Creo que tardaremos bastante en darle la real dimension que tiene y tendrá la emision de esta noche...IMPRESIONANTE, APABULLANTE,ETC,ETC. Un hallazgo historico de Norber y el Equipo de MM. Ruego por favor, que hagan todo lo posible para tener una segunda parte. Les dejo YA el link y el extracto de una nota periodistica realizada al Lic Garcia Enciso. Un Abrazo Malvinero Gigante a Norberto (Felicito por el "retoño" literario!!!), al resto de la Banda de Hermanos y a Todos!!!!.
LINK:
http://radiocut.fm/audiocut/mision-malvinas-banda-de-hermanos-4637/
El hundimiento del Crucero Belgrano fue un crimen de guerra
03/04/2015 Esa es la conclusión a la que se arriba luego de escuchar el relato del Lic. José Enrique García Enciso; en ese entonces diplomático correntino que protagonizó el núcleo de las negociaciones que evitaban la guerra, pero que la primer ministro de Inglaterra no quiso.
Lic. José Enrique García Enciso, y el hundimiento del Crucero 'Gral. Belgrano'.
Esta nota, publicada en el N°40 del periódico 'EL CANILLITA' en junio de 2005, revela el momento decisivo en que el acuerdo alcanzado por el general Alexander Haig - mediador del conflicto enviado por el presidente de EE.UU. - y el canciller argentino Nincanor Costa Méndez, se derrumba ante el cobarde hundimiento del Crucero 'General Belgrano'.
"A 23 años de la Guerra de Malvinas, el hundimiento del buque insignia de la Armada Argentina - un minuto después de las cuatro de la tarde del domingo 2 de Mayo de 1982 con la pérdida de 323 soldados de la patria – aún sigue instalando en la conciencia nacional el repudio a una decisión atroz que truncó la posibilidad de un acuerdo de paz en la mesa de negociaciones en la Guerra de Malvinas.
Aquel verano de 1981 trajo un llamado impensado, desde Buenos Aires, en los campos de la familia García Enciso en cercanías de Mercedes, Corrientes. José Enrique, Licenciado en Ciencias Políticas, había decidido vivir allí - luego de contraer enlace - imaginando otro futuro para su flamante matrimonio.
De Mercedes a la Casa Rosada.
“En un viaje que realizo a Buenos Aires, recuerda, volví a encontrarme con amigos y personalidades de las ciencias políticas. Entre ellos estaba el coronel Antonio Ficheras, que también era recibido en esa especialidad. Nunca imaginé, que tiempo después, volvería a verlo nuevamente”.
Ficheras, que era subsecretario General de la Presidencia, se conecta con el padre de José Enrique y al día siguiente habla por teléfono con él. “Me dice, evoca García Enciso, que como yo estaba entre los primeros egresados con los mejores promedios y diploma de honor de mis estudios, me convocaba desde el Gobierno Nacional para algo muy importante. Como insistió, decidí ir a verlo“.
Durante la entrevista, Ficheras aborda el tema Malvinas desde el principio. “Licenciado, me dice, necesitamos gente que maneje las relaciones exteriores e internacionales, y que no sea militar. Por que tenemos ya un equipo militar acá. También me comenta que Gobierno militar, ha decidido encarar diversas alternativas al cumplirse los primeros 150 años de la toma de Malvinas. Como Ud. habla inglés y conoce, su opinión y análisis podrían ser valiosos”.
José Enrique decide quedarse, y de inmediato observa que el gobierno militar consideró, a finales de 1981, que a pesar de las recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas y de los esfuerzos diplomáticos y económicos argentinos, el Reino Unido no accedería a negociar sobre la soberanía. Por entonces, la Junta Militar, había aprobado la idea del almirante Jorge Isaac Anaya de recuperar las Malvinas mediante una acción sorpresiva e incruenta para las fuerzas inglesas, y posteriormente negociar el traspaso de la soberanía. Anaya, en verdad, respondía al Almirante Emilio Massera que se encontraba en situación de retiro.
