero se las arreglo para evadirse exitosamente. Después del primer día de combate, la proporción de derribos versus perdidas estaba a favor del grupo n 7 ante la sorpresa de los chilenos y norteamericanos.
Otra sorpresa para los pilotos Chilenos, fue la relativa facilidad con que derribaron, a los F-14, estos eran grandes, fáciles de visualizar y tenían poca razón de viraje. El adversario mas duro fue lejos el F-18.
Durante el segundo día, se realizaron una serie de ataques tierra adentro en vuelo a bajo nivel por parte de los A-6E del escuadrón VA 135 y F-18, protegidos por una escolta de Tomcats y Hornets , operando todos ellos bajo el control de un avión E-2C del escuadrón VAW 125. Los Bombarderos de la armada norteamericana debían volar rutas preplanificadas de 10 millas de ancho, chequeados por controladores Chilenos, penetrando en estas vías con intervalos de 10-15 minutos dejando poco tiempo a la sorpresa.
Después de que los Intruders y/o Hornets volaban a 250 pies del suelo , se encontraron acosados por los F-5 del grupo n 7 , que iniciando sus montadas de combate sobre los cerros , picaban desde lo alto atacando vigorosamente a la fuerza incursora , desarrollándose entonces una serie de violentos combates aéreos llevados al extremo de las reglas fijadas. Tan exitosos fueron los F-5 que el personal norteamericano se preguntaba si acaso los controladores terrestres Chilenos que dirigían las rutas de los A-6, pasaban esta información al grupo n 7. Después de cumplidas 5 misiones, ambos equipos volvieron a sus bases a "curar sus heridas”, y a calcular el daño ocasionado. Los resultados iniciales para los dos días eran increíbles, 56 aviones navales norteamericanos derribados contra la perdida de 16 aviones de la FACH.
Después de una reevaluación con las cámaras filmadoras en las miras y los comentarios de los propios pilotos, la cuenta pudo reducirse a 36 perdidas navales contra 20 de la FACH, esto dependiendo de quien hiciera el conteo.
Los pilotos de ambas partes estaban tremendamente impresionados con las capacidades de sus adversarios, sacando como enseñanza que es imperdonable menospreciar al enemigo al entrar en combate aéreo. Los pilotos norteamericanos aprendieron que los pilotos Chilenos eran muy agresivos, disciplinados y mostraban un excelente manejo de la situación y tácticas de combate, volando al F-5 en sus límites.
Después de conversar acerca del ejercicio "Cielo Azul" y ver sus fotografías de las miras, fui invitado por el Comandante Sr Danilo Catalán a volar con el a volar en un turno de 2 vs 2, contra aviones Hunter del numero 8 y tener una impresión de primera mano de como esta unidad mantiene su entrenamiento.
Después de completar las instrucciones con los dos pilotos de Hunter, nos quedamos solos con nuestro número, y revisamos todas las posibles opciones de cazar o ser cazados. Con la sola excepción de que hablábamos español, la escena no difería de la de los Escuadrones Norteamericanos con similares métodos y actitudes. Afuera una inmaculada línea de F-5 nos esperaba, como es normal con el Tigre II, estábamos rodando por la pista en menos de dos minutos, mientras los Hunter partían rumbo Este hacia el desierto. Sin demora estábamos en el aire rumbo Noreste para obtener separación bajo un controlador GCI. Tan pronto como estuvimos nivelados a 25.000 pies, recibimos vectores de los "enemigos" Catalán indico a numero 2 que tomara posición para combate, sin decir una palabra mientras tratábamos de ver que venia desde la posición 12 del reloj. Nada, yo buscaba arriba y abajo, delante y atrás. ¿Donde estaban? súbitamente a las 2 y abajo, una forma de punta de flecha camuflada de color oscuro contrastaba con el tono café del desierto. El Hunter se aproximaba, luego monto en la vertical apuntando su nariz hacia nosotros. Un rápido quiebre y clavamos la nariz hacia nuestra amenaza. Tan rápido como esto se había iniciado ninguno de los dos aviones logro una posición ventajosa y nos separamos para iniciar un nuevo encuentro. Ciertamente el Hunter era un rudo adversario, algo que yo averiguaría mas tarde cuando volara en un combate 1 contra 1; pero eso es tema para otro articulo que publicare próximamente. A pesar de su antigüedad, el F-5 resulta ser uno de los aviones caza más letales, particularmente cuando son volados por pilotos perfectamente entrenados. Los Chilenos tienen tantas, si no es mas, cualidades que los pilotos "agresores" norteamericanos.
