Brasil: estrategia integrada para la soberanía espacial y el liderazgo regional
Por Ángel Rojo
Brasil persigue el objetivo estratégico de posicionarse como líder regional en tecnología espacial, basado principalmente en el Plan Nacional de Actividad Espacial y en el Programa Estratégico de Sistemas Espaciales. El primero proporciona la base tecnológica, industrial y de investigación para las actividades espaciales; mientras que el segundo refuerza la seguridad y el uso estratégico de estas capacidades para la defensa y soberanía nacional. Juntos, forman un marco integral que combina el desarrollo socioeconómico con los intereses estratégicos de seguridad y defensa del país.
El Plan Nacional de Actividades Espaciales (PNAE-2022-2031) y el Programa Estratégico de Sistemas Espaciales (PESE-2012) están estrechamente vinculados y complementan los objetivos estratégicos del país en el ámbito espacial. Su articulación se refleja en varios aspectos claves:
1. Visión integrada del programa espacial. Ambos planes buscan consolidar a Brasil como un actor relevante en el ámbito espacial, promoviendo la independencia tecnológica y la soberanía nacional. Mientras que el PNAE abarca un enfoque más amplio en ciencia, tecnología y desarrollo industrial, el PESE tiene un énfasis particular en las aplicaciones espaciales de defensa y seguridad.
2. Coordinación interinstitucional. El PNAE es liderado por la Agencia Espacial Brasileña (AEB), mientras que el PESE está bajo la dirección del Comando de Operaciones Aeroespaciales (COMAE) de la Força Aérea Brasileira. Ambos planes comparten objetivos estratégicos y colaboran para integrar las capacidades civiles y militares, optimizando recursos y alineando esfuerzos en proyectos duales.
3. Proyectos compartidos. Ambos planes priorizan el desarrollo de satélites y tecnologías nacionales, por ejemplo:
· Los satélites de observación terrestre, como el Amazonia-1, tienen aplicaciones tanto civiles (agricultura y monitoreo ambiental) como militares (seguridad fronteriza).
· El desarrollo de sistemas de telecomunicaciones como el SGDC (Satélite Geoestacionario de Defensa y Comunicaciones) es una iniciativa clave compartida.
4. Centro de Lanzamiento de Alcântara (CLA). Tanto el PNAE como el PESE consideran al CLA como un activo estratégico. El PNAE lo promueve para actividades comerciales e internacionales, mientras que el PESE lo valora como un recurso clave para garantizar la capacidad de lanzamiento nacional con fines de defensa.
5. Desarrollo tecnológico y sostenibilidad. El PNAE fomenta la innovación y la expansión de la industria espacial nacional, mientras que el PESE impulsa el desarrollo de sistemas espaciales para garantizar la soberanía tecnológica en áreas críticas, como las telecomunicaciones y la vigilancia estratégica.
Asimismo, se pueden visualizar tres segmentos básicos de este sistema espacial, compuesto básicamente de satélites, vectores y centros de lanzamiento, y centros de comando y control.
Dentro de la parte de satélites podemos mencionar que el plan de desarrollo tiene previsto los siguientes activos espaciales:
· Carponis: satélite brasileño de alta resolución espacial que se dedica al sensoriamiento remoto. Tiene la capacidad de generar imágenes color con una resolución de un metro o menos, de calidad mucho mayor que el satélite chino-brasilero CBERS-4, que sólo puede proporcionar imágenes en blanco y negro con una resolución máxima de cinco metros.
· Calidris: consiste en una constelación de satélites en Órbita Geoestacionaria (GEO) para comunicaciones y posicionamiento.
· Atticora: también es una constelación de satélites no geoestacionarios en órbita baja terrestre (LEO), para proporcionar servicios de comunicaciones tácticas, observación de la Tierra y cartografía.
· Lessonia: consiste en un satélite de observación de la Tierra con sensores radar.