“Me toca intervenir en la Comisión de Trabajo Conjunta para realizar el planeamiento de la recuperación, y después, participar cuando el tema de Malvinas se precipita. En realidad, cuando esto sucede, no estaba en los planes el 2 de Abril. Estaba, en todo caso, el 9 de Julio. Allí, la historia hubiera sido distinta, por que se desactivaba la presencia del buque Inglés HMS Endurance que estaba apostado en Malvinas y se desactivaban los dos portaviones que tenía la Armada Real. Hacia mediados o fines de año, la historia de Malvinas hubiera sido totalmente distinta”, señala García Enciso.
La irrupción de un empresario.
El episodio inesperado que provoca el enfrentamiento entre Argentina y Gran Bretaña se inicia a partir de las actividades empresarias de un argentino, Constantino Davidoff. Su actividad principal eran los negocios relacionados con la chatarra. En el mes de Septiembre de 1979, Davidoff firmó en Londres un contrato con la empresa Christian Salvensen de Edimburgo, adquiriendo las instalaciones balleneras abandonadas en las islas Georgias, a un valor inferior a los u$s 200.000. Esto representaba un brillante negocio que dejaría excelentes ganancias, pues el precio de la chatarra, permitiría en ese momento obtener cifras cercanas a los u$s 10.000.000. Para desmantelar las instalaciones era necesario transportar a las islas personal y equipos.
Davidoff gestionó en la Embajada Británica en Buenos Aires el servicio del buque antártico HMS Endurance. Pero su pedido fue denegado y, seguidamente, la Armada Argentina se pone a su disposición para llevar a cabo la tarea.
García Enciso resalta que “hoy todavía, no está del todo claro por qué aparece el tema Georgias y el desembarco de un equipo de laInfantería de Marina. Los ingleses que estaban en Puerto Leith, van hasta Grytviken y filman esto, y eso precipita la crisis; porque los ingleses dijeron que los argentinos no hicieron todos los trámites que decían que había que hacer, y les dijeron que se embarcaran de nuevo o los desalojaban por la fuerza”.
Se produce la crisis.
La historia revela que en diciembre de 1981, Davidoff zarpa con destino a Puerto Leith, llegando a la Bahía Stromness unos días después. Si bien Davidoff envió una carta comunicando a la Embajada Británica su viaje al archipiélago de Malvinas, no especificó que lo haría en un barco de las características del rompehielos ARA 'Almirante Irizar' de la Armada Argentina; ni que se dirigiría directamente a las Georgias sin antes tramitar su desembarco en Grytviken.
Este breve viaje sirvió para tomar fotografías e inventariar el material existente en las exfactorías. El 19 de Marzo de 1982, nuevamente Davidoff regresa a las Georgias, pero ahora en el buque de la Armada ARA 'Bahía Buen Suceso', que llevaba 41 personas, en su mayoría operarios, que permanecerían unos 4 meses realizando las tareas de desmantelamiento.
En este desembarco se produce el hecho que se utilizó como desencadenante del conflicto, y por el cual las autoridades británicas acusaron formalmente a los argentinos: el izado de una bandera argentina.
“Mucha gente, sostiene José Enrique García Enciso, cree que todo esto fue una jugada del Almirante Anaya, quien es el que manda a los infantes de Marina con Davidoff, sin avisar a Relaciones Exteriores y al resto de la Junta Militar. ¿Quién era Anaya?. Era hijo de un exilado boliviano que era un nacionalista muy duro, muy fervoroso. Un tipo muy callado, que casi no hablaba, y que cuando Emilio Massera era Comandante en Jefe, le encargó la posibilidad de recuperar las Malvinas por la fuerza. Anaya se había enamorado de su plan. Con esto, cuando asume Fortunato Galtieri en el gobierno, Anaya le hace jurar que ese año se va a resolver el tema Malvinas".
"Por eso comienza el proceso de planificación militar. Cuando se precipita lo de las Georgias, recibimos la noticia que los ingleses mandan un submarino nuclear. En ese momento se determina que, si refuerzan las Malvinas, nunca más se va a tener la oportunidad. Se da la orden, el domingo 28 de marzo, de embarcar elementos y tomar las islas sin derramamiento de sangre para negociar. Pero después, se comete un gran error cuando se decide no negociar”, señala el exdiplomático.
Finalmente, cuando Galtieri apareció en el balcón de la Casa Rosada, en la mañana del 2 de Abril, todo se desmoronó.
