Perú: Punto de Inflexión.
Nov. 18 , 2009
Una explosión desenfrenada de nacionalismo económico, político y cultural se ha desatado en Perú en contra de Chile. El presunto caso de espionaje de un miembro de la Fuerza Aérea del Perú, no ha hecho más que mostrar y demostrar que no se puede continuar con la política de “relaciones inteligentes”. La razón es simple: no hay un interlocutor válido del otro lado de la línea de la Concordia. Es toda la clase política peruana la que se alimenta sistemáticamente de los conflictos con Chile, y si no existen, evidentemente los crean.
Medios de comunicación, tildados en su momento como “serios”, tal es el caso del diario peruano El Comercio ha comenzado a utilizar el concepto de “mapochos” o “mapochinos” para referirse a los chilenos. Una formulación despectiva que denota sentimientos revanchistas anclados en lo más profundo de la institucionalidad política limeña. Una prueba más que el nacionalismo negativo, aquel que busca generar cohesión en base a la identificación de un “enemigo” externo, no solo genera en dicho país votos, sino que también, recursos económicos.
Hoy, el Gobierno peruano continúa escalando peligrosamente su estrategia en orden a presentar a Chile como un actor beligerante en la escena regional e internacional. Alán García apuesta por ensuciar la imagen de Chile. No se trata, como algunos señalan, de un hecho meramente coyuntural. Estamos frente a un punto de inflexión en la postura peruana hacia Chile, en particular su clase política. La credibilidad de la amenaza disuasiva desde Chile hacia Perú necesita la adopción de medidas serenas, pero firmes.
Un nacionalismo trasnochado tomó el control de Torre Tagle. Este hecho genera riesgos impensables al establecerse lógicas que podrían ser interpretadas en La Moneda como asociadas a ultimátum. Tal es el caso de lo señalado por el Canciller de ese país, García Belaunde, cuando avanza que, “…si Chile no realiza la investigación, pese a la documentación enviada, habrá que evaluar el conjunto de las relaciones. Espero que esa actitud (del Gobierno Chileno) cambie”. Este tipo de declaraciones no está dirigido al Gobierno chileno, sino que a su misma población, sus votantes para la próxima elección general. Existen los canales diplomáticos y políticos directos para comunicar posturas y políticas, malestar y quejas. Ha quedado demostrado que los medios de comunicación en Perú son el principal medio de legitimación de una clase política imbuida en la des legitimidad estructural.
En este nacionalismo desatado, la lógica que se impone es identificar objetivos de hostilización. Uno de ellos es el comercial y económico. Otro. Es la imagen de Chile. Alán García azuza a Chile. Es ya una Política de Estado.
¿Cómo debe responder Chile? Debe, claramente, reposicionar su lugar en el escenario regional. Debe, transformar sus capacidades potenciales, en reales. Apostar por reconstituir su tejido de potencia regional, política, económica y militar. En ningún caso hon tintes hegemónicos, pero sí de potencia. Una estrategia específica contra Perú no haría más que desviar recursos y esfuerzos hacia un objetivo de fondo: restablecer e reinstaurar a Chile como un actor regional cuyo peso especifico debe volver a ser considerado. Los EE.UU. lo han reconocido, Brasil también.
Lamentablemente el régimen peruano se alimenta de los conflictos con Chile, lo que implica que cada respuesta chilena es percibida como beneficiosa para la relegitimación del sistema político peruano. La contención comunicacional regional e internacional de Lima debe priorizarse, manteniendo el reforzamiento de las capacidades disuasivas chilenas.
Lima seguirá escalando la crisis, hasta que el próximo sondeo de opinión en dicho país denote un incremento del apoyo electoral hacia Alán García y su clase política.
Esta crisis ha generado un punto de inflexión en las relaciones con Perú, pero sobre todo, en lo que queremos y necesitamos como política exterior regional y vecinal: un cambio estructural, en función de las transformaciones que experimenta Sudamérica.
Esta crisis también ha demostrado los altos grados de cohesión de las instituciones chilenas, dificilmente se olvidará el ingreso de la Mandataria chilena, Michelle Bachelet, ayer a la ENADE, escoltada por los Comandantes en Jefes de las Fuerzas Armadas chilenas. Una imagen vale más que mil palabras.