Después de volar 150 a 200 horas en el Grupo 7, los pilotos están considerados aptos para el combate. Cuando pregunte si solo los pilotos más experimentados en F-5 se habían enfrentado a los pilotos navales norteamericanos, dijeron que habían participado todos, desde los más antiguos hasta los más nuevos, y estos no lo habían hecho del todo mal.
Lo que pude apreciar después de volar con la FACh fue la dedicación aplicada al entrenamiento real en todos los niveles. Los pilotos están sujetos a constantes cambios de escenarios reales que los mantienen alerta y estimula la renovación. Tal como lo aprendieron los EEUU, en la guerra de Vietnam, una fuerza aérea combatirá de la misma manera como se entrena. La Fuerza Aérea de Chile ha echo suya esa máxima sin haber tenido que pagar el alto costo de entrar en combate.
Saludos
Pelea a cuchillo en Chile.
Jeffrey Ethell , Air Combat, Agosto 1989 (Traducción Revista Fuerza Aérea de AF Monthly).
"Buscar en el cielo gris antártico bajo una capa de nubes a 10.000 pies , era tarea difícil , no solo por el terreno que presenta Tierra del Fuego que tiende a confundirse paulatinamente con el horizonte , sino que sabia además que los "enemigos" estaban camuflados con ese color. Una rápida mirada al velocímetro del Mirage me indicaba alta energía en crucero, mach .85, suficiente para permitirme algunas alternativas, tanto de ataque como de defensa.
Un leve movimiento del bastón y mi numero 2 se abrió a una posición defensiva, buscar, buscar, buscar, donde están? Allá!!! Señale el enemigo al Cdte. de escuadrilla Jorge Rojas, sentado en el asiento delantero: es solo un punto que se agranda, brillante, rápido ¿donde esta su numero? Mirando alrededor lo encontré, otro punto brillante volaba hacia abajo, al otro lado. Un fuerte movimiento hasta la vertical y Uf!!! No podía ver, estábamos entre las nubes, reversa, ya veo de nuevo, con una llamada de radio de nuestro número, vuelvo al combate del que me había perdido mas tiempo del que habría deseado. Habiendo combatido con otros aviones, siempre en cielo limpio y ahora estaba atrapado por un techo de nubes y mis posibilidades de maniobra eran solo horizontales y hacia abajo, directo a los cerros. No pasaba lo mismo con "Robot" (nombre clave de Jorge), quien se acercaba rápidamente hacia los "enemigos". Mientras los aviones maniobraban para lograr una posición ventajosa, el combate se desarrollaba bajo los 5.000 pies y comencé a distinguir diversas cumbres de cerros contra el cielo. Ahora las cosas se estaban poniendo serias, por que nadie lograba un buen traqueo para lanzamiento de misil, ni una posición suficiente para usar los cañones. Apretar, virar, aplicar G negativa, clavar la nariz, acelerar sobre Mach 1 y de vuelta al combate, los enemigos pasaban de un lado a otro de nuestra nariz, hasta que Jorge logro un buen traqueo, FOX tres!!! , Uno derribado y otro que se evade, para entonces volábamos entre cerros, sorteando sus cumbres y profundos valles, usando el terreno para obtener ventaja. Volábamos a 500 pies, girando, virando, montando y picando hacia abajo.