La toma de Malvinas.
La Junta Militar decide recuperar las islas Malvinas el día 1º de abril de 1982, basando la acción en las siguientes suposiciones: • Que el Reino Unido no reaccionaría con violencia. • Que EEUU se mantendría al margen. • Que se podría controlar la crisis y, por lo tanto, habrían negociaciones por la cesión de la soberanía.
El Lic. García Enciso, refiere que “continué desempeñando mis tareas en la Secretaría General y comenzamos a analizar las repercusiones, etc.. Yo tenía una excelente relación con el equipo del canciller Nicanor Costa Méndez. Nos conocíamos desde varios años antes, porque fui compañero de su hijo durante mis estudios. Lamentablemente, este muchacho que era el único hijo varón, muere en un accidente, y asumo despedirlo en su sepelio. Estaba en contacto permanente con Costa Méndez y con sus otros dos asesores. Uno era muy amigo mío y el otro fue compañero. Eso permitía intercambiar mucha información".
"El general Galtieri cambia su posición porque lo de la Plaza lo enloquece. También es cierto que las encuestas decían que la gente no quería ceder un metro de la tierra; quería que se luchara. Visto hoy, la historia es distinta. Esto influyó mucho en Galtieri y fue lo que terminó siendo un error. En concreto, yo estaba trabajando allí y debí estar presente cuando arriba el 10 de abril el general Alexander Haig - enviado por el presidente Ronald Reagan como mediador - con todo su equipo. Tengo guardada las minutas de cada una de las conversaciones del presidente Galtieri con el secretario de Estado norteamericano. Todas son originales”, asegura.
En el centro de la escena.
José Enrique García Enciso se convierte así en un protagonista directo de la trama, hasta hoy casi secreta, que adquiere enorme significación con el paso del tiempo. A la luz de estos hechos, se preguntará más de uno, ¿No debería Margaret Tatcher enfrentar una acusación de crimen de guerra?
“En el desarrollo de las conversaciones, señala, la discusión más notoria se plantea sobre la palabra deseo, que es agregada a la propuesta de Haig. La cual no es rechazada de plano, pero les piden que les den más tiempo. El general Haig estuvo en la Argentina, y luego se fue a Inglaterra el 11 de abril. Volvió y, después de estar en el país, de nuevo se retira; esta vez, enojado, porque decía que cambiaban las bases de las negociaciones. Y algo de razón tenía, por que el Comité Militar introducía elementos nuevos. Por ejemplo, que no solo la soberanía nacional importaba, sino que el gobernador argentino de las Islas Malvinas no se podía sacar. Y tampoco podía terminar la negociación después del 31 de diciembre de ese año. Pero Haig sabía que nos atacaban los ingleses el 1º de mayo. Los ingleses aceptaban negociar sin afectar la parte militar. Decían, salir vamos a salir; y llegar, vamos a llegar. Si en el ínterin llegamos a un acuerdo, bien. Y si no, vamos a recuperarlas por la fuerza. Los ingleses nunca ocultaron eso”.
El desempeño del general Haig.
Mientras Argentina negociaba con Gran Bretaña, también irrumpían con decisión los organismos internacionales como las Naciones Unidas. El 12 de abril, telefónicamente, Haig comunicó a Costa Méndez, desde Londres, que Gran Bretaña era irreductible. Esa madrugada, las naves de la Task Force habían bloqueado las islas, en tanto la Flota de Mar Argentina permanecía en sus apostaderos.
“Cuando Haig anuncia su propuesta, recuerda García Enciso, se la rechaza. Haig, no lo podía creer. “Van a pasarlos por encima”, dicen que dijo, pero acá se la rechaza igual. Haig ese día desinforma al senado americano porque les presenta la propuesta argentina como más dura que la inglesa, ya que las dos eran duras. Pero Haig, que era un militar y no un diplomático, era un tipo enormemente impulsivo y de un carácter muy duro. Lo estudié mucho mientras hablábamos, y estaba horas mirándolo. El tipo tenía un carácter fuertísimo y cuando se enoja, lo hace con la Argentina y da ese informe desfavorable. Aunque aquí se mostró más flexible de lo que demostró posteriormente tras su regreso a los EE.UU”.