Respecto del acceso al espacio, los planes apuntan a los vectores y centros de lanzamiento. Entre los vectores podemos mencionar:
· VS50: es un cohete suborbital de dos etapas de combustible sólido (1° propulsor S50 de 550 Kn y 2° propulsor S44 de 33 Kn) que fue desarrollado en conjunto por el Instituto Brasileño de Aeronáutica y Espacio (IAE) y la Agencia Espacial Alemana (DLR), con una masa de 15 Tn y una carga útil de 500 kg. El IAE se encargó del desarrollo de los motores, el sistema de navegación, la infraestructura para el lanzamiento y la seguridad de vuelo. La DLR se encargó del desarrollo y la calificación de los demás sistemas; como ser adaptador inter-etapas, módulo de servicio, cofia y sistema de actuación de boquilla mediante vectorización de empuje. Si bien es una plataforma de prueba de los principales subsistemas del VLM, también es un producto por sí mismo adecuado para la prueba de vehículos hipersónicos y vuelos suborbitales. Respecto de los vehículos hipersónicos está el HEXAFKY (Hight-speed experimental fly vehicles) de la ESA y el X-14 de Brasil que es un prototipo de vehículo aéreo no tripulado hipersónico.
· VLM (vehículo lanzador de microsatélites): con una capacidad de carga de 30 a 100 kg con una alcance de unos 300 km que emplearía 3 etapas, las dos primeras con el propulsor S50 de combustible sólido de 450 Kn y la tercera con el propulsor S44 de 33,24 Kn. El objetivo de este proyecto es alcanzar la autonomía tecnológica de los sistemas que están bajo dependencia extranjera, embargos o indisponibilidad en el marcado nacional.
· Aquila 1 y 2, con una capacidad de carga útil de 300 kg con un apogeo de 500 km y de 500 kg a 700 km, respectivamente. También serían propulsados por dos etapas de combustible sólido con el motor S50 y una tercera de combustible líquida L25, en desarrollo.
Además, Brasil cuenta con dos sitios de lanzamiento; uno es el citado CLA operado por la Força Aérea Brasileira junto con la Agencia Espacial Brasileña, que posee una ubicación muy próxima al Ecuador Terrestre y que además cuenta con mejor infraestructura para realizar preparación de motores y de carga útil, carga de combustible líquido y torre de lanzamiento y torre móvil de integración. El otro, es el Centro de Lanzamiento de Barrera del Infierno (CLBI), cerca de la ciudad de Natal, donde se concentran las operaciones de seguimiento de vehículos lanzados desde el Centro de Lanzamiento de Alcântara, pruebas y experimentos de interés para el Comando de la Força Aérea Brasileira, como así de las otras Fuerzas Armadas y venta de servicios de lanzamiento y rastreo de cohetes suborbital a organismos nacionales y extranjeros.
La otra pata fundamental del sistema es el comando y control, para lo cual se desarrolló el COPE (Centro de Operaciones Espaciales) con el propósito de controlar todos los satélites de los sistemas espaciales brasileños, contando con el centro principal en Brasilia y uno secundario en Río de Janeiro.
Este centro se encarga de controlar y emplear los sistemas espaciales para aumentar la eficiencia y eficacia de las Fuerzas Armadas y de otras organizaciones gubernamentales. Provee principalmente información y alertas del clima espacial que pueda afectar a activos en el espacio y en la tierra, detección y seguimiento de basura espacial u otros activos, a efectos de tomar las medidas conducentes para evitar una colisión.
Cabe mencionar también que Brasil forma parte del Commercial Operations Cell (JCO, por las siglas en inglés de su anterior denominación). JCO es una iniciativa liderada por la Fuerza Espacial de los Estados Unidos que utiliza proveedores de la industria para ofrecer capacidades diversas y oportunas de conocimiento del dominio espacial e impulsar asociaciones críticas. Aspira a ser un sistema global que opere en tres células regionales: América, Pacífico y Meridiano.
Brasil ha mantenido un camino firme rumbo a lograr un puesto en el contexto de las naciones con capacidad espacial, lo cual se ve reflejado en el PESE, PNAE y últimamente con la promulgación de la Ley N° 14.946 del 31 de julio de 2024 que establece las normas aplicables a las actividades espaciales nacionales.
Este es un importante instrumento legal para regular el sector espacial en Brasil. Además de tratar de los vehículos de lanzamiento, la Ley regula el transporte de personal y material al espacio; el desarrollo de satélites, cohetes, naves, estaciones y sus componentes y equipos; la exploración de cuerpos celestes como la Luna, meteoros, cometas, asteroides u otros planetas; turismo espacial; y la remoción de escombros.