Por primera vez en muchos años estaba choqueado por el miedo, no por el escurridizo enemigo, sino por el terreno. El combate se torno aun mas violento, llevando a los aviones al borde del Stall en los virajes. No había siquiera tiempo para recuperar, en el caso de que alguno de los aviones hubiese entrado en barrena, Amigos y enemigos, no solo debían intentar lograr un derribo, si no además sortear las cumbres de los cerros. Al momento que pensaba que mis niveles de adrenalina llegaban al límite, ambos elementos notificaron "terminado". Alas niveladas, post-quemador cortado y a tragar oxigeno.
Mientras montábamos Jorge llamo a nuestro numero 2 y los 3 Mirage 50FC de la Fuerza Aérea de Chile lentamente enfilaron hacia la base en Punta Arenas, en el extremo sur de Chile.
Los Giroscopios de mi cerebro estaban sueltos, después de participar en el combate más realista y violento en mi vida. Sin siquiera pensar en este articulo me decía para mis adentros, "nunca combatas con un Chileno, pues perderás".
Robot sonreía mientras me hablaba a través del espejo retrovisor con una picara mirada.
En EEUU los pilotos están limitados a combatir a 10.000 pies y con cielos despejados. En Chile, estos límites son considerados poco realistas. Debido a que la FACh cuenta con alrededor de 100 aviones de combate, la planificación se centra en un entrenamiento realista, que maximiza a pilotos y maquinas. Esto es lo contrario de lo que sucede en la mayoría de las Fuerzas Aéreas en el mundo, que tienden a ser cada vez más conservadoras respecto a los riesgos a correr en tiempos de paz, debido a la gran cantidad de accidentes. Algunos, incluso, califican la doctrina de la FACh de arriesgada, pero existen reglas definidas que regulan el combate aéreo.
Una vez bajo los 5.000 pies, virajes de no más de 180º grados y 500 pies de altura como límite inferior. De hecho están tan bien entrenados, especialmente en mantener un dominio del escenario, que solo han perdido 3 aviones de combate en accidentes de vuelo en los últimos 10 años. Ellos han determinado que enfrentar los riesgos trae como consecuencias que a la larga, tengan un menor índice de accidentes, pero el mayor beneficio, es tener un arma aérea de combate preparada para luchar mas que solo para amenazar. El encontrarme a bordo de un Mirage sobre Tierra del Fuego en un combate, justo después de haber pasado un tiempo en la Base Antártica Chilena Teniente March, fue algo que pude realizar gracias a la generosidad de Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, General Sr. Fernando Matthei y a la disponibilidad de la línea aérea Pan American para trasladarme allí desde Washington D.C.
Bajo el mando del General Matthei, un genuino líder, la Fuerza Aérea de Chile ha pasado de ser un buen show de aviones F-80 a una pequeña y letal Fuerza Aérea moderna.
Como miembro de la Junta de Gobierno ha estado constantemente impulsando el retorno de los civiles al gobierno de la nación. A menudo esto le ha creado una posición desfavorable ante la Junta, pero no así entre los aviadores y la población civil. Cuando a través, del Agregado Aéreo, Coronel Sr Máximo Venegas, se me invito a venir a Chile, el General Matthei lo hizo pensando que al tener un estadounidense dentro de su comando, nuestras naciones estarían más unidas.
Debido al Embargo norteamericano referido a los derechos humanos, situación que imposibilita tanto la compra de nuevos aviones o repuestos para los ya existentes, Chile esta luchando por incrementar su capacidades a través de la innovación, tanto en la fabricación de aviones como en el entrenamiento. Desconocido para la mayoría es el hecho de que el país fabrica su propio entrenador primario a hélice, el T-35 Pillan y el entrenador avanzado A-36 Halcón, en cooperación con la Piper y CASA en la Empresa de Aeronáutica Nacional (ENAER.). Además todos los aviones de la FACh han sido totalmente modernizados. Cuando no se puede encontrar algún repuesto, este se construye en esa fábrica.
El mejor ejemplo que se puede señalar es la completa modernización del antiguo Mirage 50 al "Pantera", un avión tipo Kfir/Cheetah, con una nueva distribución de cabina, incremento de capacidades y canards; el proyecto debería estar terminado en 1992. Existieron rumores de que Chile vendería todos los Northtrop F-5E Tiger II a Irán, pero estos aviones son muy solicitados y hoy están siendo enviados a ENAER para su modernización luciendo mejor que nuevos.