Intento desesperado.
En su país, el general Haig se da cuenta de que acá iba a producirse una guerra. Allí es donde lo decide llamar a Belaunde Terry y le pide que por favor que presente una nueva propuesta, realizada por él, donde cambia las cosas a favor de la Argentina. Le dice, “yo no puedo presentarla porque ya me quemé”. El presidente de Perú baja la propuesta a la Argentina el 1º de mayo, día en que comienza el enfrentamiento bélico. Ese día, en Presidencia de la Nación, había mucha euforia por que se creía que todo había salido muy bien en el teatro de operaciones para la Argentina.
"En esa jornada, recuerda García Enciso, se hablaba de un barco inglés hundido y cinco aviones Harrier derribados. Un triunfo militar total del país. Por lo cual la propuesta de Perú recién arribada, pero no es tomada con un sentido de urgencia. Es el primer día de guerra y esa euforia que todo había salido bien, jugó en contra. El presidente Galtieri, al conocer la novedad, dice “Está bien, pero mañana le contestamos”, y le da la propuesta a Costa Méndez. El canciller me comenta que eso es excelente para la Argentina, que significa ganar todo. Por que se instalan cuatro países neutrales en Malvinas y se van los ingleses, no van a venir nunca más. Aunque a la larga o a la corta sabíamos que volverían a reclamarnos", describe.
La crónica de los sucesos indica que el general Galtieri resuelve estudiar el documento un poco más. A las 19 horas, del domingo 2 de mayo, se reúne la Junta Militar, y anuncia que al otro día, va a contestar favorablemente. "Se avisa a Belaunde Terry, y éste realiza una conferencia y sale - por todo el mundo - con un cable de noticias anunciando la paz”, agrega el exdiplomático.
Pero, tres horas antes, el crucero “Gral. Belgrano” había sido hundido por dos torpedos del submarino inglés “Conqueror” luego de perseguirlo durante las últimas 36 horas a distancia de disparo. Los dos buques escoltas, el “Bouchard” y el “Piedrabuena”, que acompañaban al Belgrano navegaban en el momento del ataque a 7 o 8 millas de distancia y no dieron cuenta del hundimiento.
La noticia en la Rosada.
José Enrique García Enciso, recuerda aquellos momentos. “La reunión comenzó a las 19 e inmediatamente se avisó la aceptación de la propuesta a Belaunde Terry. A las 19.15 entra una persona y le da un papel al Almirante Anaya. Éste se para y le cambia la cara, luego dice “perdonen pero me retiro”. Le comunicaban la pérdida del 'Gral. Belgrano'. Después vino lo que vino, y se rechaza la propuesta del presidente peruano. A los 2 días se hunde el Sheffield, con lo cual parece que queda empatada la cosa, y desde allí se hace cada vez más difícil dar marcha atrás. El mismo gobierno se ata de manos diciendo que no va a negociar la soberanía, ni acepta otra cosa que no sea la entrega de las Islas en forma inmediata. Se desata a la guerra”, relata con la emoción en su rostro.
Reacción en el Senado norteamericano.
"El lunes 17 de mayo, continúa García Enciso, me llama el subsecretario de Relaciones Institucionales de la Presidencia, Cnel. Mario Zambonini, para oficiar de traductor en una importante reunión que se desarrollaba en el despacho anexo del general Iglesias. Me solicita que esté a las 7 de la mañana, y cuando llego vea a Iglesias con un norteamericano alto, todo de negro, anteojitos, de unos 30 años. Me presento y me dice que se trata del asesor principal del senador Jesse Helms: Dr. Clidfford Aticck Kiracoffe. Hoy, Helms sigue siendo el senador mas longevo hasta hoy y debe tener unos 40 años de senador y fue el único que había votado, en ese entonces, a favor de la Argentina en el Senado norteamericano".
También precisa que, pesar de los argumentos de Haig, el Senado vota una resolución diciendo que “en función de los lazos históricos con Gran Bretaña, el gobierno americano no puede volverse neutral por que tiene un tratado de todo tipo”. Jesse Helms vota en contra y argumenta: “No, señores. Nuestros intereses están en América, no con los ingleses“. Por eso Helms manda a este asesor.