Pero, principalmente, esta nueva legislación asigna la “autoridad espacial de defensa” al Comando de Aeronáutica quien regula y supervisa las actividades espaciales relacionadas con la defensa nacional. La institución ahora autorizará cualquier vuelo de vehículo lanzador que se realice en el espacio aéreo brasilero y el Ministerio de Defensa podrá monitorear la recepción y distribución de datos espaciales sensibles para la seguridad nacional.
Las actividades civiles serán reguladas, autorizadas y supervisadas por la Agencia Espacial Brasilera (AEB) como “autoridad espacial civil”. Para actividades civiles y militares simultáneamente, el Comando de la Fuerza Aérea y la AEB deberán actuar de manera coordinada. Mientras que la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) será responsable de autorizar otras actividades legalmente atribuidas a ella.
La Fuerza Aérea Argentina y la actividad espacial
Respecto de la actividad espacial desarrollada por la Fuerza Aérea Argentina podemos mencionar que ha sido muy prolífera desde sus inicios. En el año 1947 la Argentina realizó sus primeras actividades en la investigación espacial y fue la Fuerza Aérea quien, a través de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE), llevó a cabo lanzamientos de toda una familia de los cohetes Gamma Centauro, Beta Centauro, Orión y otros.
Asimismo, en los años 60 se establecieron dos Centros de Experimentación y Lanzamiento de Proyectiles Autopropulsados (CELPA), uno en Chamical, en la provincia de La Rioja, y otro en Mar Chiquita, en la provincia de Buenos Aires, desde donde se realizaron unos 150 lanzamientos.
Asimismo, participó de diferentes investigaciones espaciales. En la segunda mitad de la década del 60, se llevó a cabo la operación BIO I que consistió en el envío a altas capas de la atmósfera de una rata blanca en la carga útil de un Orión II y su posterior recuperación para el estudio de las reacciones de su organismo al vuelo espacial. En ese mismo año se lanzaron simultáneamente desde la Base de CELPA en Chamical y desde la Base Matienzo, en la Antártida Argentina, cohetes Alfa Centauro. A estos experimentos se sucedieron los realizados con los cohetes Canopus, Rigel y Castor.
En los 80 se desarrolló el Programa Cóndor, que hubiera dotado a la Argentina de su propio lanzador satelital, el cual fue cancelado en 1991 por presiones externas dando fin también a la CNIE. A partir del 28 de mayo de 1991 se crea la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales) con el objeto de implementar el Plan Espacial Nacional, quedando fuera del mismo la participación de las Fuerzas Armadas y de esta forma, relegados los intereses de la defensa nacional.
Consideraciones finales
La Fuerza Aérea Argentina fue el motor, desde sus orígenes como fuerza independiente, del desarrollo espacial de la Argentina hasta los años 90; en que por cuestiones políticas esta responsabilidad pasó totalmente al plano civil dejando de lado los intereses de la defensa nacional.
Hoy en día, el ámbito espacial está conectado con los otros ámbitos donde se desarrollan las operaciones militares, por lo cual es necesario asignar la responsabilidad de Autoridad Espacial de Defensa para llevar a cabo el desarrollo de doctrina y medios que permitan controlar, proteger y garantizar la utilización del entorno espacial, como mencionara en un artículo anterior “Por qué las Fuerzas Aéreas están cambiando su nombre a Fuerzas Aeroespaciales
[1]”.
Lo citado precedentemente se puede observar en diferentes Fuerzas Aéreas como ser las de Francia, España y Colombia, por ser las últimas en implementar estos cambios; y actualmente Brasil, a través de la Ley N°14.946 del 31 de julio de 2024.
Por lo cual, la Argentina no sólo debería revisar el Plan Espacial Nacional, que está a la espera de la firma del Poder Ejecutivo Nacional, sino también promulgar una ley de determine las Autoridades Espaciales de Defensa y Civil, responsable del desarrollo integral de las capacidades espaciales de la República Argentina.
Por Ángel Rojo Brasil persigue el objetivo estratégico de posicionarse como líder regional en tecnología espacial, basado principalmente en el Plan Nacional de Actividad Espacial y en el Programa Estratégico de Sistemas Espaciales. El primero proporciona la base tecnológica, industrial y de...
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