Francia ha ofrecido más Dassault-Breguet M-50, pero los altos precios, especialmente los de los repuestos, han obligado a Chile a confiar en la capacidad de su gente.
En ninguna parte el talento es tan evidente como el espíritu de equipo, la agresividad y la capacidad de los 600 pilotos de la FACh, 200 de los cuales están en primera línea a lo largo de los 10 Grupos dependientes de 4 brigadas Aéreas. Esencialmente, una Fuerza Aérea de combate, las unidades de la FACh vuelan, además de M-50 y F-5, el Cessna A-37B Dragonfly, Hawker Hunter MK.71, English Electric Canberra, el A-36 de ENAER (CASA C-101), el Hercules C-130 de la Lockheed, el Boeing 707, el DHC-6 Twin Otter, el Beech 99 Petrel, el SA-315 Lama, el Bell UH-1H el SA-330F Super Puma y un sin numero de aviones utilitarios.
Mientras Jorge y yo volábamos de regreso al Grupo numero 4, en Punta Arenas, no solamente admiraba el excelente estado de los Mirage, si no que además trataba de recuperar el aliento. No podía creer que fuera posible aprender algo de pilotos sudamericanos. Volando bajo, sobre las aguas que Magallanes navego durante su circunnavegación del globo, nuestros aviones de ala delta viraron para aproximación ILS. Sobre el cabezal, un viraje izquierdo para un transito normal seguido de un aterrizaje casi perfecto.
Una vez detenido el motor en los refugios asignados a cada avión, me levante del asiento eyectable, baje la escalerilla y eche una mirada alrededor, mientras inspiraba profundamente. Jorge bajo del avión mostrando el pulgar hacia arriba, le respondí de igual forma, abordamos el vehículo de tripulaciones.
Una vez dentro, trate de expresar mis sentimientos y cuan impresionado estaba con el realismo del vuelo. Jorge comento que, con solo 21 horas al mes de vuelo asignadas a los pilotos de la FACh, los minutos contaban y cada uno era planificado para sacarle el máximo de provecho, desde el despegue hasta el aterrizaje.
Después de sacarme el traje Anti-G y el equipo de vuelo en la sala de pilotos, me senté con el Comandante de Grupo Sr Ernesto González y algunos de sus pilotos a conversar sobre el combate aire-aire. Dos veces al año ( una cuando se despliegan como unidad a otra base) los pilotos del Grupo 4, vuelan 2 semanas de combate aéreo disímil contra F-5 y Hunters de la FACh, cosa que también hacen a menudo con los A-37 basados en Punta Arenas. De todos estos el Hunter es considerado el más difícil de derribar, debido a que tiene una velocidad de transición (Corner Speed) de 350 nudos, 4 cañones de 30mm, un excelente motor Avon de 11.000lbs de empuje y una total maniobrabilidad. En teoría, el Hunter es tan rápido como cualquier otro avión de combate moderno y debido a que su misión principal es aire-tierra, siempre vuela en su ambiente óptimo.
Con los A-37 y M-50, ambos ubicados en Punta Arenas, los F-5 y los Hunters en Antofagasta, las unidades caza-bombardeo entregan diariamente una copia de su programación de vuelo a sus vecinos de las unidades aire-aire. Se puede planificar una intercepción, pero los caza-bombarderos nunca son advertidos de esto. El enganche (combate) puede ocurrir a cualquier hora y en cualquier lugar, de manera que la doctrina de "mirar afuera" constituye un verdadero hábito además del control del avión. Tan estrictos son los Comandantes de la FACh acerca de esta dualidad de combate, que a los pilotos interceptores se les asignaron comisiones de servicio en las unidades de ataque con el propósito de diseminar la experiencia del combate aéreo.