"El general Iglesias le comunica que nosotros fuimos más flexibles de lo que se decía en su país. Y que a Haig se le habían presentado más de 5 propuestas de arreglo, o 5 variantes de una alternativa. El estadounidense dijo: “Haig nunca habló de esto”. Inmediatamente, Iglesias ordena mostrarle todo los archivos que se disponían, que aunque eran secretos, él autorizaba a que nos encerráramos con llave y pudiese leer todo lo que quiera. Kiracoffe no podía fotocopiar nada, pero podía anotar lo que quisiera”, describió.
La revelación.
Con Kiracoffe, el Lic. García Enciso consume cinco días trabajando en la reconstrucción de todas las negociaciones con el Gral.Haig y ahí es donde este enviado confiesa de que disponían de un hombre de la CIA que le había realizado un informe verbal al senador Helms sobre las negociaciones de Malvinas. Ya que el senador tenía sospechas de que Haig había engañando al Presidente Reagan respecto de las posiciones de Argentina y Gran Bretaña.
“En el curso de ese informe, sostiene García Enciso, el agente de la CIA le dijo a Helms, en presencia de su asesor, que dicha agencia tenía un hombre infiltrado en el gabinete inglés y que el mismo había informado que en ocasión de aceptar Argentina la propuesta presentada por el Perú, habiéndose enterado Margaret Tatcher, sobre el mediodía de Londres, dio la orden para que se hundiera el 'Gral. Belgrano'. A las tres de la tarde inglesa, después de almorzar, Tatcher instruye al comandante del submarino 'Conqueror' a que inicie el ataque mortal. El objetivo era claro y explícito: que la oferta de paz no fuese aceptada. Esa paz era la derrota inglesa y la caída de su gobierno en tres días“.
La reconstrucción de una infamia.
Vuelto el asesor de Helms a su país, García Enciso le solicita al general Iglesias a realizar una investigación con toda la documentación obrante en Presidencia y en la Chancillería, a efectos de verificar la autenticidad o no de las afirmaciones de Kiracoffe.
"Esa investigación, relata, me tomó unos seis meses y coincide con una serie de publicaciones y documentales de autores ingleses como Arthur Gavshon y Desmond Rice, Clive Ponting o Tam Dayell. Este último, miembro del Parlamento inglés, denunció a Tatcher por un crimen de guerra. Clive Ponting, por ejemplo, funcionario del Ministerio de Defensa, se consideró en la obligación de informar al Parlamento que la primer ministra había mentido y ocultado documentación que probaba lo hecho sobre el 'Gral. Belgrano'. Ponting publicó un libro que se llama “El Derecho de Saber” y, como los otros, coincide en lo siguiente: el domingo 2 de mayo, a las 12 horas de Londres - 8 horas de la Argentina - Tatcher convoca al gabinete de guerra a las 13.30 (9.30 de Argentina). Recordemos que el sábado, el día anterior, el presidente Galtieri anunció a Belaunde que se aceptaba su propuesta. La reunión en Londres se extendió por una hora", reseña.
"En ese momento, Galtieri habla telefónicamente con Belaunde, éste con Pynn (canciller inglés) y éste con Tatcher. Finalizada la reunión sale la orden de hundir al crucero que estaba volviendo a puerto y se alejaba de la zona de exclusión marcada por los ingleses. El comandante del submarino inglés pide por tres veces la confirmación de esa orden, porque consideraba extraño atacar cuando el barco estaba fuera de la zona de exclusión y la orden anterior era precisamente no atacar. Recibida la confirmación, se produce el ataque y el crucero es hundido a las 16.01 de la tarde argentina (20.01 de Londres). A las 19, tres horas después, la Armada recibe la noticia y se retira de la negociación. Toda esta documentación, en mi poder, está a disposición del Gobierno argentino, si realmente desea plantear el derecho de considerar a este hecho un crimen de guerra”, finaliza el Lic. Enrique García Enciso.
Usted, amigo lector, ¿sacó sus conclusiones?
Fuente: Periódico 'El Canillita', publicación del Sindicato de Canillitas. Junio 2005. Corrientes, Argentina.