La principal amenaza a la que Chile trata de anticiparse, esta relacionada con sus vecinos. Argentina tiene una Fuerza Aérea con más medios y un buen numero de pilotos fogueados en combate. Por otra parte, Perú se esta reequipando rápidamente con modernos aviones. Argentina y Chile casi entraron en guerra en 1978 a causa de tres islas ubicadas en Tierra del Fuego, desde entonces las tensiones se han aminorado debido en gran parte a la mediación papal.
El conflicto limítrofe con Perú y Bolivia viene desde 1879, en la última guerra, cuando Chile anexo territorios de ambos países. A la FACh le preocupa la capacidad de reabastecimiento en vuelo de los Mirage 5 y Mirage 2000 de la Fuerza Aérea Peruana, los que pueden desplegarse en cualquier parte gracias a los 2 boeing 707 tanqueros, suministrados por Israel el año pasado. Debido a que en Sudamérica casi todas las tensiones entre países están relacionadas con problemas limítrofes. Así cualquier guerra se desarrollara en o alrededor de la impresionante Cordillera de los Andes donde existe la posibilidad de combatir en vuelo bajo nivel a mas de 18.000 pies sobre el nivel del mar donde el avión se comporta muy diferente a como lo hace al nivel de este. Los pilotos de la FACh de todas las disciplinas desde los cazas a transportes y helicópteros de reconocimiento, han aprendido a operar en terrenos escabrosos y en forma conjunta. El Comandante González mientras bromeaba sobre el hecho de que los pilotos de Mirage eran mejores que los de F-5, dijo, aparte la rivalidad, la doctrina de combate en la FACh proviene del Grupo número 7, la unidad de los Tigres II en Antofagasta.
De esta unidad egresan los profesores e instructores de combate aire-aire los que van a las otras unidades de la Fuerza Aérea. Cuando en 1976 y 1977 se adquirieron los aviones F-5E y F, el adoctrinamiento del Grupo numero 7, igualmente incluyo una buena dosis de táctica y técnicas de combate aire-aire aprendidas en la Base Aérea Norteamericana de Nellis, sede de la escuela táctica de la USAF. Muchos de los actuales pilotos de la USAF recuerdan como los años más fructíferos desde "Bandera Roja" y los Escuadrones "Agresores": estos entregaban un entrenamiento muy real como resultado de la derrota en Vietnam.
A bordo de un Boeing 707 de Grupo numero 10, me traslade al árido desierto cruzado por el Trópico de Capricornio para volar con los Grupos numero 7 y numero 8.
Volar a lo largo de Chile es una experiencia admirable. Más de 2.500 millas de largo con la Cordillera de los Andes que se extiende virtualmente por igual distancia. El clima atraviesa todas las estaciones en cualquier época del año, lo que no deja de llamar la atención a cualquiera.
Esto representa para la FACh la necesidad de desplegarse y volar en todas las condiciones metereológicas todo el tiempo. Antofagasta se sitúa en la costa del océano Pacifico por un lado y grandes dunas de arena por el otro.
Desoladamente hermoso constituye un terreno yermo ideal para entrenamiento militar. El polígono de tiro y bombardeo hacia el este, esta tan cercano que uno vuela sobre el tan pronto como cuando sube el tren de aterrizaje. Esto permite que el entrenamiento aire-tierra y aire-aire comience casi inmediatamente, sin tener que malgastar parte del turno de vuelo innecesariamente para llegar ahí tal como acontece en los polígonos Norteamericanos. Mientras el avión rodaba hacia la línea de vuelo, por primera vez tuve una impresionante visión de los aviones Hunter del Grupo numero 8 y de los F-5 del Grupo numero 7, listos para el vuelo diario. Desde que entre en las instalaciones del Grupo numero 7, me asombro el su parecido a las unidades de combate de la USAF, tanto por los emblemas de otras unidades ubicadas en las paredes, como los buzos de vuelo Nomex. El Subteniente Reginald Chellew, "un tigre joven" que vive y muere por los cazas, me fue presentado para acompañarme durante mi visita a esa unidad.
Casi todos aun comentaban sobre los excelentes dos días de entrenamiento que habían tenido en el ejercicio "Cielo Azul" volando contra aviones del Ala número 17, embarcada en el portaviones de la Marina Norteamericana "Independence".
Durante el 19 y 20 de septiembre de 1988 al grupo n 7 se le designo para desarrollar un día de entrenamiento de ataque aéreo contra los pilotos navales norteamericanos y otro día para defenderse de los aviones del ala n 17 , mientras el grupo n 8 atacaba la flota americana.
Un día y medio antes del ejercicio, oficiales de la FACh se unieron a los oficiales de la USN a bordo del "Independence" para establecer las reglas de combate, rutas de aproximación, espacio aéreo reservado para el combate sobre el océano lejos de Antofagasta y por supuesto conocerse. Con objetivo de simular la amenaza que enfrenta la FACh, las reglas de combate fueron limitadas a cañones y lanzamiento visual de misiles, sin combates fuera del alcance visual y sin disparos desde el eje delantero. Esto no permitía el uso de los misiles más allá del alcance visual Phoenix y Sparrow de los F-14 y F-18 además de lanzamientos frontales de Sidewinder.
En el primer día , los F-14A del escuadrón VF 103 , y los F-18 del escuadrón 131 combatieron contra los F-5 del grupo n 7 , lo que resultaría ser una serie de sorprendentes experiencias para los pilotos de ambos lados.
Volando en bandadas usando controladores GCI, los pilotos de los F-5 colocaron sus radares en "Stand-by" a fin de evitar iluminar los receptores de alerta pasiva con que estaban equipados los aviones norteamericanos.
Empleando la capa de nubes, el contorno del terreno, el sol, y el uso de tenazas, los chilenos demostraron ser muy duros de pelar, cuando tenían avistamiento visual de los F-14 a 15 millas de distancia e identificación de los mismos a 10 millas de distancia. Usando sus propios sistemas de alerta pasiva de radar para averiguar cuando los Hornets o Tomcats los tenían enganchados ,(fase preeliminar al lanzamiento de misiles Sparrow o Phoenix) los pilotos de los Tigres , hacían un quiebre a menudo rompiendo el enganche , aunque las reglas del combate no incluía el combate BVR ni lanzamiento frontal de misiles , los pilotos de los F-5 consideraban el contacto con el radar enemigo como una amenaza por lo que actuaban en consecuencia.
Conservando alta energía, durante el primer pase, los F-5 rápidamente derribaron 2 F-18. Posteriormente en el portaviones, al revisar los encuentros, los pilotos de F-14 se dieron cuenta de que habían menospreciado al enemigo y lo tendrían en cuenta la próxima vez.
Los combates de 4 contra 4 fueron normales y estos enfrentamientos llegaron a ser muy realistas, toda vez que los pilotos de ambos lados empleaban toda clase de trucos. De pronto un F-5 Chileno se encontró enfrentándose contra 3 F-14, pero se las arreglo para evadirse exitosamente. Después del primer día de combate, la proporción de derribos versus perdidas estaba a favor del grupo n 7 ante la sorpresa de los chilenos y norteamericanos.
Otra sorpresa para los pilotos Chilenos, fue la relativa facilidad con que derribaron, a los F-14, estos eran grandes, fáciles de visualizar y tenían poca razón de viraje. El adversario mas duro fue lejos el F-18.
Durante el segundo día, se realizaron una serie de ataques tierra adentro en vuelo a bajo nivel por parte de los A-6E del escuadrón VA 135 y F-18, protegidos por una escolta de Tomcats y Hornets , operando todos ellos bajo el control de un avión E-2C del escuadrón VAW 125. Los Bombarderos de la armada norteamericana debían volar rutas preplanificadas de 10 millas de ancho, chequeados por controladores Chilenos, penetrando en estas vías con intervalos de 10-15 minutos dejando poco tiempo a la sorpresa.
Después de que los Intruders y/o Hornets volaban a 250 pies del suelo , se encontraron acosados por los F-5 del grupo n 7 , que iniciando sus montadas de combate sobre los cerros , picaban desde lo alto atacando vigorosamente a la fuerza incursora , desarrollándose entonces una serie de violentos combates aéreos llevados al extremo de las reglas fijadas. Tan exitosos fueron los F-5 que el personal norteamericano se preguntaba si acaso los controladores terrestres Chilenos que dirigían las rutas de los A-6, pasaban esta información al grupo n 7. Después de cumplidas 5 misiones, ambos equipos volvieron a sus bases a "curar sus heridas”, y a calcular el daño ocasionado. Los resultados iniciales para los dos días eran increíbles, 56 aviones navales norteamericanos derribados contra la perdida de 16 aviones de la FACH.
Después de una reevaluación con las cámaras filmadoras en las miras y los comentarios de los propios pilotos, la cuenta pudo reducirse a 36 perdidas navales contra 20 de la FACH, esto dependiendo de quien hiciera el conteo.
Los pilotos de ambas partes estaban tremendamente impresionados con las capacidades de sus adversarios, sacando como enseñanza que es imperdonable menospreciar al enemigo al entrar en combate aéreo. Los pilotos norteamericanos aprendieron que los pilotos Chilenos eran muy agresivos, disciplinados y mostraban un excelente manejo de la situación y tácticas de combate, volando al F-5 en sus límites.
Después de conversar acerca del ejercicio "Cielo Azul" y ver sus fotografías de las miras, fui invitado por el Comandante Sr Danilo Catalán a volar con el a volar en un turno de 2 vs 2, contra aviones Hunter del numero 8 y tener una impresión de primera mano de como esta unidad mantiene su entrenamiento.
Después de completar las instrucciones con los dos pilotos de Hunter, nos quedamos solos con nuestro número, y revisamos todas las posibles opciones de cazar o ser cazados. Con la sola excepción de que hablábamos español, la escena no difería de la de los Escuadrones Norteamericanos con similares métodos y actitudes. Afuera una inmaculada línea de F-5 nos esperaba, como es normal con el Tigre II, estábamos rodando por la pista en menos de dos minutos, mientras los Hunter partían rumbo Este hacia el desierto. Sin demora estábamos en el aire rumbo Noreste para obtener separación bajo un controlador GCI. Tan pronto como estuvimos nivelados a 25.000 pies, recibimos vectores de los "enemigos" Catalán indico a numero 2 que tomara posición para combate, sin decir una palabra mientras tratábamos de ver que venia desde la posición 12 del reloj. Nada, yo buscaba arriba y abajo, delante y atrás. ¿Donde estaban? súbitamente a las 2 y abajo, una forma de punta de flecha camuflada de color oscuro contrastaba con el tono café del desierto. El Hunter se aproximaba, luego monto en la vertical apuntando su nariz hacia nosotros. Un rápido quiebre y clavamos la nariz hacia nuestra amenaza. Tan rápido como esto se había iniciado ninguno de los dos aviones logro una posición ventajosa y nos separamos para iniciar un nuevo encuentro. Ciertamente el Hunter era un rudo adversario, algo que yo averiguaría mas tarde cuando volara en un combate 1 contra 1; pero eso es tema para otro articulo que publicare próximamente. A pesar de su antigüedad, el F-5 resulta ser uno de los aviones caza más letales, particularmente cuando son volados por pilotos perfectamente entrenados. Los Chilenos tienen tantas, si no es mas, cualidades que los pilotos "agresores" norteamericanos.
Después de volar 150 a 200 horas en el Grupo 7, los pilotos están considerados aptos para el combate. Cuando pregunte si solo los pilotos más experimentados en F-5 se habían enfrentado a los pilotos navales norteamericanos, dijeron que habían participado todos, desde los más antiguos hasta los más nuevos, y estos no lo habían hecho del todo mal.
Lo que pude apreciar después de volar con la FACh fue la dedicación aplicada al entrenamiento real en todos los niveles. Los pilotos están sujetos a constantes cambios de escenarios reales que los mantienen alerta y estimula la renovación. Tal como lo aprendieron los EEUU, en la guerra de Vietnam, una fuerza aérea combatirá de la misma manera como se entrena. La Fuerza Aérea de Chile ha echo suya esa máxima sin haber tenido que pagar el alto costo de entrar en combate.